Draft 2024

Análisis 2023 y previsión draft 2024: Runningbacks

Volvemos a la carga y, aunque la defensa haya sido un dolor de muelas todo el año, seguimos con el ataque, ya que no podemos ignorar que tampoco ha rendido como debería. O al menos, una parte de él. Me refiero, por supuesto, al juego de carrera. Una cosa es que nuestra fortaleza esté en el aire, pero sin balance por tierra, la ofensiva está destinada a atascarse. Podemos achacar la responsabilidad a los jugadores, los entrenadores, o a la propia filosofía de ataque, pero la realidad es que, por un cúmulo de las circunstancias anteriores, hemos sido el penúltimo equipo de la competición en esta categoría, con una miserable media de 89 yardas por encuentro.

Ojalá desde este artículo pudiésemos encontrar una solución (en todo caso, no serviría de mucho, ya que, si no se leen dentro de nuestra propia comunidad, menos lo harán en Cincinnati), pero sirva al menos como exposición de los problemas que, en nuestra opinión, han rodeado a este apartado tan importante del juego.

Resumen 2023

2023 supuso el fin de la era Mixon en Cincinnati. Más allá de que sus últimos años hayan pasado con más pena que gloria, siempre quedarán en el recuerdo sus marcas y, sobre todo, su cariño hacia equipo y afición (foto: Sports Illustrated).

Empezó 2023 con el runrún del posible corte de Mixon. Su campaña 2022 había sido decepcionante, y su salario se antojaba excesivo para su rendimiento. Cuando pocos apostaban por su continuidad, se produjo lo nunca visto: el club restructuraba su contrato. Alargaba el tiempo de vigencia, a cambio de una sustancial rebaja de sueldo. El jugador se aseguraba no verse en la calle, y la franquicia, aparte del ahorro económico, se garantizaba retenerle si los astros se alineaban para que cuajase una buena temporada. Spolier: no ocurrió.

Quien sí se marchó fue Perine, un jugador que se ganó el afecto de la afición por su impacto en el juego pese a las pocas oportunidades de las que disfrutó. Subidos a la “Perineta” llegaron buena parte de los mejores momentos de 2022. Quizá se hubiera debido hacer un esfuerzo económico (su contrato en Denver no fue nada desorbitado), pero sin un compromiso por parte de los técnicos de una mayor rotación en el backfield, también es comprensible su decisión. Otro spoiler: esta deseable rotación de corredores tampoco se produjo en 2023.

El refuerzo llegó vía draft. En quinta ronda nos hicimos con los servicios de Chase Brown, un explosivo runningback procedente de Illinois, cuya singular historia deberíais leer en la pasada Guía Bengals 2023. Sus características no podríamos decir que fuesen las mismas que las del perdido Perine. Sí es un también corredor muy compacto y buen receptor, aunque no tan físico; pero a cambio, con una rapidez endiablada. De hecho, su touchdown ante Colts fue la anotación más veloz de un runningback en la liga, con una velocidad media de 35,5 km/h.

A Brown le costó entrar en juego. A la natural reticencia bengalí de dar minutos a los rookies se sumó una lesión de corva que le mantuvo 4 jornadas inactivo. Sin embargo, en el tramo final de la liga empezó a contar con más minutos y, sin poder decir que su actuación fuese espectacular, sí al menos generó cierto entusiasmo. No obstante, no dio la impresión de ser un corredor capaz de llevar el peso del juego terrestre, sino de contribuir en una rotación y como retornador de kickoffs.

Y éste fue de los que apareció, porque como de costumbre, el resto fue testimonial. Apenas un par de carreras para Chris Evans, y un poco más, puede que por la lesión de Brown, para Trayveon Williams. Absolutamente residual. El 80% de las carreras de los runningbacks fueron para Mixon. No es precisamente lo que yo llamaría “rotación”. Es inevitable preguntarse si no se utilizan porque los técnicos no los ven como alternativa, o simplemente porque no creen el “backfield por comité”.

Si es lo primero, lo lógico sería deshacerse de ellos y traer jugadores que aporten más confianza a los técnicos para rotar con Mixon. Pero me temo que la realidad, viendo su comportamiento en estos años, es que son más bien partidarios de un “feature-back” que cargue con todo el peso del juego de carrera. Por una cosa o la otra, siendo de los peores equipos en este apartado, algo hay que cambiar, como bien apuntó el mismísimo Joe Burrow.

