¡Ya comienzan los playoffs! El momento decisivo de la competición. Aquel para el que nos hemos estado preparando y que, con el talento que tenemos en plantilla, es el mínimo exigible a nuestro equipo. De aquí en adelante, cualquier cosa puede pasar. Una eliminatoria es muchas veces un cara o cruz (una fórmula que gusta más a Goodell que a Cincinnati) y si por desgracia cayéramos eliminados, sería una gran desilusión, pero nunca una decepción. Como dijo Burrow en rueda de prensa: “la ventana para el título es toda mi carrera”, así que, si no fuera este año, no debemos desesperarnos, con él a los mandos, las oportunidades seguirán llegando.
Pero vamos a creer que sí va a ser este año. Contra los agoreros que nos catalogaban como flor de un día. Contra los dirigentes de la liga que continuamente nos desprecian, modificando las reglas para colocarnos trabas que no imponen a otros. Contra las lesiones, arbitrajes parciales, o intentos de desestabilizar. Todo esto sólo ha conseguido unir más al bloque. El equipo está conjurado para seguir con una racha victoriosa que ya suma 8 partidos seguidos (no perdemos desde el pasado 31 de octubre en Cleveland) y que nos ha hecho, no lo olvidemos, Campeones de la AFC Norte (con 2 partidos y medio de ventaja sobre el segundo, los Ravens, pese a comenzar 0-3 en la división) y empatando el récord histórico de la franquicia con 12 victorias pese a comenzar 0-2 (en algún momento de la offseason habría que debatir hasta qué punto empezar tan bajos de ritmo nos ha permitido llegar a tope a este momento) y porque nos quedó por disputar un encuentro (en el que, no lo olvidemos, íbamos ganando en el momento de su suspensión).
Todo ello nos lleva a este nuevo duelo contra los Baltimore Ravens, esta vez, en el todo o nada del wildcard. La popularidad de la que cada vez más está gozando Burrow, unido, por qué no decirlo, al discutible nivel de las otras eliminatorias, ha llevado a la NFL a programarlo para ser el próximo Sunday Night Football. A los amigos mexicanos no les viene en mala hora (las 7:15 de la tarde). Tampoco excesivamente mal a los camaradas argentinos (las 10:15 de la noche). Pero para los que vivimos en la península ibérica nos viene fatal, ya que empezará a las 2:15 de la madrugada del domingo al lunes.
Será la primera vez que nos crucemos con los rivales córvidos en postemporada. El precedente, si sirve de algo, es que les hemos vencido en 3 de los 4 últimos enfrentamientos. El más reciente, la pasada jornada. De hecho, esta previa va a ser en buena medida un autoplagio de la redactada la semana anterior. Sin embargo, el partido del domingo pasado no creo que sea la mejor muestra para sacar conclusiones. Y no lo digo porque Baltimore jugase con suplentes. De hecho, aunque es cierto que descansaron jugadores importantes (Huntley, Dobbins, Andrews, Zeitler, Peters), el resto fue el equipo de gala. Me refiero más que nada a que los entrenadores reservaron cartas, escondiendo su plan de juego real bajo jugadas simples, bien reconocibles por su rival. Por esta razón, el del domingo será un encuentro que poco o nada se parezca a aquel. Tan solo, eso sí, la competitividad subirá un grado más, en un enfrentamiento ya de por sí bastante calentito.
Lo que no estará calentito, sino todo lo contrario, será el tiempo en el Paycor Stadium. La temperatura rondará los 2ºC, con una sensación térmica de -2. Vientos de 10km/h con rachas que podrían llegar a los 20, y una probabilidad del 15% de lluvia. Nada, por otra parte, que vaya a asustar a estos dos curtidos equipos norteños. Vestiremos de camiseta negra, combinada con pantalones blancos y calcetas naranja. Con esta uniformidad derrotamos el año pasado a Raiders en la eliminatoria de wildcard.
Arbitrará el colegiado de 46 años, Clay Martin. De profundas creencias religiosas, este entrenador de baloncesto de un equipo de instituto de Oklahoma, jugador de basket a su vez en sus tiempos mozos, hijo de marine y nacido en Pensacola (Florida), entró a la NFL en 2015 y fue ascendido a árbitro principal 3 años después. Como tal, sólo nos ha dirigido dos veces, ambas saldadas con derrota. La última, el partido inaugural de 2020 con la famosa fake-injury de Bullock en la patada final; y la anterior, en 2019, precisamente en Baltimore, donde nos escamotearon dos posibles fumbles de Ravens por adelantarse a dar down-by-contact cuando el jugador no había tocado el suelo en un caso ni fue tocado por los nuestros el otro. También hay que decir que Taylor no sacó el pañuelo rojo. Martin se encuentra en la mitad media-alta de pañueleros, con unos 12 por partido, más o menos equilibrados entre defensa y ataque.
