Bengals 2020Draft 2021

Análisis 2020 y previsiones draft 2021: Tight-Ends

De las pocas unidades que no decepcionó en 2020. Esperábamos poco de ella, y poco fue lo que aportó. El paupérrimo nivel de sus componentes se confirmó con otra temporada de absoluta irrelevancia en todos los frentes. Una de las asignaturas pendientes de Taylor era involucrar a los tight-ends en la ofensiva. Como veremos más adelante, más que un suspenso se puede calificar como un “no presentado”. Si tenía algo preparado en su carpeta, se quedó ahí.

Quizá debería preocuparnos más el hecho de que no se prevean en el horizonte excesivos cambios. Actualmente, la unidad está aún peor que el año pasado, y no da la impresión de ver a directivos ni entrenadores excesivamente nerviosos por potenciarla. La falta de calidad en el grupo es evidente, pero más destacable me parece la carencia de personal en la plantilla. Sobre todo, pensando en que se trata de una posición proclive a las lesiones, como ha sido una constante en años anteriores. Si triste es alinear como titulares a Uzomah o Sample, peor es tener que hacerlo con los Schreck o Carter de turno.

La ineficacia de los tight-ends, en especial en la zona roja, fue una gran decepción (foto: www.cleveland.com)

Resumen 2020

Con Eifert cazando caimanes en Florida, Uzomah se consolidaba como principal tight-end receptor sin oposición. Ciertamente, no empezó mal. 4 recepciones para unas 50 yardas por partido, puede considerarse una estadística aceptable. De hecho, quedará para la historia que fue el receptor del primer pase de touchdown en la carrera de Burrow. Pero justo en ese partido, en Cleveland, sufrió una lesión que le dejó fuera para todo el año. De sus 6 años en la NFL, solamente 2 los ha terminado sin pasar por la enfermería, lo que da que pensar sobre su fiabilidad.

De este modo, Sample, nuestro principal TE bloqueador, ascendía también a principal TE receptor. Tenía la oportunidad de demostrar que su elección en 2ª ronda el año anterior no había sido un pick malgastado. No lo hizo. Tuvo algunos destellos (recuerdo una espectacular recepción a una mano), pero su impacto en el juego fue mínimo. Y digo “juego” en general, porque ni en el de pase (1 TD), ni apoyando a la carrera, ni defendiendo al QB, su labor fue especialmente destacada para el estatus que debería tener.

El resto de la cuadrilla, como se esperaba. Su aportación, en principio orientada a equipos especiales, debió incrementarse por la ausencia de Uzomah, con resultados igualmente insustanciales. Carter: 5 recepciones en 7 pases hacia él; Schreck: 0 de 1. Al menos, en equipos de cobertura, Carter logró 10 placajes.

Tras la jornada 2, con el TD de Uzomah, tuvimos que esperar a la 16 para que otro TE, en este caso Sample, consiguiera otro. Sólo 2 TDs para una unidad que, con los problemas que tuvimos en la zona roja, debería haber aparecido con mayor firmeza. Nos quejamos (con razón) de que nuestro equipo no sabe defender a los tight-ends, pero hay muchos otros que tampoco, y no tuvimos los medios para saber aprovecharlo. No somos precisamente un equipo que pueda hacer muchas concesiones, y renunciar a la ventaja que pueda darnos la utilización de un tight-end en zona de ataque, es un lujo que no nos podemos permitir.

La lesión de Uzomah nos dejó en ascuas sobre la utilización de los tight-ends como receptores por parte de Taylor (foto: ESPN)

Agencia Libre

Nada más concluir la temporada, se produjo una renovación del cuerpo técnico. Entrenadores como Turner o Eason se ganaron a pulso no continuar con nosotros. Sin embargo, esta limpieza quedó escasa, porque otros entrenadores que continúan también dejaron que desear. Uno de ellos es Casey, el de TE. Estamos pagando su inexperiencia con una unidad plana e irrelevante. Es cierto que no dispone de jugadores de calidad diferencial, pero seguro que tuvo que ver en la elección de Sample, quien sigue sin demostrar por qué invertimos una segunda ronda en él. Buena parte de nuestros problemas en la unidad creo que empiezan aquí.

