Bienvenidos a bordo. La tripulación del crucero “La Jungla Hispana” se complace en recibir a todos los pasajeros que quieran incorporarse a nuestra maravillosa travesía. En nuestros camarotes hay sitio para todos. No podemos garantizar que no se vayan a marear, ya que Neptuno suele ser caprichoso hacia nosotros, pero la diversión en cubierta está asegurada. Siempre y cuando, claro está, posean una salud cardíaca a prueba de emociones fuertes.
Como capitán de la nave, debo advertirles una cosa: nunca he navegado por estas aguas. Las rutas que incluían surcar las rondas finales del campeonato siempre habían estado vetadas a nuestra embarcación. Podemos encontrarnos en nuestro rumbo monstruos marinos, pero también seductoras sirenas. En todo caso, les prometo una travesía inolvidable.
La siguiente escala es el puerto de Kansas City, una rada de difícil acceso. Pocos marinos se aventuran en ella por la alta probabilidad de embarrancar. Que le pregunten al comandante Josh Allen, quien ya se veía victorioso y acabó en el fondo de la ensenada. Nos espera la flota del temible Patrick Mahomes, pero que lleven cuidado ellos también, que ya les abordamos hace apenas 4 semanas, y desde entonces, hemos hundido a los piratas de Las Vegas, y derrotado a los Titanes de Tennessee.
Zarparemos a las 9 de la noche del domingo en España, 2 de la tarde en México y 5 en Argentina, a la conquista del Trofeo Lamar Hunt que consagra al campeón de la AFC. La predicción climatológica habla de cielos despejados, con una brisa que no superará los 6 nudos (unos 10 Km/h para los poco habituados al argot marinero). Hará fresquito, lógicamente. Rondaremos los 8ºC mientras el sol esté fuera, pero la temperatura caerá por debajo de los 0ºC al ocaso. La uniformidad será de gala, como requiere la ocasión: blanco impoluto en camiseta y pantalón, con medias negras.
El práctico del puerto que dirigirá las maniobras de atraque es el veterano oficial Bill Vinovich. En 7 de las últimas 8 postemporadas ha dirigido algún partido de final de conferencia o superbowl. Contable, 60 años, natural de California, cuyo balance cuando nos ha dirigido es de 6-8. Este año ya nos ha tocado 3 veces: la derrota contra Packers, la victoria en casa contra Steelers y el último partido que perdimos en Cleveland. Ya dirigió un Chiefs – Bengals, en 2018, donde nos dieron una paliza 45-10. Su dotación es la que menos pañuelos amarillos lanza de toda la liga (unos 11 por partido, siendo 14 la media este año, contando también los declinados), castigando un poquito más al visitante que al local. No son datos que nos favorezcan, porque si bajan el listón, beneficiarán más al rival que a nosotros, que solemos ser muy disciplinados en este apartado.
En ataque
Después del castigo recibido por Burrow en la ronda divisional, es evidente que todas las miradas van a fijarse en la línea ofensiva. Si esperan leer buenas noticias, abandonen toda esperanza. Nada apunta a que vayan a producirse cambios de personal. Más vale malo conocido, dice el refrán, pero lo cierto es que lo conocido, es malo no, peor. Prince no da el nivel. Es un chico que puede cumplir de forma puntual, pero no llega para los retos en los que estamos inmersos. Sigo pensando que una solución podría pasar por colocar a Spain de RT, posición en la que tiene cierta experiencia, y si Su’a-Filo está para jugar, colocarle de LG, o si no, probar ahí con Smith, o incluso Carman. No pueden hacerlo mucho peor.
Así las cosas, las soluciones pasarían porque Mixon o Uzomah ayuden en los bloqueos. Por poco que hagan, será bienvenido (“chip blocks”, como propone nuestro nuevo aliado Burrow-fan Juan Jimenez en su cuenta @TheQbNerd que recomiendo seguir). Otra opción sería, dado que probablemente Spagnolo disponga una pareja de safeties profundos para salvaguardarse de big-plays y deberá dejar la zona media más liberada, castigar esa área con pases rápidos (Boyd, Uzomah) antes de que llegue la presión. Igualmente, lanzamientos a la zona de la flat con los RBs, o jugadas de screen, podría permitirnos seguir contando con el juego de pase sin poner en riesgo la integridad de Burrow en cada snap.
