Draft 2024

Análisis 2023 y Previsión draft 2024: DL-interior

Seguimos con los análisis y, para no aburrir (más), nos pasamos al otro lado del balón. La defensa sufrió un claro retroceso en 2023, y una de las causas podríamos encontrarla en el eje de la línea defensiva (26º equipo en defensa terrestre, encajando una media de 126,2 yardas por encuentro). En este artículo vamos a intentar descifrar por qué sufrimos semejante colapso, e intentar encontrar la manera de solucionarlo.

Resumen 2023

El nombre propio en la unidad fue el de B.J. Hill, a quien nuestro compañero Xevi dejó bendecido en la Guía Bengals 2023 narrándonos su biografía (foto: screenshot NFL Network via Claro Sports)

Comenzó el año sin refuerzos en la posición. Ya se había hecho el esfuerzo en años anteriores, y sólo tocaba recoger el fruto. Pero éste nunca llegó. El puesto de DT de técnica 1 era para Reader, sin que sus relevos, Tupou o Tufele, aportaran nada destacable. Lo mismo se podría decir para la posición de técnica 3, donde la rotación del titular Hill con Carter, o en ocasiones con Sample, era igualmente inoperante. En mi opinión, el bajón de nivel cada vez que se le daba el necesario descanso a los titulares fue una de las claves del pobre rendimiento global de la unidad.

El otro factor, en mi opinión, fue el declive de Reader. No soy sospechoso de ser precisamente crítico de él, pero como lo considero el pilar de la defensa, si no está a su mejor nivel, el resto se cae. Creo que ya le están afectando la edad (29) y sobre todo, las lesiones, aunque sería injusto decir que su ausencia por lesión al final de la temporada fuera clave, porque el daño ya estaba hecho. Sin embargo, no sería realista achacar el problema contra la carrera solamente a esta unidad, ya que la deficiente aportación de linebackers y safeties en este apartado fue todavía más grave.

Así las cosas, creo que para 2024 se debería hacer una revolución en las posiciones de NT y DT. Sobre todo, a nivel de banquillo, viendo las escasas soluciones que aporta. Tupou ya tiene 29 años, y a mejor no va a ir. Con la duda sobre la disponibilidad de Reader para el inicio de la próxima temporada, resulta urgente no sólo encontrar un titular solvente, sino a alguien que pueda dominar en la posición para los años venideros. El resto de los componentes de la unidad siguen bajo contrato, pero deberíamos considerar que ir a lo barato, manteniendo a jugadores mediocres, es la fórmula ideal para repetir el fracaso. Hay que traer competencia real para el training-camp, y no tener miedo a sacar la tijera.

Agencia Libre

El caribeño (Trinidad y Tobago) de 26 años Javon Kinlaw, un gigante de 1,96 metros de alto y 144 kilos, sólo ha jugado una temporada completa (2023) por las lesiones, pero como jugador de primera ronda, atesora calidad para ser un robo en la agencia libre (foto: Michael Zagaris/San Francisco 49ers/Getty Images)

Me sorprende sobremanera leer en diferentes medios que B.J. Hill podría ser cortado para liberar espacio salarial. Me parece una deducción simplista de personas que desconocen el equipo, y se limitan a ver qué jugadores cobran más y “si no les suenan”, proponer que sean cortados. Me parecería un disparate por varias razones:

  • El contrato actual de Hill se firmó apenas en 2022, con una duración para 3 años, y con un salario muy manejable para la posición (unos 10 millones de impacto en el tope salarial para 2024). Como mucho, se podría restructurar para añadir algún año más (tiene 28 años), pero no solemos hacerlo.
  • Hill no sólo es el único defensivetackle de 3-tech en la plantilla con calidad de titular, sino que viene de hacer uno de los mejores años de su carrera, con 51 placajes, 4 sacks y medio, e incluso 2 intercepciones en partidos consecutivos (primera vez que lo hacía un DT en la franquicia, una de ellas absolutamente rocambolesca, como habéis podido ver en una foto anterior).
  • Con más de 50 millones de espacio salarial para 2024 (somos uno de los equipos más saneados económicamente), no necesitamos perder calidad por razones financieras.

No obstante, como decía antes, sí que veo necesario que le traigan un compañero que aporte competencia y calidad en los relevos. Recordemos su buen rendimiento cuando compartió posición con Ogunjobi. Francamente, no veo a la directiva volviéndose locos y fichando a Chris Jones (aunque sorpresas te da la vida), por lo que quizá vería más realista un perfil algo más bajo, como Justin Jones, de Chicago, o Tart (aunque éste sea algo conflictivo) de Texans.

