Tenemos ya encima el draft, así que desgraciadamente sólo me va a dar tiempo a analizar una última posición. Ya sé que defraudo a mis seguidores pero no, no va a ser la de punter, lo siento. Me quedo con ganas de hablar de edge-rushers, y sobre el crecimiento de Ossai (y su estúpida última jugada), el inolvidable super-touchdown de Hubbard, los deseos de Hendrickson de mejora de contrato y el fichaje de Basham. También sobre la inesperada vuelta de Pratt a una unidad de linebackers sólida, pero con la incertidumbre de que sólo él tiene contrato más allá de este año. Y por qué no, la de quarterbacks, donde por supuesto no hay que tocar a Burrow, pero a día de hoy seguimos sin suplente, y entrevistando posibles objetivos en el draft.
Creo que, por su importancia, no podemos cerrar este ciclo de análisis sin hablar del interior de la línea ofensiva. Sobre todo, porque una vez más, su falta de efectivos nos pasó factura en el momento más inoportuno. Pero también debemos analizar todo el recorrido de 2022, desde su lenta puesta en escena hasta la seguridad que otorgó a Burrow el resto de la temporada regular, sin olvidar los problemas que tuvimos para correr con el balón. La línea ofensiva, en su conjunto, es el pilar donde se basan todos los equipos, con más razón el nuestro, cuyo principal baluarte, el QB, debe gozar de la mayor confianza posible. Por eso no hay que escatimar en proporcionarle la mejor posible en todas las posiciones, ya que, como dice el refrán, una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil.
Resumen 2022
Comenzó 2022 con la franquicia pegando fuerte y rápido en la agencia libre. Las adquisiciones del C Karras y el RG Cappa, tan acertadas como necesarias, indicaban bien claro que la dirección se estaba tomando en serio la protección a Burrow que nos privó de ganar la Super Bowl. De los 5 titulares de aquella noche, sólo Williams (LT) conservaba la titularidad, Adeniji (RG) y Prince (RT) volvían a ser suplentes, mientras que Hopkins (C) y Spain (LG) fueron cortados y nunca más volvieron a encontrar equipo.
No contentos con las adquisiciones en la agencia libre, en la 4ª ronda del draft nos hacíamos con Cordell Volson, un Ofensive Lineman de North Dakota State con pinta de granjero y más verde que las llanuras de su estado natal, quien contra todo pronóstico (o no tanto), consiguió arrebatarle la previsible titularidad a una cada vez decepcionante segunda ronda como Carman.
El comienzo fue difícil. Tardaron en adaptarse a jugar juntos, y Burrow sufrió las consecuencias en sus costillas (13 sacks en los dos primeros partidos). Volson (LG) confirmaba la necesidad de tener paciencia con su curva de aprendizaje (su primera jugada en la NFL fue permitir un sack y cometió varias faltas muy inoportunas), mientras que Karras y Cappa no conseguían abrir los huecos cómo o dónde los quería Mixon.
Sin embargo, a medida que avanzaba la competición, su coordinación mejoró, y los resultados fueron de la mano. Tras tan calamitoso arranque, Burrow acabó con “solo” 41 sacks (6ª peor marca de la liga), pero ya deberíamos empezar a asumir que por su estilo de juego le van a caer muchos cada año y, por desgracia, la mejoría en el interior de la línea vino empañada por la hecatombe de los linieros exteriores (8 faltas y 5 sacks Collins, 4 y 12 Williams). Lo que no conseguimos que levantara cabeza fue el juego de carrera. Tan sólo el ímpetu de Perine conseguía taladrar las líneas rivales por el medio.
Pero hablar de su rendimiento en el campo no contaría la historia completa. La llegada de Karras y Cappa, sobre todo del primero, ha dotado de un liderazgo a la unidad del que carecíamos desde que se fue Whitworth. Más vocal el primero, más callado el segundo, ambos han contribuido a aportar confianza a Volson para acelerar su progresión y, sobre todo, dar tranquilidad a Burrow. Todo iba bien, no había necesidad de que interviniesen los suplentes. Afortunadamente, porque ni Hill (alguna aportación irrelevante como center en equipos espciales) ni Carman (habitual inactivo para los partidos) no daban ningún tipo de garantía.
