Bengals 2024Previas

Previa Bengals-Steelers 2024

Tras un ¿merecido? descanso (quizá no para los jugadores, pero al menos sí para nuestros sufridos corazones) volvemos a la acción esta semana. ¡Y qué semana! Nada menos que Steelers-Week. Una jornada siempre marcada en rojo en el calendario. Con más razón en esta temporada de decepciones donde no solamente necesitamos una victoria para mantener algún hilillo de vida en las reducidas esperanzas de prolongar la campaña más allá de primeros de enero, sino donde debemos demostrar si realmente este equipo tiene pasta de conjunto merecedor de playoffs, o solamente es un bonito espectáculo de fuegos artificiales y pólvora de fogueo.

Para ello, nada mejor que la visita de los acereros para ponernos frente al espejo. Un equipo que siempre compite al 100%. Que no va al límite, sino un poco más allá. Football de la AFC Norte. Si no estamos preparados para esto, mejor montemos un circo. El tipo de partidos donde la calidad y el talento quedan a un lado, y cuenta más la actitud y el coraje. El típico encuentro embarrado donde tan mal nos movemos.

Barro figurado, porque la previsión del tiempo para la tarde del partido solo trae un 18º de probabilidad de lluvia, aunque eso sí, con el cielo encapotado. Frío, como no podía ser de otra manera para comenzar el mes de diciembre: 2 grados bajo cero, con una sensación térmica de -7º entre los 17km/h de viento y el 55% de humedad. Un día gélido necesita un “ruler of the jungle” de impacto para caldear el ambiente, y éste no será otro que la leyenda bengalí como defensive-back y retornador Lemar Parrish, 6 veces probowler con nosotros (8 en total) y uno de los eternos olvidados para el Hall of Fame.

Es posible que nuestra temporada esté dando sus últimos estertores, pero el partido de Steelers siempre es diferente, da igual el balance de cada uno. Hay que salir a darlo todo. Primero, para demostrar que somos capaces de derrotar a equipos con balance positivo, y lo segundo, porque siempre hay que fastidiar al enemigo. Y ellos lo son. Son el malo de la película, el equipo matón y marrullero de toda la vida. No es un partido más, así que os espero a todos el próximo domingo nuevamente en el horario de las 7 de la tarde en España, 12 del mediodía en México y 3 de la sobremesa en Argentina.

Ese día vestiremos con el uniforme mayoritariamente preferido por los miembros de la Jungla: camiseta naranja, pantalón negro con rayas naranjas y calcetas también naranjas. El balance con esta uniformidad es de 3-1. Necesitamos toda la energía posible porque el balance general favorece a los acereros por 70 a 39. El año pasado nos barrieron en ambos enfrentamientos. El jugado en Cincinnati, con Browning estrenando titularidad por la lesión de Burrow, nos vencieron 10-16 en un partido donde a pesar del marcador, nunca estuvimos ni cerca de competir (153 yardas de carrera y 37 minutos de posesión para ellos).

Las conexiones entre ambos clubes son mínimas, pero interesantes. Ya sabéis que con nosotros juega el CB Hilton, con pasado acerero, y con ellos juegan el DT Ogunjobi (otro que dejamos ir pensando que estaba acabado) y el OG Scharping, bengalí en 2022 y 2023. Nuestro linebacker del Practice Squad Shaka Heyward es primo de los hermanos steelers Cameron (DT) y Connor (TE) Heyward.

