Draft 2022

Análisis 2021 y previsiones draft 2022: Tight-Ends

Volvemos al ataque, esta vez para analizar una posición donde es complicado alcanzar un acuerdo. Para unos, el tight-end debe colaborar de forma activa en la ofensiva, ya que un buen receptor puede encontrar soluciones donde los wide-receivers se atasquen, si somos capaces de localizar emparejamientos favorables. Por otro lado, dado que ya utilizamos 3 WR abiertos, casi mejor que el TE se quede a bloquear, que nos hace más falta. En cualquier caso, ya sea en una función o en la otra, los componentes de esta unidad dejaron bastante que desear para lo que se espera de un tight-end moderno. Pero tampoco podíamos hacer otra cosa, ya que la profundidad de banquillo era inexistente.  

Resumen 2021 

La conexión entre Uzomah y la afición, y su actitud para hacer grupo, nos permitió descubrir una faceta no tan conocida suya, que será lo que más echemos de menos tras su marcha (foto: Sports Illustrated) 

2021 debía ser el año de la confirmación de Sample. Y lo fue. Se confirmó que no vale para la NFL. Al menos, no para un equipo con nuestras aspiraciones. Irrelevante en el juego de pase y superado como bloqueador. Sus estadísticas de 2021, pese a jugar todos los partidos (42% de los snaps totales), fueron las más pobres de su carrera. 2022 es el último de su contrato rookie y, a día de hoy, no veo razones para prolongar su relación con nosotros. Eso sí, todo nuestro apoyo en su lucha por el fin de la guerra en Ucrania, país de nacimiento de su esposa. 

Las soluciones desde banquillo tampoco aprovecharon (o le dieron) su oportunidad. Wilcox apenas jugó (7,6% de los snaps), siendo titular el irrelevante partido contra Browns, con sus únicas 3 recepciones del año. Aunque no lo creáis, el “monstruo” Schreck, 7ª ronda de 2017, seguía con nosotros e incluso participó en 1 partido. Se le termina por coger cariño, aunque no sirva ni para llevar los balones a los entrenamientos. Teníamos puestas muchas ilusiones en Moss, compañero de Burrow y Chase en LSU, pero la realidad terminó de confirmar que su nivel está muy justito para la NFL y no llegó a participar. 

Así las cosas, esta unidad quedó reducida a un solo hombre, ¡pero qué hombre! Lo que hizo Uzomah por el equipo fue mucho más allá de su aportación como tight-end. Y eso que su campaña fue la mejor de su carrera (a sus 29 tacos). Casi 500 yardas de recepción y 5 touchdowns. Realmente espectaculares sus actuaciones frente a Jaguars y en casa de los Ravens. Siempre aparecía cuando Burrow le necesitaba. Su lesión (por desgracia una constante en su carrera) antes de la superbowl nos hizo más daño del que se podía pensar para un equipo que no involucra demasiado esta posición en la ofensiva. 

No obstante, como indicaba arriba, su labor como integrador del grupo no tuvo precio. Como líder veterano, dirigió los cánticos y arengas en el vestuario. Gracias a él, pasamos del “why not us?” al “It is us!”. No sabemos quién recogerá el testigo como líder motivador, pero no será fácil igualar su extroversión. Ídolo de la afición, como pudo verse en la despedida hacia LosAngeles para disputar la SuperBowl, puso en riesgo su integridad física en una recuperación de rodilla en tiempo record para no abandonar al equipo en tan importante cita. Lástima que llegase tan mermado y, como decía más arriba, no se planificase un reemplazo en condiciones. 

