La siguiente posición a analizar es la siempre controvertida del tackle ofensivo. Todos queremos lo mejor para este puesto. Dos gordos que protejan al QB y abran autopistas al RB. Pero seamos realistas, el OT perfecto no existe (no al menos desde que se retiró el gran Anthony Muñoz). El propio Burrow, con su aura de creerse inmortal, tampoco ayuda demasiado, reteniendo el oval en sus manos más de lo razonable. Por tanto, debemos ser precavidos cuando examinamos esta posición. Ni existe la perfección (en ningún equipo), ni los sacks encajados cuentan toda la verdad.
Sin embargo, tampoco podemos obviar la realidad. Pese al esfuerzo invertido en la línea ofensiva durante la offseason 2022, nuevamente nos plantamos en los partidos decisivos con una unidad de circunstancias. Esta vez no fue la mala planificación, sino una desgraciada concatenación de lesiones, pero el resultado fue el mismo: Burrow sufriendo para conservar el pellejo. Puede que estemos más cerca de una buena unidad que en estas mismas fechas el año pasado, pero no nos engañemos, queda camino por recorrer. Quien no vea que el football se decide en las trincheras es porque tiene los ojos deslumbrados con los fuegos artificiales de las jugadas espectaculares.
Resumen 2022

Tras el desastre de la campaña 2021, la directiva sabía que tenía que ponerse las pilas para reforzar la línea ofensiva. En los primeros días de la agencia libre se fichó a Karras (C) y a Cappa (RG), y en el draft nos trajimos a Volson (LT), de quienes ya hablaremos cuando toque. En el caso de los OT, en abril ejercitamos la cláusula del 5º año para Jonah Williams, lo que le garantiza 12,6 millones para este 2023; y en una rocambolesca historia, fichamos un mes antes a La’el Collins por 21 millones para 3 años. El RT ex de LSU había sido cortado por los Cowboys, y su llegada a Cincinnati fue recibida con gran expectación, persecución incluida por un centro comercial, y cena con los líderes del equipo, para evitar que se fuese sin firmar. Con estas acciones, parecía que consolidamos una línea ofensiva con aspiraciones de todo y sobre todo, de borrar, la penosa imagen dada el año anterior.
Sin embargo, el comienzo no fue nada halagüeño. Tras una discutible decisión de Taylor de no probar la OL titular en pretemporada, nos plantamos al inicio liguero con 5 gordos que jamás habían disputado juntos ni un minuto en partido oficial. El resultado fue que Burrow encajó 13 sacks entre los dos primeros encuentros (saldados con sendas derrotas mínimas que, al final del campeonato, echamos en falta). Los fantasmas del pasado volvían a aparecer.
Sin embargo, poco a poco se fue invirtiendo la tendencia. La línea ofensiva seguía sin ser espectacular, pero al menos, el culo de Burrow cada vez tocaba menos el suelo. De hecho, en la segunda mitad de la temporada, fuimos uno de los equipos que menos sacks acabó concediendo (“solo” 28 sacks entre la 3ª jornada y el final de liga, acabando 13ºs en el cómputo definitivo). En el apartado de la carrera en cambio, no se produjo idéntica mejoría. Cada carrera de Mixon era ineludible entorpecida por la presencia de un compañero de línea. No existía compenetración, y nuestro RB chocaba más contra sus compañeros de lo que eludía a los adversarios. De hecho, Pollack, el entrenador de línea ofensiva, tuvo que planificar entrenamientos conjuntos OL-RB para intentar corregir este problema. Spoiler: no se solucionó, sólo el ímpetu de Perine o la determinación de Mixon el día que le apetecía, mejoraba este apartado.
Todo este castillo de naipes se desmoronó en el momento más inoportuno. Williams, quien ya se había dislocado la rótula en la jornada 5 ante Ravens (aunque no se perdió ningún partido), volvió a sufrir idéntica lesión, esta vez en la otra pierna, en el wildcard, nuevamente ante Ravens. Esta vez, por desgracia, no se pudo recuperar, siendo su plaza ocupada por Carman, ya que por entonces, Adeniji estaba cubriendo la baja de Collins en el otro extremo de la línea.
