Llegaba el Halloween de 1998 y en Cincinnati había una sensación especial. Tras muchos problemas a principio de año finalmente se había llegado a un acuerdo para construir un nuevo estadio. Se habían elegido a dos LB rookies en la primera ronda y la fiebre por ambos jugadores llegó hasta los institutos de la ciudad.
En Halloween se había organizado un concurso de bandas de música con el fin de que el ganador fuera el grupo que actuara en el baile de fin de curso. Además podrían asistir al partido que se celebraba el domingo 1 de noviembre en el Riverfront Stadium entre los Cincinnati Bengals y los Denver Broncos de John Elway que llegaban imbatidos y con 8 victorias. Por su parte los Bengals llegaban con un triste 2-6.
Uno de los grupos que participaría lo formaban un tal Ickey Woodson como cantante y al que le encantaba bailar encima del escenario, tanto que a veces se olvidaba de la letra a media canción con tanta coreografía. También estaba Solomon Wilcox al teclado, Ken Henderson a la guitarra y los coros. André Smits a la batería, instrumento que le gustaba porque podía estar sentado. Por su parte Leon Hall’s tocaba el bajo. Finalmente también estaba en el grupo Carlos Dunlop a quién ninguno de sus compañeros se atrevió a decirle que no tenía habilidad para la música y por eso acabó tocando el triangulo. Era un instrumento que detestaba de igual manera que cuando el entrenador Marvin Levi’s le obligaba a cubrir la flat en lugar de ir al pass rush, pero quería estar en el grupo así que no le quedaba otra.
El nombre del grupo lo pusieron como respuesta a su banda rival. No se les ocurrió nada mejor que llamarse Simmons & Garfunkel. Querían demostrar que eran más de los Bengals que la banda de moda del instituto y vestían las camisetas del LB rookie de primera ronda Brian Simmons.
Su gran rival en el concurso eran las populares Spikes Girls. Hacían música pop y vestían las camisetas de los Bengals con el número 51 del también LB rookie elegido en primera ronda Takeo Spikes. En cada actuación las Spike Girls empezaban desafinando en su canción inicial, hasta que paraban el concierto y se hinchaban sus Reebok the Pump mientras sus fans se volvían locos.
En cambio Ken Henderson detestaba a aquellas 5 chicas porque una de ellas era la capitana de las animadoras y salía con Aquiles Smith, el QB titular del instituto. Ken lanzaba mejor, pero Aquiles era más atlético y en el training camp el entrenador Levi’s le dijo a Ken con su tacto habitual.
- Este es el estilo de QB que se llevará en el futuro. Los pocket passers sois una especie en extinción. Yo de ti me dedicaría a otra cosa.
Henderson no se conformaba con esto y le respondió.
- Pero si es el punto débil de nuestro equipo, si su nombre ya lo dice todo. Es nuestro talón de Aquiles, valga la redundancia.
El entrenador Levi’s le miró con desprecio en ese momento. Pero hubiera puesto a Henderson ya en el segundo partido después de la décima intercepción de la temporada sobre Smith. Sin embargo le dolía demasiado reconocer los errores y lo mantuvo hasta que llegó el viernes por la noche de la semana de Halloween.
Cuando vio llegar a Aquiles disfrazado de romano y diciendo que iba de Zeus se dio cuenta de que el chaval era más estúpido de lo que creía. Era imposible que se aprendiera su playbook. Pero la cara triste de Levi’s todavía se desencajó más cuando al llegar el director a saludar a los jugadores este le dijo a Aquiles.
- ¿Vaya, te has disfrazado de César?
- ¿Qué dices? ¿Qué César? ¿El de las ensaladas?
El director se quedó sin palabras y pensó que a pesar de estar en último año, por desgracia suya tendría que verlo al menos otro año más por el instituto. Qué pena que no pudiera cortarle como hacían en la NFL. Aunque tenía claro que todo lo que valían sus estudios era dinero muerto.
