Escribo estas lineas todavía con el corazón desolado. Me prohíbo soñar. El tiempo dirá dónde acabamos al finalizar la temporada regular, pero de momento, no queda otra que agarrarse al «partido a partido». Las ilusiones de volver a la Super Bowl, con el aliciente de jugarse en la Nueva Orleans de Burrow y Chase, quedaron difuminadas el pasado lunes. Por supuesto que todavía puede suceder (cosas más raras se han visto, y más en este deporte), pero por ahora debemos concentrarnos única y exclusivamente en el siguiente reto, a ver si de una maldita vez borramos el cero de nuestro casillero de victorias.
Y esto nos llevará a Charlotte, Carolina del Norte, para enfrentarnos a los Carolina Panthers (1-2, ¡quién podría haber adivinado que llegarían a este enfrentamiento con mejor balance que nosotros!) de nuestro recordado «rifle rojo» Andy Dalton. Volvemos a nuestro horario habitual de las 7 de la tarde en España, 12 del mediodía en México, y las 2 de la tarde para nuestros amigos argentinos, a quienes recomendamos que coman antes del partido, no vaya a ser que el resultado les quite el apetito.
No sólo nuestro pelirrojo favorito será la única cara conocida en las filas de los carolinos. También juega con ellos el safety Scott (de infausto recuerdo) y ya para nota, el CB Troy Hill, quien estuvo en Bengals en 2015 como undrafted. Por nuestra parte, solo el SF Bell ha llevado el casco de la pantera. Entre los entrenadores, nuestro coach de equipos especiales, Simmons, pasó 3 años en Carolina ante de unirse a los Bengals, y su entrenador de OLBs, Lukabu, fue nuestro entrenador de linebackers en 2019.
Ambas escuadras sólo se han enfrentado 7 veces, y el balance no puede estar más parejo: 3-3-1, con un empate en 2014 tras fallar nuestro kicker una patada en el último segundo (todo un clásico). En el último cara a cara, en 2022, les dimos una buena paliza (42-21), con 5 touchdowns de Mixon, a quién algunos todavía añoran.
Como la pasada jornada, como bien nos recordaba nuestro camarada Gonzalo asistente al encuentro del lunes, la lluvia hará acto de presencia (con una probabilidad del 40%). No hará mucho viento (apenas unos 10km/h) y la temperatura rondará los 20º.
Para el partido del domingo vestiremos enteramente de negro, acorde con nuestro estado de ánimo. Camiseta negra, pantalón negro y calcetas naranja, probablemente una de las equipaciones más bonitas de nuestro equipo, con la que tenemos un balance favorable de 3-1. Por su parte, ellos vestirán camiseta blanca. Los árbitros no vestirán su habitual camiseta de los Chiefs, sino la tradicional a franjas blancas y negras.
Nos arbitrará Adrian Hill, cuyo balance cuando nos ha dirigido como árbitro principal es de 5-3-1. Este colegiado es de mis favoritos por cercanía profesional, ya que es ingeniero aeroespacial en una empresa que trabaja para la NASA. Es de los listos, vamos. Posee varios títulos por prestigiosas universidades y distinguidos premios en su ámbito laboral, trabajando para proyectos como el del telescopio espacial Hubble. Nacido en Washington D.C., reside en Bowie, Maryland. Comenzó a pitar en la NFL en 2010 y fue ascendido a árbitro principal en 2019. Este año ha arrancado con fuerza, situándose el 4º de los que más pañuelos lanzan por partido (una media de 15,5), así que cuidado. Algo caserete, se fija mucho en la trinchera, ya que más de la mitad de las faltas señalizadas corresponden a holdings ofensivos, fueras de juego del ataque o la defensa, y movimientos ilegales del ataque.
