La victoria menos esperada da más satisfacción. Solamente los más optimistas, o los más fieles, pronosticaron una victoria de los nuestros. Sin embargo, la alegría por el triunfo, y sobre todo, por la forma de conseguirse, nos llenó a todos de alegría. Todo el año vengo defendiendo que no importan tanto las victorias como el juego. El pasado domingo se produjo la conjunción de ambos factores. Desarrollamos un gran partido, y la victoria cayó como fruta madura, sin que esta vez, encontrásemos la manera de fastidiarlo.
La victoria hay que valorarla como merece. Nos enfrentamos (otra vez) a un equipo de playoffs, invicto hacía apenas 2 semanas. Llegábamos al encuentro con una línea ofensiva de circunstancias, plagada de lesionados, y de nuevo sin poder contar con Mixon. Además, no perdamos de vista el trastorno emocional que había provocado el “caso Dunlap” durante toda la semana. Los entrenadores, en tela de juicio, y con fundadas razones, se jugaba mucho.
No quiero pensar qué hubiera sido de estas dos semanas hasta el próximo partido de haber perdido. Todos pediríamos que rodasen cabezas. Ahora en cambio, la situación está más calmada, y hasta el futuro se antoja brillante si conseguimos recuperar lesionados.
No me canso de repetir lo bueno que es Burrow
Nos estamos mal acostumbrando. Burrow cada día tiene menos pinta de novato. El domingo no repitió las 300 yardas de pase, pero no hizo falta. Su talento nos llevó a anotar en 5 de los 8 drives que condujimos, siendo el último de 3 carreras con la única intención de consumir tiempo. Volvió a superar la valoración de 100 en QB-rating, con un 70% de acierto en sus pases. Lo que no pueden decir los números es cómo de ajustados fueron esos pases. En minúsculas ventanas hacia Boyd. En el sitio perfecto otra vez para el propio Boyd, que sólo tuvo que darse la vuelta para encontrarse con el oval en las manos. Un milagro con la jugada rota sobre Higgins pegado a la banda. Y para rematar, un arcoíris de 15 yardas donde sólo lo podría atrapar Tate para cerrar el partido.
La inédita composición de la línea ofensiva le hizo jugar en la mayoría de las oportunidades en shot-gun, y muchas en no-huddle para que no hiciesen cambios defensivos, situaciones donde se encontró muy cómodo. Conseguimos un destacable 10 de 15 en terceros downs, y convertimos un 4º down con un pase de más de 20 yardas a Higgins. Además, estuvimos más resolutivos en la zona roja, donde anotamos 4 touchdowns en las 5 veces que la pisamos. Me gustaría resaltar este dato: 5 visitas a la red-zone. La ofensiva funciona.
No obstante, todavía tenemos detalles que pulir. No debe ponerse nervioso en los drives finales. De nuevo, estuvo a punto de sufrir una intercepción, esta vez en nuestra propia yarda 20, que hubiese podido dar alas a los Titans. Menos mal que una penalización (rigurosa, a mi parecer) anuló el turnover. También debe mejorar la comunicación con su center. Y no provocarnos infartos prolongando a veces innecesariamente una jugada con mínimas opciones de sacar nada positivo. Pero así es Burrow, esto es lo que le ha hecho grande, difícilmente podremos cambiar su forma de ser que, en el fondo, es lo que nos gusta de él.
La “peor línea ofensiva en la historia de Cincinnati” no permitió ni un sack
Si ya nos temíamos lo peor cuando sabíamos que no podrían jugar Williams, Hopkins ni Hart, cuando conocimos que tampoco podría hacerlo Jordan por enfermedad se nos vino el alma a los pies. De hecho, como ya dábamos por perdido el partido, mucho abogábamos por centrarnos en la carrera y olvidarnos de que Burrow tuviese el balón, e incluso que alineasen a Finley como punching-ball.
Sin embargo, fue precisamente con esta línea de circunstancias cuando mejor resultado se produjo. Por primera en la temporada, acabamos con 0 sacks. Incluso corriendo superamos las 100 yardas, algo inaudito. Johnson y Adeniji no hicieron echar de menos a Williams (a Hart no hay que echarle de menos, simplemente, echarle). Calhoun empezó muy perdido (salida falsa y una pérdida de asignación por la que casi matan a Burrow), pero fue sustituido por Spain, quien el viernes ni siquiera estaba todavía en el equipo, y lo hizo genial, ganándose por derecho propio la titularidad en el próximo partido, ya sea por Jordan o Redmond (preferiblemente éste último). ¿Puede convertirse el “que viva España” de Manolo Escobar en nuevo himno de La Jungla en homenaje a Spain? No creo que lleguemos a tanto, pero es justo valorar su profesionalidad y entrega, dando este rendimiento cuando aún ni se había secado el pegamento de su dorsal.