El árbitro será Shawn Hochuli, el hijo del recordado Ed “musculitos” Hochuli, ascendido a árbitro principal en 2018 tras la retirada de su progenitor. Nacido hace 46 años en Tempe, Arizona, fuera del football trabaja como gestor financiero patrimonial. Se hizo viral hace un par de semanas al anunciar una falta en alemán en el partido disputado en Munich. Como árbitro principal, su balance en los 5 encuentros que nos ha dirigido es de 2-3, incluyendo el Bengals-Steelers de la semana inaugural de 2022 donde palmamos en casa tras varios fallos de McPherson (el extra-point al final que nos hubiera dado el partido y un field-goal en la prórroga con el que hubiésemos ganado). Este año vuelve a situarse en la parte alta de los árbitros más pañueleros, con una media de casi 14 por partido. Con 37, es el árbitro que más salidas falsas ha pitado en lo que llevamos de temporada (y eso con un partido menos que sus perseguidores). Así que nuestros linieros ofensivos deben estar muy atentos, y el público hacer su parte con ruido para confundir a los acereros.

También de camiseta naranja y pantalón negro jugamos aquel 21 de diciembre de 2020 donde, contra todo pronóstico, nos impusimos 27-17 con la inolvidable sonrisa de Finley. Pero más que eso, lo importante es recuperar el tono de aquella noche, donde la victoria se produjo gracias a la intensidad defensiva.

En ataque

Viendo las carencias defensivas de nuestro equipo, aquí será donde debamos poner el mayor énfasis. Pero para ello, necesitaremos un esfuerzo extra de la línea ofensiva para mantener alejados a los peligrosos rushers acereros. Si como es lógico te centras en Watt, Highsmith (probablemente ya de vuelta tras dos partidos ausente por lesión, aunque Herbig lo hizo bien en su ausencia) te la puede liar. Será importante recuperar a Orlando Brown para este duelo, pero también resultará inevitable tener que dejar a alguien más (Sample) en constante protección.

Los Steelers son el 4º mejor equipo defendiendo la carrera, así que será complicado correr contra ellos, por lo que nuevamente tendremos que volcarnos en hacer daño por el aire. Cantar jugadas en backfield vacío es una invitación a sus rushers, por lo que deberíamos evitarlas salvo extrema necesidad. Si ya dejamos a un TE fijo en protección, y quizá también un RB (que no sé bien quién podría ser, porque carecemos de especialista), nos deja solo a 3 receptores potenciales, por lo que las opciones se reducen. En mi opinión, estos 3 deberían ser Chase, Higgins y Gesicki, que hasta el momento se han mostrado como los más fiables e incisivos.

La defensa contra el pase de Pittsburgh, aunque ha permitido menos yardas totales que nosotros, concede una media de 11,3 por pase (3 décimas más que nosotros). Si añadimos que en número de sacks están en la parte media-baja de la liga, creo que pueden ser vulnerables por esta vía. Pero como digo, para ello debemos mejorar la protección a Burrow, y que éste se desprenda rápido del oval, circunstancia donde cobrarían protagonismo Gesicki por el medio, Higgins en recepciones disputadas en uno contra uno, o Chase en situaciones donde ganar yardas tras la recepción si ellos conservan las formaciones de solo 4 defensive-backs que dejen más espacios.

En su tradicional esquema 3-4, los dos ILB juegan muy juntitos, por lo que es casi imposible correr por el medio (su promedio de 4 yardas permitidas por carrera es el 5º mejor de la liga). Así que deberíamos abrir el campo a lo ancho, o tratar de correr por fuera. Debemos intentar rotar a Brown y Herbert, y darle más balón a quien tenga el día más inspirado. Igualmente, repito que será fundamental la protección a Burrow por el centro, porque nuestros linieros interiores están horribles, y su DE Heyward es 8ª en la liga para la web ProFootballFocus en passrush, con una valoración de 90,0 y 38 presiones.

Aunque no le guste a Burrow, debería jugar más snaps bajo el center, de forma que cuando haga el handoff, el corredor ya lleve inercia y pueda vencer esta primera cortina. Si jugamos mucho en shot-gun, será un blanco fácil, aparte de no hacer creíbles los playactions. También deberíamos explorar la capacidad de nuestros runningbacks como receptores. Más importante que anotar rápido es quitarles el control del reloj.