Lo primero es determinar si no corremos más porque no somos efectivos, o si no somos efectivos precisamente porque tenemos poca paciencia y abandonamos enseguida el juego de carrera, volcándonos en el pase. Obviamente, los técnicos deben diseñar unos esquemas que faciliten la labor a nuestros jugadores. Pero ni Callahan se ha mostrado nunca muy convencido, ni Pollack, como responsable del juego de carrera, ha sido competente. La repetida imagen de Mixon chocando contra su propia línea fue algo realmente patético.

Luego, hay que disponer de buenos jugadores. Nuestra línea ofensiva, por razones obvias, está más diseñada para proteger el pase (algo que tampoco llega a cumplir a satisfacción) que a abrir espacios para la carrera. Tampoco tenemos un fullback puro, delegando esta función de bloqueadores en tightends (principalmente, Sample). Por tanto, se deja buena parte del éxito a la inspiración de Mixon, cargando sobre él las culpas, justa o injustamente, del fiasco en este apartado del juego.

Pero tampoco el bueno de Joe es completamente inocente. Falta de visión de juego, carente de capacidad para romper bloqueos, pérdida de aceleración, quizá exceso de confianza por la ausencia de competencia… Sus números fueron buenos (aunque en cierta manera, “maquillados” ante rivales flojos), pero no así las sensaciones. Ya hemos dicho que nuestra ofensiva se vuelca mucho hacia el pase, lo que genera en el contrario frontales defensivos “ligeros”. En estas situaciones de menor aglomeración de defensas en su camino, cualquier runningback con talento de la liga debería tener bastante mejor rendimiento.

Para 2024 estrenamos nuevo coordinador ofensivo, Dan Pitcher. Su pasado como entrenador de QBs no parece presagiar un vuelco en el ataque, pero la contratación de Rascati como coordinador del juego de pase puede hacer que Pitcher se centre más en la faceta terrestre. En todo caso, es necesario para 2024 un cambio radical, tanto de nombres (que debería haber empezado por Pollack), como de filosofía.

Agencia libre

Zaccheus Malik Moss proviene de una familia de deportistas, pero no de los “Moss” con los que Burrow compartió ofensiva como tight-end, sino que es primo de los receptores Santana y Sinorice Moss (que sólo los más viejunos recordarán) y primo segundo del defensive-back de los Steleers Patrick Peterson (foto: Sports Illustrated)

Aunque esperada, la confirmación de la marcha de Mixon nos dejó cierta sensación de etapa que se cierra. Junto con Boyd, era de los pocos referentes de la época anterior. Ya su celebración en el último partido de la temporada pasada sonó a despedida. El corte parecía inevitable cuando, en el último momento, el interés de los Texans por hacerse con sus servicios lo convirtió en un traspaso. Es verdad que una séptima ronda (pick #224) no es excesivo botín, pero es mucho cuando no se esperaba nada a cambio, y además, libraba al equipo de buena parte del dinero muerto que generaría su despido.

Por otra parte, las declaraciones de Joe siempre han sido muy respetuosas, y llenas de cariño y respeto hacia la afición bengalí. No podemos menos que desearle lo mejor. Cosa que parece haber sucedido, porque Houston le ha mejorado considerablemente su contrato, alargándolo hasta 2026 con la posibilidad de ganar hasta 25,5 millones de dólares de cumplirlo íntegramente.

Pero toca pasar página, y la siguiente es Zack Moss, fichado justo antes de prescindir de Mixon (como es lógico, no vas a desprenderte de un titular antes de tener a un sustituto) con un contrato de 2 años y 8 millones de dólares. Un contrato de los “baratitos”, acorde con el jugador en cuestión. Moss lleva 4 años en la liga (2024 será el 5º) y, salvo el año pasado por la lesión de Taylor, no ha conseguido establecerse como titular ni en Bills ni en Colts. Escogido en 3ª ronda por Búfalo, su trayectoria ha sido realmente discreta. Apenas supera las 2000 yardas en todo este periodo, relegado a runningback de complemento.

