Bengals 2022Previas

Previa Bengals-Bills

No pienso disculparme por ninguna victoria”. Suscribo las palabras de nuestro líder Burrow. Todos los triunfos son maravillosos, vengan como vengan. Es cierto que el conseguido en Foxboro no fue el más brillante, pero… no llevaríamos sin ganar allí desde 1986 si fuera fácil. Al final del día, lo único que contará la historia es que sumamos una unidad más a la lista de victorias, y ya llevamos 11, lo que supone una mejora respecto a 2021 donde nos quedamos en 10, y aún faltan 2 partidos por disputarse.

Y el siguiente es de los buenos. Tanto, que cerrará la temporada de Monday Night Football de 2022. Nada menos que contra el actual seed#1 de la división, los Buffalo Bills (esta temporada ya nos hemos enfrentado a otro seed#1, como en su momento eran los Chiefs, y a Titans cuando eran seed#2). Como decía, tocará trasnochar o madrugar mucho en España, ya que el encuentro empezará a las 2:30 de la madrugada del lunes al martes. Un horario más humano tendrán en México (7:30 de la tarde del lunes), y no tan malo en Argentina (10:30 de la noche).

El balance de enfrentamientos entre ambas franquicias es favorable a ellos por 17 a 15, y aunque les hemos ganado 4 de los últimos 6, el anterior precedente acabó con victoria para los del norte del estado de New York. En la historia de los enfrentamientos entre Bills y Bengals hay dos que destacan especialmente. En los playoffs de 1982 les ganamos en ronda divisional, siendo ésa nuestra primera victoria de la historia en postemporada, y aquel año jugamos la Super Bowl contra los 49ers. En la temporada 1988 les volvimos a derrotar, esta vez en la Final de Conferencia, y aquel año disputamos la Super Bowl contra los 49ers. No sé vosotros, pero yo aquí veo un patrón.

Por lo demás, las historias e intereses de ambas franquicias han estado últimamente muy ligadas. Mercados pequeños, con toda la dificultad que supone para atraer talento. Propietarios conservadores, reacios a los cambios. Climas fríos, que forjan caracteres singulares en estilos de juego y pasión de los aficionados. La famosa ofensiva “K-gun” de Jim Kelly y Marv Levy no es más que una evolución de la “no huddle offense” de nuestro recordado Sam Wyche. Nuestra inesperada victoria en Baltimore el último partido de la temporada 2017, les permitió romper una sequía de 18 años sin pisar playoffs. Los lazos fraternales son múltiples, y el trasiego de jugadores a uno y otro club, han sido desde entonces, constantes y fluidos.

En la actualidad, tan sólo 2 jugadores del conjunto blanquiazul tiene pasado bengalí. Uno de ellos es el impresentable Bobby Hart, que bien está cuanto más lejos mejor, y otro es el WR Jake Kumerow, en la “injury reserve”, cuya desgracia con las lesiones fue también la razón por la que no llegó a cuajar cuando le fichamos como undrafted en 2015. Su particular historia, cuyos retazos podéis leer aquí, sería digna de un capítulo de la “biblioteca” de nuestro Xevi en el podcast.

Para la noche del partido se esperan 4º de temperatura, y probabilidad de lluvia del 50%. El viento no debería ser un problema, pero si finalmente termina lloviendo, cuidado con los fumbles. Para la cita vestiremos con nuestra tradicional camiseta negra, pantalón blanco (rayas naranjas) y calcetas negras (2-1 con esta combinación, la última en la victoria ante Cleveland).

El encargado de dirigir la contienda será el auditor interno de Southfield (MichiganShawn Smith. Arbitro principal desde 2018, nos ha pitado en 4 ocasiones, con un balance desfavorable de 1-3, siendo el último partido aquel donde se lesionó Burrow en Washington. El año pasado por estas fechas tuvo una sonada controversia en un PatriotsBills donde no señaló lo que pareció una falta clara contra New England en los segundos finales. En general, se encuentra en la zona media de los “pañueleros”, con unas 11 penalizaciones de media por encuentro, pero ojo, que castiga mucho las interferencias y holdings defensivos, así que habrá que defender con precaución.

Este touchdown de Boyd con el que, sin jugarnos nada, sacamos de playoffs a los Ravens y metimos a los Bills, supuso el inicio de una comunión entre ambas franquicias, culminada con múltiples donaciones a la fundación benéfica de Andy Dalton (foto de un video de Stephen Hauschka)

En ataque  

Perder al RT Collins para lo que resta de temporada es un golpe muy duro. La línea ofensiva había alcanzado un grado de conjunción tal, que ya no podíamos decir que fuese el punto débil del ataque. Por voluntariosos que sean Prince Adeniji, el bajón de calidad es sustancial. Se quiera o no, es una baja que obliga a tener que variar el tono de nuestra ofensiva. Difícilmente podremos sostener un volumen de más de 50 lanzamientos como en Nueva Inglaterra. El ataque terrestre tendrá que coger sí o sí el testigo.