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En ataque
Sin duda, la lesión de Cappa es la novedad más importante de la ofensiva. Es una pena haber perdido en semanas consecutivas a los titulares del lado derecho de la línea ofensiva, precisamente cuando más necesario es su concurso. Le sustituirá Scharping, en lo que será la primera titularidad con nosotros, aunque en su etapa en Texans ya disputó 48 partidos, 33 como titular. Esperemos que Adeniji pueda echarle una mano, aunque al tackle de origen nigeriano se le sigue notando falto de rodaje.
Por el lado izquierdo, el tackle Williams no está teniendo una campaña precisamente brillante. Con 12 sacks concedidos, lidera esta deshonrosa estadística en la liga. Haber ejercido sobre él la opción del 5º año supone que volverá en 2023, pero con un sueldo que pasará de 5 a 12 millones. Es necesario que mejore sus prestaciones, tanto por él, como por ayudar al novato Volson en el LG que, como tal, sigue siendo un proyecto en (esperanzadora) evolución.
Otra preocupación en forma de lesión se cierne sobre Higgins, por sus problemas en la cadera. No tengo dudas de que acabará jugando, porque estamos ante unos partidos en los que no se puede reservar nada ya que no sabes si habrá un mañana, pero lo hará mermado de condiciones. Ante una secundaria tan talentosa como la de Ravens, es un contratiempo importante. Si no está al 100%, quizá sólo pueda ayudarnos en red–zone (lo cual no nos viene nada mal), mientras que para estirar las defensas deberíamos recurrir a Irwin.
También habrá que seguir la evolución de Boyd, quien de milagro eludió el protocolo de conmociones tras recibir un golpe en la cabeza. La buena noticia es que la aportación de Hurst demostró que está plenamente recuperado, y que su participación en el juego aéreo, sobre todo para conseguir primeros downs, va a ser muy importante. Chase sigue acaparando (como es lógico) la mayor cantidad de pases, pero creo que puede ser muy interesante involucrar a los corredores en el juego de pase, buscando emparejamientos favorables contra los defensores córvidos.
La defensa contra la carrera de Ravens, la 3ª mejor del campeonato, me hace pensar que no vamos a tener mucho éxito por aquí, pero no debemos dejar de intentarlo. Sin embargo, tampoco podemos descartar esta opción en momentos puntuales (quizá para asegurar field-goal range) o sacar partido del bombardeo aéreo con jugadas de draw para sorprenderles con la guardia baja. En todo caso, la presión sobre Burrow va a ser intensa (más todavía que el pasado domingo), así que podríamos intentar aprovecharlo para correr por el lado por el que vengan los rushers, o identificar los blitzes para buscar el espacio que dejen libre.
En cualquier caso, el destino está ligado a nuestro líder. Burrow no estuvo muy fino en algunos momentos del partido del domingo. Él mismo lo reconoció. De su carácter no se duda (hubo varias jugadas donde se sobreexpuso a un mal golpe, quizá debería ser más prudente porque Baltimore no va a hacer prisioneros), pero necesitamos que sea preciso en sus lanzamientos cortos (aquí los receptores deben colaborar para atraparlos con decisión y seguridad), y también audaz en los largos, para tratar de mantener a la defensa de Ravens lo más profunda posible con el fin de generar espacios en zonas cercanas a la línea de scrimmage.

En defensa
Obviamente, hay mucha diferencia entre enfrentar a Lamar Jackson (o incluso a Huntley), que hacerlo frente a Anthony Brown. Es lógico que Harbaugh intentará esconder sus cartas hasta el último momento, así que debemos estar preparados para todo (“ad utrumque paratus”, como reza el lema del arma submarina de la Armada Española).
En mi opinión, creo que Lamar Jackson no va a estar listo para este partido. No, al menos, para el nivel que se exige a una cita de este calibre. En cambio, los problemas de Huntley para lanzar ya tendrán que ser severos para que no sea el titular (dudo que Baltimore vaya con su tercer quarterback si alguno de los anteriores puede jugar). En cualquier caso, ya sea uno u otro, tenemos a unos Ravens muy mermados en la principal posición del fútbol americano.