Agencia Libre 

Hurst tiene unos zapatos muy grandes que llenar, los de Uzomah, pero estoy convencido que tiene la personalidad para hacerlo y nos va a dar grandes alegrías en su regreso a la AFC Norte (foto de Kareem Elgazzar para Cincinnati.com)

 

Pese a que todos contábamos con su regreso, Uzomah decidió aceptar un nuevo reto en los Jets. La cuantía de su nuevo contrato no parecía inasumible para nosotros, así que se rumoreó que su decisión se debía a una relación amorosa con la periodista Key Adams, posteriormente desmentida (lo que nos entristece doblemente). No obstante, siendo objetivos, tampoco es un tight-end diferencial cuya marcha fuera a suponer una hecatombe para la ofensiva. Sin embargo, con Uzomah no se puede ser objetivo. Su eterna sonrisa será recordada en nuestros corazones bengalíes. 

Para suplirle hemos contratado a Hayden Hurts, primera ronda del draft de 2018 por los Ravens. No llegó a despuntar en Baltimore, y fue traspasado a Atlanta para suplir la baja de Hooper, traspasado ese 2020 a Browns. Ese año tuvo las mejores estadísticas de su carrera (mejores que las de Uzomah en 2021). Después llegó Pitts a Falcons y pasó a un segundo plano. Deportivamente, creo que ganamos en el apartado ofensivo. Es un receptor muy seguro, que promedia apenas un drop por temporada. Es atlético y físico, sabiendo usar muy bien su cuerpo. Por nuestro esquema de ataque, no necesitamos un tight-end que sea una amenaza imparable (ya tenemos otros), sino que haga exactamente lo descrito arriba: seguridad y capacidad puntual de desborde. En cambio, como bloqueador, perdemos un poco. 

Un aspecto que me gustaría destacar es su madurez. Entró a la liga a más edad que la mayoría (solo tiene 4 años de experiencia y ya 28 tacos), y con una trayectoria personal complicada por problemas de depresión, que le llevaron a caer en el alcohol y las drogas. Su lucha por ayudar a los jóvenes a superar estos trastornos e intentos de suicido (él mismo lo sufrió) a través de su fundación es francamente notable. Es un buen tight-end, pero es mucho mejor persona, y estos valores son muy valorados por Zac Taylor.  

Sin embargo, sólo ha firmado un año de contrato (3,5 millones, un chollo), lo que hace que para 2023 podamos estar sin ninguno de los teóricos TE1 y TE2. Dudo que se busque nada más en esta agencia libre, así que la necesidad de ampliar la unidad en el draft es imprescindible. 

Draft 

Aunque McBride pueda ser la novia (valga la redundancia) que todos los equipos querrían para esta posición, me parece un jugador top-50, cuya única opción de conseguirle sería utilizando nuestro pick de primera ronda, cosa que no creo que vayamos a hacer, así que veamos otras alternativas más realistas. 

No obstante, con los proyectos que ya tenemos en plantilla, tampoco nos soluciona nada un tight-end de relleno en rondas bajas. En mi opinión, el abanico de posiciones donde deberíamos draftearlo estaría entre la segunda y la quinta ronda. 

Jeremy Ruckert #88 (Ohio State) 

Como newyorkino, Ruckert es fanático seguidor de los Jets. Espero que con Uzomah ya tengan bastante los blanquiverdes y no nos quiten a éste también (foto Kyle Robertson/Columbus Dispatch) 

Pese a ser el 2º mejor TE de la nación cuando salió del instituto, no parece que la elección de Ohio State fuese la más acertada. Con grandes receptores a su alrededor, se convirtió en la cuarta o quinta opción de pase en los Buckeyes, lo que ha menguado unas estadísticas que por potencial deberían haber sido mejores. Con un tamaño prototípico para la posición (mi frase favorita), Ruckert mueve muy bien su musculoso cuerpo. No solamente es explosivo al inicio de la jugada, sino que sabe aprovechar su corpulencia y radio de atrapada para las recepciones bajo intensa presión. 

En los bloqueos, es tenaz y muy voluntarioso. Aunque puede alinearse en línea, da lo mejor de sí saliendo a bloquear en espacios abiertos. Debe mejorar su técnica para mover a los defensores en ayuda al juego de carrera. La protección de pase es su punto más débil, faltándole consistencia para derrotar a los rushers que sean capaces de superar su empuje inicial. Tiene que aprender a ser más firme. 