Para ello, necesitamos que Mixon se reenganche al equipo. Desde su explosión contra Carolina, y posterior lesión, apenas promedia 50 yardas por encuentro en los últimos 4 que ha disputado. No podemos achacarlo a que Perine se haya salido, porque en ninguno de los últimos 3 partidos ha superado las 24 yardas. Es imprescindible hacer funcionar esta faceta del juego, porque hacernos unidimensionales es la forma más rápida de ser eliminados en playoffs. Está claro que la personalidad de este equipo es el juego aéreo, pero sin un balance algo más equilibrado, los problemas para mover las cadenas se van a multiplicar.

A todo esto hay que sumar el aparente atasco en que se encuentra el juego de pase. Con la lesión de Hurst hemos tenido que confiar en la dupla WilcoxAsiasi en la posición de tightend, y el experimento ha salido “así, así…”. Ni como receptores ni como bloqueadores están rindiendo al nivel que se espera de un equipo aspirante. Tampoco creemos que si Sample hubiera estado sano la diferencia fuera ostensible. Por suerte, parece que esta semana volveremos a contar con el pelirrojo barbudo.

Por tanto, dependemos en demasía de una “Santísima Trinidad” que tampoco parece atravesar su mejor momento, aunque en su defensa hay que decir que los tres han tenido problemas de lesiones. Chase siempre nos deja destellos de su calidad, pero tiene a las defensas cada vez más encima, y contra Patriots perdió un balón en una jugada clave que nos pudo hacer costado muy caro. Esta falta de concentración es también el talón de Aquiles de Higgins, un receptor descomunal cuando debe imponerse por físico, pero que por pensar antes en qué hacer al recibir que en atrapar el balón, ha cometido varios drops muy dolorosos. Por último, el siempre fiable Boyd, quizá disminuido por la dislocación del dedo, está cometiendo fallos impropios en un corredor de rutas tan preciso como él, permitiendo que en su plaza de receptor de slot destaque Irwin, quien, siendo justos, merece ahora mismo más participación que él.

Para terminar, debemos hacerlo con Burrow. Su juego está siendo merecedor de, al menos, entrar en la discusión por el premio MVP. Estos dos partidos de temporada regular que faltan (si juega ambos) serán determinantes para el galardón. Pero debe erradicar esos fallos que no sólo le condenan de forma personal, sino que dañan tremendamente al equipo. Los pases palmeados en la línea son una constante. La intercepción que metió a New England en el partido fue absurda. Aunque ya sabemos que no teme recibir sacks, estamos en un punto de la competición en el que una lesión, por mínima que sea, ya es irrecuperable, por lo que tiene que hacer todo cuanto esté en su mano por evitar dentro de lo posible cualquier contacto.

Tenemos la idea de que Buffalo es el equipo de Allen y, siendo cierto, sería un grave error menospreciar a su defensa. Es la 7ª mejor de la liga, destacando sobre todo en zona roja, donde son el equipo que menos touchdowns permite (apenas el 44% de las veces que le llegan), lo que es un factor fundamental para ser el segundo equipo al que menos puntos le anotan (apenas promedia 17,5 puntos encajados por encuentro). Por tanto, tengamos esto en mente antes de criticar ferozmente a nuestra ofensiva como solemos hacer. Va a ser un partido donde debemos estar perfectos en ataque, sí, pero que para llevárnoslo donde tendremos que ser mejores es en defensa.

La ausencia del RT La’el Collins para lo que queda de temporada supone un golpe muy duro para nuestra ofensiva. Taylor tiene trabajo para recomponer una unidad que ya empezaba a ser muy eficiente en el momento más crítico del año. De cómo seamos capaces de solucionarlo dependerá buena parte del futuro (foto: Getty Images).

En defensa 

Otro partido más donde deberemos sobreponernos a las bajas. Seguimos sin poder contar probablemente con Hubbard, y con Hendrickson muy limitado. Sin duda, lo único bueno que nos está dejando esta mala racha es la confirmación de que Anarumo puede hacer maravillas con los suplentes, algo que no siempre ha pasado en esta franquicia, incluso con coordinadores defensivos de más aparente prestigio. Sample y Ossai respondieron bien ante Patriots, pero el reto ante Allen es mayúsculo. No sólo deben incomodarle todo lo posible para que cometa errores que pueda capitalizar nuestra secundaria, sino vigilar las peligrosas incursiones de Allen corriendo hacia las bandas, donde suele sacar mucha ganancia de yardas.

