Previsiones para la agencia libre

Cualquier fichaje en agencia libre supone una sorpresa (no siempre grata). Cuando además se realiza en una unidad en la que aparentemente no teníamos  grandes necesidades, el desconcierto es aún mayor. Así que cuando se anunció la contratación de B.W. Webb, nuestras caras fueron de asombro. Un asombro que se convirtió en estupor cuando se conoció que el acuerdo era por 3 años y 10,5 millones totales (aunque en la práctica se le puede cortar en 2020 con solo 1 millón de dinero muerto).

Mucho se ha hablado del contrato de Hart, pero el de este tipo no se queda atrás. Seamos claros, Webb es un paquete. Un jornalero que en sus 6 años en la liga ha pasado por 7 equipos: Cowboys (quienes le draftearon en 2013 en 4ª ronda), Steelers, Titans, Saints, Bears, Browns (en estos dos últimos fue fichado y cortado al poco) y Giants. Por supuesto es peor que Dennard, pero tampoco mejora demasiado a Russell ni McRae que cobran, sumados los dos, la mitad que él. Su fichaje además, taponará las opciones de juego de los novatos del año pasado Harris y Phillips. ¿Qué sentido tiene su fichaje? Ninguno. Su único mérito: provenir de la secundaria de Giants que hasta el año pasado entrenaba nuestro DC Anarumo.

Ciertamente, ha sido con Anarumo cuando mejor juego ha desarrollado en su carrera y, de una manera o de otra, ha conseguido hacerse sitio en la alineación, acumulando más partidos de experiencia de los que su calidad recomendaría. Es básicamente un CB de slot, que en emergencia (mucha emergencia) podría jugar por el exterior. Es decir, más de lo mismo que tenemos en el roster. No lo entiendo, pero que nos lo comemos con patatas este año, tenedlo claro. Ah, por cierto, fue compañero de universidad de nuestro joven entrenador de safeties, Robert Livingston, en William & Mary (el nombre de esta universidad siempre me ha hecho mucha gracia).

Pero atención, si un fichaje es noticia, dos es la bomba. Cuando ya todo daba por descartada la continuidad de Dennard (de hecho, se entrevistó a otros jugadores), de pronto nos sorprende con su regreso. Obviamente, no obtuvo por allí lo que esperaba conseguir, así que aceptó retornar por un año a 4,5 millones. Quizá su objetivo, con la posición del slot saturada, sea desplazar a Kirkpatrick del exterior para así subir su cotización el año que viene. En mi opinión, es un error. Por fuera se magnifican sus defectos (velocidad) y se minimizan sus virtudes (placaje).

No obstante, lo que está claro es que esta contratación es positiva. Volver a contar con un jugador que conoce la entidad, a sus compañeros, y cuyo rendimiento, sin ser espectacular, ha sido aceptable, es sin duda un acierto. Cierto es también que nunca se tienen demasiados cornerbacks, pero ¿realmente necesitábamos tantos? Kirkpatrick, Jackson, Dennard, Webb, Harris, Phillips, Russell, McRae, más algún otro que seguro caerá en el draft… No sé, creo que se podría haber invertido este dinero en otra posición.

Uniendo los párrafos anteriores se podría trazar un plan: traspasar a Kirkpatrick. Cortarle no va a pasar. No es nuestro estilo, y además, dejaría 4,2 millones de dinero muerto. Pero es el 4º jugador mejor pagado de la plantilla, y su rendimiento no es en absoluto acorde con su salario. Esto también sería un problema para traspasarle, obviamente. Así las cosas, y con 29 años ya, se podría decir que “el culo le huele a pólvora”, y si bien este año ya sería casi imposible endosárselo a nadie, para 2020, cuyo dinero muerto decrece a 2,8 millones, sería una baja casi segura. El problema: que no tenemos a nadie más solvente para el exterior. Creo que por esta vía deberían ir los tiros en el draft.