Pero volvamos a las Spikes Girls. El grupo lo formaban Shaqui, de origen hispano y cuyo padre llamaban el camello. Su hija no sabía exactamente a qué se dedicaba exactamente. Siempre le dijeron que importaba productos de su Colombia natal a Estados Unidos y que su apodo era porque iba un poco jorobado cuando andaba. Algo que Shaqui nunca llegó a observar. Antes de nacer ella estuvo un tiempo en la cárcel y por eso se llamó Shaqui. Resulta que a su padre se le acabaron las monedas y se cortó el teléfono estando a la mitad de decirle a su mujer que si era un chico se debía llamar Shaquille.
La Spike Girl que salía con el QB hasta ese día era Beion C. Este no era su nombre real, pero se le quedó así porqué su padre era el mayor fan de Deion Sanders de todo el planeta. Pero de pequeña ella en lugar de decirle Deion le decía Beion. Hasta que después cuando esté fichó por los Reds y su padre le puso la gorra con la C del equipo y la rebautizó. Su padre estaba convencido que con su carisma a nivel mediático Deion Sanders podría llegar a ser un HC universitario. Tenía claro que sería un gran reclutador, aunque dudaba más de su talento para entrenar. Si algún día conseguía volver a Colorado lo propondría para el cargo.
Otra de las integrantes del grupo era Brittney Pearce. Siempre controlada por su padre eran míticas sus peleas en la entrada del colegio porque su padre se negaba a darle dinero para chuches. Brittney acostumbraba a grabarlo todo. Dudaba entre ser comisaria de policía o productora de televisión como su viejo. Incluso le había propuesto formatos de programas que su padre no aceptaba.
-Deberías de hacer un programa de famosos bailando en la televisión.
– Esto no lo miraría nadie niñata. ¿Qué vas a saber tu de televisión?. – le contestaba él con desprecio.
– No es verdad, el otro día vi a un jugador hacer un TD y se puso a bailar y quedas enganchada a la pantalla. Imagínate ver al que fue tu RB favorito haciendo bailes en la TV una vez retirado. Por cuatro duros podrías conseguirlo.
Otra de las integrantes del grupo era una de las chicas más populares del instituto. Se trataba de Sue Taylor, que se acababa de aficionar al fútbol americano tras empezar a salir con el TE del instituto Tony McGiver. Eran la pareja de moda, las cámaras de fotos del periódico del instituto se fijaban más en lo que hacía en la grada que en los partidos. Era increíble que ese equipo que menospreciaba la figura del TE fuese el jugador más mediático a nivel local. Hubo una semana en la que Taylor salió en la portada del periódico volviéndose loca porque su novio había atrapado un pase a la flat y había ganado 3 yardas.
La otra integrante del grupo era Lady Gogo. No es que le encantara bailar sino que tenía un sueño. Jugar al fútbol americano. El nombre se le quedó de pequeña cuando jugaba contra niños y sus padres le gritaban.
- Go! Go! Lady, go! go!
Incluso llegó a escribir alguna carta a los Bengals para que crearan un equipo femenino pero le respondieron con un simple no. Estaba cansada de que las niñas solo pudieran ser cheer leaders y de pequeña se le daba mejor que a algunos chicos. Le faltaba visibilidad. Si de pequeña su familia hubiera tenido una cámara de video para que la gente lo viera en algún programa de vídeos caseros o algo por el estilo a lo mejor tendrían una oportunidad.
Ahora debía conformarse con jugar al soccer y en enseñar a los receptores a correr algunas rutas tras el entrenamiento. Una vez les pidió a los TE si querían apuntarse, que solo les cobraba 5 dólares por sesión. Pero le dijeron.
- ¿Para qué? Si no van a pasarnos. Nos quieren para bloquear y aplaudir cuando el entrenador da los balones a los compañeros tras cada victoria.
La indignación que sentían los TE era tan grande que ese Halloween iban disfrazados de conos en señal de protesta. Sin embargo el entrenador Levi’s no captó la idea y creyó que veían claro que su futuro estaba en el mundo de la construcción.
El equipo había empezado la temporada de forma horrible. Parecía que no habían hecho ni pretemporada. Eran incapaces de hacer nada en ataque. Nadie sabía lo que hacía el coordinador ofensivo Hue Jacq’s. Por eso, las Spikes Girls decidieron dar un paso al frente.