Hay una corriente de pensamiento que opina que la razón por la que la novel línea ofensiva estuvo tan bien fue porque no le dio tiempo a Turner a malvarla. En todo caso, tampoco olvidemos que hubo errores a corregir. Somos el equipo con más salidas falsas de la NFL, en un año donde no hay público gritando en la grada que dificulte oír las señales del quarterback. Price falló un par de snaps que sólo la providencia, y el buen hacer de Burrow, evitaron que derivase en tragedia. Nuestro QB sigue teniendo que huir del pocket para salvar la vida. Hay que seguir avanzando.
No pasa nada por repartir la carga del juego terrestre
Otra reclamación que llevábamos haciendo desde hace mucho tiempo era un mayor reparto de los snaps de carrera. 15 Bernard y 10 Perine, aparte de 4 jugadas para Boyd y Higgins. Gio mejoró la media habitual llevándola a 4 yardas por intento. La de Perine no tanto, pero a él le encargaron sobre todo jugadas de pocas yardas. Suponemos que cuando vuelva Mixon retornará a su ostracismo habitual, pero creo que quedó claro que una mejor distribución de las carreras redunda en mayores beneficios para el equipo, más allá de la importancia de una línea ofensiva donde la madurez de Spain mejoró este apartado.
Bernard es un pilar en protección de pase, pero también muy bueno como receptor. Es otra arma que no debemos dejar de utilizar, incluso compartiendo backfield a la misma vez con Mixon para despistar a las defensas.
Tenemos un envidiable cuerpo de receptores
Higgins ya no es una promesa, sino una agradable realidad, que incluso emociona a nuestro querido Ochocinco al ver en buenas manos al heredero de su dorsal. Con sus 78 yardas fue el atacante más productivo. Tate reivindicó un mayor papel en la ofensiva, convirtiéndose en el WR con más recepciones y, no sólo eso, sino la importancia de estas, estirándose cual hombre de goma para asegurar el primer down. Además, estuvo muy participativo en los bloqueos. Dada la desaparición de los tight-ends (salvo una meritoria recepción de Carter, Sample volvió a pasar desapercibido) quizá un receptor con sus características sea de gran ayuda de aquí en adelante.
Otro que nunca falla es Boyd. Con Green cada vez en un papel más secundario, Tyler se ha convertido en el WR1. Su excelente conexión con Burrow es quizá el efecto más visible de la nueva ofensiva de Taylor. Esto contrasta con la situación de Ross. Obviamente, al no estar dentro del equipo no sabemos si hay algo más, pero nuestra primera ronda de 2017 tiene muy difícil entrar en este selecto grupo. Sus opciones deberían pasar por intentar desplazar a Erickson o Thomas en equipos especiales, y no sé si ya llega tarde para esto.
La línea defensiva sigue incapaz de generar presión
El único sack de la tarde vino como consecuencia de un blitz de L.Wilson. Anarumo optó por una DL pesada (Bledsoe–Covington–Daniels–Hunt, con Lawson como único rusher) con el fin de contener el poderío corredor de Henry. En principio, la estrategia podría parecer sensata. Al final, no lo resultó tanto. Entre Henry, McNichols y Foreman nos corrieron casi 200 yardas (198), más otras 20 del propio Tannehill. Si no nos corrieron más fue porque tuvieron que abandonar su plan de juego al ir por debajo en el marcador y se jugaron más pases, no porque nuestra defensa contra la carrera les estuviera deteniendo.
Atkins sólo jugó 19 snaps (31% del total). 1 QB–hit fue su única aportación. Si realmente su escasa participación se debe a que no está 100% físicamente, me pregunto por qué no se le deja inactivo para que pueda recuperarse bien, o en su caso, ponerle en IR para no agravar lo que tenga y estar a tope el próximo año. Pero si no es un tema físico sino táctico, me pregunto qué demonios está haciendo Anarumo. Esto no va a funcionar contra Pittsburgh.
Los jóvenes linebackers también avanzan
No sólo destacaron los rookies ofensivos (Burrow, Higgins, Adeniji). L.Wilson y Davis-Gaither tuvieron buenos minutos, más el primero que el segundo, a quien alguna vez se le escapó su defendido. Incluso Bailey se anotó un placaje en equipos especiales. Es importante que poco a poco vayan tomando más protagonismo. La cara “B” es Evans, quien de nuevo volvió a quedar fuera de las rotaciones defensivas, y así difícilmente conseguirá renovar.