El elegido fue nuestro denostado “Maricarmen”. Esperábamos ahí a Prince, o incluso a Smith, pero contra pronóstico, fue el jugador de segundo año quien, de esta inesperada forma, volvió a la titularidad. También, contra todo pronóstico, no lo hizo mal, lo que deja abierto el debate de si podría ser la solución a largo plazo, en un puesto más conocido para él porque era el que desempeñaba en Clemson, sustituyendo a un Williams, cuyos 13 sacks permitidos en 2022 hacen poner en duda si debemos seguir contando con él para el futuro.
Como digo, Collins ya estaba en el dique seco durante los playoffs por una severa lesión de ligamentos en la jornada 16, que pone en duda incluso su presencia para el inicio de la temporada 2023. El primer suplente para el puesto de OT era Adeniji quien, en los 4 partidos en los que tuvo que sustituirle, no lo hizo mucho peor. Collins permitió 5 sacks, pero causó 8 penalizaciones. Por su parte, el nigeriano sólo concedió 1, y su grade para PFF en protección de pase apenas fue 0,5 menor.
Como conclusión, podríamos decir que algo mejoramos en esta posición pero que, por desgracia, seguimos alarmantemente cortos en cuanto a profundidad, como quedó en evidencia durante la final de conferencia. Para ahondar en la crisis, recordemos que Williams cobrará un dineral desorbitado sin seguridad de continuidad tras este año, y que Collins regresaría tras una seria lesión de incierta recuperación.
Agencia Libre

En mi opinión, los OT titulares para 2023 van a volver a ser Williams a la izquierda y Collins a la derecha. Ahora bien, no podemos conformarnos con una línea ofensiva rankeada en el puesto 31 en cuanto a protección de pase y el 24 en bloqueo para la carrera. Debemos aspirar a algo más para no volver a quedarnos cortos en la carrera del anillo, que es a lo que estamos ahora mismo.
En primer lugar, debemos decidir qué hacemos con lo que tenemos. Williams tiene su contrato para 2023 garantizado. ¿Debemos dejarle que lo cumpla y que se vaya en 2024? ¿Quién le sustituiría entonces, contando con nuestras limitaciones económicas? ¿Podría ser Carman la solución? Y otra opción, ¿merece la pena renegociar el contrato de Williams ofreciéndole más años en la franquicia a cambio de un impacto salarial menor en 2023? Cada cual puede tener sus propias opiniones, pero en la mía, que algo os debe interesar si estáis leyendo esto, creo que no ha dado muestras de ser un jugador por quien perder la cabeza. Si hace un 2023 espectacular, ya veríamos la forma de retenerle (¿jugador franquicia?), pero si no, no nos ataría para el futuro. Aguantemos este año como podamos con su salario, y después ya se verá.
Carman va a estar ahí al menos un par de años más. Recordemos que llegó a la NFL muy inmaduro, y es posible que estos dos años le hayan dado el cuajo que necesitaba. Si es la respuesta a la posición de LT, permitidme al menos albergar dudas razonables. Es cierto que ante Bills en el playoff divisional estuvo bien; pero aquel día todos lucieron bien, quizá porque el piso resbaladizo por la nieve perjudicaba más a unos rushers que, dicho sea de paso, tampoco estaban entre la élite tras la lesión de Miller. En todo caso, nos lo tenemos que “comer” dos años más. Yo lo retendría, no veo ventajas en cortarle y nadie nos va a dar nada en un trade.
