Ahora sí, volvemos a ocuparnos de la defensa, una unidad que rindió por debajo de lo esperado (muy por debajo), y cuyos refuerzos tampoco están siendo hasta el momento nada espectaculares. Hemos tratado de explicar los problemas en esta parcela del juego desde la óptica de la secundaria y de la línea defensiva, así que vamos ahora a centrarnos en ese limbo intermedio al que denominaremos territorio linebacker.
Resumen 2023
Cuando acabó 2022, casi todos dábamos por sentado que sería el último de Germaine Pratt como atigrado (especialmente tras sus poco afortunados comentarios hacia Ossai por su error en la jugada en la que perdimos la final de conferencia). Sin embargo, para sorpresa de la mayoría de los aficionados, fue renovado para 3 años, apenas 3 horas después de abrirse las negociaciones en la agencia libre. Muchos pensábamos (de hecho, todavía lo hacemos), que ese dinero hubiera estado mejor invertido en la renovación de Vonn Bell.
Ya entrado el verano, llegó la ampliación de contrato de Logan Wilson (ésta sí muy deseada por la afición) para cuatro años más, hasta 2027. Los términos económicos fueron muy razonables, señal de que el jugador quería quedarse aquí. De esta manera, aseguramos la continuidad de la pareja titular de linebackers que nos había llevado a pasar esta unidad de histórica debilidad a fortaleza. Sin embargo, contrariamente a lo que se presagiaba, la temporada 2023 terminó con un signo de interrogación.
Wilson jugó todo el año, pero no superó los placajes de 2022, aunque continuó muy sólido en cobertura (9 pases defendidos y 4 intercepciones). Por su parte, Pratt, también disputando la temporada entera, completó unas estadísticas muy similares a las anteriores, donde siempre se perdía algún partido. Sin embargo, las sensaciones fueron las de haber dado un paso atrás. Mucho más lentos, llegando a placar cuando ya el daño estaba hecho y el corredor había conseguido si no el primer down, dejándolo muy cerca. Tampoco en cobertura dieron la sensación de ser una muralla infranqueable.
Sin embargo, pese a su discreto rendimiento, Wilson jugó el 97,5% y Pratt el 89,1% de los snaps defensivos. ¿Jugaron peor porque estaban agotados, o tenían que jugar tanto porque no había suplentes de garantía que les dieran relevo? Tanto si la respuesta correcta es a la primera o a la segunda cuestión, los culpables son los mismos: los entrenadores, incapaces de hacer de los suplentes jugadores de más nivel, o de arriesgarse a hacer rotaciones, y la directiva, acomodada con lo que ha había sin buscar refuerzos de calidad que desafiaran a los titulares.
Los únicos relevos en la posición fueron Davis-Gaither, con apenas un 9% de participación; Bailey, con un 2,6%; Bachie con un 0,9%; y Harper, con apenas un único snap, saldado con una ridícula penalización en su contra. Independientemente de que sea una posición donde rara vez alineamos más de dos jugadores, creo que una mayor rotación de los titulares redundaría en un mejor rendimiento global de la unidad. Sobre todo, cuando, como hemos visto, estos no estaban teniendo su mejor temporada.
Por tanto, debemos tener, por un lado, una mejor unidad a nivel general, pero por otro, la voluntad de usar todos nuestros efectivos. No podemos esperar a que Pratt vuelva a estar en año de contrato para que rinda al máximo de sus posibilidades. Hace falta algo más de chispa, que los titulares sientan que no tienen su puesto asegurado hagan lo que hagan. Es necesaria más velocidad, más físico, pero también, una mejor coordinación con línea defensiva y secundaria. Fuimos la 26ª defensa contra la carrera el año pasado y, como he dicho en otras ocasiones, este problema no lo vamos a arreglar con las mismas soluciones de 2023.
Agencia Libre
En 2023 renovamos a nuestros titulares, pero para 2024 eran agentes libres todos los suplentes. Tanto Davis-Gaither como Bailey y Bachie eran agentes libres. Mientras al primero se le renovó en los primeros días de mercado (con un contrato de 1 año y 3 millones, tampoco para tirar cohetes), los otros dos siguen sin equipo. Aunque solo sea por una simple cuestión numérica, al menos uno de ellos debería regresar. Siguen con contrato Shaka Heyward y Devin Harper, pero, aunque del último gusta su capacidad atlética, no me parecen relevos con la entidad de los anteriores.
