Draft 2022

Analisis 2021 y previsiones draft 2022: OL interior

Como dijo nuestro amigo Gonzalo, debemos hacer borrón y cuenta nueva, y comenzar a pensar ya en una ilusionante temporada 2022. No queda otra. Sin embargo, todos somos conscientes de que para que la campaña que viene sea exitosa, debemos reforzar la línea ofensiva. Tanto en el exterior como en el interior. No puede ser que Burrow salga a lesión seria por año. Todo su coraje no será suficiente para salvaguardar esas rodillas. Pero no sólo por protegerle a él (que no olvidemos es lo más importante), sino porque con sólo unas décimas más de tiempo que consigamos darle en el pocket, nuestra ofensiva debe volverse realmente imparable. Y si además mejoramos el juego de carrera interior, no nos vendría nada mal para evitarnos tener que invocar a todos los santos en los frecuentes terceros y largos.

Por algún lado debemos empezar, y no porque crea que sea más importante, sino porque considero que es donde estamos más necesitados de refuerzos, este primer artículo previo a la temporada 2022 está dedicado al interior de la línea ofensiva.

Resumen 2021 

La vuelta de Pollack como entrenador de la unidad fue ilusionante. Pero si cabe, más aún lo fue el despido de Hart. La temporada 2020 había sido desastrosa, así que cualquier cosa que se hiciera, por poca que fuera, supondría una mejora. Y lo cierto es que los refuerzos, más que por adición, fueron por eliminación. El equivalente a Hart en el interior de la línea era Redmond, un mediocre guard quien, cual Guadiana, desaparecía y aparecía en nuestras alineaciones sin explicación. No se le renovó, y como era de suponer, nadie le quiso en agencia libre. Acabó, ya muy tarde, en Patriots, pero no jugó ningún partido.

Las otras bajas fueron Michael Jordan, quien ya había consumido el cupo de paciencia exigible, y Billy Price, sin sitio ni futuro, a quien enviamos en un trade a Giants a cambio del DT Hill por si sonaba la flauta. Y vaya sí sonó, como veremos cuando toque esta unidad. Los recambios llegaron en el draft. En segunda ronda adquirimos a Jackson Carman (alias “Maricarmen”), el OT de Clemson que ya desde el minuto 1 se dijo que jugaría como guard. En sexta llegó Trey Hill, cuya función sería center suplente. Quizá podríamos añadir aquí al OT de cuarta ronda D’Ante Smith, quien también parece en principio encaminado al interior de la línea, pero dado que por lesión no pudo participar, todavía conservaremos la incógnita de si puede jugar por el exterior. El otro refuerzo fue la vuelta de Quinton Spain al final de la agencia libre.

Comenzó el año con una batalla entre Su’a-Filo, Spain y Carman por las dos plazas de guard, pero la temprana lesión del primero dejó el camino libre a los otros dos. Sin embargo, pronto se vio que el novato no estaba para jugar y fue reemplazado por Adeniji. Sobre el puesto de center sobrevolaba la incertidumbre por la lesión de Hopkins al final de la temporada 2020. Fue titular desde el inicio, aunque todos coincidimos que no estaba al 100%. Acabó el año y seguimos pensando que no está al 100%. Al menos, ni mucho menos al nivel de temporadas pasadas. El problema es que cuando le sustituyó Hill, el resultado fue aún peor.

Así las cosas, el interior de la línea fue un problema. Muy mal el lado derecho, con un Adeniji muy inconsistente, que incluso en alguna ocasión fue sustituido por Carman, quien tampoco terminó de despegar. Mal en el centro, donde Hopkins no solo permitía demasiada presión, sino que ejecutó algunos snaps desastrosos y realmente peligrosos para la integridad de Burrow. Algo mejor el lado izquierdo por la veteranía de Spain, pero también se fue cayendo a medida que avanzó la temporada, con una participación para olvidar en la superbowl.