Sin embargo, me temo que la estrategia no diferirá demasiado en esencia de lo que estamos haciendo, por lo que habrá que confiar en la fortaleza física y mental de Burrow para soportar todos los palos que le caigan. Mejor un sack que un turnover, esto parece tenerlo claro, pero si diseñamos jugadas para que pueda salir en rollout a zonas menos congestionadas y lanzar en movimiento, que lo hace muy bien, podemos maximizar nuestras oportunidades.
Por tanto, preveo, como de costumbre, presencia intensiva en el campo de nuestros 3 mosqueteros: Chase, Higgins y Boyd; y más formaciones en backfield vacío de las que me gustaría. Si Kansas City redobla la vigilancia sobre Chase para que no repita su partidazo de hace 4 semanas, pueden ser buenas noticias para los otros dos. Ningún equipo tiene tantos buenos defensive-backs como para cubrir con garantías a nuestro tridente de wide-receivers.
Ahora bien, Mixon ha sido el tercer máximo corredor de la NFL en temporada regular. La defensa de Chiefs es la 21ª defendiendo la carrera. Si hay un ámbito donde podemos ser superiores, de los pocos que nos ofrece este enfrentamiento, es el juego terrestre. El problema es que el potencial ofensivo de los de Missouri fuerza al rival a tener que abandonar esta opción para acelerar las anotaciones mediante el juego de pase. Por tanto, más que nunca, debemos conseguir volver a ser nosotros quienes llevemos la iniciativa en el marcador y, por tanto, en el juego. Tal como sucedió en las eliminatorias ante Raiders y Titans. En el partido disputado en Cincy se pusieron arriba rápidamente por dos anotaciones y no pudimos desplegar nuestra carrera. Me parece fundamental insistir por aquí, lo que también hará que Burrow se vea menos forzado a ponerse la capa de superhéroe en terceros downs largos.
En defensa
Hay que defender como sea a Kelce. Pero no podemos olvidarnos de Hill. Y si cubrimos a ambos, Mahomes nos puede conseguir primeros downs corriendo. Claro que, si ponemos un LB a vigilarle, pueden aprovechar su superioridad numérica para avanzar por tierra con Williams o Edwards-Helarie. En definitiva, diseñar cualquier estrategia defensiva es un auténtico martirio. Lo único positivo es la esperanza de que, si ya les paramos una vez, podemos hacerlo de nuevo.
Recuerdo de aquel enfrentamiento que Anarumo dispuso a Flowers sobre Kelce, minimizándole sobremanera. Claro que entonces estaba recién salido del covid y quizá no estuviese al 100% como parece estar ahora. En todo caso, se me antoja fundamental cortocircuitar esta conexión, ya que es la principal opción de Mahomes, se encuentre o no en apuros. Hablando de apurarle, en el enfrentamiento de primeros de mes no le hicimos ningún sack, señal de que tampoco es necesario tumbarle (operación realmente difícil por lo escurridizo que es), sino contenerle en el pocket y agobiarle lo justo. Aquel día no pudo contar con Orlando Brown en el RT, y el suplente, Niang, se lesionó nada más empezar, por lo que tuvieron que rehacer de emergencia su línea ofensiva. Para el domingo se espera que juegue con normalidad Brown, por lo que no va a resultar tan fácil presionarle.
Nuestra secundaria ha crecido en los últimos partidos Apple se ha ganado la titularidad y no tiene nada que ver con el que comenzó la campaña. Awuzie, siempre que no se resbale, es un CB muy pegajoso. Hilton no sólo ayuda en la carrera, sino también en el blitz, y es un peligro para el QB por su habilidad para cazar balones que caigan en su entorno. Bell continua en su papel de líder, contundente en los placajes. Pero debemos volver a Bates. La necesidad de contener el juego de carrera de Tennessee volvió a confinarle en solitario en la zona profunda y respondió como mejor sabe. No podemos pedirle que frene a un tren de mercancías como era Henry, pero cortó las hemorragias que nos produjo A.J. Brown. Contra Chiefs volveremos al esquema habitual 4-2-5 (varió a 5-2-4 ante Titans), por lo que sospecho que Bates tendrá algo más ayuda para evitar los big-plays del peligrosísimo grupo de receptores de Kansas.
Para este partido recuperamos a Pratt, ausente en el duelo anterior por covid, pero ellos también al RB Edwards-Helaire, quien no jugó por lesión. Aunque Williams nos corrió 88 yardas, creo que la vuelta del exTiger de LSU nos perjudica más por su movilidad. Pratt aporta mucha solidez, pero necesitaremos velocidad en esa zona del campo. Otro que también recupera la forma es Wilson, con su habilidad para estar en el sitio oportuno. Necesitaremos big-plays defensivos y todos deben aportar.