Acostumbrado a un ataque que jugaba mucho personal 11 (como el nuestro), solía quedar emparejado en uno contra uno, donde hacía uso de su inteligencia para buscar las zonas en las que sacar más ventaja frente a su marcador, así como del control de su cuerpo y excelentes manos para asegurar la recepción. Una fantástica válvula de escape para el QB, especialmente en situaciones de red-zone (una de las facetas a mejorar para Bengals en 2022). 

No esperemos de él grandes jugadas después de la recepción (su velocidad no es elite). No ver mucha acción en la ofensiva hace que su árbol de rutas sea un tanto limitado. No os voy a engañar, no apunta a ser un tight-end que recomendaría para las fantasy, pero en el esquema de nuestro equipo puede encajar perfectamente por su dedicación, concentración y habilidad para recepciones en pases complicados, y compromiso en labores oscuras de bloqueo. 

Lo bueno: Ya está acostumbrado a no ser la principal opción ofensiva, y ha aprendido a aprovechar sus oportunidades (el QB-rating cuando el pase es para él es un impresionante 134,2). No sé si sería la solución a largo plazo como TE1, pero seguro que como TE2 debe mejorar a Sample

Lo malo: Aunque puede ayudar desde el minuto 1, no es un proyecto acabado. Necesita refinar sus condiciones para el bloqueo y confirmar que puede ser más productivo como receptor. Le iría bien comenzar a desarrollarse en la NFL en situaciones de doble TE, pero no solemos emplearlas demasiado. Puede tardar en explotar todo su potencial.  

Proyección: No es éste un gran año de tight-ends, lo que puede ser un arma de doble filo, y los equipos necesitados empezar a draftearles antes de lo que les correspondería. Este chico está en la frontera entre la segunda y la tercera ronda, lo que le convierte en objetivo si llega a nuestro pick #63. 

Cade Otton #87 (Washington)  

Hijo y nieto de entrenadores, Otton ha sido en el instituto tight-end, linebacker, e incluso long-snapper. Jugaba en los huskies con el 87, así que puede heredar el dorsal de Uzomah para que quien se hubiese comprado su camiseta sólo deba tunear el nombre (foto: Usa Today Sports)

 

Pese a que por causa de las reglas covid podría haberse quedado un año más en la universidad, Otton tiene la suficiente experiencia (39 partidos) para presentarse al draft con aspiraciones de ser elegido en una buena posición. Tiene un tamaño similar al de Ruckert (podríamos denominarle también prototípico) y proviene de una universidad donde siempre se ha cuidado mucho el puesto de tight-end. Sus estadísticas no son espectaculares, pero en este caso, habría que culpar más al pobre papel de sus quarterbacks

No es el TE más atlético de la promoción. Su velocidad no es espectacular, pero es buena, sobre todo con el balón en su poder, aunque carece de agilidad para hacer eslalon. No es explosivo para encontrar separación. Su mayor talento viene en su competitividad en balones divididos y solidez de manos, aprovechando su tamaño y longitud de brazos. Entiende muy bien el juego, y su árbol de rutas es muy depurado; pero tiende a verse superado físicamente por linebackers más corpulentos que él. 

Su mayor virtud es la capacidad como bloqueador. Aquí será donde se gane las lentejas en la NFL. Muy fuerte en el contacto, e inteligente usando la técnica, ha superado con éxito duelos contra los mejores rushers de la competición, como Ojabo o Hutchinson. Pies firmes, pero también móviles cuando debe reposicionarse. Paciente y disciplinado, tanto en línea como en campo abierto. No obstante, no le vendría mal ganar músculo para ser un poco más consistente. 

Otton es un jugador inteligente y versátil, con buenas manos, cambio de ritmo y determinación en los bloqueos. No apunta a gran estrella, sino a jugador de complemento en un equipo donde la principal responsabilidad como receptor recaiga en sus compañeros. Puede que no tenga un gran techo, pero elevaría notablemente nuestro nivel medio de la posición. 

