El domingo pasado, jugamos como nunca… y perdimos como siempre. El balance de Zac Taylor durante las dos primeras jornadas de campeonato es un ridículo 1-11. Está claro que su sistema de reservar titulares durante la pretemporada no funciona. Todas las victorias cuentan, y ponernos 0-2 nada más empezar complica mucho las opciones futuras. No me gusta hacer caso a estadísticas que dicen que apenas el 12% de los equipos que arrancan 0-2 consiguen meterse en playoffs, porque incluye cuando la temporada era más corta y entraban menos equipos. Y en cualquier caso, si un equipo es capaz de hacer lo impensable, somos nosotros.
Pero, a pesar de la evidente mejoría, la realidad es la que es. Seguimos sin sumar ninguna victoria, y el panorama está muy negro. Tan negro como se pretende que esté el Paycor Stadium el próximo partido, con la iniciativa de “blackout” por la cual, la directiva invita a los aficionados a presentarse al estadio vistiendo las camisetas negras. A juego con el uniforme del equipo, que vestirá camiseta negra, pantalón blanco, con calcetas naranja (4-3 con esta combinación de colores, siendo la última victoria la del SNF del año pasado contra Bills). Una noche que no solo se presenta negra, sino lluviosa. Una probabilidad de chubascos del 60%, con una temperatura que bajará hasta los 18º, aunque el viento apenas rondará los 15 km/h como mucho.
Es España nos pillará ya en la madrugada del lunes al martes, comenzando a las 2:15. Mejor horario para nuestros amigos argentinos (las 9:15 de la noche), y mejor todavía en México (7:15 de la tarde). No os lo he dicho, pero vosotros sois astutos y ya lo habréis adivinado, se trata de un Monday Night Football, el primero de los, en principio, 5 partidos que tendremos este año en horario taciturno. No nos televisa Movistar + (darán el Jaguars–Bills que empieza una hora antes), por lo que no lo podrán gafar. Una noche, además, donde se rendirá el merecido homenaje a Tim Krumrie y Corey Dillon con su inclusión en el anillo de honor. Ellos serán los encargados, por supuesto, de caldear el ambiente como “rulers of the jungle”.
Será la primera vez que nos enfrentemos a Washington bajo su nueva denominación de “Commanders”. En el último encuentro se llamaban “Football Team”, y todos recordamos aquella infausta tarde porque fue cuando se lesionó Burrow en la rodilla, truncando su prometedora temporada rookie. Si retrocedemos en el tiempo, para encontrar el duelo anterior nos tenemos que ir a 2016, a Londres, en una jornada que nunca olvidaremos en La Jungla por el desembarco que hicimos en tierras inglesas. Aquel día, el partido acabó en empate, pero la sensación personal fue de victoria absoluta. En definitiva, sumando todos los partidos contra el equipo de la capital de USA, el balance es de 5-5-1.
No hay muchas conexiones entre los componentes de ambas escuadras. K.J. Henry (DE), a quien acabamos de cortar para hacer hueco a Guy, fue selección de 5ª ronda por Washington en 2023. En sus filas tenemos al QB suplente Driskel, que fue bengalí entre 2016 y 2018. Pero sin duda, la mejor conexión será la que nos proporcione nuestro camarada Gonzalo, que estará presente en la grada, aumentando la asistencia zaragozana a un partido en Cincinnati.
Pare este partido, la NFL ha designado a Brad Allen como director de la contienda. El veterano colegiado, que lleva ya 37 años viviendo de su pito (silbato, no penséis mal) nos arbitrará por 8ª vez, con un balance de 4-3 a nuestro favor, siendo la última vez la victoria de 2022 en Pittsburgh. Natural de Lumberton, Carolina del Norte, entró directamente a la NFL en 2014 como árbitro principal sin pasar antes por ninguna otra posición de campo. Su vida privada también está ligada al arbitraje, ya que es director ejecutivo de los North Carolina Senior Games, así como supervisor de los árbitros de baloncesto de instituto en su estado. Además, es el CEO de una ONG. El año pasado fue noticia por un polémico arbitraje en un Lions–Cowboys, donde anuló una conversión de dos puntos a los de Detroit tras equivocarse en la designación de un jugador de línea elegible. Algo caserete en sus decisiones, se encuentra en mitad de la tabla en cuanto a penalizaciones, siendo su favorita la salida falsa, ya sea del ataque o de la defensa. En lo que llevamos de temporada, Washington es el 6º equipo más penalizado, mientras que nosotros somos el 10º que menos.
