Bengals 2024Previas

Previa Chargers-Bengals 2024

Quizá sin merecerlo, pero volvimos a perder. La historia de la temporada. Por bien que juguemos, no podemos ganar a equipos buenos, esta es la triste realidad. El football es un deporte de pulgadas, de detalles, y estos se nos están escapando. Cuando no es un fumble, es un placaje fallado, o incluso una penalización al limbo. Las dos primeras, aunque fallos individuales, se pueden entrenar para que no ocurran, o al menos minimizarlas. La tercera, aunque parezca que no, también. No puede ser que golpeen a nuestro quarterback y, ni desde la banda, ni sobre todo, desde la línea ofensiva, no salga nadie a comerse al infractor. Esto con Whitworth no pasaba. No sólo era un gran lefttackle sino un feroz defensor de su quarterback. Falta (entre otras cosas) liderazgo en la línea. No se le puede pedir a Mims, que acaba de llegar. Ford, tampoco tiene el peso necesario. Pero Cappa y, sobre todo, Karras, deben hacer valer su condición de veteranos. O Volson, aunque sólo sea para ganarse un poco a sus críticos.

Sin embargo, el principal responsable es Taylor. Desde esta web se criticó mucho la pasividad de Lewis ante los errores arbitrales. Al punto que debían ser los propios jugadores quienes buscaran justicia, con los resultados conocidos. Creíamos que con él iba a ser diferente, y al principio así era, pero su comportamiento en Baltimore me dejó muy decepcionado. Un entrenador debe defender a sus jugadores si quiere que estos le respeten. ¿Alguien duda que Harbaugh se hubiera comido a los colegiados de haber sido la situación al revés?

Nunca faltarán quienes digan que, de haber defendido mejor en la segunda parte, no se nos habría escapado la ventaja de 14 puntos que llevábamos en el tercer cuarto, y hubiera sido innecesario el drama final. También tienen razón. Encajar un parcial de 0-21 ante un equipo como Ravens es un muro difícil de superar, y muestra una debilidad que debe hacernos reflexionar. ¿Dónde están los ajustes del descanso? ¿No tenemos capacidad de respuesta? ¿Hay falta de forma física? De los 262 puntos encajados (26º de la liga), 153 han llegado en la segunda mitad.

Es evidente que no hemos acertado con los fichajes. De los Moss, T.Brown, Stone, Bell, Rankins y Gesicki, todos titulares, solamente el último está dando un rendimiento aceptable (coincidiendo con la ausencia de Higgins, porque cuando está el WR, también se vuelve invisible). A los novatos tampoco le podemos pedir milagros, así que es una suerte que Mims, All, Rehkow, Jenkins y Jackson estén teniendo aportaciones interesantes. Pero hasta el momento, Burton con su mala cabeza y discutibles manos, Newton incapaz de adelantar a un Turner bastante mediocre, Anthony y Lee apareciendo tímidamente y Johnson y McLachlan totalmente perdidos (el undrafted Grandy ha adelantado al TE), tampoco están suponiendo un salto cualitativo. A esto sumamos el trabajo que está costando a los de segundo año como Turner, Murphy o Iosivas tener incidencia en el juego, o el bajo de nivel de veteranos como Cappa o Taylor-Britt.

En cualquier caso, hay que asumir que, con un balance de 4-6, ya no tenemos colchón de seguridad. De aquí al final hay que ganar, si no todo, casi. Y el primero pasa por el viaje a Los Angeles, para enfrentarnos a los Chargers (6-3) que son ahora mismo, rival directo para el wildcard. Necesitamos vencerles para recortar distancias y tener ventaja en un hipotético desempate. Esta final ya no la podemos perder. De hecho, la NFL, consciente de la trascendencia, y sobre todo, la espectacularidad de un duelo HerbertBurrow, lo ha pasada a prime time, así que para fastidio de los seguidores en España, el partido será a las 2:20 de la madrugada del domingo a lunes, las 10:20 de la noche argentina, y las 7:20 de la tarde mexicana. Si vives en la zona de Los Angeles, lo podrás escuchar en español a través de la emisora “Que Buena” 105.5 y 94.3 FM y también por el Chargers mobile app opción en español. Ya podrían los nuestros tener también un detalle así con la afición hispanohablante. Aunque si nos dejan a los de La Jungla salir al aire durante el partido, nos cierran al momento…