Su “explosión” se produjo la temporada pasada, donde aprovechó la ausencia del titular para consolidarse como una excelente opción tanto en el juego de carrera, siendo uno de los corredores con mejor porcentaje de jugadas explosivas (EPA – esperados puntos añadidos) pese a no ser un velocista, como en el de pase, donde demostró buenas manos. Su utilidad como “feature back” durante todo un año está por ver, así que, o se ha fichado para compartir, de forma real, el backfield con Brown, o para servir como puente hacia un titular de más categoría que viniera vía draft más adelante.

Pero los movimientos en esta agencia libre no terminaron aquí. Se renovó por un año y 1,3 millones de dólares a Trayveon Williams, y todavía me pregunto por qué. Profundidad y aportación en equipos especiales serían las respuestas más socorridas, pero me parece un jugador de quién ya sabemos qué puede dar, y no es mucho. Por este precio, podríamos explorar otras posibilidades de jugadores más experimentados. Se me ocurre, por ejemplo, Edwards-Helaire, quien coincidió con Burrow y Chase en los victoriosos Tigers de LSU en 2019. Con sólo 25 años, creo que es un corredor que todavía podría rendir en el entorno adecuado.

Draft

No es ésta precisamente una promoción espectacular de corredores. Si además le añadimos la devaluación de la posición, podríamos estar ante un draft en el que no solo no viéramos ningún runningback en primera ronda, sino que puede que tampoco en segunda. En principio, no parece a priori una posición donde pensemos invertir un pick alto, y da la impresión de que, con Moss, Brown, Williams y Evans, tendríamos el cupo completo. Pero Evans cada vez cuenta menos y podría ser cortado y, en mi opinión, seguimos careciendo de un perfil de corredor norte-sur, al estilo de lo que nos ofrecía Perine, capaz de conseguir por potencia esas yardas difíciles que tanto se nos atragantaron en 2023.

Audric Estimé #7 (Notre Dame)

Un jugador apellidado “Estime” sin duda generará un gran amor entre los componentes de “la Jungla Catalana y allegados” (foto: goshennews.com)

Empezaré por este chico de los Fighting-Irish, un auténtico “luchador”. Empezó a jugar al football a los 4 años, guiado por su madre, que falleció de leucemia 6 años después. Creció con sus tíos, quienes le llevaron por el buen camino. Le gusta dibujar, leer, ver películas y, sobre todo, pasar tiempo con la familia. En sus propias palabras, es un excelente cocinero y mejor cantante. Es un alivio saber que la delincuencia no entra en sus hobbies.

Sale de la universidad tras 3 temporadas, en las que fue titular a partir de la segunda. En estos dos últimos años, hizo 811 yardas, 11 touchdowns y un porcentaje de 5,7 yardas por carrera en 2022, y 1341 yardas, 18 touchdowns y un porcentaje de 6,4 yardas por carrera en 2023. Su productividad está fuera de toda duda. Además, aunque no sea su principal virtud, no es mal receptor, con 127 y 142 yardas de recepción respectivamente.

Estimé es un sobre todo una apisonadora, un corredor norte-sur prototípico. Grande y poderoso, de los que siempre ganan yardas en cada acción, llevándose a todos por delante. No esperemos de él un jugador eléctrico con capacidad de bigplays, pero cuidado si rompe la primera barrera, porque es muy difícil tirarle al suelo. Aunque su perfil es sobre todo físico, es también muy inteligente y paciente para correr entre tackles, capaz de encontrar el mejor hueco, o de generarlo por sí mismo.

Es un corredor con capacidad de utilización en los tres downs, ya que, pese a su corpulencia, tiene buenas manos para la recepción, y muestra mucha energía en la protección de pase. Es un runningback que puede empezar a producir desde el primer momento, con experiencia en diferentes esquemas de bloqueo, y que solo tiene 21 años, por lo que aun posee amplio margen de mejora.

Hay aspectos de su juego que no van a evolucionar, como su rapidez, agilidad lateral o peligrosidad como receptor fuera del backfield; pero otros son mejorables con entrenamiento. Me refiero a capacidad en protección al quarterback, decisión para no esperar tanto tras la línea de scrimmage y, sobre todo, asegurar mejor el balón (sufrió demasiados fumbles). Es, en definitiva, un corredor a la antigua usanza, sin que esta definición tenga que ser mala en sí misma, pero que, en la NFL actual, necesitará otro corredor de características distintas como complemento. Perfiles que son los que ya tenemos en plantilla, y precisamente nosotros necesitaríamos alguno como él.