Lady Gogo sabía mucho de fútbol y se encargaría de cantar las jugadas. Brittney Pearce se encargaría de cambiar las radios para que el entrenador Levi’s y el coordinador ofensivo Jacq’s no se pusieran en contacto.
Ninguna de ellas entendía qué hacía Jacq’s en aquella cabina en lo más alto del estadio más allá de fumar puros, que sin duda no eran de la victoria. Era imposible que pudiera ver el playbook y el campo con el humo que había allí dentro. Alguien debería prohibir algún día que se fume en espacios cerrados pensaban muchos. La semana anterior, con la tensión del partido se equivocó y se puso a escribir con el puro y se le quemaron algunas jugadas del playbook. Tras el partido tuvo la barra de decir que su playbook estaba on fire.
Beion C se encargaría de la imitación de Jacq’s. Con un pañuelo frotaría el altavoz cada vez que hablara para no ser detectada. Por otro lado Shaqui haría lo mismo imitando a Levi’s.
El equipo empezó muy bien el partido. Con un juego rápido y que por fin divertía a su afición. Se veían motions, algún jet sweep y algún flea fliker cuando nadie lo esperaba. El equipo ganó sin problemas ante el mejor equipo de la liga. Nadie entendía qué había sucedido. El HC Levi’s felicitó a Jacq’s por el estupendo partido y el nuevo playbook.
Al ver el resultado y la euforia alrededor del equipo, el coordinador ofensivo se calló y no dijo que sus jugadores no habían hecho caso de ninguna de las jugadas que había cantado. En las siguientes semanas estuvo en boca de todos los medios de Ohio y recibió una oferta de 4 temporadas de un instituto de Cleveland para ser su HC.
Después del partido las Spikes Girls conversaron sobre la situación del equipo y del partido y como que Brittney Pearce lo grababa todo, sin darse cuenta lo hizo en la cara b de la cinta de casete de su maqueta. Después vendieron algunas copias y el auto reverse de algunos equipos de música hizo que esa conversación sobre football tuviera un mayor éxito que su música.
Eso acabó derivando en un programa de radio que distribuyan semanalmente en cintas de casete. Le llamaron podcast y el programa pasó a llamarse el Spike. En honor tanto al LB de los Bengals que tanto les gustaba y que creían que algún día llegaría al Hall of Fame y a la jugada de tirar el balón al suelo para parar el reloj.
Los chicos del instituto empezaron a dejarse el pelo largo para poder amagar los auriculares y escuchar el podcast en sus walk mans. De pronto en aquel instituto eran todos heavys. Los profesores tampoco entendían que las chicas fueran con diademas plateadas a la biblioteca. La realidad era que era el sitio ideal para escuchar el podcast.
Con tal éxito, algunos alumnos empezaron a crear sus propios programas. Llegó un momento en que había más podcasts que aficionados al equipo. A partir de allí llegó el tiempo de tauting entre los distintos podcast. Se escribían insultos y ataques en las puertas de los lavabos y los otros contestaban. Algunos fueron mas allá e intentaban explicar las jugadas con diapositivas en la sala audiovisual.
Pero volvamos al Halloween. El concurso musical lo ganaron las Spikes Girls que consiguieron las entradas para el partido de los Bengals, pero eran dobles y el director sugirió que se llevaran con ellas a sus rivales como acompañantes.
- ¿Porqué no vais con los Simmons & Garfunkel? Nos han dado una victoria esta semana y no creo que lleguen muy lejos en el fútbol americano. Además, han dado mucha pena cuando han intentado cambiar la cuerda de esa guitarra y el público se ha ido después de tanto esperar.
A las Spikes Girls no les quedó más remedio. Así que el domingo fueron todos juntos al encuentro con sus camisetas de los Bengals.
Al llegar al Riverfront no faltaban los seguidores disfrazados. Entre ellos Andre Smits que se había vestido de Gremlin o Shaqui que iba de Freddy Krueger. Los chicos y las chicas hablaban ya de la siguiente temporada de los Bengals. De qué año creían que ganarían su primera Super Bowl.
Los más optimistas se veían campeones en dos años, pero también había los pesimistas que creían que con ese propietario no iban a ganar nunca.