Sin embargo, me preocupa más la posición de Nose-Tackle. Reader se rompió los ligamentos del cuádriceps en diciembre, por lo que, aunque él mismo haya confirmado que quiere vestir de bengalí al comienzo de la próxima campaña, a estas alturas no podemos asegurar ni una cosa ni a otra. Yo estaría encantado con su renovación, pero hay que considerar que, entre lesiones y edad, sus pretensiones económicas no pueden dispararse. Por otro lado, la evolución de esta última cirugía también hay que tenerla muy en cuenta. Un contrato moderado, con bonus por partidos jugados, podría ser lo ideal.

Por tanto, sin garantía de tener un NT titular para el arranque liguero, no me arriesgaría a ir al draft con esta urgencia, poniendo presión al novato para que rinda desde el minuto 1. Está claro que debemos renovar el personal, pero sin que esto suponga merma en la calidad de la alineación en un año 2024 donde nos jugamos tanto. Yo intentaría echar el lazo a algún jugador todavía en edad de producir que pueda hacer de puente entre Reader y el rookie, tipo Raekwon Davis de Miami (los Dolphins tienen muchos agentes libres que renovar y poco espacio salarial, no creo que suelten a Wilkins, pero sí al resto), o Javon Kinlaw, un primera ronda de 49ers que, por lesiones, sólo ha comenzado a rendir este último año, y que podría tener un precio asequible en la agencia libre.

Draft

Byron Murphy II #90 (Texas)

Si el año pasado drafteamos en primera ronda a Myles Murphy, este año tendría todo el sentido que drafteásemos a otro Murphy, en este caso Byron que, además, lleva el numeral “2” en su apellido (foto: 247sports)

Todos sabemos que existen en la NFL posiciones “premium” en las que es muy difícil (es decir, caro) conseguir talento en la agencia libre. Se debe, por tanto, acudir al draft. Por supuesto, los quarterbaks son el paradigma, pero tras ellos, hablo de tackles ofensivos, receptores, cornerbacks y, por supuesto, pass-rushers. Estos últimos siempre han sido muy valiosos, pero en los últimos tiempos, han subido mucho en su cotización los passrushers interiores. El año pasado ya invertimos en esta misión de generar presión al ataque rival con el edge-rusher Murphy, por lo que no sería descabellado seguir este año en la misma línea, aunque llevemos ya dos drafts seguidos seleccionando jugadores defensivos en primera ronda.

Byron Murphy II, el jugador de línea defensiva del año en la conferencia Big-12, es uno de esos jugadores que captan rápidamente la atención del espectador. Su capacidad para generar caos en el backfield contrario es única (las comparaciones con Aaron Donald son evidentes). Su explosividad y habilidad para penetrar en las filas enemigas es tal que obliga al rival a tener que modificar su estrategia. Son jugadores como él los que cambian el signo de los partidos.

Su constitución compensada le permite una agilidad con la que ganar el primer paso y redirigirse rápidamente hacia el hueco. Pero también posee la energía suficiente para evitar ser eliminado de la jugada o sobreponerse a dobles bloqueos. Su capacidad atlética es elite, y aplica esa violencia en cada jugada. Es incansable durante todo el partido, y no se detiene hasta el pitido del árbitro. Pero no sólo se dedica a vivir en el backfield rival, sino que sabe plantarse en su zona para taponar las acciones de carrera del contrario. Su número de sacks es alto, pero aun así engañoso: podría ser mucho mejor de no sufrir constantes dobles bloqueos.

Por supuesto, hay que tener un físico imponente para generar ese pavor en las líneas ofensivas rivales, pero se quedaría sólo en eso si no lo acompañara también una inteligencia superior para adivinar el flujo de la jugada. Su capacidad para penetrar en el backfield obliga al corredor a tener que variar su camino, y entonces sale tras él en su caza. Al quarterback, le presión que le ejerce le obliga a abandonar el pocket y lanzarse en manos de los edgerushers. Su técnica de manos, y jugar muy bajo, le hace muy complicado de contener para los linieros ofensivos.

