Llega el momento de la ilusión para todos los equipos y seguidores de la NFL. El draft es el momento de las grandes críticas o alabanzas por las elecciones de los equipos aunque en realidad nadie puede asegurar como saldrán.
Pero existe un lugar en el que se vive de una forma muy diferente al resto. Debemos irnos a las afueras de Cincinnati para encontrar un convento de monjas de clausura que se conocen como las Bengalíes descalzas.
Esta orden religiosa fue creada a finales de los 60 como resultado de una escisión de una orden que estaba establecida en el mismo estado de Ohio, pero en la ciudad de Cleveland. Formaban parte de la orden de las Modellitas quienes todavía existen en la actualidad, a pesar de que su convento llegó a ser clausurado durante unos años en los 90. Por eso se trasladaron a Baltimore entre 1995 y 1999 aunque volvieron debido a las molestias que les ocasionaban los nidos de los cuervos y a que los devotos de la ciudad de Cleveland pedían su regreso.
Pero volvamos a las Bengalíes descalzas, esa parte de las Modellitas que dejaron Cleveland junto a Paul Brown. Estas acérrimas seguidoras de uno de los fundadores de los Browns le siguieron a pie hasta Cincinnati. La discusión había sido tan fuerte con las demás monjas que se quedaron en la capital del estado, que las echaron del convento sin poder recoger sus pertenencias. Algunas tuvieron que hacer el trayecto hasta Cincinnati descalzas. Fue un trayecto que duró unos años hasta que finalmente llegaron a la orilla del río Ohio con los pies ensangrentados y llenos de ampollas. Sabían que aquello era un síntoma de que el camino emprendido no sería fácil. Aunque eso ya no les importaba, las movía la fe.
Se hicieron de los Bengals a partir del gran día de la creación. Aunque debían cumplir algunas reglas que no eran nada fáciles. Por ejemplo, según la profecía, si veían algún snap de su equipo durante la temporada el equipo no se alzaría con el Lombardi. Así que se esforzaban mucho para evitarlo, aunque siempre sucedía algo que les generaba demasiado interés y alguna de ellas acababa cayendo en la tentación.
Para saber las evoluciones de los partidos, los alumnos de la escuela iban escribiendo el resultado en unos carteles para que los viesen desde las ventanas de sus habitaciones. Era algo que ya hacían en Cleveland y nadie sabe si esa fue la manera en que se inspiraron los entrenadores de College para cantar las jugadas. Aunque en los malos momentos, se empezaron a escribir tal cantidad de carteles y mensajes que se cree que de allí surgió la idea para crear los chats.
Por si acaso hubiera alguna monja con problemas de visión, cuando los Bengals se ponían por delante en el marcador sonaban las campanas hasta que empezara el drive del equipo contrario. Entonces todas sabían que los Bengals ganaban y se ponían de rodillas mirando fijamente la imagen del coordinador defensivo que tenían colgada en la pared para rezar. Lo hacían repitiendo una y otra vez.
-“Árbitro la hora, por favor, te lo suplico, árbitro la hora…”
Se dice que cuando los Bengals ganaban el partido se oían por todos los alrededores los gritos de las monjas por el orgasmo que acababan de tener. Aunque todo el mundo sabe que si el equipo no había jugado bien pero había ganado, en muchas ocasiones el orgasmo era fingido.
Corre el rumor que de aquí se inspiró una conocida escena de la historia del cine protagonizada por Meg Ryan en un restaurante.
Los lunes después de que ganaran los Bengals eran conocidos como el Victory Monday. En el patio colgaban una pancarta con la imagen del QB fumando el puro de la victoria, en nuestra época Joe Burrow. Además las monjas se bañaban en la piscina que tenían llena de cava. También se ponían su casquete de baño con el logo de los Bengals junto con el biquini atigrado. Era el momento de la semana en el que podían beber todo el alcohol que quisieran. En los primeros meses de la temporada, en los que hacía más calor, también podían tomarse una cerveza HuDey mientras tomaban el sol.
¿No creéis que la cerveza es el invento más importante de la humanidad después del fútbol americano?
Pero hubo una ocasión en la que no pudieron realizar dicha celebración. Fue debido a las bajas temperaturas que había en Cincinnati. A principios de 1982 fue la primera vez que se clasificaron para una Super Bowl. El partido fue conocido como la Freezer Bowl y la piscina de cava quedó completamente congelada. Por eso aquel lunes las monjas improvisaron y patinaron sobre el hielo.
Afortunadamente la pasión por los Bengals había aumentado con la llegada de Zac Taylor y el convento recibía más donaciones que de costumbre. Esto les permitió construir una piscina interior para cuando llegasen los playoff. Por desgracia con la lesión de Burrow no se llegó al frío el año pasado. Durante años algunos habían especulado que la larga sequía de victorias en playoffs de los Bengals era debido a este motivo. A que no tenían piscina climatizada y no rezaban con suficiente devoción durante el invierno.
Uno de los momentos más emblemáticos del convento fue en 2019. El número 1 del draft estaba cantado que sería Joe Burrow. Por eso en aquel mítico partido en Miami fue la única vez que rezaron por la derrota de los Bengals. Pero ese día no todo fueron alegrías. La hermana superiora falleció debido a un paro cardíaco provocado por Andy Dalton al forzar la prórroga.
Algunas de ellas aún comparan su agonía mientras llegaba la ambulancia con la lucha de Tyler Boyd por poner en marcha otra jugada tras una lesión en ese final de partido.
