Bengals 2024Previas

Previa Chiefs-Bengals 2024

El pasado domingo, el cielo cayó sobre nuestras cabezas en forma de inesperada y dolorosa derrota contra los Patriots. Mentiría si digo que estoy repuesto de la decepción, pero no queda otra que continuar adelante y confiar en esta pandilla de … (insertad aquí el adjetivo que deseéis). Pero, como la aldea gala de Asterix que resiste al invasor, tenemos que recuperar el espíritu irreductible que ha caracterizado a este grupo de jugadores, dramáticamente acostumbrado a hacernos sufrir en partidos supuestamente cómodos, pero dando su mejor rendimiento en partidos de máxima exigencia.

Y sin duda, el partido de este próximo domingo, a las 10:25 de la noche en España, 5:25 de la tarde en Argentina y 14:25 en Ciudad de México, es de los grandes, grandes, de verdad. Nos vamos a Arrowhead (Burrowhead, que dirán algunos) para medirnos a los Kansas City Swifters Chiefs. Ellos vienen de ganar a un gallito de la conferencia como son los Baltimore Ravens, mientras que nosotros generamos un mar de dudas en el debut casero contra New England. No hace falta decir que somos (de momento) dos de los mayores aspirantes a representar a la AFC en el Super Bowl, por lo que el encuentro es de los de no perdérselo bajo ningún concepto.

Creo que todos tenemos todavía fresca en la memoria la intensa rivalidad entre ambos equipos. Declaraciones de jugadores de uno y otro bando, con la participación estelar de los alcaldes de ambas ciudades. Y no ha ido a menos desde entonces, en la convicción de que podemos estar hablando de los dos equipos con más talento individual en la conferencia (luego, los resultados puede que digan otra cosa). Todavía escuece allí que les apeásemos en su propio feudo de la Super Bowl LVI cuando eran claros favoritos. Todavía escuece aquí la forma en que fuimos eliminados de la Super Bowl LVII con discutibles decisiones arbitrales. El ambiente, siempre caldeado por la ruidosa afición de los de Missouri, lo volverá a ser una vez más. Y eso que la noche, nublada, apunta a una agradable temperatura de 19ºC, con vientos de menos de 15 km/h, aunque una alta humedad del 75%.

Las series entre ambas escuadras la lideramos nosotros por un global de 18-16, ganando 7 de los últimos 10, aunque ellos nos han vencido en los dos últimos enfrentamientos. En Arrowhead, el balance es desfavorable 8-11. Sin embargo, el balance de Burrow contra los Chiefs es de 3-1 (1-1 en Kansas City, ya que el partido del año pasado allí lo jugó Browning), así que debemos confiar en la buena racha de nuestro quarterback. De aquellos míticos enfrentamientos, ahora el LT Orlando Brown juega con nosotros, mientras que nuestro recordado RB Perine (y su perineta) lo hace con ellos. Nuestro flamante punter rookie Rehkow entró como undrafted en Chiefs tras el draft, pero le cortaron cuando ficharon a Araiza. Por cierto, su DE Anodike-Uzomah no es pariente de nuestro ex-TE. Como hicimos en las finales de conferencia, volveremos a vestir con camiseta y pantalón blancos, y calcetas negras.

El árbitro designado para dirigir la contienda será el agente de seguros de Greenville, Michigan, Alex Kemp. Hijo de otro colegiado, Stan Kemp, a sus 51 años y árbitro principal desde 2018, nos ha arbitrado en 6 ocasiones, y el balance nos es claramente favorable por 5-1. Su última aparición con nosotros fue en la victoria del año pasado contra Buffalo. En 2023 fue el colegiado que sacó más pañuelos amarillos de toda la competición, y este año ya se ha colocado en el top-5 con 16 penalizaciones en el GiantsVikings. Está obsesionado con los holdings ofensivos, pero tampoco perdona las salidas falsas. Por lo tanto, habrá que llevar cuidado con las faltas de disciplina, en especial, las de la línea ofensiva.

Si alguien está deseoso de resarcirse de su mal rendimiento de la pasada jornada, no es otro que Joe Burrow. Nuestro competitivo quarterback vuelve a un estadio que no se le da nada mal, y en el que siempre ha mostrado toda su calidad.