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En ataque
Ante una buena defensa, como la de los Chiefs, fuimos capaces de anotar 25, lo que no está nada mal. A los dos touchdowns de Iosivas (el primero de un mérito excepcional por lo difícil de la recepción) sumamos la fiabilidad de McPherson desde larga distancia (aunque luego fallara un extra-point). Sin embargo, la sensación es que nos dejamos puntos por el camino por las dificultades encontradas en red-zone (de hecho, el 2º touchdown de Iosivas llegó en cuarto down).
Burrow estuvo al nivel del que se espera de una estrella como él, con 258 yardas y 2 touchdowns sin intercepciones, pero un fumble (bastante evitable por ir a la guerra sin sentido), provocó que Kansas City anotara en su retorno y se nos volviera a poner cuesta arriba un partido que empezábamos a tener encarrilado.
A esas yardas aéreas hay que sumar las 74 que logramos por tierra. No es mucho (a Moss le costó horrores encontrar huecos, quedando en un promedio paupérrimo de 2,8 por intento), pero Brown logró 31 en apenas 4 carreras, lo que hace que nos preguntemos por qué no le utilizamos más.
Leyendo los párrafos anteriores parece claro qué es lo que deberíamos hacer el próximo partido: mejorar la efectividad en la red-zone, no forzar errores evitables, y confiar algo más en el juego de carrera.
Por supuesto, aparte de mejorar lo que hicimos mal, hay que consolidar lo que sí se hizo bien. Burrow lanzó más que nunca a los tight–ends (16 pases, 14 atrapados para 151 yardas), lo que demuestra que se puede contar con ellos en pases a la zona intermedia para mover las cadenas cuando las defensas contrarias traten de protegerse contra el pase profundo. Un pase profundo (en singular) que volvió a funcionar con Burton, lo que indica también que deberíamos empezar a contar más con los novatos (All tuvo 4 de 4 y buen rendimiento ayudando en los bloqueos).
Si contra Commanders se produce el esperado regreso de Higgins, volveríamos a contar con dos armas muy peligrosas, lo que reduciría la presión defensiva contra Chase (muy marcado estos dos últimos partidos). Además, permitiría poner a Iosivas en el slot, en una función más similar a la de Boyd, para la que parece mejor dotado (Irwin está teniendo una temporada desastrosa). También deberíamos volver a contar con Brown como receptor, aprovechando su explosividad, quizá en jugadas de screen para frenar los impulsos de la línea defensiva de Washington.
Para correr, Moss sigue siendo nuestra mejor opción, pero si no está inspirado, no pasaría nada por probar a Brown o incluso a Williams. Las formaciones 12 (doble tight-end) que estamos empleando favorecen su eficacia. Lo que no podemos hacer es seguir enviando a Burrow a la aventura (aunque muchas veces fue iniciativa propia) porque lo prioritario es salvaguardar su integridad, y para correr, hay otros compañeros mejor dotados. Incluso para los QB-sneak más evidentes (es una jugada que se puede ensayar, como cualquier otra, para que no existan problemas en el snap).
Estamos hablando poco de la línea ofensiva, y esto es buena señal. Que caigan 2 ó 3 sacks por partido podría entrar dentro de lo “razonable” por nuestro estilo de juego, tan volcado hacia el pase (y en muchos casos tampoco es culpa suya, sino de las asignaciones de los HB que quedan en protección). Aún así, se observan despistes en Trent Brown (afectado por la falta de preparación en pretemporada) y Volson, cuando parece que da un paso adelante, retrocede otro par. Cappa y Karras ya empiezan a notar la edad, y Orlando Brown debe recurrir a las penalizaciones (unas más rigurosas que otras). Como siempre, esperamos que vayan de menos a más, porque los cambios están limitados a la recuperación de Mims (tampoco creemos que esté para el MNF) o introducir a Lee en el center para pasar a Karras al LG.
En todo caso, una de las principales diferencias con respecto al partido de Patriots es que ganamos la batalla del reloj (bien ayudados por los turnovers de la defensa, bien es verdad). Debemos ser capaces de controlar nosotros el ritmo del partido, mejorando el 33% de conversiones de tercer down, pero sobre todo, no llegando a esa situación obligados al milagro.