Si ya teníamos una unidad corta de efectivos, perdimos a Carter, quien marchó a Miami con un contrato de 3 años. Por tanto, únicamente nos quedamos con Uzomah, quien habrá que ver cómo vuelve de la lesión en este 2021 que es el último de su actual contrato; con Sample, de quien espero pocos cambios a estas alturas; el “monstruo verde” Schreck, quien apenas ha demostrado la calidad justita para alternar entre suplencia y practice squad; y con el undrafted Wilcox, especialista en recibir el oval, aunque sea con la cara, como mostró en la combine.

Sin embargo, nadie en la directiva parece darse cuenta de la precaria situación. Ningún rumor de nuevas incorporaciones. Ni siquiera un posible regreso de Eifert, ahora que es agente libre y nos encanta recuperar jugadores. También es cierto que en la agencia libre tampoco hay nada de nivel que realmente mejore lo que tenemos. Y para el uso que le damos, no merece la pena gastarnos un pastizal, o invertir en un trade, para reforzar esta posición.

No obstante, esta última semana, como queriendo dejarme en mal lugar, sí hemos hecho un fichaje. Se trata de Thadeus Moss, el hijo de Randy, quien comparte con él… su afición por lucir el dorsal #81, porque para todo lo demás, es una versión de marca blanca del enorme receptor que fue su padre. Moss Jr. es un paquete con patas. Mejor bloqueador que receptor en college, lo que normalmente suele ser un eufemismo para señalar que es mal receptor. Ni siquiera su buena última campaña recibiendo pases de nuestro Burrow le sirvió para ser elegido en el draft (llegó a Washington como undrafted). Quizá su llegada haya que verla como una posible “compensación” hacia Burrow de traerle un compañero de LSU ya que vamos a draftear a Sewell… o quizá la directiva quiera reunir a la banda “tiger” eligiendo a Chase.

El fichaje de Moss le permitirá reunirse con Burrow tras su experiencia juntos en LSU (foto de Mark Lagrange para FOX)

Draft

Tenemos una unidad de tight-ends carente de calidad, cuyo principal baluarte (Uzomah) viene de operarse el tendón de Aquiles, termina contrato esta temporada, tiene 28 años y una carrera plagada de lesiones. Sample no termina de cuajar, y lo que hay detrás apenas da el nivel para practice squad. Todo malas noticias. Excepto una: tenemos la elección nº5 de este draft, y un jugador que apunta a estrella en esta posición. Desgraciadamente, aquí terminan las buenas noticias. La promoción no es buena, y más allá de 3ª ronda podemos sentirnos afortunados si encontramos valor de suplente.

Kyle Pitts #84 (Florida)

Tras menospreciarles en mi anterior artículo, es justo que en éste les dé cuartelillo a los miembros del Team Pitts. Aunque muy minoritarios, también tienen su corazoncito. Probablemente, si analizamos fríamente la relación calidad/necesidad, Pitts sea la elección más rentable. La necesidad de un titular es manifiestamente mayor que la de un OT (tenemos a Williams y Reiff) o la de un WR (ya tenemos a Higgins y Boyd); y en cuanto a calidad, no tiene nada que envidiar a Sewell o Chase.

Unicornio, alien, espécimen de laboratorio… todos estos calificativos han aplicado a Pitts. Y no podemos decir que sean desacertados, porque lo que hemos visto hacer a este chico resulta increíble para un jugador de su tamaño, y desde luego, imposible para el resto de su promoción. Su capacidad para flexionarse, saltar, correr, … es algo nunca visto antes en un TE. Tiene todo lo que se puede pedir a un WR: velocidad, conocimiento de las rutas, explosividad para ganar separación al inicio de la jugada, aceleración para ganarla durante el desarrollo de esta, manos seguras (0 drops en 2020) … pero todo esto en un cuerpo de TE, lo que le permite ganar todos los balones divididos, proteger la recepción con su cuerpo, etc.