Lo bueno: Jugador muy maduro, según se desprende de sus entrevistas, con amplios conocimientos de una vida dedicada al football por sus antecedentes familiares, y muy leal (casado con su novia de cuando tenían 12 años). 

Lo malo: Sample también jugaba en los Washington Huskies, y sus características son muy similares. No quiero decir que su futuro vaya a ser igual, pero quizá deberíamos abrir un poco la mente en la posición de TE. Se perdió los últimos 4 partidos por lesión y no participó en las pruebas atléticas de la combine (mala cosa si pronto empieza). 

Proyección: Debería salir muy cerca de Ruckert, pero espero que tengamos sentido común y, en caso de que nos interese, no draftearle hasta 3ª ronda. Si nos llega, bien, y si no, otra cosa. 

Daniel Bellinger #88 (San Diego State) 

La evaluación métrica de Bellinger en la combine fue espectacular. Su RAS (Relative Athletic Score), un parámetro que gradúa a los candidatos en base a su tamaño y posición, fue de 9,64. Por comparación, el de Kittle fue 9,57 (foto: nflsapiens.com)

Imaginemos que los entrenadores están cómodos con Hurst de TE1 y Sample de TE2, y que no consideran necesario mejorar la posición este año. Imaginemos también que a lo máximo que aspiran es a generar competencia para Wilcox y Moss. Esto supondría que no oiríamos nombrar un TE asociado a nuestro equipo hasta el último día de draft. Quién sabe, a lo mejor incluso encontramos petróleo. El propio Uzomah fue escogido en quinta ronda. ¿Por qué no repetir? 

Daniel George Bellinger es para muchos el mejor tight-end bloqueador de la promoción. Que no se nos olvide, que hasta que no se nos demuestre claramente lo contrario, ésta es la función principal de un TE en el esquema ofensivo de Taylor. Entre Hurts y Sample veo más probable renovar al primero que al segundo, así que quizá deberíamos enfocarnos más en encontrar un TE bloqueador, por mucho bajón que nos dé encarar esta realidad. Por otro lado, tampoco parece éste el draft más propicio para otra cosa. 

La carrera de Bellinger en los Aztecs no ha sido precisamente espectacular: 68 recepciones para 771 yardas y 5 touchdowns. Sin embargo, donde ha destacado ha sido en tareas de bloqueo, en las que se ha empleado mucho, y a fondo. En su equipo no ha jugado encuentros de excesivo nivel, y ciertamente su talento no está a la altura de los más valorados; pero tiene una buena base de partida: un tamaño en los estándares de la NFL (aquí me las doy de original para no repetir lo de prototípico). 

Quien le vea solamente como un TE bloqueador tendrá una visión muy limitada de su potencial. Como dejó patente en la Senior Bowl y en especial en la combine, es un excelente atleta, acabando entre los cuatro mejores en cada una de las principales pruebas físicas. Gran aceleración, buenas manos y habilidoso en recepciones donde deba estirarse. Va sin temor al contacto, y esto le hace salir victorioso en emparejamientos incluso contra LBs más fuertes. Es un poco robótico en sus rutas y falto de confianza, le cuesta separarse del marcador. Confía demasiado en su fuerza en los bloqueos, no le vendría mal perfeccionar la técnica de manos o buscar el mejor ángulo de ataque. 

Lo bueno: Es una fiera en el aspecto físico del juego. Viene de una ofensiva muy volcada al juego de carrera, y no nos olvidemos que el TE, aparte de ayudar a Burrow, también debe ayudar a Mixon. 

Lo malo: Destacó en una combine donde los más preparados no participaron en todas las pruebas. No nos volvamos locos con sus marcas, la NFL es más que eso. 

Proyección: Siendo un TE bloqueador le va a resultar más fácil encontrar acomodo en la NFL. Pero no romperá la banca, ni llamará la atención en rondas altas si es limitado como receptor. No todo el mundo busca un TE tradicional en un chico joven (para eso están los veteranos), así que puede caer hasta 5ª ronda. 