En defensa
Ya es mala suerte que una unidad bajo sospecha por la dejadez de la directiva en la agencia libre reciba además la maldición de las lesiones. Primero fue Sample en el training-camp, después Jackson y Jenkins poco antes de arrancar la liga, y el domingo pasado cayeron Hill y Rankins. Estos son 5 defensive-tackles que vestirán de paisano el próximo partido. A día de hoy, la titularidad en el centro de la línea defensiva la conformarían Tufele (NT) y Carter (DT). Que Dios nos pille confesados.
Se ha fichado a Lawrence Guy, un DT veterano (34 años), especialista en frenar la carrera (nuestra mayor debilidad, pero ahora ya lo son todas) con gran liderazgo y ética de trabajo. Estuvo en Patriots hasta Febrero, pero fue cortado y no encontró equipo. Creo que, para un puñado de partidos hasta que se recuperen los lesionados, puede resultar útil. Al menos, la directiva ha reaccionado rápido ante la adversidad. Sin embargo, este movimiento no será suficiente, y deberán subir a alguien del equipo de prácticas (probablemente algún NT como Davis o Rogers).
La semana pasada probamos la experiencia de jugar con una formación 4-3-4, y no fue mal. Probablemente fue algo puntual, dadas las características de Mahomes, pero contra Daniels, un QB también bastante móvil, podría repetirse. La presencia del LB Davis-Gaither reduce la del CB Hilton, quien tampoco ha empezado demasiado entonado, y ayudaría a llegar antes al corredor cuando sobrepase (porque sobrepasará) la línea defensiva, ya que Wilson y Pratt tendrán menos espacio que cubrir.
En la secundaria, son intocables Bell (SS), Stone (FS), Taylor-Britt (CB) y Hill (CB). A Cam le quemaron vilmente en la primera parte, pero en la segundo se rehízo con la que será una de las mejores intercepciones de la temporada. También Turner consiguió otra intercepción, anulada por una falta del SF rookie Anthony, quien el domingo se cubrió de gloria. Sigo echando en falta más presencia de Bell (lejos de la forma de hace un par de años) y de Stone (aunque éste mucho mejor que el agujero de Chernobyl que era Scott), pero sobre todo, no entiendo que Battle apenas tenga una participación testimonial tras las buenas sensaciones dejadas el año pasado en su temporada de novato. En cualquier caso, la secundaria no es el principal problema de una defensa que es la 2ª mejor de la liga contra el pase.
No podemos dejar de hablar de Hendrickson. Nuestro pass-rusher y sin duda mejor jugador defensivo, fue una pesadilla constante para la línea ofensiva de Chiefs, y para los cuellos de los cebras, que no hacían otra cosa que mirar hacia otro lado para no pitar los continuos holdings que sufría. Bien secundado como siempre por Hubbard, pero como es habitual, muy poca rotación, ya que se comen cada uno el 75% de los snaps. Seguimos echando en falta a Murphy, a quien le quedan mínimo dos semanas más en la lista de lesionados.
Las sensaciones en Arrowhead es que se puede volver a confiar en la defensa, pese al conocido problema de parar la carrera. Sin embargo, volvemos a ser un equipo en exceso dependiente de los turnovers, es decir, del todo o nada. Supongo que Anarumo todavía le sigue dando vueltas a ese 4ª y 16 que nos convirtieron (discutible falta mediante) y puede que se vuelva algo más agresivo en la presión (lanzando blitzes contra el QB novato, por ejemplo).
El rival
Nos volvemos a enfrentar a un equipo, como los Patriots en la jornada inaugural, sin nada que perder y mucho que ganar. Nadie espera mucho de ellos este año, más allá de conseguir que el QB novato Jayden Daniels vaya adquiriendo experiencia. Los más viejos del lugar sabemos que la combinación de equipo sin complejos y QB rookie suele ser fatal para nuestros intereses.
El ex de LSU y ganador del trofeo Heisman (idéntico palmarés que otro tiger como Burrow) está haciendo una temporada muy sólida y, quizá más por el mal juego de sus compañeros de promoción, resultando el mejor QB rookie del año. No está rompiendo las estadísticas de yardas, ni menos aún de touchdowns (aún no lleva ninguno), pero está sabiendo mover a su equipo, resolviendo con sus piernas lo que no consigue su brazo y, sobre todo, evitando cometer errores (0 turnovers). A veces, con esto es suficiente.