Lo bueno: Su apodo es “baby bus”, en honor del antiguo jugador de Notre Dame, Jerome Bettis. Si sale tan bueno como el ex de los Steelers, no habría que subirse a la “Estimeneta” sino a la “Estime-guagua

Lo malo: Corrió las 40 yardas en la combine en unos sorprendentemente lentos 4,71 segundos. Desde 2015, ningún corredor que hiciera un tiempo superior a 4,65 ha sido elegido en el draft.

Proyección: Inicialmente proyectado para cuarta ronda, su mala combine puede hacerle bajar todavía más posiciones. Probablemente nosotros tengamos mayores necesidades en que invertir el pick#115, pero no tengo claro si nos llegaría al #149 de 5ª ronda.

Ray Davis #1 (Kentucky)

La Universidad de Kentucky está apenas a 1 hora y 20 minutos de Cincinnati, por lo que, aunque Ray nació en San Francisco, podría considerarse en cierto modo un “jugador local” (foto: Michelle Haas Hutchins para AP Photo)

Re’Mahn Walter Zhamar Jamar Davis es un jugador muy interesante que, por las causas expuestas con anterioridad sobre los runningbacks en general y esta promoción en particular, puede sernos muy valioso en rondas medias-bajas. Es el primer jugador de Division I en conseguir más de 1000 yardas en tres universidades diferentes, ya que jugó los dos primeros años de college en Temple, los dos siguientes en Vanderbilt, y el último en Kentucky. En total fueron 3626 yardas de carrera con 29 touchdowns, y 762 yardas de recepción, con 12 touchdowns por esta vía aérea. Su rendimiento llamó la atención de nuestros técnicos, que se entrevistaron con él en la combine.

Nos encontramos ante un jugador valiente y decidido. Muy físico, con determinación para atacar el hueco, y excelente juego de pies y caderas para adecuar su balance y romper placajes. Tiene 14 hermanos, por lo que sabe moverse en espacios reducidos. Sus padres fueron encarcelados, por lo que entró en el sistema de servicios sociales, creciendo entre orfanatos y padres de acogida que, afortunadamente, le guiaron por el buen camino.

Su experiencia, cualidades y productividad le convierten en otro jugador de impacto inmediato en el juego. Su bajo centro de gravedad y la dureza con la que percute le hacen romper bloqueos con asombrosa facilidad, manteniendo siempre los pies en movimiento, y rebotando entre los defensores si no le agarran con contundencia. En campo abierto, tiene una gran visión de juego y capacidad para driblar defensores. En las últimas dos temporadas se le han contabilizado 106 placajes rotos.

Pese a no ser muy alto, destaca como receptor fuera del backfield, con un árbol de rutas extenso y variado. Su explosividad y físico le permiten ganar ventaja en la zona corta, lo que le convierte en muy valioso para terceros downs. Buenas manos y capacidad para ganar yardas tras la recepción. Además, es bastante seguro con el balón, ya que sólo ha sufrido dos fumbles en las dos últimas temporadas.

Por sus características, no es un corredor eléctrico a campo abierto, donde quizá le cuesten los cambios de dirección y sacar una segunda velocidad cuando le lleguen los defensores. Tiene que mejora mucho su técnica de manos en protección de pase. Debe intentar ganar agilidad, porque solo por potencia no va a ser tan dominante en la NFL. En todo caso, ha ido mejorando todos estos aspectos año a año. Quizá no llegue a ser un runningback principal, pero sin duda se convertirá en un excelente complemento o una opción como titular en caso de emergencia.

Lo bueno: Lleva gafas, lo que es símbolo de inteligencia. Además, escribe poesía, lo que es una cualidad muy valorada entre nuestros lectores.

Lo malo: Sufrió una lesión en el pie que le hizo terminar prematuramente la temporada 2021. Tiene amplia experiencia, sí, pero no ante rivales de gran nivel, por lo que igual su transición a la NFL no es tan inmediata como aparenta.