Una cosa es decirlo, pero otra verlo. Demasiado rápido para un LB. Demasiado fuerte para un DB. Su radio de atrapada es tremendo, pero no sólo por físico, sino por su habilidad para contonearse y hacerse con el oval. Posee una gran visión para acumular yardas corriendo tras la recepción. Su capacidad para producir big-plays es tremenda: de sus 43 recepciones de 2020, 39 fueron para primer down o touchdown.

Tiene un físico dominante como receptor en todas las áreas, pero no sería un arma total si no lo completase con una gran inteligencia. Ha jugado en todas las posiciones posibles: abierto, en el slot, en línea, etc. Es mucho más que “un receptor alto”. No sólo es que sea desequilibrante ante cualquier emparejamiento, sino que precisamente ésta es su mayor virtud, la de generar el caos en las estrategias defensivas porque no sabes por dónde te puede atacar.

Si buscamos algún defecto, éste sólo puede ser su debilidad como bloqueador. Ojo, no es que le falte carácter, ya que es muy competitivo y un apasionado del juego, sino que tiene que mejorar su técnica para poder anclarse con más solidez y así evitar ser movido de la jugada. Tiene una enorme ética de trabajo, y es un compañero muy valorado en el vestuario. En cualquier caso, es un TE excepcional, y no se ganan títulos en la NFL sin tight-ends de sus características.

Lo bueno: Como Chase, su segundo nombre es Anthony. Si esto no es una señal, no sé qué más os puedo decir.

Lo malo: Nuestro cuerpo técnico no sabe sacar partido a los tight-ends. Traer a Pitts sería como comprarle un deportivo a una ancianita. Estaría muy infrautilizado en todo lo que son sus virtudes. Ahora bien, Pitts estaría con nosotros como mínimo 5 años, y no tengo claro que los entrenadores actuales duren tanto.

Proyección: Un talento generacional como él debe ser top-5. Por más que sea Tight-End, una posición venida a menos últimamente. Sería una gran opción para Atlanta (pick#4), pero Incluso he leído que Miami podría subir a su pick para asegurárselo. En mi opinión, la única opción para que acabe como bengalí sería con un trade-down que nos mantuviese en el top-10.

Hunter Long #80 (Boston College)

Como bien deja claro su apellido, Long es un receptor muy largo (foto: Getty Images)

Por más que es innegable la necesidad de un tight-end que eleve la calidad media de nuestra unidad, soy bastante escéptico sobre la elección de alguno en los dos primeros días. Por desgracia, tenemos muchas necesidades en otras áreas, y tengo serias dudas de que nuestro cuerpo técnico quiera (o sepa) involucrarles mucho más en el juego aéreo. De aquí el salto que voy a dar con el siguiente jugador.

Long es algo más que un TE-receptor. En 2020, fue el TE más buscado por su QB de toda la competición colegial (89 targets, 22 más que el segundo). Obviamente lideró la nación con 57 recepciones, 685 yardas y 5 touchdowns. Un 60% de sus recepciones acabaron en primer down. Por tanto, no es un jugador que se vaya a asustar con una carga importante de trabajo. Si hemos definido a Sample como nuestro TE bloqueador, lo lógico será contar de cara al futuro con alguien que sea mejor receptor.

Buenas manos (5 drops en 133 targets durante su carrera universitaria), buenas rutas (sabe buscar buenos ángulos para localizar los huecos, especialmente en coberturas zonales), aceptable velocidad y agilidad para los cambios de dirección. Está lejos de ser el TE más atlético de la clase, pero sabe sacar partido de lo que tiene. Sobre todo de su inteligencia, lo que ha permitido a sus entrenadores colocarse en varias posiciones ofensivas, y conseguir recepciones de mucho mérito siguiendo la jugada cuando el QB tuvo que salir en scramble.