En ataque

Para mí, la principal razón de la derrota contra Patriots fue el paupérrimo rendimiento ofensiva. Quedarnos en apenas 10 puntos roza lo ridículo. No conseguir ningún primer down hasta bien entrado el segundo cuarto es imperdonable. La falta de coordinación pasador-receptores es intolerable, cuando se ha dispuesto de todo un training-camp sin más sobresaltos que los que pudiera haber provocado la situación contractual de Ja’Marr Chase (por cierto, para mí, uno de los destacados del domingo, por lo que si él que es quien debía estar más cabizbajo fue de los más acertados, no sé qué razón pueden esgrimir los demás).

Contrariamente a lo que podría parecer, la carrera no fue esta vez un factor negativo. Con 4,4 yardas por carrera, hicimos exactamente el mismo promedio que los Pats, sólo que ellos siguieron confiando hasta llegar a las 170, y nosotros nos quedamos en apenas 70, abandonando incomprensiblemente esta faceta del juego cuando, en realidad, no estábamos tan alejados en el marcador como para tener que recurrir necesariamente al juego de pase.

Por lo tanto, considero que buena parte de la responsabilidad de esta derrota recae en los entrenadores. Bien por no preparar bien a los jugadores, o el plan de juego, o no saber reaccionar durante el partido, con un planteamiento muy simple de descifrar hasta por un head-coach novato, y una total falta de imaginación en el diseño de jugadas. Solamente 2 llegadas a red-zone es absolutamente inaceptable. La selección de jugadas en tercer y cuarto down, muy discutibles. No encontrar situaciones en la que nuestros playmakers contaran con ventaja fue completamente desolador.

Tampoco los jugadores se quedan al margen, porque de no ser por el incomprensible fumble de Hudson en la línea de goal, o el incompleto de Gesicki en la zona de marca en una situación donde debe hacerse más fuerte que el defensor, es posible que el resultado hubiera sido distinto. El fumble de Jones, evitable, también tuvo consecuencias, pero estas cosas pueden ocurrir. El problema fue no provocarlas nosotros. Si estas fueron las más evidentes, no menos importante fue la falta de capacidad de encontrar separación de nuestros receptores. Chase, cuando por fin entró en juego (sólo 2 recepciones en toda la primera mitad) demostró que sigue siendo un factor diferencial, pero ni Iosivas ni Irwin encontraron la manera de desmarcarse (de Burton no lo sabemos porque apenas participó en 4 snaps, quizá un elemento sorpresa hubiera podido inclinar la balanza).

Tampoco los tight-end ni los corredores fueron determinantes en el juego de pase, siendo noticia más por los drops (especialmente sangrantes los de Moss) que por su impacto en la ofensiva (tampoco aquí apareció el novato All, lo que vuelve a generar dudas sobre la capacidad de los técnicos para involucrar rápido a los jóvenes).

Pero quizá lo más preocupante fue la actuación de Burrow. Tanto en el apartado deportivo como en el anímico. 164 yardas, sin touchdowns, y un rating de 86 es muy poco para él. Inevitable pensar si realmente está tan recuperado de su operación de muñeca como nos hacían creer. Apenas un par de pases volaron más de 7 yardas y, sin amenaza profunda, es muy difícil estirar una defensa para que se creen espacios. New England estaba encantada con lanzamientos que se quedaban por detrás de la marca del primer down. Esta frustración se reflejaba en su rostro, desprovisto de la mirada asesina que conocemos de otras veces. Más preocupado de una presión, en la mayoría de las veces, “fantasma”, que de generar el ritmo que el partido requería. Contrariamente a otras ocasiones, tampoco con los pies estuvo especialmente inspirado, quedando excesivamente estático o poco decidido en la carrera.

¿Qué habría que hacer contra la defensa de Spagnuolo? Pues precisamente todo lo que no se hizo contra los Patriots. Para empezar, tener fe en la carrera. Si, como parece, tampoco vamos a poder contar con Higgins, igual no tiene mucho sentido alinear a la vez a dos receptores de poca utilidad como Iosivas e Irwin. Mucho más interesante plantear formaciones 12 de doble TE que ayuden a Moss y a Chase Brown a romper las líneas rivales, o incluso involucrar a All como receptor (Sample sólo vale como bloqueador, al igual que Gesicki solo vale como receptor). Con Browning como QB sacamos mucho partido de los tight-ends como receptores, por lo que cuesta comprender por qué no se sigue en esa línea.

