¡Qué locura! ¿Por dónde empezar? Quizá por el final. ¿No podían haber elegido para remontar un partido donde sí nos interesara ganar? Sentimientos encontrados entre la afición bengalí, donde unos preferían perder para asegurar el pick#1 del próximo draft, y otros ganar para demostrar que no éramos el peor equipo de la competición. Finalmente creo que ambas facciones quedaron satisfechas. Los unos consiguieron su objetivo, y los otros quedarse con la sensación de que el 1-14 que arrastramos como balance no nos hace realmente justicia.
No obstante, si analizamos fríamente el partido, debemos evitar que las luces de los fuegos artificiales del último cuarto nos deslumbren. Anotar 16 puntos en 30 segundos no es normal. Se corresponden más con nuestra trayectoria los míseros 19 puntos anotados en los 59 minutos y 30 segundos iniciales.
El ataque volvió a dar nuevamente un concierto de desafinaciones. Dalton no encontraba a sus receptores. Ross seguía con sus drops (6 recepciones en 13 intentos de pase). Los tight–ends seguían invisibles. Incluso Mixon, nuestro atacante más fiable, se quedó en unas tristes 2.4 yardas por carrera. Como remate, la inclusión de Johnson en el LT (algo que me pareció bien para probar al chico en caso de que no vayamos a contar con Glenn para 2020) tuvo nefastos resultados en protección y penalizaciones.
Esta vez, la defensa no acudió al rescate. Si bien conseguíamos parar la carrera (manda huevos, los Dolphins no tenían a ningún corredor sano), contra el pase fuimos un absoluto despropósito. Incluso Fitzpatrick llegó a superar un record de Dan Marino al ser el quarterback dolphin con más yardas de pase a la media parte (252, nada menos). Todo ello especialmente propiciado por un WJIII absolutamente desastroso en su cobertura a Parker (de hecho, tuvieron que poner a Phillips sobre él, con bastante mejor resultado).
Pero sería injusto cebarse solamente con él. Toda la secundaria al completo tuvo una tarde para olvidar. El despiste era general, hasta tal punto que los Dolphins nos vacilaron con un touchdown anotado por ¡Wilkins, un Defensive-Tackle! Al menos, Bates lo intentó e incluso le hizo perder el oval (aunque finalmente los árbitros dieron TD de recepción y no de fumble recuperado). Pero la caraja en cobertura fue total, como muestra el partido que hizo su tight–end Gesicki (82 yardas, 2 touchdowns).
Agonizaba el encuentro llegando al final del tercer cuarto cuando Dalton ponía la guinda a su trágica tarde encajando un strip-sack. La siguiente posesión culminaba con un touchdown de Miami que sentenciaba el encuentro 35 a 12. ¿Sentenciaba? Nada de eso. Son los Bengals. Si pueden aguar la fiesta a lo que quieren sus aficionados, lo harán.
Dicho y hecho. Tras un TD para maquillar el marcador, Miami falla un field-goal y nos devuelve la posesión faltando 3 minutos. Por aquello del qué dirán, vamos a morir luchando y tal (pero sin fe) avanzamos hasta su yarda 32. 4ª y 10, Dalton interceptado. Bueno chicos, lo hemos intentado. ¡Ah, no, que hay penalización contra Miami, seguimos vivos! Pues nada, seguimos. 4ª y goal con 30 segundos. Pase a Boyd. Touchdown. Oye, pues ya puestos, conversión de 2 con Eifert.
Vamos con ese onside-kick, que no sea tan ridículo como el último. Oye, pues Morgan se abre la cabeza, pero lo recuperamos. Vamos allá, verás que risa. Pase a Boyd, que casi se rompe. Spike. Hail Mary a Eifert, touchdown. Ross no se lo cree y se echa las manos a la cabeza (¡qué haces, que yo quiero que el año que viene me lance Burrow y no este mequetrefe sin fuerza de Dalton!). Ya puestos, el “mequetrefe” no quiere acabar su etapa con derrotas y dado que los defensores de Dolphins se olvidan que tiene piernas, anota la conversión de 2 corriendo hacia el pilón y empata el partido con el reloj a cero. ¡De locos!