En todo caso, necesitamos un plan “B” con algo de fiabilidad. Sustituir a Williams no puede ser un parche temporal, así que no vería la opción de un veterano con poca gasolina en el tanque. La alternativa de Orlando Brown se escapa a nuestras posibilidades económicas. La opción de un OT bueno, barato y joven, directamente no existe. Habría que buscar entre los “juguetes rotos” a alguien con potencial de dar la vuelta a su carrera o que, al menos, nos proporcione un suplente de mejor nivel. Dillard, sin opciones en Eagles, podría ser uno de ellos, sin descartar otras alternativas asequibles, como Anderson, de Broncos.
En el lado derecho, podemos discutir la idoneidad de Collins, pero dudo que la directiva prescinda de él, salvo que concurran circunstancias que obliguen a ello (lesión irrecuperable, problemas de conducta). Adeniji puede ser una solución temporal, pero carece de calidad para titular. D’Ante Smith parecía una alternativa, pero tras verse superado tanto por éste como por Carman, dudo incluso que continúe en nuestro equipo un año más. Una posible competencia, Isaiah Prince, no fue renovado y ahora está en Denver.
En definitiva, veo poco probable que tras la inversión del año pasado (más lo que cobrará Williams este año) se vaya a reforzar esta posición en la agencia libre. Veo mucho más probable (incluso necesario) buscar en el draft, y todo apunta a que debería serlo en las primeras elecciones.
Draft
Anton Harrison #71 (Oklahoma)

Si nos planteamos escoger un OT en primera ronda, para mi, es señal de que hemos abandonado la esperanza de continuar con Williams. En tal caso, debemos emplear nuestro mejor pick en encontrarle sustituto. O al menos, intentarlo. Desde luego, Harrison está en el molde, con un tamaño prototípico, muy bien distribuido, con manos poderosas, brazos con la longitud adecuada y una base sólida en su tren inferior.
Si en el apartado físico no hay un pero que ponerle, en el mental tampoco. Es un jugador muy inteligente, que comprende perfectamente el juego, y que escogió Oklahoma sobre otras universidades por su rigurosidad en el entrenamiento de linieros ofensivos (algo que le hacía falta, ya que comenzó en el instituto como TE). Su juego está a la altura de su exigencia: muy físico y agresivo, sin relajarse hasta que termine la jugada.
Sus movimientos en protección de pase (con 44 sacks encajados, está claro que es nuestra mayor necesidad) son excepcionales. Su velocidad le permite emparejarse de tú a tú con los rushers más ágiles y, como muestra, sólo ha concedido 4 sacks en sus 3 años universitarios. Su punto débil es el apoyo a la carrera. Le falta algo de fuerza para imponer su ley, y la colocación inicial de sus manos no es la ideal. Juega con determinación, pero tiene que dudar menos y mejorar su balance.
Siendo uno de los mejores protectores de pase de la promoción, todavía no es un jugador totalmente pulido. Con apenas 21 años, tiene mucho margen de mejora. Posee experiencia en la derecha y en la izquierda de la línea, así que puede comenzar perfectamente como swing-tackle mientras continua su crecimiento físico y técnico. Es un pick al que se le está ligando mucho con Bengals. Y cuando el río suena…
Lo bueno: Un tipo que se llama Anton no puede ser malo.
Lo malo: Sólo 2 temporadas como titular en los Sooners. Esta poca experiencia puede disuadir a algún equipo de draftearle, pero en nuestro caso, no sería demasiado contratiempo, contando con que sería suplente en 2023.
Proyección: Está en el límite entre primera y segunda ronda, pero en mi opinión, normalmente suelen salir en primera ronda muchos más jugadores de línea ofensiva que los inicialmente previstos, así que incluso no descartaría que nos lo hubiesen volado en el momento de nuestra elección.
Matthew Bergeron #60 (Syracuse)

Matthew K. Bergeron se ganó la titularidad en su primer año, algo que no sucedía en los «Orange» desde hacía más de 20 años. Comenzó como right tackle, pero ya en su segundo año le pasaron a la izquierda. Desde entonces ha alternado ambas posiciones, por lo que su versatilidad está plenamente contrastada. En 2539 snaps solo ha concedido 35 QB-hurries, 6 QB-hits y 13 sacks.
