Todavía frotándonos los ojos tras un partido realmente bueno ante Colts, y sin apenas tiempo para disfrutar de esta sorprendente victoria (por lo contundente), nos toca recibir a los Minnesota Vikings, ATENCIÓN, el próximo SÁBADO a las 7 de la tarde en España, 3 de la tarde en Argentina y 12 del mediodía en México. Día poco habitual, pero ¿qué está siendo normal este año?
Para empezar, un ataque que, paradójicamente, parece jugar mejor sin Burrow que con él. Esto es un disparate, por supuesto, pero la necesidad de tener que variar la estrategia ofensiva ha provocado que se vean otras cosas más allá del brazo del chico de Ohio. Para empezar, que los tight–ends también existen, y suponen una opción muy útil cuando los equipos se protegen con doble safety profundo para evitar los pases largos. Y por supuesto, las virtudes de la rotación de runningbacks (aparte de usarlos más frecuentemente) que nos ha permitido descubrir una pequeña joya como Chase Brown, y le ha puesto las pilas a un Mixon quizá demasiado acomodado en su rol de titular indiscutible.
Y luego, una defensa que, con sus problemas (como, por ejemplo, la dificultad para echar al equipo contrario del campo en terceros downs), ha mejorado enormemente su eficacia contra la carrera, y se hace muy sólida en la red-zone, minimizando daños. Se dobla (quizá en exceso, en mi opinión, porque perdemos el control del tempo de partido), pero por suerte, se rompe menos. Sigue muy activa, tanto generando takeaways como no dejando de pelear hasta que concluye la jugada.
Así las cosas, estas dos ultimas victorias nos colocan 7-6, dentro de un grupo de 6 equipos empatados con idéntico balance disputándose dos plazas de wildcard. La AFC es una absoluta locura. Nos perjudican mucho los desempates, ya que apenas hemos ganado partidos en nuestra conferencia, pero ya no miramos a Abril (draft) sino a Enero (playoffs). La división está fuera de nuestro alcance, pero seguimos muy vivos en la carrera por la postemporada, algo que sería muy importante de cara al ánimo con que se encararía la campaña 2024 si conseguimos ser competitivos con un quarterback suplente.
No he encontrado datos sobre cuántas veces hemos jugado un partido de temporada regular en sábado, pero personalmente no recuerdo ninguno. De lo que sí me acuerdo es del sabor agridulce que nos dejó el último enfrentamiento. Victoria muy sufrida en la prórroga tras dejarnos remontar, en el partido inaugural de la inolvidable campaña 2021, donde el público tuvo una importancia decisiva al provocarles varias salidas falsas. Fue un triunfo que igualó a 7 el balance de victorias/derrotas ante el conjunto de Minneapolis.
Hay que decir que Browning aprendió casi todo lo que sabe en tierras de Minnesota, ya que Vikings fue el único equipo que confió en él al ficharle en 2019 como rookie undrafted, aunque no llegó a debutar con los purpurados en los dos años que pasó allí antes de que le fichásemos. También nuestro tight-end Irv. Smith, ahora reducido a un triste papel de TE4 tras ser contratado para titular, fue seleccionado en 2ª ronda del draft de aquel año y pasó, con más pena que gloria, 4 temporadas con los del casco cornudo. En sus filas milita nuestro “nigeriano”, muy recordado por algunos, Adeniji, reducido a un papel de reserva como OT, así como el LB Vigil, a quien escogimos en 3ª ronda de 2016 y pasó 4 temporadas como atigrado.
La tarde estará nublada, con viento ligero pero variable, escasa probabilidad de precipitaciones, y una temperatura aproximada de unos 10ºC. Vestiremos con camiseta, pantalón y calcetas negras, con franjas naranjas. Una combinación que personalmente me gusta mucho, pero con la que hemos perdido el único partido que hemos vestido así. El “ruler of The Jungle” será el cornerback Leon Hall, mientras que la interpretación del himno estará a cargo del cantante local Aaron LaVigne (nada que ver con Avril), conocido por su papel protagonista en “Jesucristo superstar” (nunca viene mal cierta ayuda divina).