Tampoco sirve de mucho reducir el caudal ofensivo de nuestra mejor arma, por mucho que esté bajo de forma o contrariado por la situación contractual. Si se tiene a Chase, hay que utilizarlo, porque cuando se haga, la defensa va a tener mucho en qué preocuparse con dobles o triples coberturas, y esto despejará el camino para el resto. Si no le pasamos más de 10 veces, en cualquier condición y distancia del campo, les estaremos regalando el partido.

Termino con la línea ofensiva, que siempre está bajo la lupa. Trent Brown fue el peor del quinteto, algo que podría adivinarse después de no haber jugado prácticamente nada con sus nuevos compañeros (de nuevo, la controvertida teoría del descanso de los titulares en la pretemporada). El resto, más o menos a su altura habitual, aunque me gustaría destacar a Volson, quien siempre se lleva palos, muchas veces merecidos, pero el domingo estuvo a buen nivel.

Nos enfrentamos a una defensa motivada, bien entrenada, y con jugadores de alta calidad. La presión por fuera de Karlaftis y por dentro de Chris Jones deberán vigilarse con extrema precaución. Su línea de 3 LBs es muy fuerte contra la carrera, y en la secundaria hay que cuidarse del CB McDuffie y el SF Reid. Ha pasado tanto tiempo que ya no nos acordamos, pero el año pasado, con Browning, llegamos al último cuarto ganando 16-17. Tenemos nuestras opciones, pero debemos eliminar errores y mantener un ritmo alto de anotación del principio hasta el final, porque ellos no van a bajar el pie del acelerador.

El impresionante aspecto del Paycor Stadium y el estreno de nuestro nuevo uniforme, todo de naranja, quedaron empañados por una desastrosa actuación coral. Nada mejor para borrar tan lamentable imagen que una victoria contra uno de nuestros mayores rivales. Pero esto debe pasar por un plan de juego mucho mejor que el demostrado, en el que Pitcher debe empezar a imponer su filosofía (foto: bengals.com)

En defensa

Sin estar bien, dejaron a Patriots en unos asequibles 16 puntos. Hubo responsables de mayor peso en la derrota, pero al contrario que otras veces cuando el ataque no carbura, esta vez la defensa no salió al rescate. Ningún bigplay (a Stone se le escapó una intercepción en la endzone precisamente porque sus manos no hicieron honor a su apellido), ni sensación de presión a un QB del montón como Brissett. Los rushers se pasaban de largo, o llegaban tarde, o se abrían tanto que dejaban autopistas para sus corredores (el touchdown de carrera de Stevenson fue para llorar). Mucho se ha dicho de nuestra debilidad en el centro de la línea defensiva, pero muchas carreras de Patriots fueron exteriores, ante la fragilidad de los edges y la falta de contundencia de LBs (Pratt), CBs (Hill) y SFs (Bell).

No todo fue malo, porque Wilson se multiplicó (aunque está cuestionable para el domingo) y Tufele puso la solidez por el centro que Rankins y Hill no conseguían (no son tampoco jugadores para esta labor, como bien sabíamos todos). En la secundaria, buscaron más a Hill que a Taylor-Britt (obvio, no son tontos, y los Chiefs harán lo mismo) con resultados dispares (creo que a poco que se encuentre más cómodo en la posición puede resultar recuperable), pero eché de menos a Battle, sobre todo cuando Bell no conseguía detener a Stevenson. Pacheco es un corredor mucho más rápido, por lo que no deberíamos perder velocidad en la posición de strong-safety.

Contra Chiefs siempre nos ha ido mejor dejar pocos jugadores en la presión. Una línea de 3, donde Hubbard baje a ayudar en cobertura (que buena falta nos hará para protegernos de Kelce). También eché de menos a Njongmeta. El linebacker undrafted venía en buena forma y, aunque tiene todavía graves deficiencias en cobertura, es muy bueno contra la carrera, y podría dar relevos de calidad a Pratt en primeros downs para que éste llegue más fresco al final.

Jugar contra los Chiefs es estar preparado para las diabluras de un jugador tan inescrutable como Mahomes. Si no logra su objetivo a la primera, es capaz de conseguirlo prolongando la jugada, ya sea corriendo él mismo o encontrando un receptor de la forma más inverosímil. Por tanto, Wilson tiene que estar muy pendiente de sus evoluciones para cortar cualquier aventura, pero el resto de la defensa tiene que mantener la concentración durante todo el tiempo que dure la jugada (el domingo vi muy despistado en algunas fases a Hilton).