No será la primera vez que se vean Taylor y Jim Harbaugh. Según este artículo de Sports Illustrated, ya lo hicieron hace 32 años cuando Zac era apenas un chaval. Otra cara conocida será la de su tightend Hurst, protagonista de un reportaje que os recomiendo en nuestra guía de 2022. En su equipo de prácticas está el CB Apple, cuyo recuerdo todavía añoran algunos nostálgicos de La Jungla.

El balance de enfrentamientos entre ambas franquicias favorece a los californianos 23 a 14 (incluyendo un 1-1 en postemporada). Nos han ganado los tres partidos más recientes, el último por 22-41 en Cincinnati. La indumentaria que vestiremos será novedosa, puesto que volvemos a utilizar el pantalón naranja (con franjas negras), pero esta vez combinados con la camiseta y calcetas blancas. Será la 8ª combinación diferente que usemos esta temporada. Podría hablar del tiempo, que suponemos soleado en California, aunque el partido se dispute por la noche, pero al jugarse en el domo del Sofi Stadium, es absolutamente irrelevante.

Arbitrará Brad Allen, que será la segunda vez que lo haga este año, ya que también dirigió el encuentro que nos enfrentó a los Commanders. No voy a repetir sus datos personales, quien tenga curiosidad que revise la previa de aquel partido. Tan solo añadir que, desde entonces, su balance cunado nos pita ya está igualado (4-4) y que ha reducido el número de penalizaciones por partido, siendo ahora penúltimo con menos de 11 por encuentro. Nosotros somos el equipo que menos faltas comente, pero los Chargers son los cuartos en este apartado.

Seguramente, Burrow nunca olvidará el día de su debut en la NFL. Fue en un partido en casa contra los Chargers y, tras un gran último drive donde nos colocó en posición de empatarlo (debíamos haberlo ganado, pero anularon un touchdown a Green que parecía legal), el patoso kicker Bullock falló estrepitosamente, produciendo una de las imágenes que permanecen en la memoria de los aficionados: el “pantorrilla-gate”, en la que echó la culpa a una pierna, pero se tocó dolorido en la otra.

En ataque

Tener a los líderes de la NFL en yardas de pase (Burrow) y recepción (Chase) no nos está sirviendo para ganar a equipos con balance positivo. Tener un RB (Brown) con un promedio de 4,3 yardas por carrera, mejor que el del año pasado de Mixon (4,0) tampoco está sirviendo para ser relevantes por tierra. Un porcentaje de sacks encajados de 2,3 por partido, mejor que el 2,9 del año pasado, tampoco está sirviendo para tener la sensación de que Burrow se encuentra mejor protegido. Estamos mejor en todas las estadísticas excepto en la única que importa: la de victorias conseguidas.

Somos el 6º equipo más anotador de la liga (un promedio de 27 puntos por partido), pero estamos como los Buccaneers (quintos con 27,9) con un balance de 4-6, por no saber cerrar los partidos. De las 6 derrotas, 5 han sido por una sola anotación (y dos de ellas por 1 punto). Poco más se puede pedir al ataque. O quizá sí. Para eso estamos escribiendo esto, ¿no?

Tenemos un serio problema con las jugadas de pocas yardas. Hasta en dos ocasiones nos jugamos un cuarta y dos viniendo de tercera y dos. En una nos salvó una penalización. En otra oportunidad también fallamos un 4ª y 3, pero viniendo de 2ª y 3. En ambos turnovers-on-downs, la solución fue pases largos a Burton que se fueron al limbo. Somos tan ineficaces corriendo que ni lo intentamos (tan solo un cuarta y uno con una carrera de Hudson, ¡sorpresa, una jugada imaginativa!). Me parece bien ser agresivos, sobre todo ante un equipo tan anotador como Baltimore. Pero estas situaciones se deben llevar mucho mejor preparadas. Puedo excusar (algo, no todo) la conversión de dos por las faltas que nos hicieron en esa jugada, pero los Ravens sí convirtieron la que se jugaron.

