¡Estamos en ronda divisional! Quizá no fue el mejor partido, pero seguimos en competición, que no es poca cosa. Llevábamos más de 30 años sin pasar de wildcard y lo acabamos de hacer en dos años consecutivos. Creo que debemos detenernos un momento para reflexionar y darnos cuenta de lo que estamos consiguiendo. Estamos en el mismo nivel que los contendientes de la conferencia, respondiendo a las expectativas. Nadie sabe qué va a pasar de aquí en adelante, pero no sólo nos hemos ganado el respeto de quienes dudaban de nosotros (ya quedan ridículos sus intentos de menospreciar nuestra trayectoria), sino que parece que hemos dejado atrás esa especie de maldición que nos perseguía en playoffs, en la que, si se producía algo “inusual” siempre era en nuestra contra. A quienes hablan de que somos un equipo con suerte, les recomendaría un repaso a nuestra historia en postemporada.
Por tanto, con la convicción de que la temporada está salvada, ahora queremos más. No sería un demérito caer en Buffalo el próximo domingo a las 9 de la noche en España (ojo que el horario para esta eliminatoria es distinto al habitual), 5 de la tarde en Argentina y las 2 en México, pero creo que esté equipo está en condiciones de dar la campanada e imponerse en territorio hostil. Este año hemos demostrado ser competitivos como visitantes, y ya vimos en los playoffs del año pasado que vestir de blanco nos va bien. Porque ésta será nuestra indumentaria para la cita: casco naranja, pero camiseta y pantalón blancos, con medias negras. Un uniforme que nos vendrá bien para camuflarnos entre la nieve, por que sí, se esperan nevadas para la noche del partido (aunque no mucho para lo que suele ser habitual allí, entre 2 y 7 centímetros), con temperaturas rondando los 0ºC y vientos, que puede ser lo más problemático, de unos 16 km/h.
Es inevitable referirse a este encuentro sin recordar el dramático suceso que obligó a suspender el partido de temporada regular. Afortunadamente, Hamlin ya se encuentra fuera de peligro y recuperándose en su casa, así que nos podemos centrar en lo deportivo, pero evidentemente, su figura sobrevolará el encuentro. Ya comentamos en la previa del partido de temporada regular que somos dos franquicias que tenemos muchos puntos en común, y esta fraternidad entre aficionados y jugadores se puso todavía más de manifiesto cuando, incluso arriesgándonos a salir perjudicados (como finalmente así fue), decidimos solidarizarnos con su decisión de no proseguir el encuentro.
No obstante, los parabienes durarán solo hasta que Carl Cheffers pite el comienzo del partido. El veterano de 62 años, empleado de una empresa de baterías de coches, hijo de árbitro y ascendido a referee en 2008, cuenta con amplia experiencia en postemporada: 17 partidos que incluyen 5 wildcards, 7 divisionales, 3 finales de conferencia y 2 superbowls (ediciones LI y LV). En su trayectoria nos ha pitado 16 veces, con un balance desfavorable de 4-10-2. Curiosamente cuenta con dos empates (esta vez no podrá ser) y la última vez que nos dirigió fue en la victoria en Tennessee. Es el árbitro más pañuelero de la competición (de hecho, ostenta el record de penalizaciones en una superbowl), así que muchísima precaución, sobre todo, con las salidas falsas o los holdings ofensivos.
En ataque
Vamos a baja por semana en la línea en la menos nos lo podíamos permitir. El domingo pasado cayó Williams quien, sin estar haciendo la mejor campaña, su ausencia en el LT nos genera un problema de dimensiones mayúsculas. Solamente pensar que su sustituto apunta a que sea Carman da una idea de la magnitud de la catástrofe. Lo bueno es que ni su lesión, como tampoco la de Cappa, parecen ser definitivas, pero puede que su recuperación no llegue a tiempo.
Por lo tanto, volvemos a analizar un año después una eliminatoria de playoffs con la incertidumbre sobre la línea ofensiva. A día de hoy, la formación con más opciones de consolidarse sería la compuesta, de izquierda a derecha, por Carman-Volson-Karras-Scharping-Adeniji. Desolador, pero la dureza de la NFL es así. Habrá que confiar en la capacidad para poner a punto a los inexpertos por parte de Pollack (muy cuestionable todo el año) pero, sobre todo, en la habilidad de Burrow para moverse en el pocket y evitar verse rodeado.