El año pasado fuimos el equipo que concedió más big-plays, y este año, Kansas City vuelve a contar con una poderosa y veloz arma profunda como el rookie Worthy (ellos sí los utilizan). Ya puede Stone empezar a jugar como sus declaraciones decían que venía a demostrar. Tampoco olvidemos a Rice, peligroso en rutas cruzadas pero también en verticales, de quien TaylorBritt debería ser su sombra.

No quiero decir que Anarumo ha perdido su magia, pero la realidad es que la defensa ha bajado mucho desde lo que fue en el año de la Super Bowl. Necesita una victoria que genere la autoestima necesaria para encarar un año donde, si el ataque no espabila, la vamos a necesitar mucho.

Esta innecesaria falta de Ossai (aunque precedida de holding a nuestros defensas) todavía se nos aparece en pesadillas. Las lesiones en la posición de edge le permitirán tener más protagonismo para resarcirse de aquella mala decisión (y de las desaforadas críticas de Pratt).

El rival

Kansas City viene de derrotar a un posible competidor para el seed#1 de la conferencia, como los Baltimore Ravens, y una victoria este domingo dejaría, si no eliminados, al menos muy tocados a otro posible rival como somos los Bengals. Tienen todo a favor: público, inercia positiva, motivación, confianza, … y Mahomes, esta vez, sin cojera.

Apenas han cambiado del equipo que salió campeón el curso pasado. Esto, que debería hacerles más reconocibles, se diluye cuando tienen al frente a una mente ofensiva como Andy Reid, capaz de reinventarse continuamente. Tienen mucha calidad y muy pocas fisuras. Si nuestro balance en los primeros partidos con Taylor es de 1-8, el de Reid es de 10-2 en partidos inaugurales. Si pensamos que van a estar relajados, nos darán un baño de realidad.

Las estadísticas de este año cuentan para poco, porque solo llevamos un partido, pero el año pasado, la defensa de Chiefs fue la segunda que menos puntos encajó, lo que demuestra el talento de su coordinador defensivo Steve Spagnuolo.

Un corredor desconocido hasta que le dieron la oportunidad, como Pacheco, lleva 9 touchdowns en los últimos 9 partidos. Si pensamos que los Chiefs es solo Mahomes y pases, también nos llevaremos una desagradable sorpresa.

Su kicker, Butker, firmó el mes pasado u contrato que le convertía en el mejor pagado de su posición. En el puesto de punter cuentan con un jugador al que pretendíamos nosotros (y cualquier con dos dedos de frente) como Araiza. Tampoco en los equipos especiales podemos decir que contemos con alguna ventaja.

Tampoco el listado de lesionados es ningún consuelo. Por su parte, el único ausente será el WR Hollywood Brown, pero por la nuestra faltarán a la cita Higgins, y Jenkins y Mims, que siguen sin estar disponibles, mientras que Hudson y Wilson están cuestionables.

De sus principales figuras en ataque y defensa ya he hablado en otras partes del artículo, así que no voy a repetirme. Su ofensiva cuenta con formaciones muy versátiles en cuanto a su composición (el propio Reid ha admitido que, en estos partidos iniciales, hay que tener la mente abierta para encontrar la mejor fórmula cuando todavía no se está al 100%), mientras que en defensa mantienen su clásica formación 4-3-4.

Termino esta sección con la información que sin duda todos estáis esperando: ¿cómo se encuentra uno de los principales baluartes de los Chiefs, la cantante Taylor Swift? Pues precisamente, el jueves se adjudicó nada menos que 7 trofeos en la ceremonia de entrega de premios a los mejores videos musicales (MTV Music Video Award), y en el discurso de agradecimiento, llamó por primera vez “novio” a Travis Kelce, y añadió que todo lo que toca se convierte en magia. Esperemos que no se transforme en touchdowns también…

Jugar contra Mahomes supone tener que estar preparado para todo (“ad utrumque paratus”, que decían los romanos, y aprovecho para recordar que estamos a pocos días de celebrar las Fiestas de Cartagineses y Romanos en Cartagena). No creo que se prodigue en más pases por la espalda, pero su capacidad de estirar las jugadas hasta lo inverosímil en un factor que no debemos descuidar.

La clave

No tengo claro que jugando al máximo de nuestro nivel fuésemos capaces de derrotar a los Chiefs en su feudo, mucho menos tras la decepcionante actuación del pasado domingo. Por tanto, creo que la clave, más allá del resultado, es recuperar sensaciones. Jugar como lo que somos, un equipo contendiente al título.