Como aportaron los jugadores más inesperados el pasado sábado. Sample (DE) realizó un placaje fundamental a Tannehill en el turnover on downs, mientras que Johnston (LB) detuvo a Henry en el intento de conversión de 2. Con Ogunjobi lamentablemente fuera por lesión, hace falta que todos los componentes de la unidad defensiva sumen. En esto, Anarumo y su equipo están haciendo un excelente trabajo. Hill ha resultado un magnífico reemplazo, y puede ganarse una buena renovación si cuaja otro gran partido, aunque ante Thuney y Humphrey va ser complicado el pass–rush interior. Está siendo común entre muchos divulgadores en nuestra lengua que nos descubren ahora comentar que nuestra defensa es “buena pero no tiene grandes nombres”. Sería el momento ideal para que Reader, Hendrickson y Hubbard borren definitivamente esa equivocada impresión.
El rival
Si ya de por sí era una rival temible, su exhibición del pasado domingo sube unos cuantos peldaños más todavía la dificultad del compromiso. No sólo mostraron una vez más su inaudita capacidad ofensiva, sino una asombrosa resistencia mental para dar la vuelta a un partido que estaba prácticamente perdido. Es su cuarta final de conferencia consecutiva, todas en su estadio. Si hay un equipo dominador de la Conferencia Americana, son sin duda los chicos de Reid.
Imposible no destacar por encima de todos a Mahomes, de quien solamente su irregular arranque liguero le ha alejado de la carrera por el MVP. Pero un equipo es más que un jugador, y haríamos mal olvidándolo. El año pasado perdieron la Superbowl por la deficiente (y plagada de suplentes) línea ofensiva. Este año se conjuraron para no repetirlo, y las adquisiciones de Thuney (OG), Brown (OT), Blythe (C), Long (OG) en agencia libre, y el acierto con Humphrey (C) en el draft, más la vuelta de Niang (OT) tras saltarse 2020 por el covid, pusieron de manifiesto este empeño.
La unidad de corredores es amplia y solvente. Edwards–Helaire es muy peligroso por su doble amenaza como corredor y receptor, y se complementa bien con el juego más potente de Williams. Si éste no llegase a jugar, Gore, el tercer RB, también aportó cuando tuvo que hacerlo, e incluso McKinnon está siendo importante las últimas jornadas. El grupo de receptores quizá no atesore tanta calidad en sus principales posiciones, pero es muy extenso y también cargado de talento: Hill, Hardman, Robinson, Pringle y el veterano Josh Gordon. En la posición de TE, si no tuviésemos bastante con Kelce, resulta que Bell cada vez está ganando mayor protagonismo.
Las diabólicas mentes ofensivas de Reid y Bienemy saben mover bien sus piezas, tanto de forma tradicional, como desplegando su imaginación, especialmente en situaciones de goal–line. Es un ataque que exige a la defensa mantener la concentración más segundos de lo habitual por la capacidad de Mahomes para extender las jugadas y sacarse de la manga pases inverosímiles. Su intención será apretar fuerte desde el inicio para evitar dudas como las que llegaron a surgir ante Steelers, que casi llegan al descanso con victoria. Aunque tienen la confianza de saberse capaces de anotar varias veces en muy poco tiempo si fuera necesario.
La defensa puede ser algo más vulnerable, pero de la línea hacia atrás. En su frontal disponen dos angelitos como Chris Jones (DT) y Frank Clark (DE) capaces de amargarnos la noche. 3 de los 4 sacks que le cayeron a Burrow en el partido de temporada regular vinieron por sus manos. Van a suponer un importante reto para el interior de nuestra OL. Pero el exterior no se puede confiar, porque Ingram es un rusher muy peligroso también, que puede aprovechar las ayudas que hagan los OT hacia el interior.
Como nosotros, su formación más habitual es 4-2-5, lo que hace que podamos encontrar espacio para correr superada la primera barrera. Es un partido donde Mixon debe encontrar la manera de romper esos placajes y explotar su aceleración. Atrás se cubrirán con 3 CBs: Ward, Sneed y Fenton. No es lo peor que nos podía pasar. Si Burrow consigue cierta tranquilidad en el pocket, no deberían suponer un problema insalvable. Por cierto, no contéis con la baja del FS Mathieu. El “Honey Badger”, otro ex-LSU, está entrenando a tope y pasará el protocolo de conmociones.