Agencia Libre 

Este año no podemos volver a ser timoratos en este apartado, y dejar pasar a jugadores tipo Thuney como la agencia libre anterior. Renovar a Spain puede estar bien, pero no es éste el mensaje que queremos escuchar. Hay quienes nos ponen en la diana a Scherff, pero seamos sinceros, mientras el viejo esté al mando no vamos a pagar por un guard los 13 millones que podría alcanzar. Creo que sería más realista optar a jugadores fiables, en una segunda oleada de fichajes, y si es posible, algo más jóvenes y menos propensos a las lesiones.

Yo me fijaría más en los Tomlinson (SF) o Norwell (JAC), aunque ambos ya con 30 años. Una opción más joven podría ser Williams (DAL) con 25 años, o incluso Turner (29) quien ya estuvo en nuestra órbita en 2021 antes de acabar en Pittsburgh. También podríamos optar a fichar un center, y bien cortar a Hopkins (dejaría 1,2 millones en dinero muerto, pero liberaríamos unos 6 para otros fichajes) o pasarle a OG. Por lo mismo que lo anterior, dudo que vayamos tras Jensen (TB), quien puede rondar los 10 millones anuales, pero otras opciones tipo Bozeman (BAL) o Allen (LAR) podrían estar sobre la mesa. En todo caso, creo que el propietario estaría más dispuesto a soltar la pasta por un center que por un guard.

De una forma u otra, hay que pensar que con la inversión hecha en Carman para pasarle a OG, van a hacer lo posible para que sea titular en 2022. Es todavía demasiado pronto para abandonar el proyecto por más que ahora mismo nos parezca un fiasco. Esto nos deja una sola plaza de titular. Considerando que hay personal joven en la posición para suplentes (Smith, Adeniji), creo que lo más oportuno es conseguir un veterano fiable. Ya sea con una apuesta fuerte en la agencia libre, o a través de algún traspaso. En realidad, ya tenemos suficiente juventud en las posiciones clave del equipo, y ahora mismo ya no estamos en situación de adquirir proyectos a desarrollar, sino crecer con jugadores consolidados de impacto inmediato. No supondría ningún drama intercambiar picks por jugadores. En cuanto al center, si no se pone a tiro algo mejor que Hopkins, no creo que nos movamos.

Draft 

Elegimos muy tarde. El puesto 31 nada menos. Lo que es una alegría porque significa que lo hicimos muy bien en 2021, supone un problema para intentar reforzarse este año en el draft. Pero debemos acostumbrarnos, porque se supone que es lo que nos va a pasar a partir de ahora. En esta situación, es prácticamente imposible predecir quién nos puede llegar, y más difícil aún, que este chico suponga un elemento diferencial para lanzarle con confianza a la titularidad. Por esta razón, más nos vale llegar con los deberes bien hechos al sorteo colegial, y tener libertad para elegir lo mejor disponible, ya sea en el puesto de liniero ofensivo, cornerback, pass-rusher, etc. En todo caso, no olvidemos que en esta lotería, también nos puede tocar un premio gordo (Chiefs escogió al center Humphrey en 2ª ronda).

En todo caso, como expongo arriba, ya tenemos suficientes suplentes. Si vamos a invertir en esta posición, tiene que ser pensando en un titular. Para esto, deberá ser en los dos primeros días (entre 1ª y 3ª ronda), o si no, carecerá de sentido.

Zion Johnson #77 (Boston College) 

Aunque no lo parezca, el angelito empezó en el mundo del deporte en el campo del… golf. Esperemos que no nos salga un golf-o (foto USA Today Sports)

Este chico tuvo un desarrollo físico tardío, y no adquirió cuerpo de jugador de football hasta su último año de instituto. Esto le llevó a no recibir ofertas de las mejores universidades, por lo que comenzó su andadura en los Davidson Wildcats, un college de la FCS (la segunda división, vamos) cuyos colores son, precisamente, naranja y negro. No tardó en destacar, y fue transferido a Boston College, ya entre la elite colegial, donde contribuyó al éxito del RB Dillon, escogido en 2ª ronda por los Packers.