Tiene una constitución corporal muy compacta, con excelente control de su cuerpo y buena movilidad para redirigir a sus oponentes. Por eso, muchos opinan que podrían ser un buen guard y, aunque no lo discuto, es tan dominante como bloqueador para la carrera que sería un magnifico right-tackle. En nuestro equipo, podría ser la solución para prescindir de Collins en un futuro no muy lejano y liberar masa salarial.
Es un jugador muy atlético, explosivo al snap, con capacidad para absorber las acometidas del rival, y aceptable movilidad lateral para prevenir blitzes. Es agresivo al contacto, aunque su técnica de manos es mejorable. Tiene una gran capacidad para recuperar la posición, pero no la perdería tanto su bajase un poco su centro de gravedad. Mantiene muy bien el cara a cara cuando se engancha con el rival, pero todavía tiene que aprender a maximizar sus evidentes virtudes físicas.
Con todo, su mayor problema es la irregularidad. Alterna grandes jugadas con imperdonables despistes. Se mueve mejor es espacios cortos que en campo abierto. Su margen de mejora en protección de pase es todavía demasiado ancho para los estándares actuales de la NFL, lo que puede hacerle caer en el draft. Sin embargo, con el entrenamiento adecuado, es un jugador con el techo muy alto, lo que puede convertirle en un pequeño robo en segunda ronda.
Lo bueno: Su universidad son los «orange«. Es decir, nuestro color naranja no le será para nada extraño.
Lo malo: Mira que soy comprensivo con las expresiones estéticas de todo el mundo, pero lo del peinado de este chico me parece excesivo.
Proyección: Creo que es un top-50. Difícilmente llegaría a nuestro pick#60, aunque todo podría pasar.
Carter Warren #77 (Pittsburgh)
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A Carter Saint Warren, un left-tackle durante toda su etapa universitaria, le preguntaron los entrenadores de las franquicias NFL en la combine si estaría dispuesto a cambiar de posición en los profesionales, a right-tackle o incluso a guard. Warren contestó que sí, por supuesto, lo que da a entender que es un chico inteligente, ya que a esa pregunta, sólo correspondía una respuesta así de obvia.
Estamos ante un chico que ha sido titular durante 4 años, lo que le da una amplia experiencia competitiva. Tiene un cuerpo muy bien distribuido, con brazos largos que sabe cómo usar, y que se coordina muy bien en espacios reducidos (mejor que en campo abierto). Fluido en los cambios de dirección y combativo en el contacto, le falta no obstante aplicar algo más de fuerza a su juego para que su contribución en el juego de carrera esté a la altura de la de protección de pase, una de las mejores de la clase.
La parte más negativa de tanta experiencia es que llega a la liga con 25 años. Teniendo en cuenta la habitual longevidad de los jugadores de línea ofensiva no es mucho problema, aunque da la impresión de que a estas alturas ya poco más va a aprender. En 2021 fue fundamental en una ofensiva que promedió 41,4 puntos y 486,6 yardas por partido, lo que evidencia que estamos ante un chico de primer nivel. Un tema que deberá vigilar son las numerosas penalizaciones que comete por falta de entendimiento con sus compañeros.
En mi opinión, siendo la profundidad de nuestra línea ofensiva uno de los principales problemas del equipo, si no el que más, no podemos pasar del segundo día sin reforzarla. Poco nos aportarán jugadores de nivel similar a los Carman o Adeniji. Con Warren en tercera ronda podemos tener un jugador eficaz en la protección a Burrow y sólido contribuidor a la carrera, que puede comenzar como suplente para ambas posiciones de tackle, y potencial para algo más.
Lo bueno: Un tipo cuyo segundo nombre es Saint (santo) no puede ser malo.
Lo malo: Sólo jugó 4 partidos en 2022 por una misteriosa lesión. No participó en el partido East-West Shrine Bowl, ni en las actividades atléticas de la combine. A ver si está a punto para el Pro-Day de los Panthers.
