Bengals 2019Draft 2020

Análisis 2019 y previsiones draft 2020: Línea defensiva

Durante años, la línea defensiva fue el pilar de nuestra defensa. Cuando presionaba contra el pase, la secundaria respondía. Cuando se hundía contra la carrera, los linebackers no podían contener el naufragio. Su irregular actuación durante 2019 ha llevado a abrir la chequera en la agencia libre para colocar junto a Atkins un buen acompañante (¡a buenas horas!). Este es el primer refuerzo, pero las edades de Dunlap y el propio Atkins llevan a pensar que se avecinan cambios más pronto que tarde.

Resumen 2019

La temporada 2019 de Dunlap fue de las mejores de su carrera. Pro Football Focus le catalogó el 42 de su lista de top-101 (foto de David Richard / Associated Press)

 

Esta posición también estrenó entrenador en 2019. Eason no lo tuvo “easy” (fácil) al tener que cambiar la mentalidad de una unidad cuyos líderes pasaban la treintena y el resto eran jóvenes por desarrollar. Como al resto de la defensa, le costó encontrar su compenetración y no fue hasta la segunda mitad de la temporada cuando comenzó a rendir mejor.

Quizá habría que comenzar por el jugador más destacado: Dunlap. 2019 fue su 2ª temporada con más placajes y la 3ª con más sacks, a pesar de perderse 2 partidos por lesión. Nada mal para un viejales de 30 tacos. Hubo un momento, entre Noviembre y Diciembre, que resultaba omnipresente e imparable. Buena parte del mérito hay que otorgársela a Hubbard, cuyo crecimiento en su 2ª año ha sido espectacular en todas las áreas. Obviamente, al tener dos estiletes, uno por cada extremo, las líneas ofensivas rivales se veían más fácilmente desbordadas.

Sin embargo, esta presión fue en general bastante inconsistente a lo largo del año. Buenos momentos que alternaban con demasiados de intrascendencia. Una clave pudo ser la falta de relevos. Tras una buena pretemporada, Wynn se lesionó apenas un mes después de comenzar la liga, y nuestra eterna esperanza Lawson nuevamente fue incapaz de terminar una temporada completa por las lesiones. Sus apariciones son electrizantes, pero escasas.

Por el centro, otro año más le tocó a Atkins llevar todo el peso de la presión interior. Nuestro “demonio de Tasmania” volvió a recibir la máxima atención de las líneas ofensivas rivales, lo que, como viene siendo una constante en su carrera, no fue adecuadamente aprovechado por sus compañeros de unidad. Por tanto, su temporada, aunque buena en lo que a números se refiere, resultó un tanto plagada de altibajos en las sensaciones. Es el mejor defensa que históricamente ha tenido el equipo (como evidencian sus 8 nominaciones a la ProBowl) y uno de los mejores DT de la NFL (como demuestra haber sido elegido para el equipo de la década), pero tengo la sensación de que no hemos sido capaces de exprimir todo su talento.

Junto a él, esperábamos que éste sí fuera el año de Billings. Resultó que tampoco. Ya sabíamos que llegaba muy verde college (y no por el hecho de que el uniforme principal de Baylor sea verde precisamente) y las lesiones durante su carrera no le han ayudado a progresar. Sin hacerlo mal del todo, su nivel apenas rozaba el requerido para titular. De hecho, hubo ocasiones que cuando era sustituido por Tupou, éste generaba más presencia en el campo.

La defensa contra la carrera de Bengals fue la peor de la competición, concediendo casi 150 yardas de media por partido, y todo comenzaba con un centro de la DL incapaz de ponerle freno. A la inconsistencia de Billings se sumó una nueva lesión de Glasgow, nuestro especialista en este apartado, quien sólo jugó 5 partidos. Wren, el novato de 4ª ronda, apenas tuvo unas breves apariciones meramente testimoniales. Aquello se convirtió en un completo coladero, que tampoco pudo contener Andrew Brown, en su papel mixto de suplente para el DE o el DT.

Como conclusión final me quedo con la sensación de que se pudieron hacer más cosas con el personal que teníamos. Debieron verse más rotaciones para no llegar exhaustos a los finales de partido (que nos costó varias derrotas), y eché en falta más variedad de formaciones, como por ejemplo, ver a los defensiveend entrando por los gap-A (es decir, a ambos lados del center rival). Quiero creer que tras el año pasado de toma de contacto, en 2020 veamos una unidad más coordinada y poderosa.

