AnalisisBengals 2020

Bengals 17 – Giants 19

En nuestra incansable búsqueda de novedosas maneras de perder, el pasado domingo encontramos una nueva: stripsack con pérdida de fumble en el drive de la hipotética remontada. Un digno colofón a un indigno partido. Rematadamente mal jugado por ambas partes, pero que, de alguna manera, satisface a ambas aficiones: la newyorkina, que mantiene intactas sus opciones de playoffs; y la bengalí, cuyo equipo se afianza en los puestos de honor para el próximo draft. Esta “nueva normalidad” bengalí me recuerda mucho a la antigua normalidad que esperaba no volver a vivir.

No hay tiempo para lamerse las heridas. No veremos a Burrow en un emparrillado hasta dentro de un año. Es lo que hay, debemos ir hacia adelante. El problema es que delante nuestra lo que tenemos es el abismo. Un precipicio sin fondo socavado por un incompetente cuerpo técnico cuya única jugada del gamebook era “que se la juegue el #9”.

Puedo parecer exagerado, pero ¿cómo llamaríais a un plan de juego consistente en llamar ¼ de jugadas de carrera y ¾ de pase… con un QB que hace apenas una semana estaba en el practice squad? ¿Y qué tal si os digo que el juego aéreo obtuvo una media de 8 yardas por pase completado, del apenas 58% que llegó a su destino, mientras que Bernard consiguió una más que aceptable media de 4 yardas por acarreo? Eliminemos un jet-sweep penosamente ejecutado que tuvo como víctima a Erickson, y una única carrera de Trayveon Williams para pérdida de yardas (el fake-punt cuenta como carrera, pero no lo voy a incluir). La carrera no estaba funcionando “tan mal” como para olvidarnos de ella (tal como hicimos con Perine, 0 intentos).

No es estúpido pagar una morterada a un RB. Lo estúpido es no generar un estilo de juego donde puedan brillar sus cualidades. Porque no nos engañemos, cuando regrese Mixon, su participación será igual de testimonial que la que está teniendo Bernard en su ausencia. Es imposible pelear en la AFC Norte sin un juego mínimamente balanceado, ya no digo descaradamente volcado hacia la carrera como el de Ravens o Browns.

Porque si tuviéramos una defensa solvente podría aceptarlo, pero tampoco es el caso. Se podría decir que la defensa cumplió dejando a Giants en menos de 20 puntos, pero… esos 19 puntos que consiguieron es precisamente la media que están generando cada semana. Es decir, que si no anotaron más no fue por nuestro esfuerzo defensivo, sino porque ellos no dan para más.

Este año estoy viendo muchos partidos donde no me parece que el rival sea mejor que nosotros (Chargers, Washington, Giants, Eagles), y estamos compitiendo de igual a igual con otros más duros (Colts, Browns). Sin embargo, sólo llevamos 2 victorias. He repetido muchas veces que nuestro objetivo no eran las victorias, sino competir. Pues bien, ya hemos visto que podemos competir, ahora hay que dar el siguiente paso: ganar. No se puede generar una dinámica ganadora si no se gana, esto es de Perogrullo, y este cuerpo técnico no me parece el adecuado para ello. La derrota del domingo confirma (por si quedaban dudas) una nueva temporada perdedora. Zac Taylor está haciendo bueno a Dave Shula, y ya sabemos cómo acabó aquello (19-52): con el inicio de la década maldita.

El balance de 4-22-1 de Taylor es insostenible (foto de Joseph Maiorana-USA TODAY Sports)

 

Lo de los QBs no tiene nombre

Me considero una persona con una aceptable cultura. Sin embargo, me encuentro sin adjetivos para calificar la gestión de este staff con los quarterbacks. Resulta que quien más opciones nos daba de ganar en ausencia de Burrow no era Finley, el hasta ahora QB2 (bueno, en realidad, sigue siéndolo), sino Allen, quien hace una semana estaba en el equipo de prácticas. Y lo peor de todo es que es verdad. Siendo malo, Allen causó una impresión ligeramente mejor que la de Finley.

A estas alturas, la permanencia de Finley en el equipo me parece casi tan incomprensible como la de Bullock (ya hablaremos luego). Si su misión va a ser sostener la tablilla, para eso, les propongo a mi sobrino, que lo haría encantado por menos dinero. Su imagen en el banquillo, concentrado escuchando ¿música?, es fiel reflejo de la deriva del cuerpo técnico. Por si su moral no estuviera suficientemente tocada cuando el año pasado le hicieron devolver la titularidad a Dalton (con toda justicia pese todo), ¿cómo habrá quedado ahora al verse superado por un trotamundos del equipo de prácticas, cuya calidad para el puesto es ínfima?