Todo se tuerce justo en el peor momento, los playoffs. El último partido ante Baltimore se lesiona Cappa. Como antes ya había caído Collins, y su puesto lo estaba ocupando Adeniji, se esperaba que fuese Carman quien entrase por él. Nada de eso. El elegido fue Scharping, fichado justo antes de comenzar la liga tras ser cortado por Houston. Ante Ravens y Bills no lo hacen mal, pero en Kansas City se vuelve a desmoronar todo, y resultamos eliminados.
Realmente, fue mala suerte que las lesiones llegaran para los partidos decisivos, pero para eso está el fondo de banquillo. Creo que tenemos unos titulares lo bastante solventes para 2023 (la experiencia de 2022 de Volson debe hacerle mucho mejor para este año), pero habría que mejorar la suplencia, y empezar a pensar en el futuro (Karras, 30 tacos, solo tiene firmados este año y el que viene; mientras que Cappa, 28, será agente libre en 2026).
Agencia libre 2023
Debo reconocer que me sorprendió bastante (y para bien) el fichaje de Orlando Brown. No creí que pudiésemos encajar otro contrato alto en la línea ofensiva, pero la directiva tiene claro en qué unidad no podemos escatimar gastos. Me alegro de haberme equivocado. Pero mi sorpresa no quedó ahí, ya que hicimos otra adquisición más, y justo al día siguiente: la de Cody Ford.
Aunque en principio se le etiquetó como Offensive Tackle, la elección del dorsal #61 parece indicar que sería Guard. En todo caso, su contrato (poco más de un millón por un año) es del tipo de los que se pueden cortar sin penalización si no consigue hacer roster, y por parte del jugador, revalorizar una carrera descendente desde que fue la elección #38 por los Bills en el draft 2019, lastrada por lesiones, cambios constantes de posición y, por qué no decirlo, actuaciones decepcionantes que le llevaron a Arizona el año pasado por apenas una quinta ronda de este draft.
Así las cosas, el Depth Chart estaría compuesto por los centers Karras y Hill, los guardias derechos Cappa y Scharping, y los guardias izquierdos Volson y Ford (no cuento aquí jugadores del equipo de prácticas). Tras su experiencia el año pasado como tackles ofensivos, metería en este grupo a Carman y Adeniji, con D’Ante Smith fuera de la ecuación, como relevos de Brown, Collins (cuando se recupere, ya que las últimas informaciones hacen temer que vaya para largo) y a ver qué pasa con Jonah Williams.
No es, a priori, una mala unidad, y la profundidad actual parece más que adecuada, pero nunca hay que confiarse. Siempre que exista una oportunidad de mejora hay que ir a por ella (profundidad en la plaza de center o tackle derecho, con Adeniji en último año de contrato o Collins posible víctima salarial). Tenemos invertidos más de 57 millones en la línea ofensiva, y ni siquiera el hecho de que Burrow sea el segundo QB con el release (maniobra de soltar el balón) más rápido de la NFL (2,50 segundos por los 2,31 del ya retirado Brady) hace que todos dejemos de sentir que los huevos corazones se nos salgan por la boca en cada jugada de pase. En la agencia libre hemos hecho bien los deberes, pero no descartaría seguir sumando fuerzas en el draft.
Draft 2023
Dawand Jones #79 (Ohio State)
Empezamos saltándome mis propias normas. En efecto, Jones no es un offensive guard. De hecho, puede que nunca lo sea, lo cual no quiere decir que no pueda empezar como tal en nuestro equipo, desde la suplencia, de cara a adquirir experiencia para el futuro en su posición natural, la de tackle derecho. Este puesto está muy en el aire, porque Collins no sabemos hasta cuándo estará disponible tras su lesión (y su actuación en 2022 fue decepcionante para lo que cobra y no nos sobra el dinero, por lo que podría ser cortado) y Jonah Williams ha pedido el traspaso, confirmando que, como mínimo, saldrá de Cincinnati en 2024. En cierto modo, sería “repetir” el experimento fallido con Carman esperando que esta vez salga mejor, y cruzando los dedos para que el de Clemson nos pueda servir al menos como swing-tackle suplente.