 

Previsiones para la agencia libre

Quizá al lector le sorprenda ver aquí a Reader (valga la redundancia), pero los Bengals, esta vez sí, rompieron la hucha de los ahorros para convertirle en el nose-tackle mejor pagado de la NFL (foto de Godofredo A Vásquez para Houston Chronicle).

 

La habitual apatía de la directiva en la agencia libre nos hacía ser escépticos ante su promesa de invertir en la agencia libre. Por esta razón nos sorprendió tanto la contratación de uno de los mejores jugadores disponibles. Reader no es un jugador que llame la atención, como suele pasar con la mayoría de los NT, pero es sin duda un pilar valiosísimo para cualquier defensa. Muy sólido contra la carrera, año a año ha ido incrementando su potencial como rusher interior. Con sólo 26 años, se convierte en el fichaje más caro de la historia de la franquicia: 53 millones por 4 años. Emparejado junto a Atkins tenemos uno de los mejores dúos defensivos interiores de toda la NFL.

En el lado de las bajas, la consecuencia del limitado impacto de Billings le supuso no ser renovado, y sólo le volveremos a ver cuando juguemos contra Cleveland. Sí volverá Tupou, como era de esperar al ser agente libre restringido, para ser suplente de Reader; mientras que Wren se perfila como relevo de Atkins. En el aire queda la situación de Glasgow, sin duda damnificado por sus continuas lesiones. Tiene contrato en vigor, pero deberá pelear en el trainingcamp por conservarlo (si el virus lo permite).

Relativo a los defensiveends, señalar que no se ha renovado a Wynn. Esto sólo puede significar que se confía a Brown como suplente de Hubbard (Lawson lo sería de Dunlap), o que se tiene en mente alguna otra contratación. Se ha rumoreado la posibilidad de contratar a Cameron Wake, jugador conocido por Taylor y Anarumo en Miami, para un último año antes de retirarse (con 38 tacos, ya debería pensárselo), pero parece complicado porque el elegido debería participar en equipos especiales, algo que no parece muy adecuado para uno de su edad.

Por supuesto, podríamos descartar a Clowney tanto por precio como por querer un contrato solo de 1 ó 2 años, y nosotros buscamos, bien un suplente, o algún posible relevo futuro para Dunlap. Por tanto, no descartaría algún movimiento en los últimos coletazos de agencia libre (quizá algún jugador cortado de última hora en algún equipo) o ir al draft en su búsqueda.

 

DRAFT

Salvo que nos llegase a alguna de nuestras elecciones en rondas altas algún liniero defensivo de un valor irrenunciable, yo particularmente no me fijaría en estas posiciones hasta bien entrado el tercer día (5ª ronda como muy pronto). Como es absolutamente impredecible qué jugador podía caernos como maná llovido del cielo, me temo que estos análisis que vienen a continuación puedan decepcionaros un poco porque en ningún momento se trata de posibles estrellas. Aunque, ¡quién sabe! El propio Atkins fue una elección de 4ª ronda, que nadie contaba que diese tan alto rendimiento.

 

Alton Robinson #94 (Syracuse)

Al contrario de lo que pudiera parecer por su nombre de pila, Robinson no es muy alto. Al menos, no para los estándares tradicionales en nuestro equipo (foto: www.cuse.com).

 

Alton Ledell Robinson nació en San Antonio (Texas), ciudad de espléndido nombre, por cierto. En el instituto fue linebacker, defensive-end y capitán del equipo. Consiguió una beca para Texas A&M, pero una circunstancia de la que hablaremos más tarde le obligó a irse un año a un JUCO y después recalar en Syracuse, donde fue titular en 34 de los 36 partidos que disputó. Como junior tuvo una campaña excepcional que le llevó a ser seleccionado en el 2º equipo de la conferencia ACC, y tras su campaña senior recibió la invitación a la Senior Bowl donde fue un jugador destacado (2 sacks) contra el equipo que entrenaba Taylor.

De Robinson destaca sobre todo su explosividad. Posee un buen físico (prototípico según algunos) para la posición de DE en 4-3, pero donde obtiene su ventaja contra las líneas ofensivas es por velocidad y aceleración más que por fuerza. Su disruptivo primer paso ya le pone en superioridad contra su par. Sus movimientos fluidos, en cualquier dirección, y el buen uso de su cuerpo flexionándose para bajar su centro de gravedad, les permiten ganar la batalla, especialmente contra TEs o RBs que se queden en protección.

