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Jerry Anderson, el salvavidas.

Jerry O. Anderson nació en 1953 en Murfreesboro, Tennessee. Media 5’11 pies y pesaba 200 libras, su posición era la de Safety.

Jugó en el Central High School de Murfreesboro. Donde ganaron 12 partidos y no perdieron ninguno en 1970. Su hermana Monica fue quien convenció a su madre para que lo dejara jugar al fútbol. La madre no quería que jugara pero su hermana le dijo que eso le convertiría en un hombre. En ataque jugaba de TE y de safety en defensa. También era uno de los mejores jugadores del instituto en béisbol y atletismo.

En 1973 empezó su etapa universitaria. Primero en Northeastern Oklahoma A&M College. Con los Golden Norsemen fue capitán del equipo y fue NJCAA All-American en 1974. Después pasó a jugar en Oklahoma. Con los sooners ganó el campeonato Nacional en 1975 y fue All-American.

En el libro de Barry Switzer Bootlegger’s Boy, llamó a Anderson como “el DB más duro y físico que jamás haya entrenado.” Fue clave para que ganaran el campeonato nacional. En el segundo cuarto de la Orange Bowl de 1975 contra Michigan, el QB Rick Leach fue golpeado con tal dureza por Jerry que aterrizó debajo del banquillo de Michigan y ya no volvió al partido.

Lo elegimos en la cuarta ronda del draft de 1977. Jugó con nosotros una sola temporada y después jugó otra en los Tampa Bay Buccaners. Un total de 14 partidos en la NFL.

Su siguiente paso fue en la Canadian Football League con los Hamilton Tiger-Cats. Allí jugó entre 1980 y 1981.

Hasta aquí su etapa deportiva  que no es por lo que sale en este artículo. Sino que una vez retirado se convirtió en un héroe.

Porque el 27 de mayo de 1984, debido a las inundaciones que hubo en Tulsa, Oklahoma, rescató a una joven y sacó a otro hombre a un lugar seguro. O sea que Anderson sacó a dos personas de Dirty Butter Creek. Sin embargo se sintió culpable de no haber podido rescatar a una tercera persona, una tal Bridgette Johnson que quedó sumergida en su coche. Esto lo atormentó. Jerry había hecho de socorrista en los veranos en Bradley Pool, en la época de la segregación.

Pero sus heroicidades no acabaron aquí. Porque realizó otra el mismo día, el mismo 27 de mayo pero de cinco años después. El de 1989, en Murfreesboro, Tennessee, su ciudad natal.

Resulta que Anderson se fue de pesca al río Stones con dos niños. Pero allí también estaban otros dos niños que no conocía, Josh McFarland y Brad Logsdon que buscaban un sitio donde pescar. Acabaron pescando detrás de la casa del teniente de policía Johnny Mosby.

Los dos niños, Brad Logsdon y Josh McFarland estaban pescando cuando el aumento del cabal del río debido a las fuertes lluvias de ese día los alcanzó. McFarland cayó y Logsdon alargó la mano para agarrar a McFarland y también se cayó. Afortunadamente para ellos Anderson logró rescatar a ambos niños, pero se sumergió dos o tres veces y no pudo volver a la superficie. El ex jugador de los Bengals era un chico tranquilo y un gran atleta. Les prometió a esos niños que los llevaría a pescar y luego escuchó los gritos pidiendo ayuda. Era un gran nadador y se sentía cómodo en el agua. Por eso no se lo pensó en ayudarles.

Murió 5 meses antes de cumplir los 36 años y fue enterrado el 3 de junio de 1989 en el cementerio Green Acres, al norte de Tulsa. Los equipos de rescate lo sacaron del río y lo llevaron al Centro Médico Middle Tennessee, donde fue declarado muerto.

El 31 de octubre de 1989, la historia de su heroísmo y trágica muerte fue transmitida en el programa Rescue 911 de la CBS.

Unos 6 meses después de la muerte de Anderson, el NAACP local nombró un premio en su honor. Los Jerry Anderson Hero and Humanitarian Awards se otorgan cada mes de enero a alguien de la comunidad.

El Consejo Municipal de Murfreesboro votó el 15 de mayo de 2014 de cambiar el nombre de la calle Communnity Circle en la subdivisión de Kimbro Woods como Jerry Anderson Drive.

Anderson tenía a su esposa Darlene y sus hijas Vicky y Delonda cuando falleció.

Según su entrenador de instituto, Anderson Vaughn, Anderson “haría cualquier cosa por cualquiera. Cuando escuchamos lo que había hecho, no nos sorprendió”.

Según su hermana actualmente Anderson estaría en algún lugar con niños, pescando o entrenando en fútbol. Porque Anderson fue un modelo para muchos de esos jóvenes. Como por ejemplo para Ron Washington, que fue concejal y era unos años menor que Anderson. Dice “muchos de nosotros no teníamos papá, así que él era como un hermano, un tío y un papá para nosotros, nos enseñó.”

Cuando acababa la temporada de fútbol y regresaba a Murfreesboro en los veranos, Anderson les buscaba para asegurarse de que hacían lo que tenían que hacer. Los animaba a que hicieran algo por ellos mismos.

Desde aquí nuestro recuerdo para un héroe fuera de los terrenos de juego.

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