Con el anuncio del roster final, ya tenemos definidos los jugadores que nos van a llevar a ganar la Super-Bowl:

QUARTERBACKS:

Andy Dalton, A.J. McCarron, Jeff Driskel

A Dalton se le ha visto muy fino toda la pretemporada. No muestra secuelas de la lesión que le hizo perderse el final de la campaña pasada. Confirmado como líder, está más seguro y confiado en el pocket, guiando con firmeza la ofensiva, y con galones para cambiar la jugada prevista si descubre una solución mejor. Con el fin de protegerle, ha jugado muy poco, y aún está por ver hasta qué punto ha desarrollado química con los nuevos receptores, pero la conexión con Green sigue funcionando de maravilla.

McCarron también ha evidenciado una franca mejoría. Mucho más suelto y seguro, ha perfeccionado su puntería en largo, y mostrado mayor madurez en la conducción del ataque. Su juego ha llamado tanto la atención que no resultaría nada descabellado pensar en un trade por él (acaba contrato en 2017), pero este año se quedará como seguridad ante cualquier desgracia.

Driskel ha sido la inesperada sorpresa del roster. Reclamado tras cortarle San Francisco, se incorpora al equipo como consecuencia del bajo rendimiento de los otros QBs que tuvimos en pretemporada (Wenning y Licata). Su presencia en el roster principal es temporal, como mucho, hasta que podamos reactivar a Burfict. Si para entonces ha demostrado que nos sirve, iría al Practice Squad.