Johnson es un jugador cúbico. Compacto, sólido,… no es que sea muy grande ni pesado, pero muy robusto. Una fuerza bruta de la naturaleza. De hecho, el campeón en levantamiento de pesas en la combine entre los jugadores de línea ofensiva. Esta potencia es su mayor virtud. Es un tipo agresivo. Un chico “que mastica cristales”, como le gustan a Pollack. Muy competitivo, es prácticamente imposible moverle del sitio, lo que le convierte en infranqueable en protección de pase.

Sin embargo, esta “firmeza” juega en su contra cuando se trata de ayudar a la carrera. Le cuesta mover a los defensores contrarios, y si bien se desenvuelve de maravilla en espacios cortos, no lo hace igual en campo abierto. Sabe recolocar sus pies para ajustar la posición, y lucha con tenacidad en todos y cada uno de los snaps, pero no resulta muy efectivo cuando debe subir al segundo nivel o moverse en pull hacia el lado contrario.

Su juego se basa en la fuerza bruta, pero cuidado, es muy inteligente también. Usa las manos con gran técnica, y tiene la paciencia para encontrar la mejor manera de contener al defensor sin volverse loco y terminar superado. Tiene un gran control de su cuerpo, lo que le lleva a apenas cometer penalizaciones. Pudo haber ingresado a la NFL en 2021, pero decidió, con buen criterio, apurar su elegibilidad para mejorar un año más en el football universitario.

Aunque ha jugado en ocasiones como Tackle, sin duda su mejor ubicación es la de Guard. Su mejor desempeño lo realiza en bloqueos zonales como los que realizamos en Bengals. Está subiendo mucho en el proceso pre-draft por sus buenas intervenciones en Senior Bowl y Combine. Además, ha sido dos años capitán de su equipo, un factor que consideran mucho nuestros entrenadores.

Lo bueno: Nació en Maryland, concretamente en Bowie, ciudad que tiene el mismo nombre que el cantante favorito de mi mujer y que mi gata (sí, “gata”, es una larga historia que no viene a cuento).

Lo malo: Poca experiencia al más alto nivel. Por un lado puede significar que todavía tiene un techo más alto que el que se le presume; pero por otro, es posible que su rendimiento no sea tan dominante como el mostrado hasta ahora y quede estancado en su progresión.

Proyección: Aunque no se le esperaba en primera ronda, sus últimas actuaciones están disipando dudas, y es muy probable que sea el segundo o tercer jugador de línea ofensiva interior en ser elegido. Desde luego, no sería ningún disparate elegirlo en nuestro pick #31.

Darian Kinnard #77 (Kentucky)

Preocupado por su comunidad, asiste con frecuencia a ayudar al hospital. Capitán de su equipo en 2021. Bajó de peso de instituto a la universidad, lo que demuestra su preocupación por la forma física. Juega con inusitada agresividad… Kinnard cumple todos los requisitos bengalíes (foto USA Today Sports)

A este chico, pariente de la cantante Dolly Parton, le encantan las tortitas, los bistecs, el pollo con salsa “Alfredo” y las palomitas de maíz caramelizadas. Pero seguro que no estáis leyendo esto por el interés sobre su familia, o por su dieta, sino por su valor como offensive guard para los Bengals.

Kinnard es un jugador con un tamaño prototípico para la posición (este año no he querido esperar para poner mi palabra favorita del proceso pre-draft). Bien proporcionado, sólidamente constituido y con grandes manos y largos brazos. Tras tres años como righttackle, se proyecta como guard en los profesionales, en la esperanza de que el interior se disimule mejor su falta de movilidad lateral.

La fuerza es su mayor virtud. Entrena lanzando pesados troncos al aire, solo para que os hagáis una idea del poderío físico que posee. Con los rivales es igual. Quien tenga la desgracia de alinearse frente a él acabará con mucha probabilidad aplastado contra el suelo. Por lo tanto, es un arma de destrucción masiva moviendo defensores en ayuda de la carrera. Igualmente, para proteger el pase, baja su centro de gravedad y se hace prácticamente infranqueable.