Proyección: No sé si al final primará más su potencial para que salga en tercera ronda, o si las dudas sobre su salud le harán caer a cuarta. En cualquier caso, rondará nuestro pick#92.
Otros nombres de interés:

Paris Johnson Jr. #77 (Ohio State)
Nuestra franquicia ya ha superado la etapa de ser un equipo marginal. Ahora somos «mainstream» y lo único que nos falta es algo más de glamour para el aficionado medio. Para ello, nada mejor que un jugador llamado «Paris», cuna de la distinción y elegancia mundial, oh, là là. Johnson es un jugador con movimientos muy fluidos, con impresionante tamaño y capacidad atlética, y «savoir-faire» en todas las posiciones de la línea por su versatilidad. Quizá le falta algo más de fuerza y mejorar los aspectos técnicos del juego. Sin embargo, lo normal es que salga elegido mucho antes de nuestro pick#28 de primera ronda. ¡Qué le vamos a hacer! C’est la vie.
Darnell Wright #58 (Tennessee)
Un chico en progresión ascendente, cuyo tamaño prototípico ayuda a limitar sus deficiencias atléticas y técnicas. Con más experiencia como RT que como LT, es en ésa posición donde se le proyecta en la NFL, lo que puede hacerle bajar posiciones en el draft, aunque debería escuchar su nombre entre primera y segunda ronda. Físico, combativo hasta que finaliza la jugada, y acostumbrado a la más alta competencia universitaria, ayuda más a la carrera que al pase (aunque no concedió ningún sack en 2022). Le estuvimos entrevista en la combine, así que ojito que puede despertar bastante interés a nuestros técnicos.
Cody Mauch #70 (North Dakota State)
Compañero del garaje cervecero de Volson en los Bisons, Mauch tiene un pelazo impresionante y una dentadura mellada, fruto de un partido de baloncesto, digna de un auténtico masticador de cristales. Brazos cortos para tackle y poco tamaño para guard, no está claro donde podría encajar mejor en los profesionales. Lo único cierto es que es tan combativo que se comerá sin compasión a quien le pongan por delante. Se mueve muy bien en espacios reducidos, como miembro de una familia de 8 hermanos. Atlético (antiguo TE), experimentado (6 años en la universidad) e inteligente, es un jugador preparado para jugar desde el primer momento. Yo le tomaría sin temor en 2ª ronda.
Tyler Steen #54 (Alabama)
Tras 4 años en Vanderbilt, pidió el transfer para los Crimson Tide con el fin de mejorar sus expectativas de cara al draft. Lo consiguió, ganándose de inmediato el puesto de titular en el LT. Como antiguo DT, sabe sacar ventaja de su enfrentamiento contra estos, y es posible que sus brazos cortos le hagan finalmente deslizarse al interior de la línea. Físico, capacidad para absorber bull-rush, y con gran football-IQ para identificar y neutralizar blitzes, le falta algo de contundencia para evitar que sus oponentes gocen de una segunda oportunidad. Puede ser una alternativa al final de la tercera ronda.
Richard Gouraige #76 (Florida)
Si ya estaba proyectado para rondas bajas, una lesión provocada por el equipo médico de la combine le impidió participar en las actividades atléticas, lo que supuso un duro golpe a su stock. No obstante, le entrevistamos, lo que demuestra que puede estar en nuestro radar si se dan las circunstancias adecuadas. Gouraige es un jugador versátil, que tiene en su corpulencia a su mayor aliado. Su limitado juego de pies le pasa factura tanto en protección como en bloqueo. No es ni mucho menos un jugador con quien poder contar desde el primer día, pero en una ronda baja (6ª ó 7ª) tampoco se puede pedir mucho más que alguien que compita por una plaza de suplente, o que ocupe un puesto en el equipo de prácticas con vistas al futuro más que a ser solución de emergencia.

Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com