Si el ataque aéreo de Bills es temible (7º de la liga) no lo es menos el terrestre, que es el 8º. Ante Bears amasaron nada menos 254 yardas. Esto, señores, es el football de invierno en las ciudades del norte. Así hay que jugar. Quiero confiar en que Reader+Hill en el centro de la línea, más el apoyo de los LBs Wilson y Pratt acudiendo al rescate, será suficiente para desactivarlo. Nuestra pareja de linebackers está en un estado de forma como no he conocido igual en muchos años en nuestro equipo. Inteligentes, rápidos, y activos para provocar turnovers.

Pero gran parte del peso del partido recaerá en la secundaria. Es fundamental estar muy encima de los receptores de Buffalo para que Allen se desespere sin encontrar objetivos. Apple lo está haciendo últimamente muy bien, pero porque apenas le buscan, ya que casi todos los pases van contra TaylorBritt. El novato está resolviendo de maravilla el intenso volumen de trabajo que se le está viniendo encima. No es perfecto (pocos cornerbacks lo pueden ser), pero el porcentaje de aciertos supera el de cagadas. Está superando con nota su primer curso en la NFL, lo que es un alivio para años venideros.

Hilton volvió ante Patriots, haciéndonos respirar en el sentido de que su lesión no resultó tan grave como parecía. Importante que vuelva a coger ritmo, porque la evolución de Dax Hill está resultando muy lenta. Este es un partido donde también necesitamos al máximo nivel a Bates, de quien presumo tendrá que retrasar más de lo habitual su posición ante el peligro que supone el bazuca que tiene por brazo Josh Allen. También partido de alta tensión para Bell, debiendo estar pendiente de las evoluciones del tight-end Knox o del RB Singletary como receptor fuera del backfield.

Será un partido donde vamos a necesitar que la defensa no sólo vuelva a estar infranqueable, sino que, si es posible, contribuya con big-playsBuffalo es el equipo que más veces ha entregado el balón (13 intercepciones y 11 fumbles perdidos, sólo superados por los Colts), y no estaría mal que el del próximo lunes, ya en la penúltima jornada, nuestra defensa consiguiera por fin una anotación, que aún no lleva ninguna.

Si no llegan big-plays de la defensa, que está inconmensurable este año, va a ser muy difícil salvar el partido contra Bills (foto: Getty Images)

Equipos especiales 

La semana pasada nos dejó bastante preocupados McPherson. Su mala temporada continúa, esta vez con dos fallos en extrapoints y otro más en field-goal. Probablemente las condiciones para patear no eran las óptimas (Folk también falló otros dos extrapoints), pero el invierno ya ha llegado a la NFL, y las condiciones atmosféricas no van a ir a mejor en lo que resta de temporada. Me inquietó que ya en el calentamiento se le viera fallón. El trabajo de un kicker tiene mucho de mental, así que esperemos que recupere pronto la confianza.

Por su parte, Chrisman realizó unos buenos punts. Uno de ellos dejó muy profundos a los Bills, en una patada dirigida que salió por la banda, algo que le estaba costando conseguir. Importante que adquiera regularidad. Adomitis como longsnapper tampoco está cometiendo ningún desaguisado. Sin embargo, seguimos demasiado inoperantes en los retornos, y para este partido necesitaremos sumar desde todos los frentes.

Esta imagen de McPherson cabizbajo tras un fallo se está volviendo desgraciadamente frecuente. Esperemos que remonte su irregular temporada, porque su papel volverá a ser fundamental en playoffs (foto: Winslow Townson para Getty Images)

El rival 

Después de caer eliminados en 2021 en la ronda divisional en Arrowhead en un partido electrizante, el objetivo de los Bills para este 2022 era conseguir que toda la ronda de playoffs se jugase en su inexpugnable feudo, la nevera del Highmark Stadium, al que le quedan apenas 3 años de vida antes de trasladarse a su flamante nuevo estadio en 2026, construido para el Mundial de Futbol por la empresa ACS. De momento, con su balance de 12-3 van camino de conseguirlo, ya que comandan la Conferencia Americana.

Buffalo combina el espíritu aguerrido de los equipos del norte, con una agresividad ofensiva impropia de estos lares. A su entrenador McDermott no le tiembla el pulso para jugarse cuartos downs, y si en el apartado de la defensa decía que los Bills son el equipo que más entrega el balón, también son uno de los que más lo recuperan, con 14 intercepciones y 10 fumbles recuperados.