En algunos informes se cuestiona su tamaño. ¿Sabéis de quién decían lo mismo? De nuestro querido Geno Atkins. En todo caso, los longhorns le han alineado en todas las posiciones de la línea, por lo que no creo que para ellos supusiera ningún problema ponerle, por ejemplo, delante del center. De hecho, incluso a veces le han utilizado en la línea ofensiva en situaciones de goal-line, así que atentos a esta versatilidad para nuestro ataque de carrera.

Sin embargo, la NFL es otra cosa. Si en college a veces le cuesta superar a linieros pesados que puedan frenar su impulso inicial, en los profesionales se van a magnificar sus problemas. Va a ser muy difícil verle en una posición que no sea la de defensive tackle de técnica 3 en frontales de cuatro jugadores. Esto limita sus opciones de ser drafteado por muchos equipos, pero a nosotros nos viene de perlas, ya que nos encaja de maravilla.

Lo bueno: No ha sufrido ninguna lesión en sus 3 años de carrera universitaria. Basta con que le drafteemos para que encadene una con otra, pero de momento, no hay dudas sobre su durabilidad. Aunque puede empezar a aportar desde el primer día, tiene potencial para seguir creciendo.

Lo malo: En ocasiones, su sobrerreacción le pasa factura, fallando placajes por exceso de fogosidad. Ha destacado teniendo a su lado a un fenómeno como Sweat en el NoseTackle, así que, por favor, no cometamos el mismo error que con Atkins, que pasó toda su carrera sin un compañero de nivel a su lado que permitiera maximizar su talento.

Proyección: Que fuera a salir en primera ronda era un hecho que a medida que avanzaba el tiempo se confirmaba más, pero a Newton, el previsible primer DT en salir elegido, su lesión en el pie le va a hacer caer posiciones, lo que potenciará la subida de Murphy. De estar proyectado en la segunda mitad de primera ronda puede llegar fácil a top-15.

T’Vondre Sweat #93 (Texas)

Tanto Murphy como Sweat supondrían una mejora inmediata en nuestra línea defensiva, pero ¿por qué no los dos? Volver a reunir a la parejita de los longhorns, que no necesitarían tiempo de adaptación uno con el otro, sería épico (foto: www.texassports.com)

El pass-rush interior es un tesoro de incalculable valor, cuya consolidación sería imprudente ignorar. Sin embargo, debo ser realista, y en este punto concreto de la offseason, donde aún no ha comenzado la agencia libre, es la posición de defensive-tackle de técnica 1 la más necesitada de refuerzos. Los gordos están infravalorados en una NFL volcada hacia el espectáculo de los sacks y menospreciando el juego sucio de quienes solidifican la línea. En este escenario, un jugador como Sweat, que nos vendría muy bien en nuestro esquema, podría incluso llegarnos a la elección de 2ª ronda.

Decía sobre Murphy que es el jugador de Texas que más llama la atención del espectador, pero esto no sería del todo correcto. Aunque sólo sea por una cuestión de tamaño, T’Vondre Sweat debe entrar en esta conversación. El nose-tackle es tan grande que ocupa toda la pantalla. Es una bola de demolición que destruye imparable todo a su paso. Su apodo en el equipo, “loaf” (diminutivo de “meatloaf”, cacho de carne), lo dice todo.

Sin embargo, es un chico que sabe moverse muy bien pese a su volumen. Como prueba son sus buenos números en rebotes y tapones jugando al baloncesto, tanto de pivot como de ala. De hecho, comenzó en el football como tight-end, pero a medida que ganaba peso, sin perder agilidad, fue acoplándose mejor a la línea defensiva. Por la exención por el covid, ha cubierto íntegros los cinco años universitarios (62 partidos, 18 titularidades), por lo que de experiencia anda sobrado, y llegará a la NFL con una muy razonable edad de 23 años.

Es una fuerza de la naturaleza contra la carrera, con una potencia en el tren superior que le permite absorber dobles bloqueos sin ceder una pulgada de terreno. Es prácticamente imposible moverle en uno contra uno. Contra el pase, tiene la facultad de colapsar el pocket por físico, y la capacidad de salto para palmear y deflectar lanzamientos. En 2023 logró 45 placajes (8 para pérdida de yardas) 2 sacks y 4 pases bloqueados, e incluso logró una recepción para touchdown alineado como tight-end, pero su impacto en el juego va mucho más allá de las estadísticas.

Quizá le convendría bajar un poco de peso, porque en ocasiones parece desconectarse de la acción, como si le faltase el aliento. Le falta explosividad en el arranque de la jugada, lo que le impide transformar su potencia natural en efectividad en el pass-rush, donde tiene que ampliar y mejorar sus movimientos. Obviamente, no es una grácil bailarina para penetrar en el backfield, pero posee la suficiente movilidad lateral para cubrir su hueco contra carreras en zona.