Sin embargo, su mayor problema es la aparente apatía cuando la situación se vuelve física. No bloquea mal en movimiento, pero parece que le cuesta cuando le toca hacerlo en línea. No se hace fuerte al contacto, lo que limita su producción después de la recepción. Es una pena que con su cuerpo no sea más competitivo. Sus drops no vienen por falta de talento, sino de concentración.

Lo bueno: No es el mejor en nada, pero es muy completo en todo. Es alguien coherente, como demuestra el hecho de llamarse Hunter (cazador) y haber estudiado en la Deerfield Academy (academia del campo de ciervos).

Lo malo: Nuestros amigos de “Route-Running” le comparan en su guía con Eifert, un jugador que quedó por debajo de sus expectativas cuando le drafteamos en primera ronda. Y si no habéis comprado ya su Guía, no sé a qué estáis esperando.

Proyección: Este draft trae bastantes buenos jugadores … en otras posiciones. Eso quiere decir que muchos jugadores deberían salir antes que él, y que la ronda más acorde a su calidad podría ser la 4ª. Ahora bien, si hay varios equipos con necesidad de tight-end, ante lo corto de la promoción, es posible que salga antes.

Nick Eubanks #82 (Michigan)

Los tight-ends no sólo intervienen en la ofensiva (bueno, en otros equipos, en el nuestro está por ver) sino también en equipos especiales. De hecho, Carter era uno de los pilares en estas funciones. Así que aparte de Uzomah como receptor y Sample como bloqueador, necesitamos al menos un tercer TE activo el día de partido. Quizá podemos rebajar nuestras expectativas sobre esperar un titular en ataque, y dejar para los últimos picks el refuerzo de esta posición.

Eubanks tiene un físico prototípico (éste será mi último artículo sobre análisis de jugadores y no me quedaban más opciones para catalogar a alguien como tal). Bien constituido atléticamente, posee la explosividad para desarrollar su potencia en el arranque de la jugada, juega duro contra los linebackers, y tiene buena velocidad para ganar yardas después de la recepción. Sus manos son seguras, y su agilidad le permite adaptarse a lanzamientos erráticos.

Bloqueando ya es otra cosa. Técnicamente muy verde cuando bloquea en línea o en estático. Le pone empeño, pero le falta fuerza para aguantar la posición. En movimiento, mejora algo esta faceta. Como receptor, en ocasiones le cuesta separarse de los safeties. Su aceleración es buena, pero tampoco va a quemar a nadie en velocidad. Le vendría bien estar más concentrado y ser un poco más competitivo. Debe desarrollarse como jugador, aprendiendo más el juego, para compenetrarse mejor con su QB.

2020 no fue su mejor año. Su escasa productividad ha enfriado su progresión. Se han visto destellos, como el buen recorrido de las rutas, la habilidad para ganar balones con el defensor pegado, y una sorprendente agilidad para alguien de su tamaño. Tiene experiencia en equipos especiales, y por su capacidad de liderazgo fue nombrado capitán del equipo. Creo que le podríamos dar una oportunidad como proyecto de futuro en rondas bajas.

Lo bueno: A pesar de unos mediocres quarterbacks, ha conseguido hacerse un hueco. Con un mejor juego de pase donde esté más involucrado, su potencial debería hacerle crecer. Si no buscamos un titular inmediato, este periodo de aprendizaje y adaptación puede venirle muy bien. Además, su peinado es, digamos, interesante.

Lo malo: Pese a no tener buenos quarterbacks, tampoco destacó sobre sus compañeros que sufrían el mismo problema. Su productividad es muy irregular, y si con toda su experiencia universitaria (llega a la NFL con 24 años) no ha conseguido explotar, no está claro que llegue a hacerlo. Se perdió parte de la temporada por una lesión.