Proyección: Se le va a ver como un corredor para pocas yardas, por lo que, pese a su talento, no estará muy cotizado. Yo calculo que saldrá sobre la 5ª ronda.

Isaac Guerendo #23 (Louisville)

Si la de Kentucky está a 1 hora y 20 minutos de Cincinnati, la universidad de Louisville lo está a poco más de hora y media, por lo que este jugador que creció en Avon (llama a tu puerta), en Indiana, también debe ser muy popular entre la afición bengalí (foto de Brandon Sloter/Getty Images)

Guerendo es un corredor con un tamaño prototípico y capacidades físicas de un atleta, como dejó bien patente tras su buena actuación en la combine, donde fue el runningback que más rápido corrió las 40 yardas. Tiene una constitución compacta, bien proporcionada, lo que unido a su pasado en el atletismo, le convierten en un corredor muy difícil de parar a campo abierto. Es del tipo de jugadores capaces de conseguir cambiar el signo de un partido en una acción.

Pasó 4 años en Wisconsin, donde realmente sólo le dieron bola en el último, en 2022, temporada donde logró una media de 6 yardas por carrera. Decidió entonces ir a Louisville para su último año en college, donde alcanzó las 810 yardas con un promedio de 6,1 por carrera y 11 touchdowns. A todo esto hay que señalar que nunca ha sido «titular», sino que estas marcas las ha logrado saliendo en una rotación. Esto indica que es un chico que sabe aprovechar las oportunidades cuando se las dan.

Como receptor es muy fluido, con una gran agilidad para adaptarse a todo tipo de lanzamientos y muy buenas manos (solamente 3 drops en su carrera). Peligroso en jugadas de screen. Tiene un gran espíritu combativo cuando se queda en protección o bloqueando para ayudar a correr a otros compañeros, pero debe aprender a identificar mejor los blitzes y los stunts para proteger mejor al quarterback.

Sin embargo, su mejor cualidad es sin duda la aceleración. Es un jugador explosivo, con determinación y confianza en sus posibilidades, que castiga a los defensores que no tomen un buen ángulo contra él con su flexibilidad, cambio de dirección y motor imparable. No obstante, en ocasiones debe ser menos ambicioso y tomar lo que la defensa le ofrece antes de buscar siempre el big-play. Es también un jugador que protege bien el balón, con solo un par de fumbles en su carrera.

Es un chico que da el salto a la NFL con más edad que sus compañeros de promoción, aunque ha ido progresando año a año y, por lo poco que ha sido utilizado, no llega a la liga excesivamente castigado. Sin embargo, parece destinado a formar parte de una rotación, por las dudas de si podrá soportar muchos acarreos de balón en cada partido.

Lo bueno: Versatilidad como retornador de kickoffs, un aspecto del juego donde no nos vendría nada mal mejorar.

Lo malo: Ha manifestado su interés por jugar con San Francisco, Baltimore o Kansas City. Solo le falta añadir que le encantaría ser un jugador steeler.

Proyección: Creo que puede salir en 6ª o 7ª ronda, y ser un robo. El equipo que lo adquiera se llevará un diamante en bruto.

Otros nombres de interés:

Si queremos revitalizar el juego de carrera, pocos corredores vamos a encontrar mejores que Corum, quien hizo el record de touchdowns de carrera en 2023 con nada menos que 27 (6 más que el segundo de la lista) y eso que no completó el año por una lesión de menisco (foto de Anna Fuder/ The Michigan Daily

Blake Corum #2 (Michigan)

Ya he comentado que esta promoción de runningbacks no viene excesivamente nutrida de talento, y que en principio, nosotros no vamos a buscar ningún corredor en las primeras rondas. Sin embargo, también he afirmado en otras ocasiones que no suele ser extraño que nuestros técnicos nos sorprendan, así que, ¿por qué no esperar un corredor el segundo día? Con Corum nos entrevistamos en la combine y, aunque sospecho que saldrá al final de la segunda ronda o principio de la tercera, quién sabe lo que haríamos si termina cayendo a nuestro pick#80. Este chico encajaría a la perfección en nuestro sistema porque es del tipo de corredor que si no encuentra hueco, se lo busca. Muy compacto y físico, su paciencia, movilidad lateral, inteligencia, y visión de juego le dan mucho peligro a campo abierto. Algo carente de explosividad para jugadas de pocas yardas, le vendría mejor compartir backfield. Es un poco pequeño, lo que le perjudica en el juego aéreo y la protección de pase. Tuvo una lesión muy seria de rodilla en 2022.