Contra la carrera, es muy inteligente identificando la jugada, lo que le lleva a saber anticiparse y cerrar el espacio. Es un placador sólido, que sabe utilizar bien sus largos brazos. Sin embargo, parece vivir en un estado de ansiedad permanente, que en ocasiones le lleva a precipitarse y fallar los placajes. Eso mismo le ocurre cuando penetra en el backfield, que a veces se le escapan sacks después de haber hecho lo más difícil, que es llegar al QB.

En los Orange ha jugado en diversas posiciones de la línea. Desde muy abierto en wide-9, de pie como OLB, o incluso como DL interior. Tiene un atleticismo que le permite ser versátil para cualquier posición… siempre que sea como rusher, porque a veces suele desentenderse de la jugada si no va a ser protagonista. Su técnica de manos debe ser mejorada. Tiende a quedarse bloqueado por tackles más fuertes. Si va a ser utilizado como defensiveend, tiene que ganar potencia para ser más contundente en el punto de impacto.

No obstante, su peor “red flag” es una acusación de robo en segundo grado que hizo a Texas A&M rescindir su beca. Dicho así suena muy fuerte, pero en realidad fue la sustracción del móvil de su novia. Los cargos fueron desestimados después de que un testigo se retractase de su declaración inicial. No se le ha conocido después ningún otro tipo de incidente con la justicia.

En definitiva, estamos ante un jugador con mucho potencial. Tiene las condiciones físicas adecuadas para labrarse un futuro en la NFL más allá de ser un simple rusher coyuntural. En todo caso, puede ser un DE de relevo durante sus primeros años; y en nuestro equipo, una válvula de seguridad ante las continuas lesiones de Lawson.

Lo bueno: Con este proceso predraft tan condicionado por el confinamiento debido al maldito coronavirus, es importante cualquier información “extra” que se pueda obtener de los novatos pretendientes a la NFL. Su participación en la Senior Bowl frente a nuestros técnicos seguro que ayuda.

Lo malo: Tras un buen año junior, como senior bajó un poco su nivel, lo que puede generar ciertas dudas sobre su compromiso a seguir aprendiendo los fundamentos del juego como profesional. Aunque alguna vez ha hecho de “espía” de QBs móviles, no tiene experiencia cayendo en cobertura.

Proyección: Es un jugador de principio de tercer día. Probablemente saldrá en 4ª ronda, pero con suerte podría caer a nuestra primera elección en la 5ª.

 

Jason Strowbridge #55 (North Carolina)

Este chico puede hacer de “puente” para dar relevos en la posición de defensive-end hasta que llegue el auténtico sustituto de Dunlap (foto: Karl B DeBlaker / Associated Press).

 

“Strow”, como le llaman sus compañeros, relanzó su proyección en la Senior Bowl, donde prácticamente ridiculizó a cada oponente que le pusieron en los ejercicios de 1 contra 1. En su último año había pasado al interior de la línea, pero en este proceso predraft bajó su peso, con evidente ganancia en explosividad y sin perder potencia. Por tanto, aunque de entrada podría considerarse un híbrido DT/DE, su mejor posición, confirmado por su actuación en la combine, sería la de DE para una defensa 4-3.

Su tamaño, contundencia con el primer golpe, y uso de las manos en el contacto, suponen un serio desafío para sus rivales. Tiene un potente tren superior que le permite abrirse paso incluso ante dobles bloqueos, usando su cuerpo y buenos ángulos para ponerse en situación de ventaja. Cuando encuentra un hueco, su motor es incansable hasta que caza a su presa. Contra la carrera, es más que capaz de cerrar su lado, tanto por físico como por anticiparse a la jugada.

Cuando juega por dentro, le falta fuerza en el tren inferior para ser dominante. Su limitada explosividad, movilidad lateral y habilidad para desenvolverse en espacios reducidos le hacen vulnerable de quedarse enganchado ante dobles bloqueos de jugadores pesados. Además, aquí su altura juega en contra, ya que pierde equilibrio y puede ser apartado fácilmente de la jugada. Su experiencia como rusher exterior le facilita movimientos con los que superar a su par, pero todavía debe ampliar su arsenal.