Lo primero que hay que decir de Jones es que es una mole humana. Es inmenso. Su tamaño (2,03 metros de altura, 170 kilos y brazos interminables de 92,4 cm de envergadura) le convierten en uno de los linieros ofensivos más grandes que han pasado por la combine, comparándose precisamente con Orlando Brown Jr., precisamente nuestro nuevo LT. Con uno y otro en cada lado de la línea, Burrow podría perfectamente fumarse un puro antes de cada lanzamiento. La técnica, la fuerza, … todo esto se puede entrenar, pero lo que no se puede cambiar es la complexión física, y esto ya lo trae de serie Jones para convertirse en un jugador capaz de sellar al paso de los rivales su posición en la línea.
Como fácilmente se puede deducir de su tamaño, es un bulldozer abriendo carreteras para los runningbacks. Tiene el temperamento, agresividad y tenacidad para neutralizar a los defensores rivales y llevárselos puestos. Donde más destaca es en los espacios reducidos, donde su superioridad física es más manifiesta. Es explosivo al arranque de la jugada para situar sus caderas en ventaja frente a su oponente y su primer golpe es demoledor. Mueve muy bien sus pies, con la suficiente agilidad lateral para contrarrestar los movimientos del rusher, y juega lo bastante bajo como para convertirse en una roca infranqueable.
Como hijo único, también sabe moverse bien en espacios abiertos. Obviamente, al tener que desplazar toda esa masa, no es su especialidad, pero no es en absoluto ningún patoso. Su tiempo en las 40 yardas es más que aceptable para su enormidad, y se mueve con más soltura de la esperable, recordando su pasado como jugador de baloncesto. Sólo hay que buscar en youtube imágenes suyas haciendo un mate en una canasta (según dicen, es el segundo jugador más pesado de quien se tienen registros de haber hecho un mate).
En el instituto estaba más centrado en el baloncesto, así que todavía tiene mucho que aprender, a nivel de técnica, para sobresalir como jugador de football; pero aún es joven y tiene margen de progreso. Aunque como senior no concedió ningún sack, deberá adaptarse a la mayor velocidad de la NFL. Sus manos van más rápidas que sus pies, así que en ocasiones pierde el balance corporal. Sólo dos años titular, y experiencia únicamente como right tackle, lo que le resta versatilidad. No obstante, creo que el principal problema a pulir son las penalizaciones (16 en sus dos últimos años, 5 salidas falsas en 2022).
En definitiva, Jones me parece un proyecto tan interesante que no debe haber entrenador de línea que no estuviese encantado de moldearle. Aún está sin terminar, pero asusta lo que puede llegar a ser con el entrenamiento y la actitud adecuadas. Jugadores así son muy difíciles de encontrar y, como siempre digo en estos análisis, si no te hace falta ahora mismo, no tardará en hacerlo. El talento cuesta, y mucho, en la agencia libre, así que ir a por el “Mejor Jugador Disponible” en cada elección del draft debería ser un mandamiento de obligatorio cumplimiento.
Lo bueno: El interés de los entrenadores es evidente por las entrevistas que le han hecho en el proceso pre-draft. Incluso entre los aficionados, muchos de ellos seguidores de Ohio State, que ya se lo imaginan con el uniforme atigrado.
Lo malo: Tendencia a coger peso. No seré yo quien lo critique, consciente de lo que cuesta perder esos kilos de más, pero para jugar al futbol americano es un problema gordo. Ya hemos vivido situaciones similares con Andre Smith, e incluso con Jackson Carman. Si le drafteamos, hay que estar pendientes de este tema.
Proyección: Por su condición de RT, es muy probable que caiga a segunda ronda. Lo que ya es más discutible sería considerar si estará o no disponible en nuestro pick #60. En todas las proyecciones que hacemos, a esta elección llegan jugadores que nos convencen del todo. En caso de duda, yo siempre he sido partidario de ir a por gordo.