Quien no es precisamente novato es su head–coach, Dan Quinn, aunque éste sea su primer año con los de la capital. Todo un experto defensivo, ha delegado el ataque en Kingsbury, quien no cosechó en los Cardinals el éxito del que venía precedido en college, pero es sin duda una gran mente ofensiva. Con 176,5 yardas de carrera de promedio en los dos encuentros que llevamos, se han colocados 5ºs en la NFL en esta estadística. Brian Robinson es el líder en esta faceta del juego, con unas nada despreciables 6 yardas por intento, mientras que Ekeler es más una doble amenaza corriendo y recibiendo (99 yardas de recepción).
Por aire, su receptor más peligroso es McLaurin, con Zaccheaus saliendo desde el slot; pero a nosotros nos pueden hacer más daño los corredores saliendo a recibir, o sobre todo, Ertz desde la posición de tight-end.
En defensa es donde podemos hacerles más daño. Su secundaria está conformada por jugadores jóvenes, a quienes les seguíamos la pista en el draft, como Forbes o Sainristil, acompañados de St Juste en la posición de cornerback. Los puestos de safety son para Chinn (SS) y Martin (FS). No intimidan demasiado, pero cuidado que están muy vivos en los robos de balón.
La contundencia viene en la línea de linebackers, con la dupla Wagner y Luvu. De nuevo, va a ser difícil correr. En la línea, el jugador más peligroso en la presión es el DE Ferrell, aunque no está clara su presencia por un problema de rodilla.
En la posición de kicker no se anduvieron con tonterías con Cade York, despedido tras fallar 2 field-goals en el debut con derrota 37-20 contra los Buccaneers. El cambio les sentó muy bien, y Seibert enchufó nada menos que 7 field-goals en la victoria 21-18 ante Giants, lo que supuso un record de la franquicia. Siguiendo con los equipos especiales, los retornos de punt son para Crowder, y los de kickoff para Ekeler.
Tras ganar al rival divisional newyorkino, llegan con la moral alta, y un balance 1-1 que permite al cuerpo técnico trabajar con tranquilidad. No es un equipo que haga muchas cosas bien, pero hace muy pocas mal, lo que le convierte en un rival correoso de quien no habrá que fiarse.
La clave
Ni la falta de preparación en pretemporada, ni los arbitrajes, ni la mala suerte… si estamos en esta situación es por nuestros propios errores. Sin el fumble de Hudson ante Patriots, o el de Burrow contra Chiefs, ahora podríamos estar hablando de un escenario bien diferente. Por tanto, la principal clave en este partido será cortar de raíz cualquier nuevo fallo o estupidez.
Hemos perdido dos partidos por menos de una anotación, lo cual demuestra dos cosas: una, que no estamos tan mal; y la otra, que estamos perdiendo sensaciones en posesiones clave que podrían dar la vuelta al resultado en los instantes finales. Por tanto, debemos recuperar esa agresividad, ese talento, ese «ojo del tigre», para ser capaces de dar la vuelta al marcador en situaciones decisivas. Claro que todo esto no haría falta si fuésemos capaces de poner una buena distancia en el luminoso desde el inicio, algo que también nos está costando: entrar rápidamente a la tensión que requieren los partidos.
La defensa dio señales de recuperación, con un enorme Hendrickson y una excelente labor en cobertura. Creo que por aquí debemos seguir. Va a ser difícil parar su carrera, pero al menos, que no nos ganen por aire. Que Daniels sienta la presión, que seamos capaces de confundirle con las formaciones, y que estemos avispados para robar el balón.
El ataque también debe continuar la senda iniciada en Kansas City. Involucrar a los tight-ends, pero alternar un poco más a los corredores. Iosivas va creciendo en confianza, así como Burrow con Burton, por lo que, con la recuperación de Higgins, volvemos a tener un temible cuerpo de receptores. Hay que aprovechar la ventaja en donde somos superiores, pero sacando más partido a las incursiones en la zona roja, que todavía nos está costando. Dominar el partido está bien, pero sirve de poco si no se ponen puntos en el marcador.
En definitiva, creo que lo principal es olvidarse del rival, de la fiesta del anillo de honor, de colorear de negro el campo, y salir bien centrados al emparrillado en lo que debemos hacer. No hay rival pequeño en esta liga, bien lo sabemos los seguidores de Cincinnati, y nuestro principal enemigo somos nosotros mismos. Si acometemos el encuentro sin confianzas y plenamente concentrados, no se nos puede escapar la victoria. Yo apuesto por un 31-16. ¡WHO DEY, hermanos!
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com