Esto significa que debemos aprovechar esta debilidad para tratar de sacar partido a lanzamientos no demasiado precisos, como hicimos el domingo. Si apretamos un poco al QB, y estamos atentos en secundaria, podemos cazar algún balón que, en estos duelos, resulta la diferencia entre ganar o perder. Apple, Taylor-Britt o Bates deben aprovechar su capacidad de anticipación para imponerse en sus duelos y, quién sabe, sacar un botín extra.
Sin embargo, esto va a derivar en que Baltimore se vuelque mucho más en el juego de carrera, ya sea con Huntley, o con sus runningbacks. Aquí es donde debemos hacernos fuertes. No podemos consentir que impongan su ritmo de partido. Son el 2º equipo de la NFL que más yardas consigue por esta vía, con una media de 160 por encuentro (en buena medida gracias a Jackson, quien puede estar ausente), así que será fundamental cerrarle los caminos a Dobbins (inactivo el pasado domingo) y a quien sea el RB2 entre Edwards (lesionado) o Drake. En el partido de la semana pasada nos convirtieron 4,1 yardas por carrera. Hay que mejorar.
Pero también habrá que vigilar las evoluciones del QB. Solo por comparar, el promedio de Huntley es de 3,2 yardas por carrera, mientras que el de Jackson es de 6,8; pero tampoco podemos dejarle sin vigilancia para que no consiga primeros downs con sus piernas. El objetivo de Baltimore será masticar mucho los drives, así que debemos procurar terceros downs lo más largos posibles. Importante que Hubbard y Sample hagan su trabajo en primeros downs para facilitar la labor de Hendrickson y Ossai en terceros o cuartos (que se suelen jugar bastantes).
El juego de Ravens nunca ha descansado en el pase más de lo necesario, y menos ahora con las lesiones en su cuerpo de receptores. Sin embargo, nos pueden hacer mucho daño con sus tight-ends. Con Andrews, su mayor amenaza, descansando el domingo, Likely nos hizo 103 yardas. Fue el máximo receptor de su equipo, seguido por Kolar, otro TE. Esto significa que nos van a castigar mucho esa zona intermedia donde tantos problemas tenemos en cobertura. Preveo más minutos que nunca para Flowers o Dax Hill, y recemos porque no salgan retratados en la prensa del lunes.
Baltimore acostumbra a jugar con formaciones pesadas (doble tight–end y además un fullback), así que nosotros también debemos poner kilos y co…raje en la línea defensiva, o sus proximidades. Con los 4 defensive-backs más el LB Wilson innegociables jugando todos los snaps, habrá que alternar al CB Hilton o al LB Pratt para sumar un defensive lineman extra, u otro jugador más habituado a la cobertura de jugadores potentes (Davis–Gaither o los citados Flowers o Hill) respectivamente.
“Las defensas ganan campeonatos”. A esta premisa debemos aferrarnos, porque no sólo vamos a necesitar mantenerles por debajo de los 20 puntos, sino conseguir que no tengan posesiones largas, dándole a nuestro ataque todas las oportunidades posibles para anotar. Creo que es un reto que podemos conseguir. Y si además, la defensa es capaz de conseguir alguna anotación (en el último partido, contra ellos, logramos la única del año), mucho mejor.

Equipos especiales
Atentos aquí porque pueden ser fundamentales. No hace falta recordar, por estar en la memoria de todos, la impoluta trayectoria de McPherson en los pasados playoffs. Necesitamos de él idéntica precisión y, sobre todo, capacidad de enchufarla desde lejos. Ante un equipo como el córvido que nos va a poner tan difícil avanzar, preveo situaciones donde tendremos que decidir chutar desde distancias superiores a las 50 yardas.
Igualmente, dada la importancia de la batalla territorial, necesitaremos otro buen partido de Chrisman clavando al rival lo más cerca posible de su zona de marca (el strip-sack con TD defensivo en buena medida fue gracias a encerrarles con su patada). Será su debut en playoffs, así que con que no la cague, ya también me iría conformando.
Por otro lado, tampoco estaría mal que los retornos aportasen su grano de arena en un partido donde ganar cada pulgada va a costar sangre. A Williams en los de kickoff, y Taylor en los de punt, ya les va tocando que nos den alguna alegría. Cuando toque la inversa, por el mismo motivo, máxima concentración en los equipos de cobertura para no llevarnos un susto en sus retornos.
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El rival
Cuando salga esta previa seguramente se haya confirmado ya la ausencia de Lamar Jackson. Esto no implica automáticamente la titularidad de Huntley, pero resultaría muy extraño que Baltimore jugase con su tercer QB, Brown, teniéndole disponible, aunque no pueda lanzar demasiado (tampoco es ésta su principal virtud). Indudablemente, esto va a ahondar mucho más en su táctica de mucha carrera y pase corto a los tight-ends.