Proyección: Si bien su físico llama la atención, su limitado rendimiento rebaja las expectativas. No está para jugar en ataque desde el primer día, y necesitará paciencia en su formación. Esto va a provocar que caiga en el draft. Podría estar disponible en alguno de nuestros picks de 6ª ronda.

Otros nombres de interés:

(foto de Dana Lipshutz | Onward State)

Pat Freiermuth #87 (Penn State)

Hacernos con Sewell en el pick#5 nos abre un abanico de posibilidades en segunda ronda, ya que no iríamos obligados a conseguir un offensive lineman. En nuestro pick#38 podría estar disponible Patrick John Freiermuth, quien, de no ser por la presencia de Pitts, sería sin duda el mejor de la promoción. Antiguo jugador de línea ofensiva y linebacker, compaginó su juego de TE en los Nittany Lions con el baloncesto. Dos veces capitán del equipo, su físico le permite dominar en los bloqueos para ayudar a los corredores, y su agilidad, buenas manos, y rutas, le convierten en un excelente apoyo en el juego aéreo. No es una amenaza de big-plays, y sufrió una lesión de hombro el año pasado.

Tre McKitty #87 (Georgia)

El ex-bulldog podría ser una interesante opción si nos llega a 5ª ronda. Tre Roosevelt McKitty ha desarrollado su carrera en ofensivas que infrautilizaban los TEs, por lo que no presenta unas estadísticas llamativas. Sin embargo, posee una gran capacidad atlética, excelente control de su cuerpo, muy fluido en sus movimientos, pero valiente en el contacto. Mejor receptor que bloqueador, mantiene el tipo en protección de pase, pero le falta agresividad para abrir huecos en la línea. Ha sufrido lesiones en toda su carrera, y viene de pasar por el quirófano por un problema de rodilla.

Cary Angeline #6 (North Carolina State)

Un tipo de 2 metros no puede pasar desapercibido como receptor. En esta labor, ya sea como TE tradicional o saliendo desde el slot, le han utilizado los wolfpacks, y fueron recompensados con 11 TDs en las 2 últimas campañas. A pesar de su tamaño, utiliza bien su cuerpo para ganar la recepción con sus buenas manos. Muy competitivo, pero carece de las cualidades atléticas para quemar defensas en la NFL, y de la técnica para mejorar su balance y evitar ser superado en los bloqueos. Procede de una familia donde abuelos, tíos, padre y hermano también han jugado al football. Diría que 6ª ronda, con calidad justita para saltar del practice squad al roster principal.

John Bates #85 (Boise State)

Por las intenciones que plantea el cuerpo técnico, deberíamos fijarnos más en TE bloqueadores. Este tipo de perfil suele quedar relegado a rondas bajas (excepto con Sample…), así que no hay prisa por draftearlos. Un jugador que estaba fuera de la órbita de los analistas, pero cuya buena Senior Bowl le ha puesto en su punto de mira es Bates. Su aportación al juego de pase fue ridícula, pero destaca como excelente bloqueador. Típico TE para alinear en la línea ayudando al juego de carrera. Como receptor no ha sido muy utilizado, pero tiene potencial como antiguo campeón estatal de 110 metros vallas y lanzamiento de jabalina. Es un sleeper, que de estar proyectado para 7ª ronda podría subir bastante.

Luke Farrell #89 (Ohio State)

Pese a todo lo anteriormente expuesto, soy bastante escéptico con la idea de que, con todas nuestras necesidades, más alguna nueva como la derivada del corte de Bernard, el staff decida draftear algún tight-end. Por lo tanto, para reforzar la posición quizá vayamos a los undrafted. De aquí, una fuente donde solemos pescar es en los productos locales. Procedente de los buckeyes y nacido en Ohio, Farrell es un TE duro y físico, con buen tamaño, capaz de sobreponerse a DEs y LBs abriendo huecos a los corredores. Para el juego de pase le falta capacidad atlética en todos los ámbitos, pero tiene buenas manos para recepciones en corto o en la end-zone. Un nombre a considerar para el equipo de prácticas.

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