En ataque
Cuando un ataque pone al equipo en disposición de anotar en todos los drives, no se le puede pedir más. O a lo mejor, sí. Cuando el rival hace lo mismo, pero además anotando touchdowns en vez de field-goals, hay que dar un paso más. El apagón cuando llegamos a la zona roja ya lo veníamos advirtiendo de semanas pasadas. 33 puntos es una buena cantidad (aunque los últimos 7 prácticamente nos los regalaron a cambio de consumir tiempo), pero salir con sólo 6 puntos en 3 drives (un nuevo fallo de McPherson) cuando el rival los convierte de 7 en 7, nos dejó fuera del partido.
Por lo tanto, ésta debe ser la prioridad durante los entrenamientos de esta semana corta. Hay que preparar algo más que aclarados para Chase o Higgins, o confiar en las buenas manos de Iosivas, normalmente defendido por el peor cornerback. Debemos confiar en la carrera, aunque sólo sea para hacer creíbles los play-action en esas situaciones. También se podría intentar abrir las defensas a lo ancho para permitir entrar a Burrow, o conseguir emparejamientos favorables a los tight-ends, poniéndoles el balón en lo alto donde sólo puedan llegar ellos.
Otro problema serio que debemos acometer, pero éste ya para todo lo que queda de competición, es la necesidad de hacer titular a Mims en el RT por la grave lesión de Trent Brown. El veterano offensive-tackle sabíamos que nos iba a durar poco, pero no tanto. Esto obliga a intervenir al rookie sin colchón de seguridad (y recordemos su propensión a las lesiones). Nos quedamos solo con Ford para emergencias, así que habría que traer a alguien de fuera, porque las alternativas de Cochran (en el equipo de prácticas tras un discreto training-camp) o D’Ante Smith (todavía en la lista de lesionados) dan tanto miedo como confiar en que Pollack sea capaz de encontrar una solución.
Quien está teniendo una recuperación complicada es Hudson. Por suerte, este año sí tenemos bien cubierta la posición de tight-end, pero siempre es interesante contar con alguien de su experiencia, sobre todo en situaciones de red-zone (esperemos que haya aprendido de su error en la jornada inaugural). Ahora que parece que ya hemos aprendido a jugar con los TE, es el momento de seguir en esta senda, sobre todo con Gesicki, que nos está solucionando bastantes papeletas para prolongar los drives.
El pasado lunes, el reparto de carreras estuvo más equilibrado (12 para Moss, 7 para Brown), pero de nuevo se quedaron en un tercio de las jugadas ofensivas, pese a un más que interesante promedio de 6,3 yardas por carrera entre ambos (con un 8,9 nada menos para Brown). Sinceramente, no sé qué más pueden hacer para que se les dé más protagonismo por tierra (Moss tuvo la mitad de pases que carreras). Estamos abandonando demasiado pronto esta faceta del juego. Al menos, contra Commanders, las aventuras de Burrow se limitaron a una única carrera, para no exponerle demasiado. Ante Panthers, sus incursiones también deberían ser testimoniales.
El pasado MNF, Burton se quedó sin su recepción. No importa demasiado, tiempo tendrá para hacerse notar, pero es un arma que también deberíamos utilizar, sobre todo en profundo ante Scott para evitar que nos saturen el box de personal. Se notó sobremanera que Chase juega más cómodo con Higgins a su lado, ya que dispone de más unos contra uno, donde es letal. Contra Carolina debemos nuevamente sobrecargar la ofensiva con nuestra principal baza. Es un jugador diferencial al que debemos involucrar rápido en la dinámica del partido.
En líneas generales, la offensive-line está defendiendo bien a Burrow (solo 2 sacks contra Washington), y esto hace que nuestro QB juegue más suelto, pudiendo sobrepasar las 300 yardas de pase y anotar múltiples touchdowns. Es muy importante mantener esta línea, porque si hay alguna esperanza de mantener vivas nuestras ilusiones este año, pasan porque Burrow sea capaz de desarrollar todo su talento. Como suele ser habitual, a partir de la 3ª jornada empieza a desatarse, y no hemos visto que su muñeca se vea afectada. No así su visión de juego (a veces, se le escapan pases claros por centrarse demasiado en su objetivo primario), por lo que es imposible volver a preguntarse si no habría que involucrarle más en pretemporada (os prometo que ya es la última vez que lo digo).