Nos volverá a arbitrar Bill Vinovich. Este “Certified Public Accountant” (un asesor financiero, vamos), tercera generación de árbitros de football, y de 63 años ya (no debe quedarle mucho para la jubilación) nos ha pitado, desde 2004 que le ascendieron a arbitro principal, en 16 ocasiones, con un balance desfavorable de 7-9. Quizá recordéis su historia porque la ha contado varias veces. En 2007 abandonó el arbitraje por un problema cardíaco y se reincorporó en 2012. Nació en el condado de Beaver, en Pennsylvania, dentro del área metropolitana de Pittsburgh y, casualidad o no, cada cual que piense lo que quiera, el balance que tenemos con él como árbitro cuando nos ha pitado contra los Steelers es de 1-3. Sin duda, el mejor recuerdo que tenemos de él fue cuando arbitró la Final de Conferencia que ganamos a Chiefs. No es ni mucho ni poco pañuelero (una media de 12 penalizaciones por encuentro, en la mitad más o menos de la tabla), destacando por encima de todo las salidas falsas, y contra el ataque, los holdings de la línea, y contra la defensa, las interferencias de pase.
En ataque
¿Ha nacido una estrella llamada Jake Browning? No iría tan lejos, pero de momento, está demostrando ser un suplente bastante más solvente de lo que imaginaba, lo cual está resultando una agradable sorpresa. Ya he comentado en varias ocasiones que, con la dureza de la NFL, es un disparate ir a la guerra sin un QB2 en condiciones de, al menos, no hacer el ridículo y mantener más o menos vivas las expectativas del equipo hasta la vuelta del titular. ¿Cómo de diferente hubiera sido la temporada si Browning hubiera jugado aquellos partidos del inicio en los que Burrow estaba al 50% por su lesión en la pantorrilla? Nunca lo sabremos, aunque mi opinión es que habríamos palmado igualmente ante Browns y Ravens (otra cosa quizá hubiera sido el partido de Tennessee), pero al menos, Burrow hubiera gozado de un necesario descanso.
Sin embargo, lo justo es reconocer que está siendo una mejoría coral. La línea ofensiva está más sólida (0 sacks contra Colts). La carrera está funcionando por primera vez (267 yardas entre los dos últimos partidos), y no es casualidad que sea cuando hemos empezado a rotar el backfield. La lista de receptores está aumentando con la inclusión de los tight–ends. Y sobre todo, como veníamos reclamando, se están viendo cosas por parte de los entrenadores.
Las jugadas de engaño no funcionaron ante Jaguars, pero es interesante saber que las tenemos en mente. Se está equilibrando mucho más el balance entre pase y carrera (ante Colts, por primera vez este año, corrimos más que pasamos). Se aprovecha la presión rival para sorprenderles con jugadas de screen, donde se maximiza la versatilidad y velocidad de nuestros corredores (más que su contundencia con carreras centrales). Si Browning no tiene brazo para lanzar profundo (la big-play de Higgins hubiera sido touchdown de no quedarse un poco corto el pase), desquiciemos al rival a base de pase rápido y corto por el centro, o lateral en formaciones bunch. Hasta da la impresión de que Pitcher, el entrenador de quarterbacks, lo está haciendo bien no sólo con Browning (hacerlo con Burrow no tiene mérito), sino incluso con McCarron, quien puso un pase de touchdown muy bueno a Higgins, anulado por un riguroso empujón de éste.
Espero ante Vikings más de lo mismo. Hay que protegerse de la presión de sus edge-rushers, por lo que confío más en que Browning se desprenda pronto del oval (no le recomendaría hacerse el héroe prolongando la jugada) que en la fortaleza de la línea ofensiva. Me gustaría ver en acción a Charlie Jones, incluso saliendo por detrás de la línea de scrimmage, ya que usándolo solamente para los retornos de punt me parece que desperdiciamos su habilidad para el eslalon. El otro novato, Iosivas, está realizando una interesante labor en los bloqueos, pero también puede aportar más, porque seguro que estará marcado por el peor de sus cornerbacks.