Se comenta que la continuidad de Taylor podría estar en cuestión si la campaña nos vuelve a dejar sin playoffs. Conociendo a los directivos de nuestra franquicia, lo dudo, aunque sí es verdad que quedaría sin red de protección si vuelve a fracasar en 2025 (en 2023 podría tener la excusa de la lesión de Burrow). Se juega mucho en los 6 partidos que quedan de competición, y el primero es el del próximo domingo, donde una derrota, si no matemáticamente, sí nos dejaría fuera virtualmente de cualquier carambola para postemporada. Tiene que intentar cohesionar un grupo donde las derrotas han hecho evidenciar las grietas. Y no preocuparse tanto por el ataque, donde Pitcher parece que de momento no lo está haciendo mal.

Que un equipo con el tercer máximo pasador (Burrow ya lleva más de 3000 yardas y es el QB que más pases hace de toda la liga) y el máximo receptor (Chase ya ha sobrepasado las 1000 yardas) tenga un balance de 4-7 es difícil de explicar. Y lo peor es que necesitamos que sigan teniendo estos números sobresalientes para tener opciones de playoffs (foto: Ryan Meyer/bengals.com)

En defensa

Llevamos toda la temporada mal en este apartado, y no tiene pinta de que vaya a mejorar. Anarumo debe centrarse en conseguir pequeñas victorias (sacar al rival en terceros downs, algún turnover, etc.) porque no parece que seamos capaces de contener la productividad ofensiva del contrario (con 27 de media, somos el 5º equipo que más puntos concede).

La mejoría experimentada defendiendo la carrera (manda huevos que tengamos que considerar “mejoría” ser el 20º equipo en este apartado) a base de incrementar el número de jugadores en la línea defensiva, ha provocado dejarnos más indefensos en cobertura, donde nuestros cornerbacks están sufriendo para mantener sus marcas. Taylor-Britt está cuajando una temporada horrorosa, pero tiene que seguir como titular porque hemos perdido a Turner para todo el año (justo cuando mejor empezaba a jugar) y tenemos que hacer titular junto a él al novato Newton. Por esta misma razón, no nos podemos plantear pasarle a freesafety, aunque Stone esté desaparecido.

Hemos fichado a Marco Wilson, un CB descartado por Patriots, para dar profundidad a la posición, pero que nadie espere milagros. La fragilidad en cobertura hace que los rivales nos pierdan el respeto, y prefieran pasar que correr. Si todo esto lo acompañamos con un pass-rush inexistente (al final el esfuerzo de Hendrickson queda como anecdótico, ya que los rivales pasan mucho más), tenemos que cualquier QB puede hacernos un traje. Los Steelers hicieron 19 jugadas de pase de más de 30 yardas en 2023. Este año ya han igualado esa cifra. Espero por parte de Pittsburgh mucho juego de carrera para forzar a que adelantemos líneas, y después castigarnos con bombas.

Es necesario generar más presión. Tanto por dentro (Rankins está resultando una absoluta decepción, por lo que Jenkins debería intervenir más) como por fuera (hace falta que Murphy, más atlético, releve mucho más a Hubbard). Pero sin perder de vista la movilidad de los QBs acereros. Si Jackson y Herbert pudieron ganar muchas yardas con sus piernas, seguro que Wilson lo va a intentar también. Sería interesante dejar a alguien (¿nuestro Wilson?) en vigilancia.

Wilson baja mucho sus números cuando siente la presión, por lo que debemos hacérsela llegar, si no desde la línea, en forma de blitz. Pero sin descuidar el marcaje de sus receptores. Pickens es su receptor favorito y está entre los WR top de la liga, pero también tiende a despistarse si no entra en calor. Hay que impedirlo. Un cornerback de carácter como CTB, aunque esté en horas bajas, tendría que ser el apropiado. A cierta distancia de él estarían Austin (cuidado con él en la redzone) y Williams. Sin embargo, me dan más miedo los tightend. Freiermuth nos tiene tomada la medida, por lo que el strongsafety (¿Battle?) debería estar muy encima para evitar que reciba, pero no nos olvidemos de Washington que, aunque es un tronco, si nadie le vigila le resultará sencillo completar los pases.