En todo caso, cuando se encajan tantas yardas de carrera, habría que preguntarse dónde estaban los supuestos especialistas defensivos en este apartado (Bynes, Bell). Al menos esta vez, los tight-ends no nos hicieron un roto. No sé de quién era la responsabilidad de su cobertura, si LBs o SFs, pero mejoramos ahí. Por cierto, Bynes interceptó una conversión de 2 que Titans se vio forzado a realizar tras fallar el snap del extra-point. Si llega a anotar (seguimos sin sacar rendimiento de los turnovers) hubiesen sido 2 puntos más.
Necesitamos un cornerback
Bates estuvo nuevamente espectacular. Su intercepción en la end-zone, aunque muy pronto en el partido, fue fundamental para el transcurso del partido. Además, siempre estuvo muy atento al corte; y esta vez, el golpe que dejó K.O. a Humphries fue más producto de la mala suerte que de su pésima técnica de placaje.
No obstante, cuanto más tiene que intervenir un safety suele significar que sus compañeros de secundaria no están todo lo finos que deberían. Jackson hizo una gran labor secando a Brown casi todo el partido, pero en el otro lado tenemos un problema. Phillips no está nada cómodo ahí, y cuando tiene que hacerlo Sims es un coladero (no permite yardas después de la recepción, pero le completan prácticamente cada pase). Davis nos hizo nada menos que 128 yardas y 1 TD. No se oye nada de la recuperación Waynes, pero me pregunto si no sería el momento de dar alguna oportunidad a Rose (Practice Squad) o incluso poner ahí a B.Wilson, quien ya jugó de CB en la Universidad de Houston.
Bell estuvo muy atento interceptando un pase de Tannehill al TE Firkser en la zona de marca que hubiera supuesto el punto y final al partido, pero una nueva salida falsa de Lawson (ya es la segunda semana consecutiva donde la caga, y mucho, por no saber contenerse) la echó para atrás y en la siguiente jugada nos anotaron. Al menos, él cumplió con su cometido. Necesitamos que siga produciendo más big-plays.
Apareció nuestro retornador
Lo llevábamos reclamando y por fin Wilson rompió en un buen retorno de casi 50 yardas. Además, en un momento crucial del partido, porque Tennessee se había acercado a 10 puntos y nos dejó en excelente posición de campo para anotar. Es fundamental que recupere su chispa. De Bullock no voy a destacar que anotase extra-points, pero tiene un porcentaje muy alto de touchbacks, lo que siempre es positivo porque anula la posibilidad de retorno rival.
Los entrenadores estuvieron más inspirados
Al igual que otras veces les damos caña, esta vez toca felicitarles por su labor. Reaccionaron bien a las bajas en la línea ofensiva, y esta vez no nos hundimos tras los ajustes rivales en la segunda mitad. Detectaron rápidamente la debilidad de Tennessee en la secundaria y la atacaron sin piedad. Esta vez no tuvieron que recurrir al socorrido recurso del QB-sneak para convertir en touchdown un 1 y Goal, sino que hicieron lo lógico: balón al RB más tanque que tuviéramos. Supimos mantener la calma y esta vez sí, conservar la ventaja hasta el final.
En defensa, no sé si se puede decir lo mismo. No nos anotaron en los últimos minutos, pero cuando atacaban en hurry-up, nos avanzaban muy rápidamente. Sus dos últimos touchdowns apenas le llevaron 2:35 y 1:34 minutos. No sé si Anarumo ha recuperado las competencias de ordenar las jugadas en estas situaciones, pero el resultado no ha variado mucho.
Del arbitraje no nos podemos quejar
Si el fuera de juego de Lawson que anuló la intercepción de Bell fue un tanto riguroso, lo mismo se puede decir de la interferencia de pase que anuló la intercepción que le hicieron a Burrow cerca del final. La propia interferencia de pase de Joseph (quizá su último servicio al club que le drafteó y, seguro, el último a Tennessee porque ha sido cortado) que propició el TD de Perine también fue muy justita. Pasaron por alto un agarrón a Boyd, quien de haber llegado mejor al balón tenía el camino franco para anotar. En los challenges, las jugadas eran difíciles de determinar y prevaleció lo pitado en el campo, una para cada equipo. Si hubo errores, fueron mínimos, y estuvieron repartidos.
¿Y ahora qué?
Ahora a descansar y reponer fuerzas. Me refiero a nosotros por supuesto. Tantos partidos seguidos con la tensión en un puño no pueden ser buenos para la salud.
Por parte de los jugadores, se supone que ya deberían volver Mixon, Hopkins, Jordan y al menos Hart. Lo de Williams no lo tengo tan claro. Habrá que ver el alcance de la lesión de Phillips, y si los lesionados de más larga duración (Hubbard, Su’a-Filo y quizá Waynes) están un paso más cerca de volver. Este parón también debería contribuir a que Finney y Spain se lean el playbook y puedan acelerar la compenetración con sus compañeros.
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com