En defensa
Es imposible sacar un partido adelante si no eres capaz de provocar ningún punt al rival. Ni conseguir algún turnover. Ni tan siquiera minimizar daños (5 touchdowns frente a un único field-goal). El partido que enfrentó a Bengals y Commanders fue el primero sin punts ni turnovers ¡desde 1940! Desde luego, un hecho poco habitual, donde nuestra incapacidad para sacarles del campo, o hacernos fuertes en los cuartos downs (convirtieron los 3 que intentaron) quedó dramáticamente reflejada. Un día donde no se salva nadie en el lado defensivo, ni Anarumo, sin capacidad de reacción, ni siquiera Hendrickson, nuestro mejor hombre, cuyo esfuerzo sólo fructifico en un sack aislado.
Sabíamos que íbamos a sufrir en el centro de la línea defensiva por las lesiones. Tufele y Carter hicieron lo que pudieron (es decir, poco). Al recién llegado Guy tampoco se le podían pedir muchos milagros, como tampoco al rookie Jenkins y su muñón. Así las cosas, la presión por el medio fue nula, pero al menos, se contuvo en cierta medida la carrera de Commanders, limitada a 108 yardas, siendo Daniels el máximo corredor con sus arrancadas. Ekeler se nos escapó una vez (dos, si contamos el retorno de kickoff tras el descanso, pero de este desastre hay otros responsables), pero Robinson estuvo bastante contenido (2,1 yardas por carrera). Otra cosa es pararle en acciones de goal-line, porque ahí acusamos la falta de kilos.
Para Carolina se espera más de lo mismo, con quizá la única novedad de que Guy y Jenkins, ya entrados en mayor dinámica de entrenamientos, tengan más participación en las rotaciones (el NT Domenique Davis, activado desde el equipo de prácticas, no llegó a jugar ni un snap). No creemos que ni B.J. Hill ni Rankins (aunque con algo más de opciones el primero) puedan recuperarse en tan poco tiempo. Así que no contemos con presión por el interior de la trinchera, salvo que Anarumo prevea blitzes por el gap A por parte de algún linebacker, o un defensive-end cambiado de posición.
Así las cosas, deberemos confiar nuevamente en el pass-rush exterior. Es decir, en Hendrickson, porque Hubbard ha comenzado la temporada muy flojo, y Ossai no termina de dar el salto que le saque de la irrelevancia (Murphy aún tendrá que esperar otra semana más mínimo en la lista de lesionados). Aquí también podríamos contar con la ayuda en blitzes de parte de los defensive-backs (Hilton, Hill, Stone,…), ya que espero que Anarumo no tenga miedo de las posibles escapadas por velocidad de Dalton.
Panthers no es un equipo especialmente peligroso corriendo (apenas 4 yardas de promedio), pero su nuevo entrenador tiene experiencia en este apartado del juego, por lo que suponemos que, una vez solucionada la parte aérea, tratarán de ir más por tierra. En los últimos partidos, estamos planteando más formaciones con 3 linebackers, para paliar nuestra carencia contra la carrera (pero sin excesos, solo el 14% de los snaps), aunque este domingo creo que podríamos volver a un formato más tradicional por nuestra parte, ya que Pratt y Wilson deberían ser suficientes.
Para mi, el principal problema que tuvimos contra Washington fue la incapacidad de los safeties para hacer jugadas positivas. Bell estuvo lesionado durante toda la semana, y se especuló con que podría no jugar. No sólo eso, sino que se tragó todo el partido, ya que Battle sólo participó en equipos especiales. No consigo entender cómo hemos vuelto a 2023, donde Battle no entró en juego hasta bien entrada la temporada, y a todos nos pareció excesivamente tarde. En mi opinión, el nivel de Bell no es ni de lejos el que tuvo en su anterior etapa, y a Stone parece que le está costando mucho adaptarse a su nuevo rol con nosotros, donde le toca más campo que cubrir. No digo que el rookie Anthony esté en condiciones de participar más allá de jugadas puntuales, pero sí que deberíamos contar más con Battle. Espero que si podemos reducir la presencia de linebackers ante Panthers se traduzca en un safety extra que ayude a remontar la penosa temporada de la dupla Bell-Stone, y no volvamos a sufrir el suplicio de ver la comodidad con que reciben los rivales cuando su QB busca la espalda de nuestros LBs con rutas cruzadas sin que nadie les siga, o los habituales destrozos que suelen causarnos los tight-ends.