Los titulares de toda la semana se centran en el duelo Allen-Burrow y, aunque siempre digo que es un error fijarse únicamente en los QBs, en esta ocasión, es ineludible. Se espera un partido donde habrá que anotar mucho, y probablemente, rápido. En esta tesitura, la capacidad de los mariscales para dirigir a sus tropas se volverá fundamental. Sabiéndolo, Buffalo va a mandar toda la presión posible y más (todo el pass-rush que tengan más la grada animando y presionando al equipo arbitral). Por tanto, como sería ingenuo creer en milagros de nuestra inexperta OL, habrá que pedir a Burrow que se desprenda pronto del oval, que esté vivo con los pies para salir en scramble, o que se retrase todo lo posible en shot-gun para ganar unas décimas de tiempo.
Así las cosas, sobre los receptores recaerá mucha responsabilidad. Siendo conscientes de que no tendrán mucho margen para conseguir separación, deberán ser más físicos porque muchas recepciones serán disputadas (Higgins), afinar en rutas y manos (Boyd y Hurst) para jugar casi instantáneos, y tener la habilidad para conseguir yardas tras la recepción (Chase). Creo que aquí llevamos ventaja si hacen bien su trabajo. La eliminatoria de Bills hubiera podido tener un desenlace muy diferente si los receptores de Miami no se hubieran dejado caer tantos balones.
No obstante, si como se prevé, la climatología será un factor, va a ser fundamental poder correr con el balón. Esto obligaría a ambos equipos a tener que balancear un poco más unas ofensivas muy volcadas hacia el pase. Aquel que consiga funcionar mejor por abajo, va a tener una importante ventaja. Mixon no está cuajando su mejor campaña, eso es algo más que evidente. Pero no debemos mirar atrás, sino tratar de ponerle en situaciones ventajosas. Contra Ravens no funcionaron ni las carreras laterales ni los pases en screen hacia la banda. Esto no quiere decir que contra Bills no puedan ser efectivos, ya que son defensas muy diferentes. Puesto que la velocidad es la principal virtud de Mixon, es aquí donde debemos explotarla. Para carreras por el centro para desgastar, ganar pocas yardas cuando haga falta, o consumir reloj, mucho mejor utilizar a Perine.
En todo caso, va a ser un partido que nos va a llevar al límite, donde no podemos dejar que nos domine la ansiedad. Al contrario que Baltimore, Buffalo sí tiene capacidad para poder remontar en poco tiempo, así que el ataque no puede dormirse confiando en la defensa. Tampoco volvernos locos si nos vemos por debajo en el marcador. Haciendo “la goma”, como Dolphins, seguro que tendremos nuestras opciones al final. Como se espera un encuentro de alta anotación, debemos andar muy concentrados en zona roja para maximizar todas nuestras llegadas. Nada de regalos en forma de entregas de balón (ni turnovers on downs por pretender ser demasiado ambiciosos en vez de conformarnos con 3 puntos) ni penalizaciones. Hay que ser perfectos. De eso se tratan los playoffs, en especial, cuando hay enfrente un hueso duro como los Bills.
En defensa
Si partimos de la base de que nuestra ofensiva puede superar a su defensa, para tener opciones de llevarnos el partido, debemos hacer que su ataque no supere a nuestra defensa. O al menos, empatar el emparejamiento. No es nada fácil. Buffalo tiene un ataque versátil y explosivo. Igual te hace un big-play Diggs, que te aburren con el juego corto a sus RB, o cuando se meten en problemas, Allen saca el primer down corriendo. Así que, habrá que tener paciencia y, siendo conscientes de que alguna vez nos van a quemar, no venirnos abajo y seguir peleando, que tendremos nuestras oportunidades.
Es un día para “doblarse pero no romperse”. Seguramente nos puedan avanzar, pero debemos hacernos fuertes en la zona roja y no permitirles más de 3 puntos cuando lleguen allí. En lo poco que pudimos ver en los minutos del partido de temporada regular, ya mostramos algo parecido. Lanzarle mucho blitz a Allen puede ser un error, ya que tiene corpulencia para absorber el golpe, y potencia de brazo para lanzar el pase largo en cuanto detecte una cobertura débil. Seguramente debamos dejar otro safety haciendo compañía a Bates en la zona profunda, lo que va a despejar la zona intermedia a la espalda de los linebackers. Cuidado aquí.