Lo bueno: Es un chico casero, familiar, como demuestra el hecho de haber dedicado el Outland Trophy otorgado al mejor liniero defensivo interior a su madre (lleva siempre un colgante con su foto). Es un jugador que ha demostrado mucha madurez y liderazgo en su carrera universitaria.

“T” (como le llama afectuosamente) junto a su madre, Lashunda Ross. Un día le dijo a ella que no tendría que trabajar más y va a cumplir su promesa (foto de Lashunda Ross para CHRON)

Lo malo: Se tuvo que operar el hombro en 2021. No diré que sea una “red-flag”, pero al menos sí una “orange-flag” el hecho de que tenga poco control sobre su peso, puede que por una pobre ética de trabajo o un exceso de fiesta.

Proyección: Como indicaba al principio del análisis, un jugador de sus características no saldrá hasta la segunda ronda. Ahora bien, que llegue a nuestro pick #49 es más complicado. Quizá valoren subir a por él si, como apuntan algunos analistas, su comparación con un jugador NFL sería precisamente Reader.

McKinnley Jackson #3 (Texas A&M)

Junto con el 5 del dorsal #35 que vistió casi toda su carrera, Jackson también perdió algo de peso, lo que derivó en un déficit de potencia en su juego (foto Jerome Miron-USA TODAY Sports).

Volviendo al origen del artículo, si consideramos de más interés otras posiciones en las que invertir los dos primeros picks del draft, y decidimos esperar a tercera ronda para reforzar el interior de la línea defensiva, un jugador interesante que nos podría llegar es McKinnley Jackson. No salimos de Texas, pero esta vez nos vamos con los Aggies para analizar a este animalito que, aunque proyectado como nose-tackle 1T por su tamaño, su estilo de juego no tiene nada que envidiar al de los defensive-tackles 3T más livianos.

Nombrado mejor jugador del estado de Mississippi tras su etapa en high-school, eligió ir a Texas A&M por delante de otras universidades quizá más prestigiosas como Alabama, LSU, Auburn o Clemson. Dos años capitán, y ganador de los premios al esfuerzo defensivo y al liderazgo en el equipo, ha jugado 40 partidos en su etapa de college, siendo titular las dos últimas temporadas. En este tiempo ha acumulado 91 placajes (15,5 para pérdida de yardas) y 7,5 sacks. Quizá no sea para volverse loco, pero os recuerdo que ha jugado como nose-tackle, así que dadle una vuelta a lo que habíais pensado.

La principal virtud es Jackson es la de poder “hacerse pequeño” y escurrirse para penetrar en el backfield, pero con la energía de un jugador más grande. Explosivo en el inicio de la jugada, su capacidad atlética le permite ganar la ventaja a su par y arruinar la carrera del runningback, forzándole a que cambie de dirección. Es imparable como no le hagan dobles bloqueos. Tenaz hasta ganar la partida a su rival, su determinación no finaliza rompiendo la barrera de la OL, sino que tiene velocidad para cazar al RB o QB a la fuga.

Es por esto que llama tanto la atención su capacidad para el pass-rush siendo un jugador tan corpulento. Es una auténtica pesadilla, porque puede superar al contrario por potencia o habilidad. Tiene un amplio surtido de movimientos, y la inteligencia para atacar el mejor ángulo. Físico, competitivo, y con un excelente control de su cuerpo, es uno de los especímenes más inclasificables dentro de la promoción de nose-tackles. Por su versatilidad, puede ser alineado tanto en jugadas de carrera como de pase, por lo que es un jugador que no tiene techo.

Su ambición por adelantarse a la jugada en ocasiones le perjudica, yendo al contacto demasiado alto o sin establecerse sólidamente en el suelo. Otras veces, se enzarza tanto en el combate cuerpo a cuerpo que pierde de vista al portador del balón y no sella bien su hueco. Es todavía un diamante por pulir, tanto en lo técnico como en lo físico, para maximizar su constitución física y consistencia en la presión.

Lo bueno: Se preocupa mucho por su dieta, compuesta por verdura, repollo, pollo desgrasado y pavo. Realmente, ahora que lo pienso, no sé por qué pongo esto en “lo bueno”. ¡Pobre chaval!