Otros nombres de interés: 

Likey tiene todas las herramientas necesarias para convertirse en un tight-end diferencial en la NFL, y no menor que ninguna de ellas, es su pelazo a lo afro (foto de Petre Thomas para Usa Today Sports) 

Isaiah Likely #4 (Coastal Carolina) 

Probablemente no elijamos a Likely, valga la redundancia, pero no por eso deja de ser un proyecto interesante. Sería algo totalmente opuesto a lo que tenemos en la posición. Un TE que sí es una amenaza ofensiva por su rapidez y elusividad. Muy buenas manos y un peligro tras la recepción. No tiene el tamaño requerido en la NFL, ni muestra excesiva solidez en protección de pase, pero sus capacidades atléticas le convierten prácticamente en imposible de marcar. En los Chanticleers ha evolucionado mucho en su último año, sobre todo ayudando en los bloqueos en espacios abiertos. Se proyecta para tercera ronda alta, no nos llega al pick #95. 

Jake Ferguson #84 (Wisconsin) 

Existe una línea que divide los TE receptores y bloqueadores. Ferguson tiene un pie en cada mundo. No es el mejor ni en un aspecto ni en el otro, pero puede ser el TE de su promoción que mejor los compense. Se puede aplicar en protección de pase en uno contra uno ante los rushers rivales con total tranquilidad. Posee una habilidad natural para la recepción, siendo el receptor más consistente de los Badgers en su carrera. Experimentado (47 partidos con 145 recepciones, 1618 yardas y 13 touchdowns) y versátil, en el molde del tradicional TE, capaz de adaptarse a cualquier esquema ofensivo. Su padre jugó en Nebraska (ojo a la conexión Taylor ahí). Un chollo si nos cae a cuarta ronda. 

Charlie Kolar #88 (Iowa State) 

Kolar tiene el tamaño ideal para la posición. Con su altura y longitud de brazos suele salir victorioso en balones disputados (ideal para red-zone). Excelente control de su cuerpo y radio de recepción para atrapar balones que no le van al cuerpo. Muy buenas manos (solo 5 drops en su carrera universitaria). Físico en el cuerpo a cuerpo, pero carece de velocidad para ser una amenaza después de la recepción. Debe trabajar la movilidad lateral para mejorar en protección de pase. Brillante historial académico y activo en labores comunitarias. El tipo de carácter que Taylor busca para nuestros jugadores. Se espera que salga en las primeras elecciones de tercer día, pudiendo estar a nuestro alcance bajando en 3ª ronda o subiendo en 4ª. 

Cole Turner #19 (Nevada) 

Nicolas “Cole” Turner es otro jugador de esta promoción que luce una impresionante melena. Como ex-jugador de baloncesto, aporta un gran atleticismo a su juego. Explosivo, con buenas manos, agilidad para conseguir la recepción y velocidad después de ella, es un jugador versátil al que sacar partido no solamente en situaciones de red-zone. Playmaker, con 11 touchdowns en los dos últimos años. Su capacidad para el bloqueo es una incógnita porque apenas se le pidió hacerlo en college, pero posee los atributos físicos para cumplir en este cometido. Le interesa a los Steelers, así que sería un doble motivo de alegría draftearle. Su proyección está en una posición indefinida entre 4ª y 5ª ronda. 

Chigoziem Okonkwo #9 (Maryland)  

Esta sección carecería totalmente de sentido si no incluyera a algún chico de nombre impronunciable. De padres nigerianos, todo lo que falta a Okonkwo de constitución física lo suple con pasión. Atlético y competitivo en las recepciones. Rápido y potente en carrera. Explosivo y agresivo en el snap. Todavía debe refinar sus rutas, y añadir más fuerza a los bloqueos. Versátil pero todavía algo irregular en su juego. Se perdió el 2020 por una miocarditis (su padre falleció de un infarto en un restaurante mexicano), lo que puede generar dudas entre los equipos y hacerle caer hasta 5ª ronda por lo menos. 

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