Will Shipley #1 (Clemson)

Muchos componentes de la Jungla recordarán a aquel receptor que tuvimos en la década pasada llamado Jordan Shipley. Pues bien, este corredor no tiene parentesco con él (o al menos, yo no lo he encontrado). Sin embargo, puede ser el runningback de la promoción que, sin destacar en nada en particular, sea quien mejor versatilidad tenga en todos los apartados del juego. Capitán del equipo y con una frenética actividad en actos benéficos, nos entrevistamos con él en la combine. Muy ágil, fluido, inteligente, y con enorme visión de juego, es un jugador cuyo impacto en la NFL será inmediato. Como mínimo, empezando como retornador por su velocidad y elusividad. No tiene la fuerza como para mover la pila de defensores, ni romper placajes en carrera. Corredor de complemento que puede salir a partir de la 4ª ronda.

Frank Gore Jr. #3 (Southern Miss)

Quizá me he centrado demasiado buscando un armario, y a nuestra ofensiva le venga mejor un corredor más versátil. Este podría ser el caso del hijo del recordado runningback Frank Gore. Su pedigrí deja pocas dudas sobre su profesionalidad. Aunque pequeño de tamaño, es muy compacto y valiente, lo que le hace ganar más yardas de lo esperado. Además, es un buen receptor, y su pasado como quarterback le da una visión de juego de la que carecen otros compañeros de promoción. En la pasada East-West Shrine Bowl fue nombrado MVP, con 87 yardas y una anotación. Quizá se esperaría que fuese más rápido. Por su constitución, solo puede aspirar a formar parte de una rotación, lo que le hará salir por 5ª ronda, más o menos.

Carson Steele #33 (UCLA)

Por si el hecho de apellidarse casi como nuestro más odiado rival no fuera suficiente, el Bruin tiene como mascota un caimán llamado «Crocky-J«. Apodado «Thor», «Fabio», y «Man of Steele», es, fuera de bromas, un corredor muy interesante por tamaño y talento, aparte de por su frondosa melena. Es un chico capaz de absorber el contacto y seguir hacia adelante. Es muy atlético, explosivo y decidido. Muy valioso también en el juego de pase. Corre demasiado alto, lo que le hace perder el balance. Su visión de juego no es elite. Aunque es rápido, necesitaría una segunda velocidad para hacer perder el paso a los defensores. Ha sido dominante ante rivales de limitada calidad, por lo que es incierto su comportamiento al más alto nivel. Debería salir alrededor de la 5ª ó 6ª ronda.

Dylan Laube #20 (New Hampshire)

Todos los años hay jugadores de universidades pequeñas que pasan bajo el radar, pero que a la hora de la verdad pueden dar un excelente rendimiento escogidos en las últimas rondas del draft. Laube es un chico atlético, excelente receptor y retornador, pero que le faltaría tamaño para ser un consistente percutor en el juego terrestre. Su mayor impacto puede venir fuera del backfield. Podría ser un buen runningback de tercer down si mejora su técnica en protección de pase. Un chico con gran instinto para ganar yardas, ya sea tras la recepción, o driblando linebackers a campo abierto, habría que tenerle en cuenta para los últimos picks del draft.

George Holani #24 (Boise State)

Aunque un poco pequeño para los estándares de la NFL, el Bronco ha sabido cargar sobre sus espaldas el peso del ataque terrestre durante sus 5 años de carrera universitaria. Muy competitivo tanto en el contacto como en la recepción pese a no destacar en lo físico, siempre termina ganando más yardas de lo que en principio apuntaba la jugada. Sus características llevaron a nuestros técnicos a entrevistarse con él en la combine. Tiene un historial de lesiones que le va a hacer bajar posiciones. Su árbol de rutas como receptor es reducido, y su falta de agilidad lateral le convierte más bien en un corredor tipo norte-sur. En definitiva, es un corredor que puede utilizarse en diferentes situaciones, pero siendo consciente de sus limitaciones. Posible objetivo para la última ronda o como undrafted.

(foto de portada: ESPN)

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