Debemos tener en cuenta que la misión de los linebackers no se limita a las actividades defensivas, sino que tienen mucho protagonismo en equipos especiales, por lo que sería aconsejable una cantidad entre 5 y 6 para comenzar el año. La posición lleva unos años siendo de las más devaluadas de la liga, por lo que debería ser posible conseguir buenos elementos en el mercado. Quizá menos en la posición de linebacker exterior, donde todo el pescado está ya vendido, pero podríamos traer a alguien de fuera para reforzar el interior, pensando también en posibles lesiones de los titulares (algo que, estadísticamente a lo largo de sus carreras, ha sido de lo más normal).
Por esta razón, creo que no supondría ningún riesgo inasumible traer a un veterano como, por ejemplo, Shaq Leonard, cuya calidad solo está a la par de sus numerosas lesiones. Con un tiempo de juego más reducido, podría bajar también su tendencia a pisar la enfermería, y no cabe duda que supondría, si no un salto de calidad, al menos que no descendiera ésta con la ausencia por descanso o lesión de algún titular. También Zach Cunningham podría encajarnos en el ILB por su labor contra la carrera. Si por el contrario preferimos añadir más velocidad y mordiente en el pass-rush, una opción podría ser Isaiah Simmons, ex-primera ronda que nunca alcanzó el nivel esperado, pero que con 26 años todavía podría dar algo de la calidad que se le adivinaba.
Sin embargo, mucho me temo que la cartera está ya prácticamente cerrada para esta unidad (salvo regreso de Bailey o Bachie) y que de llegar algún refuerzo lo haría en el draft. Esta promoción no es realmente muy espectacular, pero creo que, a partir de 4ª ronda, podría interesarnos algún ejemplar. Nuestros técnicos se han entrevistado con varios edge-rushers, lo que sumado a la cantidad de elecciones que tendremos el próximo mes, no hay que descartar que el draft nos traiga un nuevo miembro a esta unidad.
Draft
Gabriel Murphy #11 (UCLA)
En mi opinión, la base de la unidad para 2024 va a seguir siendo, en un mayoritario número de snaps, la dupla Wilson y Pratt. Por tanto, creo que más que buscar jugadores que les den relevo, deberíamos encontrar alguno que nos ofrezca algo diferente. Unas cualidades que permitan variar el pulso del partido. No tanto confundir a la defensa como infundir algo más de peligro desde esta posición. Velocidad y capacidad de penetración en el backfield, dos factores que hemos echado mucho en falta. Murphy, por su versatilidad al haber sido alineado en todas las posiciones de la línea y como linebacker exterior, podría aportar este plus tan necesario.
Murphy es un chico que ha crecido con un incuestionable espíritu de superación durante toda su vida. Durante el parto, hubo complicaciones con su gemelo, a quien se le enrolló el cordón umbilical en el cuelo y tuvieron que hacerle reanimación. Como al final todo salió bien, les llamaron Christian Gabriel y Christiano Grayson. Quizá a quienes hubiera habido que estrangular es a sus padres por ponerles nombres tan similares, y vestirles de niños con ropas idénticas, pero dejaremos eso para otro debate.
Dentro del campo, es un jugador muy ágil, capaz de hacerse pequeño para penetrar en el pocket por la más mínima rendija que deje la línea ofensiva. Tiene muy buena coordinación de manos y pies, lo que sumado a un atleticismo excepcional, le permite ganar la ventaja con extrema facilidad. De hecho, en los bruins le colocaban enfrentado a guards porque cuando estos querían darse cuenta, ya les había superado. Tiene un abanico de movimientos inusualmente amplio y depurado para un jugador salido de college.
La presión al quarterback es, por tanto, su mayor virtud, pero también es muy sólido contra la carrera. Por su fuerza y motor incombustible, es todo un quebradero de cabeza para los corredores por su capacidad para maniobrar entre el tráfico y detener la acción antes de que ocurran males mayores. Sin embargo, creo que su mejor utilidad en nuestro equipo sería utilizar sus capacidades atléticas para hacer de espía a los quarterbacks móviles que tenemos en nuestra división y arruinar sus aventuras como corredores.