Hay que cuidar mucho más el balón. Los turnovers-on-downs los fallamos cuando estábamos muy cerca de field-goal range (si no dentro), luego perdimos esos hipotéticos puntos. El fumble perdido por Brown supuso un punto de inflexión en el partido. Otro que Herbert recuperó. Una intercepción a Burrow que no fue por milímetros. En partidos tan igualados, los detalles marcan las diferencias. Ellos no tuvieron ningún turnover.

Burrow sufrió 3 sacks. Todos por obra de Madubuike, un defensive-tackle. Si bien Ford y Mims estuvieron razonablemente sólidos en los extremos de la línea, la fragilidad por el centro provocó que Burrow tuviera que huir del pocket en demasiadas ocasiones. Igual ha llegado el momento de implementar cambios. Cappa está haciendo una temporada bastante floja. Igual se podría probar a Lee (que está funcionando bien como extra-OL ahora que Ford es LT de forma continua) en el center y pasar a Karras a guard. Si Orlando Brown puede volver contra Chargers, Ford recuperaría la función de extra-OL.

Para el partido en LA, esperamos recuperar a Higgins, lo que es una gran noticia. No debería suponer el ostracismo de Gesicki, sino una reducción en las intervenciones de Iosivas y Burton que, sinceramente, no dan tanta seguridad en las recepciones como el tight-end. Estos dos deberían quedar para tirar alguna bomba de vez en cuando para que la defensa californiana no se nos eche demasiado encima. Si ya de por sí Chase atrae toda la atención de la secundaria, mucho más ahora tras su fantástica actuación en Baltimore, y la intimidante presencia de Higgins a su lado. No sé si tanto como las 56 veces que lanzó Burrow ante Ravens, pero nuestra ventaja está en el juego aéreo, y es ahí donde debemos incidir.

Si dieran un premio a la franquicia con mayor capacidad para decepcionar a sus seguidores, probablemente la nuestra se llevaría el galardón. Tras hacernos creer que iban a reforzar el equipo, tanto el RB Fournette como el CB Howard se fueron de Cincinnati sin contrato. El del corredor, por la edad, podría tener sentido, pero lo del CB no hay por donde cogerlo. Ya hablaremos sobre esto en el apartado de la defensa. En su lugar ficharon a un tal Gary Brightwell, runningback escogido por los Giants en 6ª ronda del draft de 2021. Un chico bien proporcionado, pero lento, un tanto despistado contra el blitz, y carente de potencia en jugadas de pocas yardas. Vamos, que no aporta nada, más allá de rellenar el hueco que presumiblemente dejará Milton cuando le suban del equipo de prácticas al roster principal.

Así las cosas, el juego de carrera volverá a ser para Brown casi en exclusiva. Herbert, quizá ya más compenetrado con Burrow y familiarizado con el gameplan (tampoco debe ser muy difícil de asimilar por su simpleza) podrá tener alguna participación, pero tímida. Me preocupa la protección, donde no destaca ninguno de los runningbacks. Quizá debemos utilizar aquí a algún tight-end, probablemente Sample, revelando con eso nuestras intenciones. La baja de All volverá a ser cubierta por Grandy (como dije en el artículo anterior, ni Gesicki ni Hudson bloquean), preguntándonos para qué demonios se drafteó a McLachlan.

Burrow está a un nivel de juego tan elevado como su cabreo. Un día va a implosionar. Debe ser frustrante estar recibiendo golpes y aun así completar pases para que después no sirva de nada. Esperemos que, tras la polémica durante toda la semana, los árbitros sean un poco más misericordiosos con él, pero esto tampoco es la solución. Hay que protegerle más, ya sea con un mejor juego de a línea o más jugadas de carrera. Para tener éxito en nuestro asalto a las plazas de playoffs, Taylor no puede volver a ser superado por el entrenador rival.