Alex Forsyth #78 (Oregon)
Si partimos de la base de que las tres posiciones titulares del interior de la línea están definidas, y que para la suplencia tenemos una mayor versatilidad en la posición de guard (Ford, Scharping, Adeniji, Carman…), probablemente sea en el puesto de center donde haya que prestar más atención. Si algo le ocurriera a Karras, tendría que jugar Hill, que no ha demostrado nada, o el undrafted Ben Brown, quien pasó todo 2022 lesionado. Por otra parte, una buena solución en el puesto de center podría incluso desplazar a Karras al LG, posición donde tradicionalmente ha rendido mejor, si la situación así lo requiriera.
Alexander Forsyth ha destacado sobre todo por su inteligencia, pese a no usar gafas. Era el encargado del equipo de ordenar las protecciones de pase. Su técnica es muy depurada. Mueve bien los pies y las manos, con mucha agilidad para pasar rápidamente del snap a encargarse de su contrincante. Excelente movilidad lateral y control de su cuerpo para neutralizar los intentos de sobrepasarle del defensor. Su sobrenombre “toolbox” (caja de herramientas) demuestra que sabe anticiparse y conocer todos los trucos de los rushers. En el juego de pase, es muy atlético para subir al segundo nivel. Su motor incansable y su paciencia le llevan a mantener la posición, cambiando sus apoyos si es necesario, todo el tiempo que sea necesario. Muy activo para ayudar a sus compañeros si no tiene delante a nadie a quien bloquear o estar pendiente de amenazas secundarias.
Como el menor de 2 hermanos, ha debido superar por su propio esfuerzo todas las barreras hasta demostrar valía, lo que le llevó a la titularidad en los ducks en sus tres últimos años universitarios. En 2022 no permitió ningún sack y sólo una presión. Capitán del equipo, ha sido propuesto a premios por su liderazgo, coraje, integridad y deportividad. Su carrera universitaria es de 6 años, lo que le da una amplia experiencia, y hasta consolidarse como center ocupó varias posiciones en la OL. Ha ido progresando año a año y, con 24, todavía tiene margen para seguir haciéndolo.
Su mayor debilidad es la potencia. Aunque su tamaño sea prototípico para el puesto, le falta contundencia y capacidad de anclarse para evitar que se lo lleven puesto linieros defensivos más poderosos. En ocasiones le falta confianza en sus posibilidades y termina cometiendo holdings. Con un mejor posicionamiento de manos y balance podría conseguir mejores resultados. Sus limitados atributos físicos pueden limitar su carrera en la NFL, porque en los profesionales no será suficiente con su talento. Varias lesiones de espalda le han impedido completar las últimas tres temporadas.
En nuestro equipo, deberá competir con Hill para el puesto de center reserva. Aparte de su calidad, traería un liderazgo de la línea ofensiva de Oregon que fue la que menos sacks permitió (5) y la única de las principales universidades en quedar entre las 20 primeras tanto en ofensiva terrestre como aérea. Sus calificaciones en la web PFF fueron de las más altas de la promoción. Su tamaño es similar al de Karras, y nuestro juego zonal le beneficia. Sin prisas, podría seguir aumentando masa muscular en el gimnasio desde la suplencia hasta conseguir hacerse un hueco en la alineación en el futuro.
Lo bueno: Se apellida como Frederick Forsyth, uno de mis escritores de novelas de espías favoritos.
Lo malo: Muy buena técnica, pero con limitaciones en cuanto a su fuerza. Esto hace que me recuerde mucho a Billy Price, y que no termine resultando tan buen jugador en la NFL como en la competición universitaria.
Proyección: Los centers, no sé por qué, no están tan valorados como deberían. Este chico calculo que saldrá entre 4ª y 5ª ronda como muy pronto, pero no siendo ésta una posición donde tengamos una urgente necesidad, podríamos esperar más a ver si cae.
John Ojukwu #70 (Boise State)
Todo esto está muy bien, pero seamos realistas: el buen trabajo realizado en la agencia libre, más la labor de acompañamiento de anteriores drafts, deja poco espacio en el roster para nuevas adquisiciones en esta posición. Considerando más importante reforzar otros puestos, como los de tight-end, safety, cornerback, defensive-tackle, runningback,… resulta altamente improbable que invirtamos un pick de ronda alta o media en alguien para el interior de la línea (al menos este año). Así que, de aquí en adelante, creo que nos centraremos más en chicos proyectados para salir en rondas bajas, donde prime más el potencial que el impacto inmediato.