En la prórroga, se recuperó la cordura. Ross corre en horizontal para evitar conseguir un primer down, Huber pifia un punt, y Webb se olvida de seguir a su par para que lleguen a field–goal range. Fin de la historia. Diría que fue bonito, pero lo cierto es que salvo la locura de los 3 últimos minutos, fue un auténtico coñazo.
ME GUSTÓ
Remontada
Creo que éste es el espíritu que todos queremos en nuestro equipo. La pena es que vino en un partido sin nada importante en juego. El football es maravilloso, y en ocasiones como éstas nos brinda un espectáculo increíble. Siempre hay que creer.
Pero la principal enseñanza que nos deja es: ¿qué hubiera pasado si todos los partidos nos los hubiésemos tomado de la misma forma? Como si fuera el último segundo. Si Dalton se decidiera a pasar más allá de 20 yardas. Si confiásemos más en las buenas manos de nuestros tight-ends. En definitiva, si aplicásemos un game-plan más audaz e incisivo.
Tyler Boyd
Impresionante partido el suyo. 128 yardas en 9 recepciones. Dos touchdowns de auténtico mérito. El primero de ellos, lanzándose en plancha para llegar a la zona de marca; y el segundo, pugnando contra el defensor que llevaba colgado a la chepa. Pero no dejemos en el camino todas esas otras recepciones de verdadero talento y esfuerzo personal, ajustándose a los pases de Dalton.
No obstante, su mejor acción de la tarde llegó con el equipo en “hurry-up” porque se agotaba el tiempo. Calambrado en el muslo, se arrastró hasta su posición y a duras penas se pudo alinear para el hacer el spike. De haberse quedado dolorido en el suelo, nos hubieran quitado 10 segundos y el partido habría concluido ahí. Bravo por su sacrificio por el equipo. Diría que fue la mejor actuación individual de un miembro de nuestra plantilla en este nefasto 2019.
NO ME GUSTÓ
Andy Dalton
El milagroso final no debe borrar un pésimo desempeño durante el resto del partido. Pases muy desviados, y de nuevo nerviosismo y falta de soluciones cuando se caía el pocket. Con la remontada final salvó la cara, pero cada vez tiene más claro que sus días como atigrado están próximos a su fin.
Secundaria
Quizá no debería generalizar, porque Phillips sí realizó un buen encuentro, y de pronto se convierte en una de las pocas luces de esta oscura temporada. Sin embargo, Jackson volvió a verse superado por su par. Es preocupante que desde que ha tenido la responsabilidad de ser el CB1 por la lesión de Kirkpatrick, sus encuentros se cuentan por catástrofes. El año que viene va a cobrar como uno de los mejores cornerbacks de la competición y desde luego, está muy lejos de serlo.
Webb en su línea de despistes habitual. Y justo en la prórroga cuando precisamente más atento había que estar. Llegó al equipo por lo que llegó (su conocimiento del sistema de Anarumo), pero creo que la broma ya ha durado demasiado. Necesitamos renovar a Dennard y draftear otro componente para un perímetro que deja mucho que desear. Incluso Bates, quizá el más talentoso de la unidad, también dejó en evidencia que la falta de contundencia cuando se es el último hombre de la defensa es un defecto que requiere rápida intervención.
Y aquí termina la crónica, un tanto “express” por las fechas en que estamos. Sin embargo, os dejo un extra:
EL ADIVINO
Nadie sabe por supuesto qué va a pasar el próximo año; pero adivinar es gratis, y nada gusta más a un español que algo gratis.
Cambio de uniforme
Lo comentaba el compañero Gerardo y no le falta razón. El año que viene tendremos un pick#1 del draft en nuestras filas. Todo apunta a Burrow, el QB de moda en college. El nuevo chico de oro de Ohio. Probablemente un momento inmejorable para renovar el vestuario, y que nadie reutilice (como he hecho yo) sus antiguas camisetas con el #9 de Carson Palmer.