Hablar de Allen, su líder, es hacerlo de uno de los mejores quarterbacks de la competición. 6º en número de yardas con más de 4000, y tercero en touchdowns con 32. Pero esto si hablamos de su brazo. Con sus pies es el 4º QB en yardas de carrera y el tercero en touchdowns (7). Es decir, es una combinación brutal de los mejores pasadores con los mejores corredores. Sumado a la aportación de sus runnigbacks (8º equipo máximo corredor), los Bills son el segundo equipo de la NFL que más yardas logra por partido, sólo superados por los Chiefs. De resultas de lo anterior, son los 4ºs más anotadores, con 28 puntos de media.

Combinan bien su juego terrestre con Singletary y Cook, dos corredores muy compactos, ágiles pero difíciles de tumbar. El recién llegado Hines se encarga de las tareas de retorno. Por aire su mayor amenaza es Diggs, tercer máximo receptor de la liga en yardas y touchdowns con 1325 y 10 respectivamente. Del temor que despierta en las secundarias se aprovecha muy bien Davis (797 yardas y 7 TDs). En el slot tienen a McKenzie, pero cuando la presión apura a Allen, aparece en escena el TE Knox, segundo jugador con más recepciones del equipo.

En defensa, tienen jugadores destacados en todas las áreas. En la DL de la formación 4-3 que acostumbran a usar destaca el DT Oliver. En el edge, el rusher de 2º año Rousseau puede ser la principal razón por la que alineemos de titular a Prince en vez de a Adeniji. En la secundaria, el veterano safety Poyer es toda una garantía. La calidad en los cornerbacks la pone White tras volver de la lesión, pero atentos a Jackson que lo ha venido haciendo muy bien. Aunque para mí, la fortaleza de su defensa reside en la unidad de linebackers, donde la pareja Milano y Edmunds componen un muro muy difícil de superar, y con peligro en el blitz (que se lo digan a White, el QB de Jets).

Tyler Bass es un kicker tan certero, que ganó el premio a “jugador de equipos especiales de noviembre en la AFC”. Sin embargo, es el 5º equipo que más yardas de retorno concede, a ver si por aquí podemos encontrar una ventaja. En cuanto a las lesiones, su center titular Morse, tras perderse la jornada anterior por una conmoción, volverá al centro de su OL. Por su parte, Poyer lleva arrastrando molestias todo el año, pero mucho me extrañaría que no fuera de la partida en este enfrentamiento tan importante.

Josh Allen quizá no sea el mejor QB de la competición, pero sin lugar a dudas es el más completo por su combinación única de fuerza y precisión con su brazo, y explosividad y potencia con sus pies (foto: local today)

La clave 

Defender a Josh Allen es tarea complicada. Tanto, que debemos ser conscientes de que no le podemos parar. Tan solo limitarle, y por ahí puede estar nuestra oportunidad. Creo que sería un error lanzarnos a lo loco a por él. Por doloroso que resulte, me parece más sensato contenerle en el pocket, evitar que nos gane primeros downs corriendo, y poniendo más presión en los receptores que en el lanzador. Hay que prepararse a sufrir, porque Allen no sólo es bueno en largo, sino también en corto, tomando lo que la defensa le da. Debemos ser una defensa “que se doble pero no se rompa”, y tratar de hacernos fuertes cuando se acorte el campo, limitando al máximo sus anotaciones. Esto, sin embargo, implica por parte de nuestro ataque ser sumamente eficaz y maximizar cada llegada a la zona roja.

Independientemente de qué equipo acabe finalmente llevándose el seed#1, nadie duda que éste pueda ser un duelo que se repita en postemporada. No digo yo que haya que esconder cartas, pero seguro que todo lo que nos salga mal nos servirá de aprendizaje para playoffs. Quiero decir, no se acaba el mundo, ni mucho menos, en este partido; aunque imponernos podría suponer una importante ventaja psicológica para el futuro. Por esta razón, con mucho que ganar y realmente, no tanto que perder (independientemente del resultado de Ravens el día anterior, ganándoles la última jornada en casa nos llevaríamos la división), yo “liberaría a la bestia”, ordenando jugadas en las que Burrow vaya a la yugular, con pases profundos a Chase o Higgins, y que sea lo que Dios quiera. Si hemos de morir, que sea peleando por todo lo alto.

Las casas de apuestas les dan favoritos a ellos por una mínima diferencia de 1 ó 1,5 puntos, lo que da idea de la paridad con la que se presenta el encuentro. Yo lo veo prácticamente igual. Es un partido que puede caer de cualquier lado, así que, ¿por qué no pensar que va a hacerlo del nuestro? Y si los resultados del domingo benefician a ambos (derrotas de Chiefs y Ravens), ¿qué tal si pactamos un empate? No había mejor forma de sellar la confraternidad entre ambas aficiones.

Para estos partidos grandes es para lo que queremos un QB como Burrow, así que no tiene sentido mantenerle encorsetado. Además, el chico de Ohio se crece en los momentos importantes (foto: bengals.com)

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