7ª Ronda, pick#253: Auden Tate (Wide Receiver, Florida State)

Estaba claro que con tantos picks, algún WR iba a caer. Raro es el draft que no nos volvemos con alguno. Al menos, el jugador escogido viene a complementar el grupo, no a ser un jugador “repetido” para competir con los que ya tenemos. Tate es ahora mismo el WR más alto de la plantilla, y ésta es su principal virtud, como objetivo en la zona de marca gracias a su radio de atrapada, competitividad para pelear balones divididos (empatado en el 6º puesto de la nación en balones disputados con un 66,7%), y sus buenas manos. También es una cualidad aprovechable para buscar huecos en defensas zonales (no es un jugador que por sus características vaya a irse de nadie por velocidad, ni que destaque precisamente por encontrar separación en un marcaje al hombre, ni por la precisión de sus rutas).

Otra forma de aprovechar la estatura de Tate sería para mover las cadenas en terceros downs, como receptor de seguridad. Pero todo esto dependerá de si puede participar en equipos especiales. Ya he comentado que muy rápido no es, pero Simmons podría utilizar su altura para lanzarlo a bloquear punts o field-goals. Además, un adiestramiento en equipos especiales mejoraría su capacidad en los bloqueos, para lo que tiene bastante potencial, que puede ser utilizado también en ataque como ayuda a la carrera.

En mi opinión, puede ser una de las sorpresas del draft. Su capacidad para anotar en una ofensiva mediocre como la de los Seminoles llama la atención (10 TDs en 40 recepciones), y podrá ayudarnos en dos facetas muy deficitarias del año pasado: la conversión de 3ºs downs y la eficacia en la red-zone. Yo incluso diría que más que Ross y Malone, cuyas virtudes son las de irse en profundidad para recibir pases de un lanzador con disperso acierto en largo. No me extrañaría que desplazase a Core y Erickson por el puesto de WR6. Sólo tiene 21 años, por lo que es un proyecto a largo plazo. Lo malo es que llamándose “Tate”, un apellido de aciago recuerdo, no ha tenido mejor idea que ponerse el dorsal 19, que es el mismo usado por su homónimo.

Necesidad: 0. Teníamos ya 7 WRs en plantilla, uno más de los realmente necesarios (porque que corten a LaFell sería una gran sorpresa). Está claro que siempre hay que cubrirse ante posibles bajas durante la pretemporada, pero malo será que alguno de los undrafted no lo haga bien y pida también paso para el roster final. Para mí, la única explicación para su adquisición viene más por ser “casi” un Tight-end por altura que como receptor puro.

Valor: 1. Tate salió cuando debía. Se le proyectaba para final de 7ª ronda o undrafted, pero al principio del proceso pre-draft estaba más arriba. Ni es un chollo, ni es un riesgo excesivo.

Alternativa: 1. Si bien quedaban sin salir otros wide-receivers mejor valorados (Lazard, Cobbs, Quinn…), creo que dentro del perfil buscado, Tate encaja bastante bien.

Oportunidad: 1. Estamos hablando ya de picks residuales, de los últimos del draft. Los jugadores que no han sido seleccionados ya, deben tener algún buen motivo que lo justifique: lesiones, comportamiento, etc. Mata’afa (DE), Moore (LB), Hill (CB), Adams (RB)… es posible que fuesen jugadores con mejor valoración para los expertos, pero cuando todos los equipos han pasado de ellos, debe haber una razón que el resto ignoramos.

Intangibles: 2. Ha sufrido en su carrera varias lesiones. La más importante, una en el hombro. Sin embargo, ponerle un “2” en este apartado es porque ha sido capaz de sobreponerse al dolor y jugar incluso lesionado demostrando su compromiso con el equipo. Además, me gusta su estilo de lanzarse sin temor en medio del tráfico, y preferir golpear al defensive-back antes que salirse por la banda.

Nota final: 5 sobre 10.