Su tamaño está lejos de ser prototípico para un defensive-end, al menos en nuestro esquema defensivo, por lo que deberá olvidarse de ser alineado en la línea. Podrá participar como blitz por el gap B, pero poco más. No tiene las cualidades físicas para salir victorioso en un enfrentamiento uno contra uno ante un offensive-tackle profesional (como ya se vio en la East-West Shrine Bowl). Tampoco tiene la contundencia para anclarse y sellar su zona al paso del corredor.
En definitiva, Murphy puede ser un jugador con capacidad de crecimiento (lo lleva haciendo desde su etapa en North Texas, donde empezó su carrera universitaria para coincidir con su hermano) que puede necesitar un periodo de adaptación participando en equipos especiales y como rusher puntual en jugadas de tercer down. Nuestros técnicos se entrevistaron con él durante la combine, lo que muestra que existe interés.
Lo bueno: Tiene un hermano, gemelo idéntico, llamado Grayson, que también se presenta a este draft. Si por lo que sea no podemos conseguir a éste, nos traeríamos al otro, que nadie notaría la diferencia.
Lo malo: Su pequeño tamaño y, sobre todo, la escasa envergadura de sus brazos, le va a hacer difícil (casi imposible) sobrevivir como defensive end en la NFL. Ahora bien, como edge-rusher en una defensa 3-4 tendría su oportunidad. Pero quizá más en una rotación, al menos al principio, que con excesiva responsabilidad en 3 downs.
Proyección: Yo no le veo saliendo hasta el tercer día, probablemente al principio de la 4ª ronda.
Ty’ron Hopper #8 (Missouri)
Hopper podría ser un jugador con muy buen encaje en nuestro equipo. Comenzó como safety en el instituto, lo que le da una excelente visión de juego para identificar por dónde transcurre la jugada. Sumado a sus fantásticas capacidades atléticas como la velocidad y agilidad lateral, le convierten en un fantástico pass-rusher. Pero también le permiten salir en persecución de tight-ends y runningbacks, donde su habilidad para los cambios de dirección, y físico para abalanzare sobre ellos, lo convierten en un baluarte en cobertura de pase.
Cursó sus primeros 3 años en Florida, pero después pidió el transfer para jugar los dos últimos en Missouri, donde se consolidó como un auténtico playmaker defensivo y líder vocal para sus compañeros. Sin embargo, durante el proceso de alcanzar la titularidad jugó en equipos especiales, una experiencia que le vendrá muy bien para facilitar su adaptación a la NFL. Creció con su tío Tyrone y sus tres primos Tyrone Jr., Tyneil y Tyjai, también jugadores universitarios. Los Hopper tienen tantas cualidades atléticas como escasa imaginación a la hora de poner nombres.
Contra la carrera, Ty’ron tiene un impresionante rango para moverse de una punta a otra del campo a toda velocidad, y es muy violento en el punto de contacto. Su explosividad le permite atacar la línea de scrimmage y cruzarla con facilidad para neutralizar las jugadas desde el origen con sacks y placajes para pérdida de yardas. Su energía es inagotable durante todo el encuentro.
Aunque muy ágil y con buen uso de los brazos, su tamaño es algo pequeño para los estándares de la posición. Esto le dificulta para abrirse hueco entre el tráfico para llegar al portador del balón o intentar cortar líneas de pase. Tiene problemas para sellar su zona. Su técnica de placaje es mejorable, ya que permite al portador del balón ganar yardas tras el contacto si no los tumba al primer golpe. Tiene que perfeccionar su colocación en cobertura zonal.
Por todo esto, no veo a Hopper como titular en la NFL, sino más bien como un jugador de relevo que, alineado en el lado débil, tenga total libertad para moverse siguiendo su instinto, alejado de la zona central donde los linieros ofensivos rivales pueden tomarle ventaja. En definitiva, creo que es un jugador completo, bueno contra la carrera y contra el pase, a quien poder poner a controlar a los tight-ends rivales en terceros downs o amenazar al quarterback en blitz.
Lo bueno: Tiene una abundante cabellera, cuyas rastas lucen por debajo del casco. En este sentido, es todo lo opuesto a “bola de billar” Pratt.