Aunque para sangría, la que estamos volviendo a sufrir, como el año pasado, en los pases largos. Nos están castigando las esquinas, conscientes de que Stone no llega a las ayudas, y que con sólo superar a Taylor-Britt o a Hill (más fácil el segundo que el primero), el touchdown está asegurado. La agresividad para atacar el balón en búsqueda del turnover les deja mal colocados cuando acelera el wide-receiver. Hilton es el tercer CB, y tampoco está teniendo un año destacado ayudando contra la carrera. Por su parte, Turner, como primer suplente por el exterior, apenas entra en juego. Quizá se pediría un cambio de Hill por Turner, con el fin de revitalizar la posición. O al menos, una mayor alternancia. Creemos que podemos estar retrasando la formación de un posible buen cornerback por empecinarnos es sacar rendimiento de un pick de primera ronda reconvertido a otro puesto.
Las merecidas críticas lanzadas hacia Anarumo y los suyos deberían servirles de acicate para dar el máximo ante Carolina. Quienes realmente seguimos a Cincinnati sabemos de la importancia de la defensa en las buenas temporadas del equipo (aunque era el ataque quien, injustamente en ocasiones, se llevaba todos los focos). Por tanto, necesitamos un partido completo tanto del ataque como de la defensa para retomar el camino recto y las buenas sensaciones. Ah, y de los equipos especiales, que no me olvido de ellos.
El rival
Cuando todo hacía presagiar una nueva temporada perdedora para los de Carolina del Norte (que sería la 7ª consecutiva), su nuevo entrenador principal, Dave Canales, sorprendió a todos dando un giro total a la situación. Sin nada que le ate a Bryce Young, el quarterback elegido el primero del draft de 2023 (tras pagar un importante precio en forma de picks en elecciones futuras), decidió sentarle en el banquillo y alinear como titular al suplente, nuestro viejo conocido Andy Dalton. La arriesgada apuesta no pudo salirle mejor. No sólo los Panthers cambiaron completamente su imagen (pareciéndose ahora a sí a un equipo de la NFL), sino que derrotaron con autoridad a los Raiders (que venían de ganar en Baltimore) en Las Vegas.
El drama en Charlotte se ha transformado en ilusión. Este año se conmemora la 30ª temporada de los Panthers en la NFL y no era de recibo que se arrastraran por la liga como lo venían haciendo. No voy a decir que tengan muchos mimbres para llegar lejos, pero viendo que Young estaba siendo superado por los acontecimientos, la decisión de alejarle de los focos y permitirle que adquiera madurez desde el banquillo, apunta a ser la correcta. El tiempo dirá si finalmente se acaba consolidando, o termina siendo otro de los muchos juguetes rotos que deja esta trituradora de quarterbacks que es la NFL.
No tienen grandes estrellas como en el pasado, pero no son mal equipo. El corredor es un solvente Hubbard, el cuerpo de receptores cuenta con Diontae Johnson (a quien ya conocemos bien de su etapa en Pittsburgh) y el novato Legette, quien ahora verá mucha más acción tras haber puesto en la lista de lesionados al veterano Thielen. Suelen salir con formaciones de doble tight-end (Tremble y el rookie Sanders), donde el propio head-coach, por su pasado como coordinador ofensivo en Buccaneers, tiene mucho peso. Por cierto, su coordinador de juego de pase es Nathan Carroll, hijo del mítico Pete.
Una baja importante para el domingo será la de su LG titular Damien Lewis, con una lesión en el codo. Uno de los pilares de una buena linea ofensiva (considerado el 6° mejor OG hasta el momento por profootballfocus) será sustituído por Zavala, 4@ ronda del draft de 2023.