Un Chase absolutamente espectacular (264 yardas y 3 touchdowns ante Ravens), líder de la NFL en yardas de recepción, está resultando insuficiente para que el equipo tenga un balance positivo. Cada día que pasa, la decisión de no haberle renovado en verano es más y más desafortunada (foto: Kevin Sabitus/GettyImages)

En defensa

Si fuéramos un medio estadounidense, diríamos que aquí está “the mother of the Lamb”. Sin un rendimiento defensivo superior al que venimos ofreciendo, habrá poco que hacer. De nada valen los esfuerzos en primer y segundo down, si nos convierten los terceros (o incluso cuartos) con tanta facilidad. Aparte de no poder hacernos fuertes en jugadas de pocas yardas, en downs de pase, si no somos capaces de generar presión al quarterback más allá de Hendrickson, los defensive-backs se encuentran vendidos (aparte de que individualmente, no están teniendo su mejor campaña).

Fue realmente vergonzoso el touchdown de 84 yardas que nos anota Wallace superando con facilidad los intentos de placaje de Taylor-Britt y de Stone. De poco se puede culpar a Anarumo, más allá de exigirle una mejor preparación técnica a los jugadores en su forma de placar en los entrenamientos, porque tácticamente la jugada estaba bien defendida. Siguiendo con los dichos, “less gives a Stone”. Poco espero ya de nuestro safety, pero es deprimente ver que mientras en el Strong Safety, Bell y Battle se reparten casi al 50% los snaps, en el Free Safety no aparecen nunca en defensa Anthony ni Anderson. Deberíamos replantearnos pasar a Hilton a esta posición.

Preveo problemas en la secundaria ante Chargers. Quitando a McConkley, sus otros dos widereceivers, Palmer y Johnson, son muy físicos. Nuestros cornerbacks son bastante livianos, así que igual vemos a Ivey más a menudo. Por este mismo motivo, su tightend Dissly (2º en recepciones en su equipo) puede generarnos bastantes contratiempos. Necesitamos ser agresivos en cobertura, tratando de entorpecer el timing con su quarterback, y que nos ganen la posición.

Para ayudar en esta tarea no estaría mal generar algo más de presión. Tanto por el interior como por el exterior. Por dentro, Rankins está teniendo unos números que firmaría el mismísimo Zach Attack Carter. Necesitamos que acompañe mucho más a Hill en esta tarea, ya que los novatos Jenkins y Jackson solo entran como refuerzo en downs de carrera. Por fuera, con Hubbard más ocupado en defender la carrera (o hacer de improvisado fullback), hace falta soltar más Murphy, cuyos números globales no son tan malos en función del poco tiempo de juego que tiene (aunque debe mejorarlos, porque no parece normal que Ossai le coma la tostada, que para eso es primera ronda).

Con Herbert, aunque también tiene buenas piernas, no será necesario ser tan precavido como contra Lamar Jackson. Podemos ser más audaces lanzando presión, incluyendo blitzes. Su línea ofensiva es buena (el RT novato Alt está rindiendo muy bien), pero puede ser vulnerable por el medio. Si dejamos que un quarterback de la calidad de Herbert esté cómodo, estamos muertos.

Ahora bien, necesitaríamos sobre todo cerrarles el paso a la carrera (algo que conseguimos, más o menos, frente a Ravens), para forzarles a salir de su zona de confort y tener que pasar más. Sus receptores son físicos, pero tampoco son de lo mejor contra los que nos vamos a enfrentar. Si les obligamos a pasar, aunque nos claven alguna bomba, también vamos a tener opciones de, si no interceptar, complicarles la recepción.

La defensa está siendo fuente de justificadas críticas. Ya apreciamos durante la pretemporada lagunas que, desgraciadamente, el tiempo nos ha dado la razón. A estas alturas, pocos refuerzos vamos a encontrar. Pero creo que habría que intentarlo, y la visita de Xavien Howard era una gran oportunidad. Si el tipo todavía tiene algo de condiciones, seguro que podría haber ayudado, aportando su veteranía a un grupo muy joven. Aunque sólo fuera para que Taylor-Britt se pusiera las pilas. Creo que su fichaje hubiera supuesto un mensaje al vestuario en el sentido de: “continuamos confiando en vosotros para llegar a playoffs, y vamos a seguir reforzándonos para conseguirlo”. En este caso, el tema no era conseguir una pila de millones (que puede ser complicado para las arcas de Mike Brown), sino que hablamos de relativamente poco dinero, por lo que es difícilmente defendible dejarle ir sin contrato si deportivamente había cumplido las expectativas en su visita.