La franquicia se equivocó subiendo por él en 4ª ronda en 2019 (la misma ronda donde subieron por el infumable Bodine unos años atrás, esto debería darnos una pista de no volver a hacerlo). No pasa nada, todo el mundo la caga en el draft. El auténtico despropósito es mantenerse en el error. Los gurúes ofensivos se equivocaron en su evaluación, pero también Tobin tiene su responsabilidad por no cubrir adecuadamente una posible baja de Burrow. ¿De verdad Dolegala era peor que estos dos? Tengo serias dudas.

En cuanto a Allen, pues ¡qué queréis que os diga! Sin capacidad para hacer progresiones (tuvo a Bernard totalmente desmarcado muuuuchas veces), forzando pases a coberturas imposibles, impreciso en el pase medio (ya no digo el largo), sin habilidad para salir de la presión… En la jugada final hizo lo que nunca debía hacer: permanecer estático y encajar un sack (no teníamos tiempos muertos). Un QB de 5ª fila, a cuyo lado McCarron se antoja probowler. Pero el chico no da para más. No es su culpa no ser más talentoso, sino que alguien pensase que sí podría serlo hasta el punto de hacerle pasar 29 veces (33 si contamos las que tuvo que correr por su vida ya que no salió la jugada prevista).

El pobre Allen no estaba preparado para lo que se le venía encima (foto: Giants.com)

La carrera no existe, los TEs tampoco.

Apenas una decena de intentos en todo el partido. Y eso que debíamos proteger a Allen de no exponerle demasiado. Perine sólo tuvo una intervención… como receptor. No sólo está infrautilizada, también lo está mal utilizada. Mandamos una jugada de jet-sweep a Erickson para que corriera por el lado de un defensor que no tenía bloqueador. Debió ser el placaje más fácil de su vida. En jugadas de pocas yardas, salvo que hagamos el tradicional QB-sneak, tampoco hay mejores alternativas.

Los tight-ends volvieron ligeramente a la vida… aunque su zombie aparición apenas aportó nada. Una buena recepción de Sample, pero muy flojo de manos permitiendo un fumble en una situación trascendental. Carter, una recepción de 5 yardas y una penalización de 10. Probablemente Allen no estuviera capacitado para lanzar pases fuera de los números, pero tanto lanzamiento central buscando a TEs y WR-slot provocó una intercepción y varias casi.

 

Hablando de fantasmas, Green volvió a ser una sombra.

Otro partido con un cero patatero en el casillero de yardas de Green. Si sólo fuera que su incapacidad para conseguir separación se traduce en incompletos… pero su falta de compenetración con el QB (su consabida anarquía en el recorrido de las rutas) por poco nos vuelve a provocar un nuevo turnover.

Desde luego, no se merece ninguno de los 3 pases que le lanzaron. Hasta Tate hizo más esfuerzo por intentar bajar un pase absolutamente inatrapable. Aunque sus esfuerzos siempre son encomiables, las 15 yardas de Boyd, e incluso las 44 de Higgins (aunque al menos éste pudo anotar un touchdown en la relajación final de Giants que ya veían el partido ganado, y por qué no decirlo, por la mala conciencia arbitral intentando compensar al final con faltitas muy rigurosas) son insuficientes para que nadie les tenga en consideración en las fantasy.

Higgins es nuestro único rayo de luz en una campaña que se antoja muy sombría de aquí al final (foto: cincinnati.com)

La línea ofensiva sigue siendo un desastre

La falta de evolución de Jordan finalmente le ha costado la titularidad en cuanto ha aparecido alguien claramente mejor (Spain). Sin embargo, en el lado derecho siguen empecinados con la desastrosa dupla RedmondHart. Y así será salvo que las lesiones lo impidan (como le pasó a Redmond, sustituido en la 2ª parte por una conmoción, que hizo pasar al “chico para todo” Spain al RG mientras Jordan volvía al LG).

Estos ya sabemos que son malos, pero esperábamos más de Jonah Williams. El prometedor LT tuvo una tarde espantosa, permitiendo mucha presión por su lado y provocando penalizaciones. Es otro jugador que no termina de evolucionar. Otra 1ª ronda que pierde valor. No nos podemos plantear pasarle a OG porque necesitamos OTs. A cada partido que pasa se devalúa aún más la labor de Turner.