Lo malo: Una lesión de tobillo al final del año pasado le hizo perderse varios partidos.
Proyección: Aunque ha habido muchos linebackers que han tenido éxito en la NFL con su tamaño, si le sumamos que tiene aspectos técnicos a mejorar, habrá muchos equipos escépticos con respecto al techo que podrá tener en la liga. Por eso, no le veo saliendo hasta 5ª ronda por lo menos.
Mike Barrett #23 (Michigan)
Si buscamos experiencia y versatilidad, alguien que podría encajarnos sería Michael Barrett. Tiene a sus espaldas la friolera de 64 partidos universitarios, con 35 titularidades como linebacker. Esto hay que puntualizarlo, porque Barrett llegó a Michigan como quarterback, pero viendo los entrenadores que por aquí no había mucho que rascar, le movieron a wide-receiver y finalmente a linebacker, donde ha explotado definitivamente.
A Barrett nunca le importó demasiado la posición siempre que cumpliera su deseo de jugar al football. De niño siempre llevaba un balón en el brazo que nunca dejaba caer, e incluso dormía con él. Esta pasión por el juego la fue trasladando a los equipos por los que pasaba. En el instituto jugó como quarterback corredor, y esta movilidad le fue de mucha utilidad cuando llegó a los wolverines, empezando en equipos especiales, incluso como retornador y en jugadas de engaño, algo chocante para alguien de su físico.
Su carácter le ha llevado a ser capitán del equipo. Se autodefine como un “líder dando ejemplo”, lo que en la práctica suele significar que debe mejorar su comunicación verbal con los compañeros. Ha agotado el periplo de 6 años de carrera universitaria y llega a la NFL cumpliendo 25 años en diciembre (aunque sin demasiada experiencia como linebacker ya que sólo jugó en esta demarcación los últimos años). Sus compañeros le llaman “viejo”, algo que acepta con el orgullo de ser quien más veces ha vestido la camiseta de los wolverines en su dilatada historia.
En el campo, podríamos definir su juego como un híbrido safety-linebacker, al estilo Jabrill Peppers. Se suele alinear por el exterior, donde maximiza su impresionante capacidad atlética, musculatura, velocidad, agilidad para cambiar de dirección y una tremenda contundencia en el contacto. Es además un placador muy seguro. Se mueve mucho mejor en espacios abiertos, y tiene un gran rango para seguir lateralmente la jugada de un extremo al otro de la defensa.
Actúa en cada jugada como si fuera la última. Posee un gran balance, juego de pies y utilización de las manos en cobertura de pase. Como antiguo quarterback, sabe leer lo que le pasa por la cabeza y anticiparse a sus movimientos. Le falta algo de altura para combatir contra tight-ends, pero le sobre voluntad para emparejarse con runningbacks que salgan del backfield. Es además muy peligroso en el blitz.
Sufre más entre el tráfico, o cuando los guards rivales suben al segundo nivel para abrir espacios al corredor. En estas situaciones no toma siempre los mejores ángulos, por lo que no le veo como linebacker interior. Es rápido, pero carece de aceleración cuando sale en persecución detrás del corredor para alcanzarle. Es tal su afán por el big–play que a veces se queda fuera de posición. En definitiva, es un linebacker atlético, con gran visión de juego, pero todavía verde en los fundamentos que se requieren para el puesto (y ya tiene una edad). Le veo más contribuyendo en equipos especiales, con alguna participación puntual en defensa por el exterior en situaciones de pase.
Lo bueno: Nunca vienen mal al equipo jugadores con mentalidad de ganador. Es el jugador con más victorias en la universidad de Michigan, con 60. Además, es un chico disciplinado, con capacidad de aprendizaje, y deseoso de ayudar al grupo desde cualquier posición.
Lo malo: Las posiciones “híbridas” de los wolverines me recuerdan que Daxton Hill también procede allí y después de 2 años no sabemos exactamente dónde colocarle (aunque algunos lo tienen claro: en el banquillo).
Proyección: A pesar de ser una pieza fundamental en una de las mejores defensas del país, creo que sus limitaciones le van a hacer bajar hasta la 6ª ronda.