Por tanto, es más examen a nosotros mismos que un enfrentamiento contra un rival directo. Estamos en septiembre, mes típico de recuperaciones, y debemos recuperar muchas cosas.

En ataque, conseguir que Burrow vuelva a sentirse el líder que nunca ha dejado de ser. La línea debe ofrecerle la máxima protección posible, pero los receptores también tienen que ofrecerle un objetivo claro de pase con sus desmarques. No podemos confiarlo todo a Chase que, por bueno que sea, estará muy vigilado. Por tanto, los entrenadores deben plantear soluciones imaginativas, como darle el balón tras la línea de scrimmage en jet-sweep, o en jugadas en bunch laterales donde cuente con compañeros que le abran paso.

Es precisamente en la labor técnica donde más trabajo hay que hacer. No podemos permitirnos volver a encarar terceros downs de 7 o más yardas. Hay que confiar mucho más en el juego de carrera aprovechando la frescura de piernas de nuestros corredores. Nunca funcionarán las jugadas de play-action si nadie nos respeta en este terreno. Y por qué no, involucrar a los rookies (Burton, All) como hacen todos los equipos.

Por supuesto, y más con un equipo arbitral como el que nos ha tocado, hay que erradicar las penalizaciones. Si con todo lo que nos cuesta avanzar, nos vamos hacia atrás por errores propios, no habrá nada que hacer. ¡Y qué decir de los turnovers! Los dos fumbles perdidos el pasado domingo igualan la cantidad de fumbles perdidos que tuvimos en toda la campaña 2023. No estamos precisamente para regalos.

¡Y qué decir de la defensa! Sin contundencia no hay nada que hacer. Ante Patriots, Stevenson logró 118 de sus 120 yardas después del contacto. Y Gibson otras 20. Según el propio Anarumo, fallamos hasta 14 placajes, la mayor cantidad desde que está entrenando aquí. Ante estos datos, no hay formación defensiva, ni distribución de personal que valga. La técnica de placaje se entrena. La búsqueda del mejor ángulo para atacar al rival se entrena. Y si hay que pasar más tiempo en el gimnasio, se pasa. Da igual que juguemos con o sin Nose-Tackle, con dos o con tres linebackers o safeties, si no somos capaces de frenar la jugada cuando llegamos al portador del balón, se acabó.

También necesitamos producción en forma de big-plays. Hay que lograr sacks o placajes para pérdida de yardas, forzar fumbles, adelantarse a los receptores para lograr intercepciones. Todo lo necesario para evitar que sean ellos quienes marquen el ritmo del partido. Es un grupo con la suficiente experiencia y calidad como para ser más determinante en el partido. Si presionar con mucho personal a Mahomes puede volverse en nuestra contra, al menos, seamos capaces de evitar que pueda conectarse con ningún compañero. Es un partido donde la coordinación y la solidaridad defensiva debe ser fundamental.

En cuanto al planteamiento, éste es un partido donde, al no partir como favoritos, no tenemos mucho que perder. Si hay que jugarse 4ºs downs, no me parecería tan mal (siempre y cuando tengamos en cuenta la situación puntual del partido). También habría que tirar más bombas, se completen o no, para que la defensa rival no se nos amontone en el box. Empezar fuerte, para que la presión del público no sea un factor. Después de tanta negatividad acumulada, es hora de que jugadores y entrenadores saquen el orgullo y el carácter ganador. De esta actitud va a depender el devenir del encuentro… y probablemente nuestro destino en esta temporada.

Mi pronóstico es de derrota, pero con una notable mejoría por nuestra parte. Diría que un 27-20 o algo así, por ejemplo. Estoy convencido de que vamos a dar la cara, pero no se puede negar la realidad, y ahora mismo, ellos están en mejor forma que nosotros (igual en enero no es así, ya veremos). Sin embargo, esto es football, y ya sabemos que un domingo cualquiera, etc., etc. Si el domingo nos ganaron los Patriots contra pronóstico, ¿por qué no podemos nosotros hacer lo mismo en Arrowhead? La vida te da sorpresa (sorpresas te da la vida) y soñar en llevarnos una alegría el domingo es gratis. Who Dey!

Ojalá podamos repetir la imagen de la final del campeonato de la AFC de 2022 cuando McPherson nos dio el pase al Super Bowl. Dada la falta de fluidez de nuestra ofensiva, su buen acierto será fundamental para decidir la contienda.

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