Lo malo: Una lesión en el codo le hizo perderse buena parte de la temporada 2022. Fue suspendido dos partidos en 2021 tras ser arrestado por posesión de drogas. Su jugador favorito es Lamar Jackson. No sé cuál de las tres cosas es peor.

Proyección: Empezó la temporada como un posible top-50, pero un año no demasiado bueno le ha hecho caer hasta un más probable top-100. Es previsible que pueda caer hasta la parte baja de la 3ª ronda, pero no más.

Otros nombres de interés:

Jer’Zhan es hijo de Jervon Newton y Jovita Rich. Sus hermanos se llaman Jervon, Jerquan, Jerjuan y Jershaun. Y luego decís que el cachondo soy yo… (foto: www.fightingillini.com)

Jer’Zhan Newton #4 (Illinois)

Afortunadamente para quienes tienen problemas en replicar correctamente algunos nombres, el chico se hace llamar “Johnny”. Capitán del equipo y jugador de línea defensiva del año en la Big-10, fue uno de los 5 finalistas del Nagurski Trophy al mejor jugador defensivo colegial. Es una fuerza de la naturaleza, capaz de mover a los linieros ofensivos o plantarse en su zona según lo requiera la acción. Dinámico, ágil y combativo, es productivo tanto contra la carrera como contra el pase, lo que le convierte en un jugador de tres downs. Quizá un poco pequeño para los estándares de la posición (su ubicación ideal sería DT 3T), la operación a que se sometió en el pie y que le impedirá participar en la combine le va a hacer bajar posiciones en el draft, pero dudo que no salga elegido en primera ronda.

Kris Jenkins #94 (Michigan)

Kristopher Rudy-Charles Jenkins Jr. es hijo de Kris Jenkins Sr., que jugó como DT en Panthers y Jets, y sobrino de Cullen Jenkins, que fue DE en Packers. Por tanto, ha salido una especie de híbrido entre ambos, ya que es pequeño para el interior, y lento para el exterior. Sin embargo, es un jugador muy atlético, con un poderoso tren inferior, que le permite una explosividad y habilidad únicas para penetrar en el backfield y ser eficaz tanto contra el QB como contra el RB. Es inteligente y disciplinado para no ser engañado con play-actions, pero le falta una segunda velocidad cuando el liniero ofensivo le gana la acción. Yo diría que saldrá entre 2ª y 3ª ronda.

Ruke Orhorhoro #33 (Clemson)

Como indica su apellido, este tipo es oro, es oro. Nacido en Lagos, contribuiría a la cuota de jugadores nigerianos que tanto echamos de menos en nuestro equipo. Líder vocal de la defensa de los Tigers, y colaborador del ataque en formaciones jumbo, posee unas condiciones atléticas, físicas y anatómicas que le hacen ideal para el puesto de DT3T. Por su origen extranjero, posee escasa experiencia como jugador de football, pero lo que poco que ha enseñado le convierte en un jugador de una proyección ilimitada, en cuanto el entrenamiento adecuado le permita maximizar su potencia y agilidad. Debería salir al final de la 3ª ronda.

Myles Murphy #8 (North Carolina)

Aunque os parezca mentira, este año hay otro Myles Murphy que se presenta al draft como defensive lineman. Podríamos reciclar la tarjeta del draft del año pasado, pero eso sí, cambiando la ronda, porque a este chico no se le espera hasta 6ª ó 7ª ronda. Brilló en la reciente East-West Shrine Bowl donde, aparte de confirmar su poderío contra la carrera, demostró muy buenas cualidades como pass-rusher. Grande y explosivo, tiene una gran confianza en sí mismo. Puede convertirse en un interesante relevo para el puesto de NT. Su equipo favorito son los Vikings y su jugador, Lamar Jackson (otro que tal…). Si le drafteamos, podrá verle muy de cerca.

Popo Aumavae #50 (Oregon)

Por aclamación popular, traemos a esta sección al polinesio, cuya elección del diminutivo “Popo” no creemos que haya sido la más acertada (de hecho, es una mierda). Uno de los NT más productivos de college, llega a la NFL con 25 años ya. Se perdió 2022 por lesión. Para compensar, en algunas fotos le he visto con gafas e impresionante pelazo, lo que siempre son excelentes referencias para esta sección. Ya casi nadie recuerda su impresionante temporada 2021, por lo que probablemente no sea ni seleccionado, convirtiéndose en posible objetivo como undrafted.

(foto de portada: Jeffrey McWhorter/AP)

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