En todo caso, estamos ante un jugador todavía por pulir. Su productividad en la NFL en 2020 se verá limitada a situaciones puntuales como rusher interior o equipos especiales mientras perfecciona el oficio de defensiveend, para el que creo tiene más cualidades. Si no como titular, al menos, para aportar relevos de calidad. Posee excitantes atributos atléticos, pero habrá que tener paciencia con él.

Lo bueno: Tener un apellido de 11 letras ya empieza a ser algo interesante. Gran utilidad en equipos especiales, donde bloqueó 4 patadas en los últimos 3 años. Versatilidad como suplente para los DE, y como DT en situaciones de pase. Poco más se puede pedir a un proyecto de rondas bajas.

Lo malo: Ni es un DT ni un DE. Le falta flexibilidad y movilidad lateral para DE, y contundencia contra la carrera y reconocimiento de la jugada para DT. Si está verde como DE, mucho más como DT (tiene que mejorar su técnica para levantar la cabeza y ver qué pasa a su alrededor). Su buena progresión en el proceso predraft puede resultar engañosa, ya que como jugador era bastante normal.

Proyección: Un jugador proyectado para 5ª ronda que difícilmente caerá más allá por el valor de la posición. Si lo hiciera, quizá podríamos subir con el pick de 6ª aunque fuese entregando para ello nuestra elección de 7ª.

 

McTelvin Agim #3 (Arkansas)

Pese a que su apodo sea “Sosa”, estoy convencido que la presencia de Agim en un equipo de la NFL será cualquier cosa menos “sosa”.

 

No obstante, es posible que esté del todo equivocado. Quizá la idea de los técnicos no es tanto reforzar el “edge” como el pass-rush interior. A lo mejor el suplente previsto para Reader no es Tupou sino Wren, y para quien realmente haya que buscar un relevo sea para Atkins en el puesto de DT de técnica 3. A expensas de que puede haber una alternativa mejor por algún jugador que caiga más bajo de lo que estuviese previsto, creo que la opción de Sosa Agim en rondas bajas puede resultar bastante interesante.

Estamos ante todo frente a un chico con mucho que aprender todavía. Sólo ha jugado como DT su último año, ya que anteriormente lo venía haciendo de DE. Pero su inexperiencia como jugador interior se ve compensada con la habilidad y capacidad de movimientos propios de un rusher exterior. Su carrera en college es prolífica: en 47 partidos consiguió 145 placajes (30,5 para pérdida de yardas), 6 fumbles y 15 sacks. Esto le valió sendas invitaciones tanto para el EastWest Shrine Game como para la Senior Bowl.

Como veis, es un jugador ya hecho a la competición, lo único es que necesitará un pequeño periodo de adaptación a la nueva posición. Explosivo al snap, sabe “hacerse pequeño” para colocarse entre los huecos que le dejen los linieros ofensivos. Se mueve bien en espacios reducidos. Su flexibilidad y movilidad lateral le permiten penetrar en el backfield para interrumpir la jugada; y su velocidad, seguir persiguiendo al portador del balón si escapa por otro lado.

No obstante, como consecuencia del cambio de posición, deberá añadir más masa muscular a su cuerpo. De lo contrario, no tendrá nada que hacer ante oponentes más grandes. También deberá desarrollar habilidades para “soltarse” cuando se encuentre enganchado con el guard, y hacerse más fuerte en el punto de impacto. Esta falta de potencia para anclarse y defender la posición le hace vulnerable contra la carrera. El posicionamiento de sus manos deberá seguir evolucionando, aparte de que tendrá que aprender más movimientos como rusher.

En definitiva, estamos todavía ante un “proyecto” de rusher interior. Habría que tener paciencia con él, pero tiene la tenacidad y sobre todo, el acompañamiento físico de unas proporciones ideales para la posición. No apunta a estrella, esa es la verdad, pero puede ser un excelente complemento en la rotación.

Lo bueno: En todos los compromisos donde se ha enfrentado a jugadores de su promoción (EastWest Shrine Game, Senior Bowl y combine) ha salido victorioso de los enfrentamientos uno contra uno, llamando la atención de los técnicos. Tiene un gran potencial que, si conseguimos extraer, nos proporcionaría un jugador capaz de estar en el campo todos los snaps.

