El rival:

Los Steelers son especialistas en realizar partidos excepcionales contra rivales a quienes consideran buenos, pero también de sufrir contra aquellos que creen inferiores. Por desgracia para nosotros, entramos dentro de la primera categoría. No van a relajarse ni una miajica. De hecho, aunque es obvio que todos en Pittsburgh están pensando ya en el enfrentamiento contra Patriots, Roethlisberger ha anunciado que están muy centrados en este partido y que no quieren que les amarguemos la Navidad.

Para ellos, no es tanto asegurar la clasificación a playoffs, que tienen en el bote, sino confirmar la eliminación del camino de un enemigo que, por la rivalidad existente, puede complicarle las cosas, más que en el juego, en el apartado físico. Se lo van a tomar con la intensidad de un encuentro de playoffs, y con idéntica actitud debemos hacerlo nosotros. La diferencia principal radica en que ellos tienen tal confianza en que, sea de la manera que sea, acabarán ganándonos, que no se pondrán nerviosos vaya como vaya el marcador; mientras que nosotros, si estamos por debajo lo veremos inalcanzable, y si estamos por arriba somos capaces de empezar a cometer errores por ver tan cerca el objetivo.

Dejando aparte los lesionados comentados con anterioridad, es más que probable que recuperen al ILB Shazier y que el OLB Harrison siga en la lista de inactivos. En ataque, aparte de la comentada baja del RT Gilbert por consumo de sustancias prohibidas, quizá sólo se pierda el partido por lesión el TE McDonald, ya que el WR Smith-Schuster está entrenando con normalidad. Esto significa que estarán prácticamente con su alineación titular disponible.

En lo que llevamos de campeonato, los Steelers se han rebelado como la única alternativa razonable al dominio absoluto de Nueva Inglaterra. Tienen a Bell como el RB con más yardas de carrera de la liga, y sobre él cimientan su juego, quitando progresivamente el protagonismo a Roethlisberger. Sin embargo, cuando las cosas se ponen feas, tiran de Antonio Brown, el WR con más yardas de pase de la liga, para que les saque las castañas del fuego. Ambas armas ofensivas están atravesando un momento dulce de juego, lo que sumado a la solidez defensiva y la efectividad de los equipos especiales, les convierte en un conjunto muy difícil de batir.