Por eso mismo, no veo descabellado una estrategia 3-3-5, con Hubbard cayendo en cobertura a ayudar a los LB Wilson y Pratt (o Davis-Gaither en jugadas de pase), y Bell vigilante de las evoluciones de Knox, su TE, quizá algo más retrasado de lo habitual para llenar ese espacio. Delante, quizá más importante cerrar las aventuras de Allen como corredor que tratar de llegar hasta él. Quienes sólo son capaces de calificar una defensa en cuanto a las estadísticas de sacks, creo que deberían aprender un poco más de qué va realmente este deporte.
Reader y Hendrickson parecen haber dejado atrás las lesiones y su rendimiento está siendo excepcional. Hill está a su altura, y los relevos (Carter, Ossai) no están decepcionando. Siendo un partido donde igual resultará difícil moverse, la labor de las trincheras será fundamental. La idea de poblar de personal la cobertura sólo tiene sentido si consiguen, aunque sea mínimamente, inquietar a Allen y provocarle que falle. Si no, al final terminará encontrando a alguien desmarcado.
Atrás, pensar en Apple cubriendo a Diggs provoca escalofríos, pero es lo que hay. A Taylor–Britt le tocará bailar con Davis, mucho más físico, mientras que para Hilton quedaría McKenzie (o Shakir) en el slot, pero mirando de reojo al backfield para penetrar como una fiera en jugadas de carrera. Flowers está lesionado, así que en jugadas donde presenten múltiples receptores, quizá le toque a Hill cubrir a Knox para dejar más libertad a Bell. Nuestra primera ronda está teniendo un debut en la NFL bastante decepcionante (cometió 3 penalizaciones en apenas una docena de snaps incluyendo equipos especiales, dos de ellas seguidas), por detrás de otros compañeros de promoción como Volson, Carter o Taylor-Britt. Más nos vale que sea sólo un problema de adaptación, y no algo más serio.
Equipos especiales
Lo de McPherson ya está en nivel naranja de la escala de alarmas. El domingo, otro fallo, esta vez en extra–point. Aun considerando que ha debido cambiar, durante el curso, de long–snapper y holder, me parecen muchos errores ya. El segundo año es complicado para cualquier jugador de la NFL. Pasada la emoción de la novedad, deben confirmar el nivel alcanzado. Las sensaciones vividas el año pasado puede ser que le hayan pasado algo de factura (su trabajo tiene mucho de mental), pero un tipo que se fuma la charla del descanso de la Super Bowl para ver en directo a su cantante favorito, de carácter va sobrado.
En cualquier caso, necesitamos de él que vuelva a mostrar su mejor versión en Buffalo, en unas condiciones climatológicas complicadas, porque en previsión de un marcador igualado, no podemos regalar ocasiones de sumar puntos. Igualmente, la coordinación con sus compañeros también debe mejorarse. En cuanto a los kickoffs, se sigue quedando corto (no sé si es buscado a propósito, pero creo que no). Con el peligro que tienen los Bills en los retornos, es un factor a tener en cuenta.
En cuanto a Chrisman, quien cuajó un buen encuentro ante Baltimore (jugándose la pierna incluso para darnos un primer down), también deberá estar muy acertado para conseguir que sus patadas alejen lo máximo posible el arranque de los drives de los del estado de NY. La batalla posicional tendrá gran influencia.
En cuanto a nuestros retornos, ya no espero nada. Sólo con que no la caguen (Taylor estuvo a punto de liarla muy gorda ante Ravens) ya me quedo tranquilo. Donde habrá que estar atentos es la cobertura de los suyos. Hines logró dos retornos para touchdown contra Patriots, así que el peligro es evidente. Vuelvo a insistir: en partidos tan igualados, cualquier pequeño factor puede resultar desequilibrante.
El rival
Os remito a la previa del partido de temporada regular. Lo único que ha cambiado desde entonces ha sido todo el caso Hamlin. Su recuperación después del tremendo susto ha supuesto un subidón anímico para sus compañeros. Se espera su presencia en las gradas del Highmark Stadium, así que esto sumará varios grados a la enardecida atmosfera que se respirará en un campo muy complicado para los visitantes (sólo han perdido allí un partido este año, contra Vikings, en la prórroga).
Quizá lo más reseñable sea la constatación de la preocupante (para ellos) facilidad con la que Allen se desconecta de los partidos. Igual se muestra implacable que de pronto comienza a cometer errores impropios de su calidad. Obviamente, es un hecho que debemos tener en cuenta. Hacerle perder la paciencia, o la confianza, puede facilitarnos su defensa. No hablo del trash-talk, sino de hacer que no se encuentre cómodo con argumentos deportivos, tratando de confundirle con diferentes disposiciones defensiva.