No obstante, la clave me parece que volverá a ser el play-action. Hay que insistir en el juego de carrera, alternando a Mixon con Brown, para hacer creíbles estas jugadas, y después sorprenderles con pases ante defensas descolocadas, o incluso moviéndose el propio Browning en rollouts, sin dejar de buscar receptores abiertos o saliéndose por la banda. Creo que va a ser un partido largo, donde en algún momento puede que vayamos a remolque en el marcador. Ni aún así habría que salirse del plan.
Como decía, la línea ofensiva ha mejorado mucho sus prestaciones. Aparte de proteger mejor a Browning, en especial por el medio, donde estábamos fallando últimamente, se está destapando como muy activa bloqueando a campo abierto para las carreras en screen de los runningbacks, con un papel protagonista para Volson. También hemos mejorado con el cambio de guardia en el puesto de tight-end. Hudson (más vale tarde que nunca) ha emergido como el claro titular, con el apoyo de Sample como bloqueador, mientras que Wilcox y Smith ya han quedado prácticamente solo para los equipos especiales.
Este encuentro supondrá que vuelvan a verse las caras Zac Taylor y Brian Flores, el coordinador defensivo vikingo, que ya se las tuvieron tiesas la última vez que se enfrentaron, estando el hondureño entrenando a los Dolphins. Los Vikings son uno de los equipos que más emplea el blitz, por lo que espero que nuestros entrenadores tomen buena nota para neutralizarlo.
En defensa
Una defensa que era la peor contra la carrera, dejó a Jaguars y Colts con unos porcentajes de yardas por intento de 2,8 y 2,6 respectivamente. Un avance fundamental para conseguir estas victorias. Otra mejora muy importante está siendo el pass–rush (4 y 3 sacks en semanas consecutivas), con Hendrickson como destacado protagonista. En este aspecto, creo que debemos destacar que la presión le está llegando al quarterback rival porque no encuentra compañeros desmarcados a quienes pasar, por lo que hay que deducir que la secundaria está haciendo bien su trabajo, aun con la ausencia de Taylor-Britt.
Ante Colts hay que señalar también la actitud mostrada en la segunda mitad. Tras el aciago final del segundo cuarto, en vez de venirse abajo tras la igualada de Indianápolis, se crecieron y no concedieron ningún punto más. Hay que añadir que en la primera parte sólo fueron responsables de encajar 8 puntos, porque los otros 6 fueron producto de un pick-6 en contra. El touchdown que nos hicieron llegó tras un drive que debió haber concluido mucho antes de no ser por una estúpida falta innecesaria de Hendrickson quien, sin duda sintiéndose culpable, cuajó una segunda parte de escándalo, teniendo que pararle los Colts incluso con zancadillas.
Otro que merece una mención especial es B.J. Hill. Se habla poco de él, pero no deja de sorprenderme cómo es posible que un tipo con su volumen esté en todas partes. Ya sea penetrando en el backfield o persiguiendo al runningback. Además, ante Colts logró una intercepción estirándose a por el balón como si fuera el más ligero gimnasta. Nos dio el susto cuando tuvo que retirarse lesionado, pero al final quedó en nada. Sin duda, junto a Reader, un baluarte en la mejoría defensiva.
Ante Vikings tocará sobre todo protegerse de sus receptores. Jefferson seguramente jugará (aunque limitado), y lo normal es que lo marque Awuzie. No podrá hacerlo sin ayuda. Como Turner probablemente estará sobre Addison, quedaría la opción de Battle dejando dos safeties atrás, o que sea Hilton quien se ponga sobre Addison y libere al novato. No nombro a Hill porque bastante tendrá con evitar que el tight–end Hockerson nos vuelva a hacer un lío castigando la zona a la espalda de los linebackers. Quizá habría que hacer como sin duda harán ellos: mandar sólo 3 jugadores a presionar y dejar a los demás en cobertura o entrando en blitz.