Otra razón para pasarle de tackle a guard, aparte de sus limitaciones atléticas, es que tendrá que mejorar su técnica de manos y pies. En la NFL no le resultará tan sencillo tumbar a la gente al primer golpe, y tendrá que aprender a redireccionarse. Sin embargo, se mueve bien para su tamaño. Esto le convierte en muy útil para bloqueos zonales como los que practica nuestra línea ofensiva. No obstante, no creo que su agilidad le llegue para tackle, pero le sobraría para guard.

En 2020 sólo permitió 2 sacks, pero en 2021 uno nada más. Para una línea como la nuestra, que viene de encajar nada menos que 55, sería desde luego un gran avance. Un chico con gran pasión por el football, muy inteligente en el campo. Más que poderoso, lo definiría como “feroz” (47 veces llevó a su oponente al suelo en 11 partidos en 2020), en una conferencia, la SEC, donde se encuentran los mejores defensas universitarios. Donde debería mejorar es en la consistencia del bloqueo. Si la jugada se prolonga demasiado, tiende a ser batido.

Lo bueno: Es un chico de Ohio (aunque más de la parte de Cleveland), que proviene de la universidad de Kentucky (que es territorio “bengal”). La idea de Mike Brown de buscar jugadores de la zona, que sientan apego afectivo por el equipo, puede ser un factor determinante para su elección.

Lo malo: Es un negacionista de la pandemia. Lo cual, siendo hijo de una enfermera, resulta especialmente chocante. En la camiseta que lució durante sus entrevistas en la Senior Bowl dejó bien patente su ideología política. Para quien no sepa inglés, se la traduzco: dice “ni se les ocurra draftearme”. Nunca ha salido bien mezclar football y política, sean cuales sean sus convicciones.

Proyección: Su stock está tan a la baja como las bolsas de los principales mercados. De estar previsto para finales de primera ronda, va ya por segunda. Quién sabe si puede caer hasta nuestro pick #63.

Dylan Parham #56 (Memphis) 

Comenzó de linebacker, y después de tight-end en el instituto. En la universidad, fue 2 años titular como left guard, antes de pasar a right tackle. En su último año fue titular como right guard. Vamos, que ha hecho de todo, menos de center, que es para lo que se proyecta en la NFL (foto de Butch Dill para AP Photo)

Aparte de recorrer casi todas las posiciones de la línea ofensiva, Parham ha jugado baloncesto y participado en pruebas de atletismo de velocidad y saltos. Algo realmente inusual para un jugador de los catalogados como «gordos». Y aquí está la clave: muy, muy gordo, no es. Aunque ha aumentado su peso para la combine (pasó de 285 a 311 libras), su falta de corpulencia es una de las mayores incertidumbres de cara a su incorporación a la NFL.

Por otra parte, como fácilmente se puede suponer, la movilidad es una de sus principales virtudes. Excelente juego de pies, tobillos, rodillas y cadera, para redireccionarse donde le lleve la acción de proteger al QB. Es muy dificil pillarle en un mal ángulo, porque acompaña su capacidad atlética con una gran inteligencia. En 2021, tras 11 partidos de titular en el guardia derecho, no permitió ni un solo sack en 545 acciones de pase. Esta agilidad superior le convierte en muy atractivo para líneas ofensivas zonales como la nuestra.

Pese a que su corpulencia no es la ideal, tiene una constitución física muy bien distribuida. La longitud de brazos y manos no será un problema. Nunca rehuye el combate, siendo muy competitivo y tenaz en situaciones de carrera. Tiene mucho control de su cuerpo, y de la situación que le rodea. Nunca se precipita en sus acciones. Se mueve muy bien en espacios reducidos. La versatilidad de su carrera nos muestra un chico apasinado por el football, con gran conocimiento y aplicación de la parte técnica.

Sin embargo, el tamaño importa. En ocasiones se ve superado por defensores que apliquen mucha presión sobre el bloqueo. Necesita una mayor explosividad al inicio de la jugada, porque en la NFL puede sufrir en uno contra uno ante defensive tackles muy pesados. Por sus condiciones, será complicado que encuentre acomodo como guard (al menos titular, pero sería una solución de emergencia), siendo la posición de center la que mejor se adaptaría a sus cualidades, siempre que caiga en el esquema oportuno.