 

La línea defensiva mantiene su regularidad: 0 sacks

Da igual la cantidad de personal con que sobrecarguemos la línea. Ni la pobre calidad de la OL que tenga enfrente. Una y otra vez los quarterbacks rivales se marchan de rositas. De no ser por la desafortunada lesión de Jones, que hizo jugar a McCoy (otro QB que ya no está para esto), no hubiésemos tenido ni la más remota posibilidad de pensar en una supuesta remontada. Ver a Bledsoe y Hunt en el campo más que a Atkins me genera una profunda desazón. Anarumo se está cargando el poco patrimonio que nos quedaba. Lo peor no es que se vaya, sino el solar que nos va a dejar.

 

El resto de la defensa tampoco está para tirar cohetes

Los LBs estuvieron bien. Bynes, sorprendentemente, mejor en cobertura que contra la carrera, donde le pillaron fuera de sitio un par de veces. Los novatos cada día mejor, aprovechando que Pratt no termina de arrancar (aunque Davis-Gaither debe mejorar su juego de manos, porque se le volvió a escapar una intercepción).

Bell fue quemado de forma inmisericorde por Engram, y aunque se redimió provocándole después un fumble, tampoco estuvo firme contra la carrera. Menos mal que Bates está en todas, minimizando daños. Aunque hay algunos inevitables, como los provocados por Sims. Este engendro me enerva. Es incapaz de provocar un incompleto. Los WRs no tienen el más mínimo problema en recibir solos, ¡aunque se resbalen les da tiempo a levantarse y atrapar el balón! No es consciente de la situación de primer down. No puedo creer que no haya nadie mejor en la plantilla. No sé cuándo volverá Waynes, pero debe hacerlo. Necesitamos saber cómo de patética es realmente nuestra unidad de cornerbacks.

Bates intenta consolar a Alexander. No creo que lo consiga (foto: The Athletic)

Los equipos especiales, casi perfectos

Hasta bien avanzado el último cuarto, Wilson tenía más yardas en su retorno de kickoff para TD que toda la ofensiva junta. Tanto miedo generó en los Giants que a partir de ahí los chutaron en corto para evitar sus retornos. Es lo que queríamos ver, lástima que no sirviera para darnos una victoria.

Una victoria que nos puso en bandeja Erickson retornando su último punt hasta la yarda 50. Teníamos 57 segundos para avanzar apenas 15 yardas hasta un FGrange razonable… con otro kicker que no fuese Bullock. Ignoro si la desconfianza en él fue la causante de ordenar una jugada con mínima protección a Allen, buscando un pase largo cuando no había tanta prisa (aunque no tuviésemos tiempos muertos, hasta una buena carrera nos hubiese podido servir, y parar el reloj con un spike)

La guinda la puso Simmons con un acertado fakepunt (apuntado con anterioridad por nuestro compañero Sergi, el único que lo vio venir), apuntalando sus opciones a entrenador en jefe interino, o quien sabe si de futuro.

 

El pedazo de retorno de Wilson fue lo más destacado de un partido soporífero (foto: Cincinnati.com)

Nuevo descalabro técnico

El desastre ofensivo tiene unos claros culpables: el cuerpo técnico. Un Coordinador Ofensivo sin capacidad para readaptar su gameplan, ni respuesta a los problemas recurrentes (3 de 10 en 3ºs downs). Un entrenador de línea cuya unidad sigue en niveles de patetismo absoluto, aunque le fichen más jugadores, que ni protege al QB ni abre espacios a los corredores. Un entrenador de RBs de adorno, un entrenador de TEs invisible, uno de QBs que no sabemos a qué dedica su tiempo. Bicknell, desde su convalecencia por el Covid-19, debe estar preocupado por lo poco que podrán evolucionar sus WRs a partir de ahora. Burrow lo tapaba todo. Ahora es cuando más evidencia la incompetencia general.

Pero los defensivos no se quedan atrás. Otra vez un tight-end nos saca los colores (129 yardas de Engram). Encajamos 142 yardas y 1 TD por vía terrestre. Nos convirtieron los tres 4ºs downs que se jugaron (uno de ellos, el del TD). El fumble recuperado nos evitó una anotación y favoreció nuestro field-goal, pero nos dejamos intercepciones por el camino, y algún que otro sack. Sin Burrow, necesitábamos que diese un paso adelante, pero su nivel fue igual de plano que partidos anteriores (que nunca falte encajar la anotación de los 2 minutos antes del descanso), sólo que esta vez enfrente también tuvimos un QB que no se esperaba jugar.

La anotación de Wilson fue el retorno más largo para TD en la historia de la franquicia (103 yardas) superando al que tenía… Eric Bienemy. Sí, ese Bienemy, coordinador ofensivo de los espectaculares Chiefs, a quien debimos haber fichado en vez de a Taylor.

La frustración de Boyd o Bernard representa la que sentimos todos los aficionados bengalíes (foto Sam Greene para Cincinnati.com)

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