3.- Mejoría de los rivales de división

La NFL es la competición deportiva más reñida del mundo. Tú te refuerzas, y es genial, pero los otros también. Desde el final de la temporada pasada, los Steelers han mejorado su front-seven y aumentado su arsenal aéreo. Los Ravens han potenciado su defensa con la intención de que vuelva a ser temible. Por su parte, los Browns se han fortalecido… en todas partes. Ya no podemos dar por seguras las dos victorias anuales contra ellos.

De las 6 victorias del año pasado, la mitad fueron divisionales. Es aquí donde debemos hacernos fuertes. No tenemos una división de cachondeo, en la que los equipos son de chiste y con hacerlo medio regular prácticamente tienes asegurada la presencia en postemporada. En la AFC Norte, Steelers y Ravens siempre parten con el objetivo del título, y en Cleveland están haciendo por una vez bien las cosas. En este territorio nos movemos, porque para entrar en playoffs, nuestros principales enemigos son ellos. Francamente, no veo que seamos mejores que Pittsburgh, que ya nos ganó los dos partidos el año pasado. Con Baltimore estamos más o menos igualados, pero su plantilla me parece mejor cuajada con veteranos en puestos clave. Cleveland sabe que para subir, su primer peldaño somos nosotros, y Hue Jackson nos tendrá mucho cariño, pero también muchas ganas. Un balance divisional negativo prácticamente nos condena a quedar fuera de playoffs.

Que los encuentros fuera de la división sean más o menos complicados es casi irrelevante, porque salvo un par son los mismos contendientes que enfrentarán nuestros rivales de la AFC Norte. Si para nosotros son sencillos, para ellos también, y viceversa, por lo que la ventaja o desventaja del calendario se compensa. La diferencia se consigue si eres el macho alfa de la división, o estas abocado a la lotería del wildcard. A falta obviamente de ver cómo responden los jóvenes (y recordad lo reacio de nuestros entrenadores a darles demasiado protagonismo), creo que nuestros competidores se han reforzado más que nosotros.