Por lo demás, ésta sería la única baja relevante para los córvidos, aparte de la duda sobre el RB2 Edwards, convaleciente de una conmoción. Cuando llega un partido de esta envergadura, aunque todos los jugadores a estas alturas del campeonato tienen molestias por todo el cuerpo, nadie se lo quiere perder.
Todavía quedan rescoldos del partido del pasado domingo. Quejas de juego sucio por los bengalíes. Acusaciones de blanditos por parte de los córvidos. No es más que el típico calentamiento previo a estos enfrentamientos de alta rivalidad. Eso sí, no tengo duda de que a los árbitros les va a tocar imponer orden, y que más de una trifulca en el césped se va a formar. El estilo de Baltimore, no lo vamos a descubrir ahora, siempre se ha basado en lo físico, y una vez más volverán a ir al límite del reglamento en sus acciones. No obstante, este año ambas escuadras están siendo de las menos castigadas (81 pañuelos Bengals y 82 Ravens, 5º y 6º menos penalizadas, aunque Cincinnati con un partido menos).
Ravens intentará proponer un partido cocinado a fuego lento. Drives largos y anotación baja. Lo más parecido posible al disputado en octubre en Baltimore (19-17 para ellos), donde se pusieron con ventaja, nos costó mucho remontar, pero no fue suficiente y les dejamos un último drive donde imponerse con un field-goal. Si el partido sigue parecidos derroteros, vamos a tener un problema. Ellos este año se están moviendo mucho mejor en los finales apretados que la temporada anterior.
Harbaugh ha vuelto a meter a Baltimore en playoffs tras la ausencia del año pasado, en lo que será su 10ª presencia en sus 15 años como head–coach córvido. Experiencia no le falta, como tampoco actitud para protestarlo todo ni audacia para jugarse 4ºs downs. Sin duda planteará un partido donde sepa maximizar sus armas, especialmente las defensivas.
Hace apenas una semana redacté una prueba destacando los puntos fuertes y débiles de nuestro rival, así que os remito a ella para más información. De entonces hasta ahora, tan solo destacar la jugosa renovación del LB Smith por 5 años a razón de 20 millones cada uno, convirtiéndole en el linebacker mejor pagado, quizá como corresponde a su categoría. Si ya estaba motivado antes, creo que ahora aún más una vez resuelto su futuro económico.
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La clave
Si siempre es importante ponerse por delante en el marcador, las características de nuestro rival lo convierten en crítico. No sólo hay que anotar pronto, sino que hay que anotar bastante, para dejarles sin posibilidad de reacción, forzándoles a desarrollar un juego que no es el suyo. En otras ocasiones, nuestra habitual reacción tras el descanso ha hecho magia, pero no podemos decir lo mismo de los dos últimos encuentros, así que mejor no nos veamos obligados a recurrir a ella.
Por tanto, aunque como siempre nuestra defensa será un pilar fundamental, es un partido que le corresponde al ataque sacarlo adelante. Deberá maximizar en puntos las llegadas a la zona roja, y mover con solvencia las cadenas para cansar a su defensa. Necesitamos un partido con ritmo, pero sin precipitaciones. Buscando la profundidad para estirar su defensa, pero sin obcecarse en esta misión si vemos posible avanzar a pasos cortos. Por supuesto, los receptores deben estar concentrados para evitar drops, Burrow para no cometer intercepciones, los corredores para no perder fumbles, y los jugadores de la línea para no hacer faltas. Baltimore no nos va a regalar nada, así que no les hagamos nosotros regalos a su vez. Esto son playoffs, no hay segundas oportunidades.
El duelo de kickers va a resultar interesante. Ambos tienen la potencia y personalidad necesaria para este tipo de citas. Esperemos que al nuestro no le falle la puntería. Tucker y McPherson son probablemente el pasado reciente y el futuro de la posición.
Las apuestan pronostican una victoria nuestra por 7 puntos y, reconociendo nuestra superioridad, me parece un margen muy generoso. Creo que el marcador final será favorable a los nuestros, pero va a estar mucho más apretado. Noche de café para el sueño y tila para los nervios. Cómo nos gustan y cómo sufrimos estas situaciones. Pase lo que pase, creo que hemos cumplido, pero estando aquí, no hay que dar un paso atrás. Vamos a por todas, compañeros. Who Dey!


Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com