Con todo, el peligro de Steelers está en la carrera. No podemos permitir que hagan primer down tras primer down. Harris es una bestia, cuyas 3 yardas de media tras el contacto le convierten en el 6º de la liga en esta categoría y le hacen muy difícil de placar. Pero si metemos kilos, nos atacan con Warren, que es una amenaza con su velocidad. Los Steelers son uno de los equipos con peor porcentaje de yardas por carrera (quintos, con 3,9), pero a la vez están en el top-10 de los que más yardas terrestres acumulan, lo que significa que, funcione mejor o peor, nunca dejan de intentarlo. Es posible que sea un día para saber cuánto nos puede dar el rookie Jackson como ancla en el medio de la línea defensiva.

Como decía al principio, si no podemos evitar que nos anoten (incluso si les parásemos, su kicker Boswell es el más efectivo de la competición con un 94% en field-goals, el más anotador de la liga, y 100% en extra-points), al menos hay que evitar que tengan el control del juego. Apretar los dientes en primeros downs para que no tengan terceros cómodos, y echar el resto en estos. Debemos encontrar solidez en el centro de la zaga para jugadas de pocas yardas y la forma de llegar a Wilson para que no tenga tiempo de conectarse con sus receptores en profundo.

Ya que no ayuda en cobertura, no estaría mal que Taylor-Britt contribuyera más en la presión al QB. Tenemos al máximo “sackeador” de la liga (Hendrickson lidera la tabla con 11,5), pero como conjunto, somos los terceros peores de la liga con solamente 19 (foto: Ryan Meyer/bengals.com)

El rival

A estas alturas de la vida, no os debería extrañar que, pese a no jugar a nada, los Pittsburgh Steelers tengan un balance de 8-3 y prácticamente asegurada su presencia en playoffs. Pero no os engañéis, ése es su truco, hacer creer que no juegan a nada para, agazapados, sin que sepas cómo, darte el golpe mortal. Comenzaron con Fields y, viendo su incapacidad con el brazo, cambiaron a Wilson cuando se recuperó de la lesión.

Desde que le pusieron a los mandos de la nave acerera, el cincinnatiano sólo ha perdido el último partido, el Thursday Night Football en Cleveland. Parece haber recuperado la chispa que tenía en Seattle y perdió en Denver. Con 63% de efectividad en los pases, y 7 touchdowns por sólo 2 intercepciones, les da a los Steelers justo lo que necesitan: seguridad (no cometer errores) y movilidad para escapar cuando se cae la línea ofensiva. Además, en ocasiones alternan también con Fields en jugadas preparadas para que corra él, o simplemente despistar a la defensa.

Su ataque está teniendo problemas en la zona roja en los dos últimos encuentros (1 de 2 ante Browns y 0 de 4 contra Ravens), cayendo al puesto 30º de la clasificación en esta categoría. por lo que debemos aprovechar para hacernos fuertes en estas situaciones. No concretan, pero llegan mucho a la red-zone (este año ya han hecho 38 visitas cuando en todo 2023 hicieron 42), así que nada de confianzas.

No descubro nada destapando que la defensa es la base de este equipo. Si el ataque no encuentra ritmo y se deben conformar con anotar de 3 en 3, les vale porque su defensa siempre sale al rescate. Ya comenté su fortaleza contra la carrera, pero contra el pase están en una digna mitad de la tabla, siendo Porter (otro de los apellidos malditos de esa franquicia) su CB más destacado. Concede muchos pases, pero sólo ha permitido 1 touchdown.

