Victoria con sabor a despedida. No de Lewis, que es lo que quisiéramos todos, sino de la campaña 2018. Aunque virtualmente ya lo estábamos, en la pasada jornada se confirmó matemáticamente que quedábamos fuera de cualquier aspiración de postemporada. Es lo lógico cuando un equipo juega tan mal como el nuestro. En el triunfo del domingo tuvo más peso la inoperancia visitante que las virtudes de nuestras huestes. Al menos, la despedida de la afición del Paul Brown Stadium (de los pocos que asistieron) se saldó con la satisfacción (o no) de una victoria. Quizá la última de la temporada.
Existe una corriente de pensamiento, totalmente respetable por supuesto, que hubiese preferido perder, tanto este encuentro como todos los que nos quedan. Las razones son fundamentalmente dos: mejorar la posición de elecciones de cara al draft, y propiciar el acercamiento del despido de Lewis. Ambas circunstancias son deseables. Sin embargo, me temo que su influencia no será la esperada. Por un lado, la elección de buenos jugadores en el draft depende más de una buena preparación, y por qué no decirlo, de la suerte, que de escoger dos o tres puestos más arriba. Por otro, el vínculo de Lewis con la familia Brown es tal que ojala una cadena de derrotas significase su marcha, pero ya hemos visto otros años que tampoco hay una estrecha relación causa-consecuencia. En otros equipos sí, aquí no.
Como imagen que adorna el artículo he escogido las gradas semivacías del estadio. Desoladas como nuestra ilusión. Difícil de recuperar si no se producen cambios sustanciales para 2019. La “ventana” de oportunidad de esta generación parece cerrada a cal y canto. Poco se espera ya de los Dalton, Green, Burfict, Dunlap… Aún pueden ser jugadores muy válidos por supuesto, pero es hora de que sean los Mixon, Bates, Hubbard, Boyd… quienes tomen el relevo. Y con ellos, nuevos jóvenes en el draft, o recuperados desde otros equipos. Pero sobre todo, es imprescindible que al frente haya un director de orquesta nuevo, para un tiempo nuevo. La NFL ya no es lo que era hace 15 años. El tiempo de Lewis, y el de Paul Brown, está más que finiquitado.
Pero en fin, esto pretende ser una reflexión sobre nuestro juego en el último partido, y siguiendo con mi última moda de salirme de guiones prestablecidos, aquí dejo algunos apuntes, algunos malos, y otros no tanto.
- Resulta desesperante la cantidad de faltas que cometemos. Puedo entender un holding para ayudar en una carrera o evitar un sack, por ver “si cuela” y los árbitros no lo pitan. Pero salidas falsas, movimientos ilegales, etc., son muestra de una total falta de disciplina. Y no digamos ya las penalizaciones en equipos especiales. No hay retorno que no anulen por un bloqueo por la espalda o similar. Yo soy Erickson y después de dejarme la piel en cada retorno lo echan atrás por una falta y me como al que la haya cometido.
- Esta vez me gusto Williams. Muy atento a los cruces, y también cuando se le dejó en cobertura profunda (estuvo listo de placar a Nelson porque no le había tocado nadie). Sin embargo, se dejó caer una intercepción fácil nada más empezar el encuentro. Por cosas como estas son por las que abogo por un cambio de SS.
- Atkins estuvo muy activo. Reclamando siempre la atención de la OL rival, y saliendo de la encerrona en muchas oportunidades. Necesitábamos que volviese a ser protagonista.
- Me volvió a defraudar Ross. Sin Green ni Boyd, debía convertirse en el WR1, y sus únicas apariciones fueron para no llegar a un mal pase de Driskel y cometer dos penalizaciones absurdas. Su nula aportación no merece restar minutos a otros compañeros que a lo mejor aprovechan más estas oportunidades.
- Si antes hablaba de Erickson como retornador, también hay que destacarle como WR con un par de recepciones de mérito, desgraciadamente también anuladas por la incompetencia de sus compañeros. Ante la ausencia de Boyd para Cleveland, se antoja buen sustituto para el slot. Por cierto, sobre este tema, también me gustaría ver a Bernard alineado como receptor exterior. Por ahí se les puede hacer daño.
- De nuevo, pésimo partido de Redmond. Correr por la derecha es una quimera. Todas las que se intentaban por ese lado chocaban contra la muralla defensiva. Sólo tuvo éxito la jugada del 2º TD de Mixon, porque fue una toss-play donde corrió muy por el exterior con el apoyo de un TE. Fueron mucho más efectivas las carreras por la izquierda, goal–line incluida, cuando Mixon busca el hueco entre el 65 (Boling) y el 77 (Glenn).
- Me gustó Fejedelem en equipos especiales. Se ha hecho fuerte en esta responsabilidad.
- Tras ver de nuevo el partido, Driskel me pareció tan malo como en directo. Es cierto que arrancó un par de primeros downs corriendo tras jugada rota de mucho mérito (otra vez se demuestra la inutilidad de nuestro Coordinador Ofensivo, que no tiene previstas jugadas para que pueda aprovechar esta habilidad), pero como pasador es nefasto. Erró pases pero por mucho. No tiene la fuerza de brazo que nos parecía (no es lo mismo 4 pases en pretemporada que lanzar el que hace 30) ni parece entenderse bien con sus receptores. No puede seguir en la plantilla en 2019.
- Gran partido de Hubbard, que incluso estuvo a punto de culminarlo con un TD de recepción. No sólo estuvo muy incisivo todo el partido, sino que esta vez sí llegó a terminar las jugadas, obteniendo sacks y fumbles.
- No tuvo su día Uzomah. Tuvo una gran recepción, pero perdió varias que incluso pudieron costar intercepciones. Tampoco en el bloqueo estuvo muy inspirado.
- Muy mal Vigil y Nickerson. Sólo aparecen cuando la jugada va por su lado. Lentos y sin instinto. Tomando ángulos horribles. Descoordinados en cobertura. El viejo Vinnie Rey se los comió. Manda huevos si ésta es la esperanza en la posición…
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com