Esperemos no tener que llamarle de nuevo para la semana de bye antes de recibir a los Steelers. No hace falta decir que cada partido a partir de ahora es una final. Y del comportamiento de la defensa dependen gran parte de nuestras opciones.

B.J. Hill se recuperó a tiempo para el partido y fue nuestra única amenaza real en el centro de la defensa. Las aportaciones de los novatos Jenkins y Jackson están siendo interesantes, pero la temporada de Rankins, como la de los otros fichajes defensivos en la agencia libre, Stone y Bell, está siendo muy decepcionante (foto: Ryan Meyer (bengals.com)

El rival

Salimos de un Harbaugh y nos encontramos con el otro. Jim también es un entrenador de prestigio y carácter, que sabe construir una franquicia ganadora. Algo que necesitaban los de Los Angeles, tras años de tirar a la basura una buena plantilla por la falta de competitividad. Ha dotado a Herbert de una confianza como no ha tenido desde el comienzo de su carrera y, con un roster menos talentoso, y haciéndole menos protagonista, ha conseguido hacerle mucho más efectivo: 7,8 yardas por pase y tan solo 1 intercepción (desde la semana 2, lleva 210 pases seguidos sin ser interceptado, la racha actual más larga en la NFL).

No obstante, el ex de Oregon en un QB que sabe aparecer en los momentos determinantes, ya sea con su brazo (tienen un QB-rating superior a 90 en los 9 partidos de la temporada, algo que muy pocos QBs en la historia han conseguido), o con sus piernas. La gran revolución de Harbaugh ha sido cambiar a un equipo predominantemente pasador a otro que no necesita lanzar tanto (son el equipo 2º en la liga que menos pases ejecuta). Con un backfield compartido por dos ex-ravens (Dobbins y el recién recuperado Edwards), seguramente recomendados por su hermano John, se encuentran en la parte alta de las estadísticas de carrera de la liga.

En el juego de pase también han pasado página. Los veteranos Allen y Williams han dejado su hueco a los jóvenes Palmer y Johnson, y al novato McConkey. Los dos primeros, muy físicos para las recepciones disputadas y en la end-zone, y el rookie, un demonio por todo el campo. Sus tight-ends también son nuevos: Dissly, el principal, y Hurst, el secundario, lo que demuestra la predilección de los Chargers por los tight-ends pelirrojos. Cuidado también con el RB Dobbins en funciones de receptor.

Pero sin duda, la principal virtud de estos nuevos Chargers es su solidez defensiva. No han permitido a ninguno de sus nueve rivales anotar más de 20 puntos, algo que solo ha sucedido en la NFL 4 veces en los últimos 40 años. Con 13,1 puntos permitidos de media, son por supuesto el mejor en este apartado, superando por 3 al siguiente en la lista (los Steelers, a quienes veremos a continuación).

Su jugador más destacado es Khalil Mack, 4º jugador con mejor graduación defendiendo la carrera en la NFL. Sin embargo, una lesión le dejó inédito ante TItans, así que habrá que seguir su evolución. El otro jugador a seguir es Joey Bosa. El pass-rusher volvió a la actividad la pasada jornada tras 7 semanas lesionado. Ante Titans consiguieron 7 sacks, por loque los suplentes Dupree y Tuipulotu también están generando mucha presión. Están empatado con los Ravens en la cuarta posición de equipos más “sackeadores”.

En cobertura, son el sexto equipo que menos yardas encaja por el aire. Solo han concedido 9 touchdowns por esta vía y han interceptado 9 pases. Han perdido al CB Asante Samuel por lesión, pero sus safeties Gilman y Derwin James son muy solventes. Su formación habitual es 3-4-4, con los dos linebackers exteriores muy cerca de la línea de scrimmage. Es decir, fían más a la presión que al marcaje, contando también con la movilidad de los linebackers interiores Henley y Perryman.

En equipos especiales, son el 6º equipo que más field-goals ha anotado, con un 90,5% de efectividad. Idéntica posición en cuanto a las patadas de despeje. En los retornos, se encuentran en el top-10 tanto en los de kickoff como en los de punt.