Seguimos siendo todavía la defensa que más yardas concede al rival (379,2 de media), y aunque la ofensiva vikinga es de mitad de la tabla (341,5 por partido, la 14ª en total), mi temor es que encadene un primer down tras otro, ya que lo último que debemos permitir es que un quarterback sin ritmo de partidos como Mullens entre en calor. El trabajo coral del pasado domingo, sin apenas penalizaciones (solo dos en defensa contra Colts), debe ser la llave que nos dé una nueva victoria.
El rival
Nuestros rivales del próximo sábado vienen de ¿jugar? uno de los partidos más extraños de la liga. Ganaron apenas 3-0 a los Raiders en un encuentro sin complicaciones meteorológicas, anotando un field-goal dentro de los dos últimos minutos de partido. Lo que a primera vista podría parecer un titánico esfuerzo defensivo, en realidad fue una tremenda ineficacia ofensiva. El propio Dobbs, quarterback titular de circunstancias, cedió su puesto sin mediar lesión a Mullens, que será quien se alineará tras el center en el Paycor Stadium. Hablando de lesiones, es duda el WR Jefferson, quien debería reencontrarse con sus camaradas de LSU Chase y Burrow. Al final, igual es sólo Ja’Marr quien llega sano a la cita (y no del todo, porque arrastra problemas en el tobillo).
Los Vikings llevan, como nosotros, un balance de 7-6, pero al contrario que pasa en la norte de la otra conferencia, a nosotros no nos sirve para abandonar el farolillo rojo de la división, mientras que ellos están más o menos cómodamente asentados en la segunda posición y con un partido de ventaja para la plaza de playoffs. Tras enfrentarse a nosotros les quedaría jugar contra Packers y los dos partidos contra Lions, por lo que su clasificación se la van a jugar en estos duelos divisionales más que en el partido de Cincinnati.
Como decía más arriba, planean muchas dudas sobre su ataque, donde la posición de quarterback parece maldita. La desafortunada lesión del titular Counsins, trajo la titularidad del suplente Hall, pero por una conmoción tuvo que dejar su puesto al recién adquirido Dobbs. Este estuvo jugando razonablemente bien durante otros 4 partidos, pero ante Raiders fue sustituido por su pésima actuación, siendo sustituido no por Hall, sino por Mullens, quien ya se había recuperado de una lesión de espalda que le tenía en la lista de lesionados mientras sucedía todo lo anterior. En fin, un culebrón que finalmente parece tener al Golden Eagle como ganador (a Dobbs ya le habíamos enfrentado en el partido contra Arizona, por lo que hubiera sido curioso haberle visto otra vez con distinto uniforme).
En todo caso, lo normal es que O’Connell, su entrenador, haga recaer gran parte del peso de la ofensiva en la carrera (son de los pocos equipos que conservan la figura del fullback), donde Mattison es el indiscutible runningback principal. Sobre todo, porque está en duda la participación de Jefferson, el fantástico wide–receiver de los tigers campeones de Burrow y Chase quien, tras salir del Injury Reserve, volvió a lesionarse en Las Vegas. Aunque oficialmente está “día a día”, es probable que prefieran reservarlo ante los compromisos divisionales más importantes que les vienen a continuación.
Así las cosas, sería el novato Addison (muy buena campaña la suya a pesar de las circunstancias) el wide-receiver principal, con el veterano Osborn como escudero. Fijaos que digo “wide-receiver principal”, no “receptor principal”, porque este papel le corresponde (para nuestro dolor) a un tight–end. Y uno de los buenos: Hockerson. Aunque atentos también a Oliver en red–zone. De los 28 touchdowns de Minnesota, 23 han venido por vía aérea, así que ya sabemos dónde debemos ponernos las pilas.