Uno de ellos podría ser John “OJ” Ojukwu, cuya complexión es ideal para la posición. Altura, extremidades, peso… Algo que se ha tenido que trabajar en el gimnasio, y en la cocina, tomando hasta 1 galón (3,78 litros) de leche diario. Este left-tackle de los Broncos tiene una amplia experiencia universitaria, con 51 titularidades (43 consecutivas), los 3 últimos años en el lado izquierdo, los dos anteriores en el derecho. En toda su carrera sólo ha permitido 11 sacks, 4 en los últimos 3 años (y sólo 8 QB-hits), y ninguno en 2022.
Como hijo de cirujano, es muy refinado en sus fundamentos. Como dato, indicar que es uno de los jugadores menos penalizados de la nación, con sólo 7 pañuelos (ninguna falta por salida falsa o holding en 2022). Sus orígenes nigerianos le hacen incansable y competitivo. Capitán del equipo en 2022, tiene un carácter que conecta con compañeros y entrenadores. Su madre, temerosa de que se hiciera daño jugando al football, no le dejó practicarlo de chaval y le encaminó a practicar lucha y atletismo, lo que le ha venido muy bien para desenvolverse en la línea ofensiva, especialmente en el cuerpo a cuerpo contra sus oponentes. Como buen hijo, hace caso a su madre y su historial de lesiones está impoluto. Su durabilidad es una garantía.
Es un jugador muy físico. Explosivo al arranque de la jugada, sabe utilizar su cuerpo para dominar al contrario, con quien no tiene miramientos para echarlo al suelo. Tiene buena movilidad lateral para su tamaño y sube rápido al segundo nivel. Es paciente en protección de pase, y resetea bien la posición de las manos para no perder nunca la ventaja. Es muy inteligente para adivinar las intenciones del rusher (5 premios académicos de la conferencia en su periplo universitario).
Sin embargo, su atleticismo está por debajo de la media. Es un poco lento para abarcar mucho rango, por lo que le beneficiaría pasar al interior de la línea. Se pierde un poco en campo abierto. Es un tanto inconsistente en su anclaje en la posición y no absorbe bien las embestidas rivales. Puede perder el balance por jugar muy alto (limitada flexibilidad), sobre todo frente a rushers más bajitos. Confía demasiado en su físico, y en la NFL no será suficiente, tiene que seguir mejorando su técnica y el aspecto mental de juego. Físicamente, no tiene mucho margen de mejora.
En definitiva, es un chico cuyo carácter cordial, y disciplina y capacidad de aprendizaje, le harían encajar muy bien en el grupo. Ya sabemos que nuestros técnicos no sólo miran las virtudes deportivas, sino que buscan una personalidad determinada, y en este apartado, no se le puede poner ninguna pega a Ojuwku.
Lo bueno: Nuestros técnicos mantuvieron una reunión virtual con él, lo que muestra que tenemos interés.
Lo malo: Aunque listado como tackle, su futuro en la NFL pasaría por cambiarse a guard, posición en la que nunca ha jugado, ni siquiera en el instituto.
Proyección: Yo veo aquí a un jugador con el talento y los intangibles como para ser muy aprovechable siendo escogido en sexta ronda.
Otros nombres de interés:
Steve Avila #79 (TCU)
Esteban “Steve” Avila es uno de los mejores centers de la promoción. Capitán del equipo y líder indiscutible de la OL de TCU que llegó a la final del torneo universitario, al punto de cambiarse su nombre a Steve porque sus compañeros eran incapaces de pronunciar bien “Esteban”. Por fuerza no hay nadie que le supere, arrastrando rivales para abrir camino al corredor. En protección de pase, se planta en su posición y no hay quien le mueva. No concedió ni un sack en 2022. Versátil, tanto de center como de LG. A veces le cuesta identificar asignaciones de bloqueo. Se mueve mejor en espacios cortos, donde tenga que moverse poco lateralmente. A los Bengals, históricamente no nos ha ido mal con linieros ofensivos de origen hispano. Tiene una característica fundamental que le diferencia de Price: un impresionante pelazo. Su ídolo es Jason Kelce. Se proyecta para segunda ronda, antes de nuestro pick#60.