Si nuestro kicker “Money” McPherson es bueno, el suyo no se queda atrás. Butker tiene el segundo mejor porcentaje de efectividad en field-goals en la historia de la NFL (https://www.pro-football-reference.com/leaders/fg_perc_career.htm), solo por detrás de Tucker. Incluso es fiable de larga distancia (7 de 9 en patadas de más de 50 yardas). Si se resuelve en duelo de pateadores, esta vez estará mucho más parejo.
No podemos terminar este análisis de jugadores de Kansas City sin citar a su “número 12”. El público es un factor decisivo para ellos. Arrowhead es uno de los campos más ruidosos de la NFL (y eso que es abierto) y ya vimos los problemas que tuvo Burrow en Tennessee para comunicar las jugadas. Mucho cuidado con las salidas falsas, y con apurar demasiado la puesta en marcha de cada snap. Incluso pueden condicionar a los árbitros, así que no caigamos en penalizaciones absurdas como “taunting” o faltas personales por golpes fuera de tiempo.
La clave
Por todo lo comentado, volverá a ser fundamental empezar fuertes y que no nos pase como en Cincinnati, que se fueron muy pronto en el marcador. Debemos forzarles a variar su plan de juego, tal como pasó con Raiders y Titans, y de paso, enfriar los ánimos del público. Seguro que ellos habrán preparado un plan de juego para minimizar a Chase e involucrar más a Kelce, así que espero que nuestros técnicos hayan hecho los deberes para hacer lo propio. Sin tener que esperar como siempre a la segunda parte para corregir los ajustes. Al menos, una cosa tienen clara: bajo ningún concepto hay que permitir que Mahomes tenga la última posesión.
Como decía en la previa de la Ronda Divisional, nadie va a poner un pero a la temporada realizada, así que, ¿por qué no ser agresivos? No tenemos nada que perder, y esta temeridad puede convertirse en nuestra mejor aliada. Burrow ha hecho dos grandes partidos en playoffs, pero no espectaculares. Mixon ha estado bien, pero discreto. Lo mismo Boyd, e incluso Higgins sin esas recepciones espectaculares a las que nos tiene acostumbrado. Esta Final de Conferencia (¡qué raro me siento todavía diciéndolo!) puede ser el momento ideal para que se suelten del todo. Como dice mi amigo Xavi, queremos una guerra termonuclear. Si hemos de morir, que sea porque sus bombas son más potentes que las nuestras, no porque hagamos un partido rácano con el freno de mano puesto.
Nosotros, los aficionados bengalíes “de toda la vida”, arrastramos décadas de decepciones, desilusión y humillaciones. Pero estos insolentes jóvenes jugadores de nuestro equipo, no. Ni siquiera habían nacido la última vez que fuimos a la superbowl. No tienen, por tanto, ningún vínculo con nuestro deprimente pasado, así que es normal que lancen el mensaje de no sentirse inferiores a nadie. Su pasado es un brillante historial en college, así que no les va a temblar el pulso de la historia. No se van a cegar por los focos, ni les temblarán las piernas por la presión.
Los Chiefs llevan desde 2015 entrando en playoffs, una trayectoria admirable. Pero antes de eso, había que remontarse hasta 1993 para encontrar su última victoria en postemporada. En este tiempo, cayeron a la primera 7 veces, igual que nosotros. Todas las rachas llegan a un momento en que se rompen. Y éste puede ser el momento en que se rompa la nuestra. Nosotros estamos reviviendo con Burrow precisamente lo mismo que les pasó a los seguidores de Chiefs cuando aterrizó Mahomes. Y esto deberían temerlo. No se equivoquen, el futuro no es solo Allen vs Mahomes como anunciaba casi todo el mundo tras su espectacular partido divisional. Inclúyanme por favor a Burrow en esa ecuación.
El deporte, como la vida, no entiende de justicia. Es probable que ellos sean mejores, que su técnico esté más laureado, que su estadio sea un infierno o que para el marketing de la NFL resulte más atractiva una nueva superbowl con el mágico Mahomes. Pero tenemos muchos ejemplos donde un equipo inesperado no sólo se planta en el Gran Partido, sino que termina llevándose el trofeo Lombardi a sus vitrinas. Nada, nada, está escrito por anticipado. Estamos viviendo un sueño, no dejemos de imaginar que todo es posible, porque puede convertirse en realidad.
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com