Lo malo: A partir de su cambio a defensive-tackle, se aprecia que le cuesta identificar por dónde va a ir la jugada desde esa posición. Si no es capaz de desarrollar las habilidades técnicas del puesto, ni aumentar su fortaleza para competir en la NFL, su futuro será limitado.

Proyección: Todas las limitaciones expuestas le van a hacer caer al final del último día. A partir de 6ª ronda podría ser un buen momento para draftearle, pero dado que tampoco tenemos excesivas urgencias en la posición, podríamos esperar a ver si cae a 7ª.

 

Otros nombres de interés

Nosotros podemos perfectamente, pero quizá la directiva no sabe vivir sin un “Lewis” en la plantilla (foto rolltide.com)

 

Terrell Lewis #24 (Alabama)

Hasta 2017, Terrell se apellidaba Hall y no Lewis. Lesiones de importancia en hombro (2017) y rodilla (2018) han limitado su experiencia universitaria a apenas 26 partidos. Sin embargo, cuando está sano es un portento de explosividad, flexibilidad, velocidad y potencia. Complexión prototípica, con interminables brazos para desembarazarse de su bloqueador, cazar al corredor que pase cerca o desviar pases. Bueno incluso cayendo en cobertura. Dicen que está mejor diseñado para OLB de 3-4, pero lo mismo decían de Dunlap. Como consecuencia de las lesiones, llega algo inexperto pese a provenir de un programa como el de Alabama. Un riesgo el de su durabilidad que puede hacerle caer entre 3ª y 4ª ronda donde no deberíamos dejar pasar su talento si nos llega.

 

Curtis Weaver #99 (Boise State)

El chico es una máquina de hacer sacks. 34 en 3 años como Bronco y 47,5 placajes para pérdida de yardas. Muy técnico con sus manos e inteligente en sus acciones. Excelente juego de pies y variedad de movimientos. Efectivo espía de QBs móviles. Combativo y versátil para varias posiciones. Le falta físico para ser más dominante frente a la carrera. No es muy explosivo, ni tampoco muy veloz ni fluido. Incómodo en cobertura y en espacios abiertos, por lo que parece destinado a DE en 4-3. Sus instintos dicen que es un jugador de segundo día, pero sus carencias pueden hacerle caer a la 4ª ronda.

 

James Lynch #93 (Baylor)

Su segundo nombre es “Husker”. Se lo puso su padre porque así se llama la mascota de la universidad de Nebraska donde jugó (recordemos que de ahí también salió Zac Taylor). Versátil jugador para el interior de la línea. Pieza clave en la defensa de Baylor, donde consiguió el record de sacks. Luchador incansable,muy activo y versátil por toda la línea (aunque yo le veo como DT de técnica 3). Ha jugado en equipos especiales, bloqueando 3 patadas. No creo que pueda trasladar su producción a la NFL por su limitado físico y capacidad atlética. Antes del coronavirus teníamos concertada una cita con él, y previamente ya le entrevistamos formalmente en la combine. El interés es real, y puede ser el sorprendente pick de 5ª ronda (si no antes).

 

Jonathan Garvin #97 (Miami)

Tamaño prototípico para la posición de DE. Manos rápidas y buen uso de sus largos brazos, ya sea para desembarazarse del liniero ofensivo o cerrar espacios al portador del balón. Por su longitud y agilidad le llamaban “araña” en la universidad. Explosivo y flexible, debe trabajar en el gimnasio para sumar músculo, ya que cuerpo para ello tiene. Alterna grandes jugadas con otras donde evidencia apatía. Buena velocidad para perseguir la jugada que compensa su lento proceso mental. Le falta algo de chispa a su juego. Tiene un enorme potencial pero necesitará que un buen entrenador le motive a mejorar movimientos de pass-rush, habilidades en cobertura y ganar fuerza. No está para titular y esto puede hacerle caer a 6ª ronda.

 

Benito Jones #95 (Ole Miss)

Su segundo nombre es “Jaquez”. Una auténtica pena, porque si se llamara Benito Carmeloco Jones hubiese sido impagable. Un jugador cuya posición idónea es la de DT de técnica 1 (lo que sería Reader), cuya mejor cualidad es parar la carrera. No tiene la potencia necesaria para colapsar el pocket saliendo como NT, ni la movilidad suficiente para ser amenaza como rusher interior en técnica 3 (Atkins). Competitivo hasta que acaba la jugada, pero con utilidad solamente para dos downs. Sería undrafted para el Practice Squad.

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