Otros nombres de interés:
Jeremiah Trotter Jr. #54 (Clemson)
No creo que busquemos un linebacker el segundo día, pero el draft da tantas vueltas, subidas o bajadas, que nos podríamos encontrar en disposición de conseguir, si no al mejor, a uno de los mejores linebackers interiores de la promoción en 3ª ronda. Este sí sería una amenaza real a Pratt (no creo que a Wilson). El football IQ lo lleva en la sangre. Su productividad en placajes, pases defendidos, placajes para pérdida de yardas, sacks e intercepciones es tremendo. Posee todas las cualidades atléticas para ser un jugador de impacto al más alto nivel, aunque quizá le falte algo más de velocidad, y contundencia para liberarse de los bloqueos y llegar al corredor. Su talento y control del cuerpo le catalogan como un titular para muchos años en la NFL.
Mohamed Kamara #8 (Colorado State)
Capitán del equipo, nos entrevistamos con él en la combine. Aunque se presenta al draft como defensive-end, creo que en nuestro esquema encajaría mejor como linebacker exterior, por las limitaciones en su tamaño y articulaciones. Elegido defensor del año en la conferencia Mountain-West, con más de 30 sacks en sus 5 años de carrera universitaria. Confía más en su potencia que en la técnica para el pass-rush, lo que hará difícil trasladar esa productividad a la NFL. Igualmente, contra el juego de carrera, este exceso de agresividad puede llevarle a fallar placajes. En todo caso, puede ser un jugador válido para sellar un lado de la defensa, por su energía y capacidad atlética. Saldrá el tercer día, entre la 4ª y la 5ª ronda.
Nelson Ceaser #9 (Houston)
Otro jugador con quien nos entrevistamos en la combine, en mi opinión, más con la intención de convertirlo en linebacker exterior que pensando en él como defensive–end. Capitán de los Cougars, es un portento físico, capaz de desempeñarse bien en varias posiciones. Más utilizado en el edge, sus virtudes pueden trasladarse también a la unidad de linebackers. Es explosivo en el arranque de la jugada para atacar el backfield con determinación y variedad de movimientos. Le falta algo de contundencia para sellar su zona contra la carrera e intuición para desenvolverse entre el tráfico. Nombre de almirante y apellido casi de emperador romano, es un chico con mucha proyección, aunque comenzaría en equipos especiales y pass-rusher puntual. 5ª ronda como mucho.
Tyrice Knight #10 (UTEP)
Procedente de un JUCO, este caballero es uno de los linebackers con mayor proyección de esta promoción. De hecho, nuestros técnicos fueron a verle en su Pro Day. Es un jugador muy físico, bien constituido, que es una violenta máquina de placar. Puede no ser el más atlético, pero tiene un increíble instinto para estar siempre está en el sitio oportuno. Sus largos brazos le permiten generar espacios entre el tráfico. Es explosivo, con buen agarre en el placaje, aunque a veces parece algo perdido en espacios abiertos. Tiene que mejorar muchos aspectos técnicos en cobertura. Puede ser un baluarte en equipos especiales, ahora que se ha cambiado la estructura de los kickoffs. Volar bajo el radar pueden hacerle estar disponible al final de 5ª o en 6ª ronda.
Steele Chambers #22 (Ohio State)
Su padre le puso ese nombre porque le gustó la interpretación de Shaquille O’Neal como el superhéroe “Steel”. El médico, al oír la propuesta, ya predijo que sería jugador de football. Este hombre de acero comenzó como runningback, al grito de “corre, Forest, corre” de sus padres desde la banda. Sin embargo, en su tercer año en los buckeyes, por las lesiones en la defensa le pidieron que cambiara de demarcación, y su paso a linebacker fue todo un éxito, con 29 titularidades ahí. Por su pasado como corredor, tiene una gran intuición para adelantarse a sus movimientos, ayudado por su capacidad de reacción. Cubre un rango muy ancho de campo y es explosivo, contundente e incansable. Aunque llega a todas las jugadas, le falta finalizarlas por falta de técnica en el placaje. Mejor como defensor de la carrera que del pase, debe evolucionar para convertirse en jugador de 3 downs. Yo diría que saldrá en 6ª o 7ª ronda.
(foto de portada: Darren Yamashita-USA TODAY Sports)
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com