Andy Dalton
Dalton se ropió el pulgar durante el partido de temporada regular contra los Pittsburgh Steelers. |
No solo ha tenido, de largo, el mejor año de su carrera, sino que su lesión, impidiéndonos progresar en playoffs, ha magnificado su leyenda. Nada nos garantizaba que con él en el campo hubiésemos ganado a Broncos o Steelers, pero es inevitable pensar, dado lo cerca que estuvimos, que sí hubiera sido posible.
La mejoría de este Dalton cosecha 2015 se ha debido a dos motivos: el primero de ellos, la variedad de armas de las que ha podido disponer gracias a lo que nos han respetado las lesiones. Obviamente, tener la posibilidad de no volverse predecible, y que sus compañeros, desde la protección que le ha dado la OL hasta las imaginativas formaciones de Jackson, han rendido también a gran nivel, ha facilitado mucho su producción.
Pero la segunda parte sí es mérito suyo. Seguramente, la experiencia es un grado, y se le ha visto mucho mejor compenetrado con Green (causa en el pasado de muchas intercepciones), con Eifert y con el resto de receptores. También ha estado muy alineado con la filosofía de Jackson de formaciones desconcertantes (en ocasiones, en exceso) y ha tenido mucho poder de decisión final en la jugada a realizar (audibles), todo hay que decirlo, con bastante acierto.
Técnicamente también ha progresado mucho. Sus pases profundos ya no son tan descontrolados y los cortos van mucho mejor dirigidos, lo que ha derivado en un impresionante bajón en el número de entregas del balón. Y no por correr menos riesgos, ya que en ocasiones, con la jugada rota y desplazándose hacia la banda, ha sido capaz de completar pases que antes iban derechos a la grada. Su release (tiempo que tarda en desprenderse del oval) sigue siendo de los más rápidos, lo que favorece mucho que se minimice la presión del rival. No obstante, toda esta mejoría, en mi impresión, proviene más de su aprendizaje en offseason en los seminarios californianos de Tom House que del trabajo de Zampese con él.
Su principal problema, sigue siendo sobreponerse al pass-rush. Cada vez que la OL no le protege lo suficiente (bien porque tenga un mal día, o porque el contrario tenga una gran DL) vienen los pases precipitados y defectuosos. Aquí es donde más debe trabajar esta pretemporada, porque su problema no es de “miedo”, sino de aprender a ganar tiempo moviéndose en el pocket. Y digo que no es de “tener miedo” porque precisamente su lesión se produce por intentar un placaje a un jugador de línea defensiva, dos veces más grande que él, que jamás debió haber intentado. No es nuevo, lo ha hecho siempre. Cada vez que le interceptan ha sido el primero en tratar de minimizar daños (lo que le honra). E incluso nunca se ha cortado un pelo en bloquear para sus compañeros en jugadas de end-around, o para lanzarse hacia adelante con la defensa encima en un scramble para conseguir el primer down. Una vez vista la extrema dependencia que tenemos de él, debería en el futuro cuidarse más de acometer estas jugadas de tanto riesgo para su integridad.
El veredicto final es que Dalton se ha convertido, de la noche a la mañana, en un QB de elite (tenía el mejor QB-rating de la liga en el momento de su lesión), y debemos sentirnos afortunados por ello. Obviamente, con los cenizos que somos, ya estamos pensando en si esta temporada ha sido fruto de la suerte o de Hue Jackson. Yo creo que no. En el fondo, no le hemos visto hacer nada excesivamente diferente, sino que ha hecho básicamente lo mismo, pero mejor. Y no hay razón para pensar en un retroceso.
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com