Una vez se confirmó el pick 1 la ilusión era máxima. Venía una nueva era, así que decidieron hacer una ofrenda a los padres de la criatura. De modo que las novicias se pusieron a tejer sin descanso. La ofrenda fueron unas cortinas iguales que las que tenía Paul Brown en su despacho cuando ganó su primer título con los Browns. Las novicias llevaron las cortinas hasta Athens a pie rememorando el camino que habían seguido en su época al dejar Cleveland. Les siguieron algunos peregrinos. Sin duda podría ser el camino de Santiago de las Bengalíes descalzas y de todos los creyentes de esta religión que son los Bengals si algún día ganan una Super Bowl con Joe Burrow a la cabeza.
Pero volvamos al momento del draft. Unos días antes los Burrow recibieron el presente y no les quedó más remedio que poner las cortinas en el salón. Darían la vuelta al mundo el día del draft. Con la pandemia los picks se hacían de forma virtual y los jugadores estaban en sus casas.
En el convento los días del draft eran muy especiales. Todas las monjas se reunían en el patio. Unas con sus hábitos de color naranja y otras con el hábito de color negro. En el primer piso salía la hermana superiora que podía ver como todas juntas formaban las rayas del tigre en una imagen espectacular y que siempre la llenaba de emoción.
Las rayas del tigre siempre emocionan
Mientras los demás equipos elegían sus picks las monjas se daban las manos y cruzaban los dedos para que no eligieran los jugadores que querían para su equipo. Finalmente a la hora de la elección levantaban sus cabezas hacia el primer piso. Cuando salía la fumata blanca cantaban todas juntas aquello de… “¡the pick is in! ¡the pick is in!”.
Unos momentos después salía siempre entre pitos la hermana superiora que les decía el pick elegido y ellas reaccionaban vitoreando y con aplausos mientras empezaban a repicar las campanas.
Con todo esto llegó el día del draft en Detroit. En el Campus Martius Park se enviaba siempre a la hermana Esperanza, de origen latino y que enviaba los picks elegidos a la hermana superiora. Antes del draft había realizado una plegarias en el medallón que marcaba el punto de origen de las coordenadas de Detroit situado en el mismo lugar donde se celebraría el draft.
Era la manera que tenían para desear que el draft fuera satisfactorio. En las épocas más oscuras de la franquicia el descenso de las donaciones a las Bengalíes descalzas había provocado que no pudieran pagarle el viaje para el draft a ninguna de ellas.
Esto supuso una gran cantidad de primeras rondas lesionados en su año rookie. Alguno de ellos sin ni siquiera llegar a debutar como novatos. Por ejemplo jugadores como Ki-Jana Carter, Cedric Ogbuehi, William Jackson III y Jonah Williams no llegaron a debutar en su primer año y su carrera quedó maldita. Al igual que sucedió con John Ross al que apenas se le vio o a Dre Kirkpatrick, así como Billy Price que se rompió en su segundo partido y volvió ya con la temporada perdida y para provocar la lesión de Dalton en un mal snap.
Para financiar el viaje, este año había sido clave la recaudación provocada por las ventas del mono de los Bengals diseñado por las novicias con el nombre y el dorsal de Jake Browning.
JB son las iniciales de nuestros QB y de lo que se beberán algunos si nos dan una SB.
Pero había llegado el día del draft. En las horas previas las hermanas rezaban en sus habitaciones para que llegara el pick que cada una deseaba. Algunas centradas en un OT, Fuaga, Fautanu, Fashanu, Latham, Mims, Barton eran entre los deseados. Una rezaba para que saliera una noticia negativa de Joe Alt y cayera al 18, todo era cuestión de fe. Incluso consiguió crearse una cuenta de X para difundir el rumor de que le gustaba la pizza con piña para ver si bajaba posiciones.
Otras eran partidarias del TE Brock Bowers y suspiraban para subir si hacía falta. Un par de ellas salieron del convento para invitar a un asado a Duke Tobin si subía puestos.
También había partidarias de lo tradicional de Mike Brown e ir a por un WR, que al menos vende más camisetas y esto aumentaría los ingresos de la congregación. Brian Thomas, Adonai Mitchell y tantos otros talentos podrían llegar.
Algunas de ellas suspiran por un CB, alguien cercano como Quinyon Mitchell de Toledo o sino el jovencísimo Nate Wiggins o el talentoso Terrion Arnold.
Pero siempre había hermanas a las que les gustaban los gordos. Deseosas de ver a Byron Murphy II o Jer’Zhan Newton en nuestro equipo o al mismo T’Vondre Sweat al no tener a ningún NT en el roster. Con estas le montaron una calçotada a Sweat que acabó en las portadas tras ponerse al volante. Sweat encontró que la salsa era demasiado fuerte, a saber qué le habían tirado esas monjas.
Con todo esto llegó la hora del draft. Esa fiesta tan especial en la que todo es cuestión de fe, de esperanza, de ilusión para creer que los tuyos acertarán y llegará un futuro mejor. Por eso las monjas formaron las rayas del tigre en el patio y salió la fumata blanca. Un nuevo tigre llegaba a la ciudad, sus voces celestiales cantaban como una sola, “the pick is in…” mientras la hermana superiora se acercaba entre pitos dispuesta a anunciar la elección.
– In the 2024 NFL draft the Cincinnati Bengals select…
Escribo para la jungla hispana y participo en su podcast. También podéis leerme en sexto anillo. Podéis seguirme en Twitter @xeviht81.