En su defensa 3-4, el principal peligro es el OLB Hunter con sus 13,5 sacks (los mismos que Hendrickson). Como le pasa a Trey, no jugar en un equipo “mediático” eclipsa sus posibilidades de, al menos, entrar en la quiniela al mejor jugador defensivo del año. El que es una máquina de placar es el safety Bynum, el defensive–back con más placajes (103) de toda la competición. Con quien hay que llevar precaución en las intercepciones es el cornerback Murphy, seguramente la pareja de baile de Chase. Minnesota promedia 1,5 takeaways por encuentro, y viene de conseguir 3 en Las Vegas, así que cuidado con los regalos.
Su kicker Joseph es infalible por debajo de 40 yardas (14 de 14), pero más fallón por encima (5 de 11). Esperemos que salir de su domo para chutar en condiciones climatológicas adversas le pase factura como a Gay. En red-zone, aunque les cuesta culminar en touchdown, son también de los que más fuertes se hacen en defensa para minimizar daños. Una de las características principales de nuestro rival del sábado es que, excepto en su victoria en Green Bay, los otros doce partidos se han resuelto con un margen de una anotación (con un 50% de resultados positivos), lo que muestra que es un equipo que pelea todos los encuentros, y que será un compromiso que no se resolverá hasta el final.
La clave
Como he mantenido en otras oportunidades, creo que debemos emplear el principio de la “navaja de Ockham”, que defiende que la explicación más sencilla suele ser la correcta. Si Chase es el bueno, hay que darle el balón a él. Sobre todo, porque tendrá delante a su excompañero Jefferson y querrá lucirse. No digo que sea mala idea usarlo como “espantapájaros”, para que la defensa se centre en él y deje más libres a los demás (aunque en este caso, Higgins se debería poner las pilas y no cometer drops), pero en mi opinión, tenemos mayor profundidad en el cuerpo de receptores que nuestro rival en el de cornerbacks, así que los menos habituales, como Boyd o Irwin, pueden tener el sábado una buena tarde.
La defensa va a enfrentarse a un quarterback poco rodado este año, lo que debemos aprovechar para provocarle a que cometa errores. Somos el 2º equipo de la competición con mejor diferencial de turnovers (+10) y es una buena oportunidad para que los big-plays defensivos ayuden al ataque.
La batalla territorial también puede ser clave. Tener un kicker con una mejora efectividad en larga distancia puede resultar definitivo. No necesitamos llegar a la yarda 30 para salir con puntos, y debemos jugar con esto. Vikings sólo ha encajado un touchdown en los últimos 12 cuartos, así que no podemos desaprovechar cualquier oportunidad de sumar. Igualmente, la labor del punter, los retornadores y el equipo de cobertura deben ser impecables (a destacar el balón recuperado por Ivey en un muffed-punt ante Colts).
Un factor fundamental deberá ser el aliento desde la grada. Hemos recuperado la ilusión y se debe notar en el griterío. Ya destaqué al principio del artículo la importancia del público para provocar salidas falsas al rival la anterior vez que nos visitó, y debemos seguir esta senda. El propio Taylor ha recomendado a los espectadores que se tomen una copa de más para ir más “calientes” al encuentro. Tras este partido vendrán dos viajes muy difíciles a Pittsburgh y Kansas City, por lo que no podemos dejar escapar la victoria en esta última cita del año en el Paycor Stadium.
Los dos últimos buenos partidos han conseguido que las casas de apuestas nos miren con otros ojos, y contra Vikings somos favoritos para ganar el encuentro por 4 puntos. No podemos salir pensando que somos mejores que ellos, porque no es así. Hay que demostrar la misma actitud de la semana pasada y, tanto si llegamos a playoffs como si no, hacerlo con una buena imagen. Tengo la sensación de que nos vamos a divertir y que, no sin sufrimiento, disfrutaremos de una noche loca de sábado a costa de los nuestros.
WHO DEY!
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com