Su ataque, lastrado por los dos partidos dirigidos por Young, es el 28° de la liga. Pero sin duda contará con el aliento de los aficionados ya que, al igual que hicimos nosotros el pasado lunes, los Panthers aprovecharán el partido para homenajear al histórico DE Julius Peppers, líder de la franquicia en sacks y primer jugador drafteado por ellos en entrar en el Hall of Fame, por la concesion del honorífico anillo a la excelencia.
La defensa, que suele formar en alineaciones 3-4, tampoco tiene nombres muy sobresalientes, pero cuenta con la experiencia de veteranos entre los 29 y 31 años como Clowney (OLB), Robinson (DE), Thompson (ILB), Jewell (ILB) o Woods (SF). Otro que ha caído en IR ha sido el safety Fuller, por lo que nuestro recordado «agujero de Chernobyl» Scott será titular.
Como decía al principio, no debemos quedarnos con sus derrotas ante Saints (10-47) o Chargers (3-26), sino con la última victoria ante Raiders (36-22) donde se pudo ver un ataque mucho más fluido, dinámico y sacando más partido a sus armas. Sin duda, no estaban preparados para el «rifle rojo» como deberíamos estar nosotros.
La clave
Resetear el cerebro. Olvidarse de las 3 derrotas pasadas y plantearse este partido como el primero de una liga de 14 jornadas donde tendremos que ganar al menos una decena de ellos. Los partidos, antes que en el campo, se ganan en la cabeza, y con esa mentalidad hay que saltar en Charlotte. Se necesitará un importante esfuerzo físico, pero sobre todo, mental: concentración, confianza, arrojo, inteligencia… cualidades que no estamos cuidando demasiado en este arranque liguero.
En el apartado táctico, debemos solucionar los problemas cuando llegamos a la red-zone. Tenemos que aprovechar el hecho de que ellos son el 2° equipo que más touchdowns concede en la zona roja. Hay que ser más imaginativos y, sobre todo, ejecutar con precisión las acciones. Otra opción sería no tener que llegar a esta situación, atacando a la yugular desde más lejos, con más espacios, aprovechando las virtudes en profundo de Chase y Burton.
Es importante empezar centrados y ponernos pronto con ventaja en el marcador. Que sean ellos los que se vean forzados a cambiar su estilo de juego y no nosotros, como nos ha pasado en las últimas derrotas. Ser incisivos al inicio para dormir después el partido con los corredores y los tight-ends en distancias cortas. Obligar a Dalton a arriesgar para forzar turnovers. Máxima atención para no cometerlos nosotros (cuidado si llueve y el oval está resbaladizo).
Del agujero donde estamos no vamos a salir con individualidades, sino como grupo. En ataque hay que apretar los dientes en los bloqueos para dejarle un pocket limpio a Burrow, cuidando los problemas que sin duda tendrá nuestro RT novato. En defensa, los safeties tienen que ponerse las pilas para auxiliar a cornerbacks en sus marcas y a la línea defensiva a contener la carrera. Los equipos especiales también deben aportar, con buenos retornos que faciliten la labor de la ofensiva, y buenas coberturas que dificulten el avance del ataque rival. Si seguimos teniendo partidos donde una unidad lo hace bien y la otra se despista, no llegaremos a ninguna parte.
Para este duelo felino, los apostadores, pese a todo, nos dan como favoritos para ganarlo por 4,5 puntos. Últimamente no nos está yendo bien con los pronósticos, pero yo sigo creyendo en este equipo. El año pasado también empezamos 1-3 y de no mediar la lesión de Burrow en su mejor momento, teníamos serias opciones de entrar en playoffs. La NFL es corta, pero a la vez también larga a su manera, y aún no hay nada perdido. Mi previsión es que ganaremos en Carolina por 10-26, para encarar con mejor ánimo el partido contra Ravens de la próxima semana. Believe! Who Dey, hermanos!!!.
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com