Atonio “Nio” Mafi #56 (UCLA)
Obviamente, no podíamos terminar esta serie de análisis sin un jugador llamado Antonio o alguna de sus múltiples variantes. ¡Qué mejor que hacerlo con un bruin que, además, es primo de nuestro Asiasi! Sin embargo, no creo que le acabemos drafteando porque no encaja en el perfil atlético que buscamos. Es un mamut, pero con un cuerpo bien proporcionado. Infranqueable, aunque poco móvil. Convierte rápidamente en potencia su explosividad y fuerza para mover contrarios. Experiencia de 56 partidos universitarios alternando LG y RG. Comenzó jugando football como defensive–tackle, así que todavía tiene que asimilar muchos conceptos técnicos como liniero ofensivo. A veces se enzarza demasiado en su combate individual y pierde la visión de la jugada. Penalizaciones por salidas falsas. Fue elegido capitán de su equipo en el East-West Shrine Bowl por chicos que apenas le conocían una semana. El nativo de Tonga estuvo a punto de volver a su país para jugar al rugby (el deporte más importante del pequeño reino polinesio) y tiene como hobby cantar. Como negativo, que es seguidor de los 49ers. Se le proyecta entre 5ª y 6ª ronda.
Jeremy Cooper #74 (Cincinnati)
Como os decía anteriormente, creo que si reforzamos esta posición sería más bien al final del tercer día, ya sea en el propio draft o adquiriendo jugadores que se hubieran quedado fuera. Este es el caso de Cooper, proyectado para 7ª ronda o undrafted. El bearcat ha jugado toda su carrera universitaria como LG, en una línea ofensiva que en 2021 llevó en volandas al equipo a sus mejores registros históricos. Tamaño prototípico, ídolo local (con quien los técnicos han tenido entrenamientos privados), experimentado y muy fiable (sólo ha concedido 5 sacks en toda su carrera). Ha obtenido varios galardones académicos. Tuvo un gran Pro Day donde llamó la atención de varios equipos.
Brandon Kipper #68 (Oregon State)
Otro jugador que ha llamado la atención de nuestros técnicos es el versátil liniero ofensivo de los beavers Brandon Kipper. Aunque ha jugado la mayor parte de su carrera como RG, también tiene experiencia en el RT y en equipos especiales. 45 titularidades consecutivas muestran su fiabilidad. Tamaño prototípico (¡qué típico!), muy físico y combativo hasta el final de la jugada, su falta de flexibilidad le hace más utilizable en el interior de la línea. Movilidad ideal para bloqueos en zona pero carece de velocidad para subir al segundo nivel. Efectivo en los pulls, está más capacitado para ayudar en la carrera que en la protección de pase. 3 veces All-America en lucha libre y una titulación en psicología son dos factores que le pueden venir muy bien en su futuro en la NFL. Se le proyecta para 7ª ronda o, más bien, undrafted.
Jordan Rhodes #79 (Arkansas State)
Terminamos la serie con otro jugador que también ha tenido un entrenamiento privado con nuestros técnicos. Rhodes comenzó su carrera universitaria como un tiro en South Carolina, pero, después de saltarse la temporada del covid, no ha vuelto a recuperar el nivel que se le presagiaba, pasando por Ole Miss y finalmente por Arkansas State. Rhodes es un jugador muy grande, con una imponente envergadura de brazos, pero muy fluido y explosivo. Posee un alto football-IQ y buenos movimientos laterales y subiendo al segundo nivel. Dominante en el juego de carrera, sufre contra pass-rushers ágiles y rápidos. Quizá le falta talento como para ser titular, pero puede ser un aceptable swing-guard suplente, útil en formaciones “power” donde haya que aplastar las líneas rivales por fuerza bruta. Éste sí que será undrafted.
Foto de portada: www.cleveland.com
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com