También debemos valorar otros cambios con respecto al partido que no llegamos a terminar. Con cada semana que pasa, el novato Cook se encuentra más adaptado y ya podemos decir que ha adelantado a Singletary como corredor principal. En el cuerpo de receptores, aparte de los titulares, las aportaciones de Shakir y Beasley hacen que todos ellos puedan ser peligrosos en un momento dado, y no tenemos suficientes defensive-backs de calidad para contenerlos.
En la parte defensiva, también podemos decir algo parecido. Tras perderse muchos partidos por lesión, el CB White está ahora en mejor forma de lo que estaba en el partido que se canceló. Es un puntal importante en una unidad donde las bajas en la posición de safety (tras lo de Hamlin será titular Marlowe, quien comenzó como el 4º en el roster) sean seguramente las circunstancias más preocupantes para ellos.
No se espera en sus filas ninguna baja relevante más. El SF Poyer anda con molestias todo el año, pero por nada se va a perder la cita. Tampoco los defensive-linemen Jones y Phillips pese a sus problemas físicos. Ya hace unas semanas que perdieron a Von Miller, pero los jóvenes rushers (Rousseau, Epenesa) lo está haciendo bien en su lugar.
Las mayores críticas hacia su cuerpo técnico recaen, curiosamente igual que nosotros, sobre el ataque. Muchos consideran que el talento de su plantel ofensivo es mucho mayor que lo de demuestra un plan ofensivo en ocasiones caótico y unidimensionado hacia el pase profundo. La sombra de Daboll es alargada y Dorsey, su sucesor como coordinador ofensivo, sale perdiendo en la comparación. Una nueva eliminación en ronda divisional podría generar dudas sobre la viabilidad de un proyecto diseñado para llegar a lo más alto.
La clave
Mantener el ritmo ofensivo de nuestro rival y dar opciones a la defensa de frenarles al final. A pesar de las importantes bajas que tenemos en la línea ofensiva, hay que hacer todo lo posible por recuperar ese ataque de alto octanaje que parecemos haber perdido las últimas jornadas. Sin embargo, que a nadie se olvide que, aunque todo el mundo habla de la capacidad ofensiva de Buffalo, su defensa es la segunda que menos puntos concede al rival
Para minimizar la evidente fragilidad de nuestra línea, las soluciones son las conocidas: pases rápidos para ganar yardas tras la recepción, dropbacks largos para ver venir la presión de lejos, movilidad de Burrow, y alinear formaciones con muchos receptores que obliguen a Bills a tener que presentar a su vez más defensive-backs y, por tanto, dedicar menos efectivos a la presión.
Será un importante ejercicio de madurez para los jóvenes que habrán de dar un paso adelante, con mucha responsabilidad a sus espaldas: Volson, Carman, Hill, Taylor-Britt, … Necesitan desde la banda que les den confianza, pero también, el mejor adiestramiento posible para que no supongan una mayor debilidad que les lleve a cometer costosas penalizaciones. La labor de nuestros entrenadores, tanto a nivel del plan de juego, como las decisiones durante el mismo (jugarnos o no cuartos downs, challenges, tiempos muertos, etc.) va a estar también bajo el microscopio.
Lo que espero que no sea clave es la actuación arbitral. Por supuesto, contra un equipo de la calidad de Buffalo se puede perder sin que suponga un demérito, pero no me gustaría que el lunes estuviésemos hablando del interés de la NFL en que la final de la Conferencia Americana se decida entre Chiefs y Bills.
Los apostadores dicen que ganará Buffalo por 5 puntos. Me parece razonable. Pero nosotros nos hemos caracterizado por romper pronósticos. Llevamos sin perder desde octubre. La inercia no puede ser más positiva. La motivación está alta, al igual que la moral. El hecho de que a Baltimore se le ofreciera la posibilidad de jugarse con un volado la localía de un enfrentamiento contra nosotros, pero no a nosotros la de hacerlo contra Bills (o en campo neutral) supone un acicate más. No importa. Vamos a demostrar, desde el césped, nevado o no, que nos merecemos disputar una nueva final de conferencia. Por calidad, por carácter y por justicia, vamos a disputarles la superbowl de nuevo a Chiefs en Kansas o, por qué no, en nuestra jungla contra Jaguars. Who Dey!!!!
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com