Lo bueno: Dado que su principal virtud es la protección de pase, nos viene de lujo para nuestra West Coast Offense donde lanzamos más que corremos.

Lo malo: Deberá convertirse en cliente VIP de restaurantes donde sirvan «Cincinnati Chili» tamaño extra, y visitar asiduamente el gimnasio para transformar esos hidratos en músculo y ganar fuerza. Sin una contundente mejoría física, tendrá complicado vivir como jugador de football. Aunque su inteligencia esté por encima de la media, no está ni mucho menos para jugar desde el minuto 1.

Proyección: La versatilidad, movilidad, compromiso y calidad de su juego, pueden compensar sus carencias físicas y hacer que sea elegido alrededor de la tercera ronda.

Otros nombres de interés 

Tyler Linderbaum #56 (Iowa) 

Por cortos que le hayan medido sus brazos en la Combine, sería una sorpresa mayúscula que cayese a nuestro pick#31. Linderbaum no es solo el mejor center de su promoción, sino uno de los mejores linieros ofensivos que se presentan al draft. Explosivo, ágil y combativo desde que libera el oval al QB hasta que pita el árbitro. Muy móvil y peligroso subiendo al segundo nivel. Ideal para OL que trabaje en zona como la nuestra. Quizá algo pequeño, debe mejorar la técnica para evitar que su menor físico suponga un contratiempo. Si no subimos a por él en primera ronda, me parece improbable que podamos draftearle. 

Daniel Faalele #78 (Minnesota) 

Miedo me da que “Falete” acabe en nuestro equipo. En primer lugar, porque tendríamos que gastar en él nuestra primera ronda (está proyectado para salir en la primera mitad de la segunda) y creo que ahí habría mejores opciones; y en segundo lugar, porque me asaltan muchas dudas de que alguien tan pesado como él (380 libras de carne) pueda tener la movilidad que se requiere en la NFL. Lleva solo 3 años jugando football (proviene del rugby), por lo que su experiencia es limitada. En todo caso, si alguien consigue hacer de él un buen guard, resultaría imposible superarle. 

Cole Strange #66 (Chattanooga) 

¡Quién no ha sufrido en su infancia extraños días de cole! Aquí tenemos la muestra. Este chico ha disputado 44 partidos universitarios, 41 de ellos en el LG. Su juego es agresivo, pero no exento de control. Muy inteligente, buen atleta, con excelente capacidad para mover defensores, y un motor incansable. Sufre a la hora de redireccionar manos y pies, sobre todo ante movimientos del rival que le ataquen los flancos. Puede salir entre finales de la tercera ronda y principio de la cuarta. 

Lecitus Smith #54 (Virginia Tech) 

Resulta interesante que la afición de este chico sea precisamente los fogones, llamándose como un emulsionante para inyectar aire de sabores en la cocina moderna. Antiguo tight-end, tiene bastante movilidad, lo que es un plus para líneas ofensivas zonales, pero quizá le falte algo de cuerpo. Temperamental y competitivo, lucha con tenacidad, pero tiene problemas para anclarse. Debe mejorar su técnica porque no lleva mucho tiempo como guard. Tiene una interesante proyección. Debería salir sobre la quinta ronda. 

Cade Mays #68 (Tennessee)

Cada Mayo nos ilusionamos con nuestras elecciones en el draft, pero también con los undrafted contratados, en la esperanza de que alguno de ellos sea una joya oculta. Mays nos ofrece versatilidad, ya que ha jugado en todas las posiciones de la línea ofensiva, pero donde mejor se proyecta es para right-guard. Es un poderoso bloqueador, muy agresivo y con buen tamaño, aunque no bien propocionado. Sus deficiencias técnicas van a hacer que no salga drafteado; pero rindió más en su último año, lo que puede significar que, bajo un buen aprendizaje, tenga margen de mejora.

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