- Con lo que va a costar el Paul Brown Stadium yo creo que no voy a ver ganar a los Bengals una Super Bowl hasta el 2023. – dijo pesimista Andre Smits.
- Exacto, Brown es un tacaño y no va a a fichar nada bueno en la agencia libre. -protestó Shaqui.
Por otro lado Henderson ya tenía el draft en la cabeza y dijo.
- Nos falta un QB, con O’Donnell no vamos a ningún lugar. Además tiene pasado Steeler. En el próximo draft viene una buena camada de QB’s. Me gusta el QB de Kentucky, Tim Coach, yo creo que será el número uno.
- ¡Pero qué dices! Ojalá acabe en Cleveland, que se van a pudrir en la miseria. El bueno es el de Syracuse, Donovan McNabb. Al menos le daría ritmo al ataque porque somos más previsibles que lo que va a decir Steve Urkel cuando la lía. -respondió Lady Go Go.
- El que más me divierte es Akili, el de Oregon. Ese chaval tiene buena pinta -dijo Solomon Wilcox.
- ¡Loco! Si viene este estamos muertos. Vas de gurú de quarterbacks y no entiendes una mierda. Si viene tardaremos 25 años más en ganar un partido de playoff. Si pasa eso me voy a ver béisbol. – replicó indignada Beyon C. que llevaba la gorra de los reds.
- Yo vi uno el otro día que me encantó. El de Central Florida, un tal Culpepper. Si eliges a este te llevas un Pro Bowler fijo. -dijo Brittney Pearce.
- Nada, nada yo no me fio de los QB estos móviles. Antes me quedo con Cade McNown de UCLA. -dijo Leon Hall’s.
- Yo antes que a estos que todos dicen que serán primeras rondas y quiero verlo, prefiero reforzar otra posición y en cuarta llevarte a Aaron Brooks de Virgina por ejemplo. -decía Carlos Dunlop.
- ¿Y un Shaun King en segunda? – preguntó Ickey Woodson.
Se hizo el silencio y entonces vieron llegar a Mike Brown y subieron unas escaleras para verle entrar. Entonces Sue Taylor se puso la máscara de Scream y esto asustó tanto a su novio McGiver, que cometió un fumble con la calabaza que llevaba y que tenía mal agarrada de la misma manera que lo hacía cuando recibía el balón en la redzone. De modo que la calabaza cayó delante de Brown que lo miró de mala manera y maldijo al TE y a todos los de su especie de por vida.
Akili Smith lo elegimos con el número 3 del draft, un jugador que nos hizo pasar más miedo a nosotros que a los rivales.
Antes de salir al campo Andre Smits se quiso acercar a Shaqui. Fueron a buscar bebidas y palomitas. Shaqui quería darle una oportunidad al chaval, aunque todavía tenía pesadillas cuando recordaba cuando de niños, en natación se quitó la camiseta y se puso a correr hacia la piscina y en su mente, se le movía toda la carne a cámara lenta como en un capítulo de los Vigilantes de la playa, hasta que se tiró en bomba. Desde aquel día, cuando lo miraba sólo veía el movimiento de sus pechos. Pero el chaval a lo mejor era simpático, no debía juzgar a nadie por el físico.
Por su parte Smits siempre había estado enamorado de Shaqui pero era demasiado tímido y no quería que nadie lo supiera así que se acostumbró a llamarla “la hispana” de forma despectiva con motivo de sus raíces. Pero cuando por fin vieron el terreno de juego y vieron el Riverfront. Smits se emocionó, levantó los brazos y gritó…
- ¡Esto es la Jungla, hispana!
Nada más terminar la frase, Shaqui le puso los cuchillos del guante de su disfraz en el cuello y le tiró por encima las bebidas y las palomitas que empaparon su disfraz de Gremlin y esa zona del estadio se gritó un…
- ¡¡¡Nooooo!!!
PD. El partido acabó en victoria de los Broncos por 33 a 26 en una temporada para olvidar. Era Halloween y el equipo de Bruce Coslett daba miedo a sus aficionados.
Escribo para la jungla hispana y participo en su podcast. También podéis leerme en sexto anillo. Podéis seguirme en Twitter @xeviht81.