Para todos aquellos que estén hartos de partidos bonitos y perder, y prefieran partidos feos y ganar, el domingo puede ser su día de suerte. Los Bolts no son espectaculares, pero son muy rocosos. Es un equipo bien armado, que sabe maximizar sus virtudes y minimizar sus defectos. A poco que sigan haciendo bien las cosas, no se les debería escapar una plaza de wildcard, para la que, según los entendidos, rondan el 90% de probabilidades.

El domingo nos enfrentamos a un entrenador apellidado Harbaugh y a un quarterback de élite, ¿qué podría salir mal? (foto: ESPN)

La clave

El domingo empieza nuestra liga. Tras la habitual caraja de los partidos iniciales, y el tormentoso paso de equipos superiores, empieza nuestra liga. La que nos enfrenta a equipos en nuestro rango de juego, y a los que debemos superar para mantener las opciones de playoffs (algo que debe ser obligatorio cada año que Burrow vista de naranja y negro). No estamos, al menos todavía, para mayores gestas, pero debemos demostrar que, aunque los Bolts tengan un mejor balance, nosotros somos mejor equipo.

Es un día para confirmar lo que está bien, como la ofensiva, potenciada por el probable regreso de los titulares Higgins y Orlando Brown. Necesitamos un ataque que marque el ritmo del juego, permitiendo descanso a la defensa. Agotar el tiempo entre snap y snap y, si vemos una formación defensiva ventajosa, alinearnos rápidamente para la acción para evitar cambios en el rival, aunque demoremos después la puesta en juego del oval. Creo que somos superiores en el juego aéreo, por lo que deberíamos alinear múltiples receptores que les obliguen a adelgazar su front-seven.

Haya que intentar imponer nuestro dominio desde el principio, poniendo un margen de puntos suficiente para que no nos vuelvan a remontar en la segunda parte. No podemos volver a llegar al final con un marcador ajustado en un partido de fuera de casa, donde la presión del público local pueda influenciar a los árbitros. El SOFI Stadium le traerá recuerdos de la Super Bowl LVI perdida allí. Nunca le faltan motivaciones, pero seguro que saldrá nuevamente enrabietado a dejar claro ante su compañero de promoción Herbert que se acabó doblar la rodilla contra su equipo.

El partido seguramente irá a pocos puntos, por lo que hay que ser quirúrgicamente efectivos. No nos podemos permitir el más mínimo error (ellos son el 2º mejor equipo en el ratio de pérdidas/recuperaciones). Hay que optimizar todas las llegadas a la zona roja, y aprovechar que se juega en un estadio cerrado para que McPherson pueda chutar desde lejos. No jugarnos cuartos downs a lo loco y, si lo hacemos, que sea con jugadas bien ensayadas previamente, no un pase desesperado a un novato.

Su defensa es imponente, pero tampoco debemos acobardarnos. Cuando se han enfrentado a ofensivas más potentes, como Chiefs, Cardinals o Steelers, han perdido esos partidos. Por tanto, es importante que nuestra defensa no le pierda la cara al partido, obligando al ataque a tener que anotar en cada drive. Es poco probable que Jones vuelva para el partido del domingo, por lo que espero que su sustituto en los retornos aproveche la oportunidad. En partidos igualados, todo cuenta.

Los Chargers son favoritos por 2 puntos. Nos viene bien ir de víctimas. Cuantas menos confianzas, mejor. Un partido en prime time es una faena para los que vivimos a este lado del Atlántico, pero debe servir de motivación a los jugadores para tratar de dar la vuelta a esta mala suerte que nos persigue. Ya toca que la moneda salga cara alguna vez.

¡Who Dey, hermanos!

Está claro que no vamos a ir a ninguna parte si nuestra defensa no da un golpe en la mesa. Especialmente la secundaria. No puede ser que anotemos más de 30 puntos y sigamos perdiendo partidos. Jugadores como Taylor-Britt están muy cuestionados, y es necesario que inviertan la tendencia, mostrando el talento que les vimos en temporadas pasadas (foto: Peter Joneleit / Bengals.com)

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