Su pass-rush es una tenaza mortal (no en vano encabeza la tabla de presiones en PFF, aunque como vemos no todas se materializan). Heywad y Ogunjobi aprietan mucho por el centro, para que el quarterback tenga que abandonar el pocket y caer en los brazos de Watt (7,5 sacks y empatado en valoración con Heyward para PFF), Highsmith o Herbig. La rotación de sus edges es terrorífica.

Esta presión origina pases imprecisos que saber aprovechar sus safeties. No sería la primera vez que Fitzpatrick saca petróleo contra nosotros. Pero no sólo nos debemos prevenir de las intercepciones, En cuanto a los fumbles, entre los 15 jugadores con más fumbles forzados hay 3 acereros: Watt, Herbig y Elliott, el SS.

Todo en este equipo es peligroso por su capacidad de adaptación a cualquier escenario. Su entrenador Tomlin, impasible, sabe cuando arriesgar y cuándo ser conservador. Pocos en la liga son capaces de hacer más con menos. Vamos a necesitar un gran esfuerzo para sacarle de su plan original y, sobre todo, estar más acertados en los momentos definitorios del partido.

Siguiendo la estela de receptores acereros a los que les falta un hervor, Pickens se enzarzó en una pelea con Newsome en el partido que perdieron ante Browns. No es la primera vez (ni será la última, sospecho) que la lía, así que no entremos en sus provocaciones (foto de Joshua Gunter para cleveland.com)

La clave

Casi un mes después, tras dos partidos como visitantes y el bye, los Bengals regresan al Paycor Stadium, un estadio que ha sido de todo menos un fortín (1-4). Tal como están los ánimos, si el partido se tuerce, los abucheos pueden volverse en contra de los nuestros. Por tanto, es fundamental ponernos por delante en el marcador, y dar una buena imagen, para involucrar a nuestro público a que nos aliente y pite las jugadas de los rivales. La afición puede ser un factor o una trampa, dependiendo de la respuesta del equipo.

Como decía antes, del rendimiento defensivo dependerán nuestras opciones de victoria. En principio, debemos tener confianza en que nuestro ataque podrá poner puntos en el marcador, pero debemos conseguir que ellos pongan menos. Hendrickson tiene que aprovechar la bisoñez del RT Jones, muy penalizado este año. Sin presión, todo será estéril.

En ataque hay que maximizar las oportunidades de puntuar porque seguro que no nos van a conceder muchas. Si bien su defensa es la 11ª en red-zone, permitiendo sólo un 51,2% de efectividad, en las últimas jornadas este porcentaje ha subido al 88,9%. No sólo por lo errático de McPherson, debemos intentar salir de esas situaciones con 7 puntos. Esto fue lo que nos condenó en Los Angeles.

A pesar de disputarse la jornada 13, no debemos ser supersticiosos. Arrancamos la semana siendo favoritos por 2,5 puntos, lo que demuestra que, al menos en teoría, no somos inferiores a nuestros rivales. Me quiero agarrar al clavo ardiendo de la semana de reflexión para nuestros técnicos y de reposo para que nuestros jugadores recuperen fuerza física y mental. Quiero creer que vamos a ganar el domingo, y después ya iremos viendo. Con los recursos que nos queden, porque hay que contar que alguna baja más vamos a tener (esperemos quien no sea de las importantes). Voy a pronosticar un 24-19 a nuestro favor, de nuevo más con el corazón que con la cabeza. Porque seamos sinceros: si nuestra cabeza pesara más que nuestro corazón, no seríamos seguidores de este equipo.

¡Who Dey, hermanos!!!!

En partidos igualados, cualquier detalle es importante, y los lanzamientos a palos no es uno menor. Los fallos de McPherson ante Commanders, Ravens y Chargers nos han costado muy caros, y no estamos para hacer más regalos. La posición de kicker es muy volátil en la liga, y haber renovado este mismo verano no le garantiza nada (foto: Ryan Meyer/bengals.com)

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