Además, se espera que ya con Taylor asentado, y por fin pudiendo levantar su proyecto a su manera, sin las prisas de la pasada offseason, por fin esperemos a ver el ansiado “New Day” tan proclamado desde su contratación. De nuevo, una forma rotunda de romper claramente con el pasado y lanzarnos a la nueva era sería un cambio en la uniformidad. Pero eso sí: el casco no se toca, y la franja blanca lateral hay que eliminarla. Vamos chicos, movamos entre todos el hastag #RemoveTheWhiteStripe
Actividad en la agencia libre
Unido a lo anterior, creo que en 2020 no seremos tan sosos en la agencia libre. A ver, que nadie espere una lluvia de contrataciones, pero sí se hará más palpable una renovación más radical de la plantilla, para adaptarla al gusto de los entrenadores. Unos entrenadores, por cierto, donde también es muy posible que haya cierto baile, y exista la posibilidad de traer profesionales de más experiencia.
Es posible que, como se hizo con Preston Brown, jugadores que parecen tener el sitio asegurado, salgan de la franquicia. E incluso, que se entre con mayor ahínco en el mercado de traspasos, donde jugadores como Ross, Dalton, Kirkpatrick, e incluso otros que puedan tener mercado aunque no estén en venta como Dunlap o Atkins, se conviertan en moneda de cambio para reforzar la plantilla.
Dalton, a Texans
No obstante, soy muy escéptico ante la posibilidad de traspasar a Dalton. Su elevada ficha lo hace prácticamente inviable. Es la misma razón por la que no tiene sentido mantenerle como suplente de Burrow. Por tanto, creo que la única opción que le queda a la franquicia es cortarle. No deja dinero muerto, pero nos ahorramos 17 millones de sueldo, muy necesarios para reforzar el equipo en la agencia libre.
Una vez libre, su destino, dado su limitado caché, no puede ser otro que el de aspirar a la suplencia de algún quarterback cuya franquicia no esté 100% convencida con él. Podría ser Bears, o puede que en el equipo en que Jay Gruden recale como coordinador ofensivo (¿Raiders?). No obstante, mi opinión es que, siendo una persona tan familiar y, por lo visto, sin demasiados intereses económicos, no me extrañaría nada que aceptase el puesto de QB suplente en Houston por cuatro perras, a cambio de estar a un puñado de kilómetros de su casa.
2 partidos en prime-time
Resulta chocante que un equipo con marca tan perdedora como el nuestro reciba atención de las cadenas televisivas para retransmitirle en horario de máxima audiencia. Sin embargo, como en puntos anteriores, creo que la presencia del mediático Burrow lo cambia todo.
Aparte del consabido partido del jueves (apostaría que contra Browns), creo que tendremos un partido en prime-time en el primer cuarto de competición (por si después damos mucha pena) contra otro equipo que seleccione un quarterback en primera ronda de draft. Recordemos que Herbert también debería salir elegido muy arriba, y aunque en mi opinión no debería presentarse este año, tampoco sabemos qué pasará con Tagovailoa. Y nos enfrentamos contra equipos que probablemente andarán en la búsqueda de nuevo quarterback, como Miami, Indianápolis o Jacksonville.
Tendremos culebrón de verano con Green
Mi visión con Green es la siguiente:
- Le ofreceremos una miseria por renovar.
- No querrá, obviamente, y no tendremos más remedio que ponerle la etiqueta de franquicia.
- Las negociaciones no fructificarán y se pasará el “dead-line” de mitad de Julio sin contrato de larga duración.
- Como protesta, no sólo se negará a asistir al training-camp, sino que me temo que pueda perderse hasta un par de partidos (y según vea cómo va el equipo, se incorporaría o no).
- Al propietario no le va a temblar el pulso para dejarle en la grada, en espera de una oferta irrenunciable que, para un jugador de su edad y propensión a las lesiones, no llegará.
Lo dicho, lo mejor es que Xavi no borre la encuesta de la web en la que preguntamos a los lectores cuándo volverá a jugar Green…
En fin amigos, como siempre un enorme placer por mi parte saber que estáis ahí, en el otro lado del teclado, con vuestra tablet, móvil u ordenador. Os deseo unas muy Felices Fiestas y que 2020 os llene de Felicidad.
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com