“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Estas palabras de Antonio Machado, tan de moda últimamente en nuestro país por sus citas, refleja bien a las claras el sentir de toda la afición bengalí. No esperábamos nada tras la lesión de Burrow, pero estas últimas victorias nos han vuelto a poner en la senda de playoffs. No va a ser nada fácil, solo podemos mirar al siguiente partido, no más allá. Hay que ir paso a paso, y a ver hasta dónde llegamos.
Y, sobre todo, debemos estar muy orgullosos de las huellas que estamos dejando. 3 victorias seguidas, dos de ellas en la prórroga, anotando una media de más de 31 puntos. Una brillante demostración de actitud, carácter y determinación ante la adversidad. Pero no exenta de calidad. Ya que nos hemos puesto literarios, recordemos también la frase del escritor hindú Rabindranath Tagore, quien decía que “si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas”.
El juego terrestre ha dado un salto exponencial (4,4 yardas de media por carrera ante Vikings), impulsado por la irrupción de Brown. Hay más variedad en el juego de pase: hasta 11 receptores diferentes el sábado (ninguno de ellos Browning, aunque estaba solo en la jugada de engaño), y porque Sample se dejó caer un pase. El jugador con más recepciones fue un tight–end, Hudson, quien se está revelando como una excelente opción (5 atrapadas de 5 pases). Mixon no solo no se cae al primer contacto, sino que aguantó y anotó un touchdown con un segundo golpe de riñones. Higgins alterna drops con grandes recepciones, pero la del segundo touchdown, con el equipo contra las cuerdas a falta de 39 segundos, fue una enorme demostración de talento, y quizá una de las jugadas de la temporada. El propio Browning, alargando las jugadas y, ante las denuncias de su falta de brazo, yéndose largo en un pase a Jones que era touchdown (quizá al receptor le faltó algo más de velocidad o no haberse frenado en la carrera). Por cierto, Browning se reivindicó al final del partido, encarándose con los Vikings diciéndoles que no debieron haberle cortado. Estaba picado, y me demostró, al contrario de lo que le critiqué, que sí tiene sangre en las venas. Y por supuesto, los esfuerzos de Trayveon Williams o Iosivas en los bloqueos, la línea que se mantiene más o menos sólida a pesar de perder a Cappa en algunos snaps, etc. Es posible que, paradójicamente, estemos desplegando ahora el mejor juego ofensivo de toda la temporada. Seguro, como mínimo, el más coral.
Volviendo nuevamente a Machado, “… y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Es imposible no preguntarse por qué no hemos jugado así antes. Si de esta manera somos capaces de producir como nunca, dónde estaríamos de haber hecho lo mismo cuando Burrow estaba sano. Creo que esta triste circunstancia debe servir a los entrenadores para no relajarse en la calidad de Burrow, y confeccionar un plan de ataque como el actual, donde todos tengan su protagonismo e importancia. Rotar a todo nuestro arsenal ofensivo, tanto por tierra como por aire, y que el talento de nuestra estrella salga a relucir en los terceros downs largos o en los instantes más calientes del partido. Espero sinceramente que tomen buena nota de la experiencia para no repetir en el futuro errores del pasado.
Pero es “Steelers Week”, y todavía no os he hablado del partido que se disputará, ATENCIÓN, de nuevo el SÁBADO, pero esta vez a las 10:30 de la noche en España, las 6:30 de la tarde en Argentina, y las 3:30 de la sobremesa en México. El ambiente estará caldeado en el Acrisure Stadium porque es un partido decisivo tanto para ellos como para nosotros. Nadie va a notar que la temperatura rondará los 5ºC, con una humedad muy alta (70%), ligera probabilidad de lluvia (10%), y viento ligero y variable, lo que dificultará todavía más los field-goals, en especial, los del fondo que da a la confluencia de los tres ríos.
Será la 109ª vez que nos enfrentemos, lo que convierte este duelo en el que más veces hemos repetido en la historia. El balance es claramente favorable a ellos (69-39), sobre todo cuando jugamos allí (36-17). La última vez que nos enfrentamos fue en la derrota en casa (10-16) en la jornada 12, con el nervioso debut de Browning como titular. Sin embargo, les hemos ganado en 4 de los últimos 6 enfrentamientos, y no perdemos en Pittsburgh desde 2020.
Con ellos juega Ogunjobi y con nosotros Hilton, los dos únicos jugadores que han vestido ambas camisetas. En nuestras filas, tenemos a acereros de pequeños como Boyd o el LS Adomitis. Su coordinador defensivo, Teryl Austin, ocupó ese puesto con nosotros en 2018. Nuestro linebacker del Practice Squad Shaka Heyward es primo de los hermanos steelers Cameron (DT) y Connor (TE) Heyward.
Vestiremos con nuestra habitual uniformidad de visitantes: camiseta blanca, con pantalón negro a franjas naranjas, y calcetas blancas. El balance con esta equipación es de 6-3, siendo la última vez que la vestimos en la victoria en San Francisco de la jornada 8. No es la indumentaria más navideña, pero nosotros somos el grinch de la navidad, dispuestos a hacer la Pascua a quienes nos subestimen. Por cierto, el partido lo emite Movistar+, un hecho que no se nos suele dar nada bien; pero para quien prefiera verlo por DAZN, os recuerdo que han sacado una muy buena oferta, por 1€ en España y 17 pesos en México.
El árbitro que dirigirá la contienda será Craig Wrolstad, un colegiado que goza de buena reputación en la NFL. De 58 años, residente en Lake Tapps, en el estado de Washington, y director atlético en el instituto Christian School de Seattle, es árbitro principal desde 2014. Desde entonces nos ha arbitrado en 8 ocasiones, con un balance favorable de 5-3. Este año será la primera vez que nos pite. Es el tercero que menos pañuelos saca por partido (menos de 11 de media), siendo muy rápido y certero en sus decisiones. Como todos, las faltas que más señala son, de largo, los holdings ofensivos y las salidas falsas, seguidas a cierta distancia por las interferencias defensivas de pase. Sin duda, como en todos los Steelers-Bengals, su labor estará bajo el microscopio, y espero que sepa cortar de raíz los intentos locales por llevar el partido a lo físico.
En ataque
En la derrota del mes pasado, ordenamos 26 pases por solo 11 carreras. Obviamente, no funcionó. Aquel día, Callahan salió con unas declaraciones afirmando que no habían podido ejecutar las jugadas que tenían previstas con Chase Brown (lo que cabreó bastante al personal, viendo que Mixon se quedó en una exigua marca de 2 yardas por carrera). Espero que hayan aprendido de la experiencia, y esta vez se equilibre mucho más el balance entre el juego aéreo y el terrestre, y que éste incluya una mayor rotación de corredores.
Pero lo que realmente nos mató aquel día es que Pittsburgh tuvo la posesión del oval por más de 37 minutos, por solo unos 22 nosotros. La defensa tuvo su culpa, obviamente, pero también el ataque, por ser incapaz de mantenerse en el campo. Solo conseguimos 10 primeros downs en todo el encuentro, y el porcentaje de terceros downs convertidos fue de un lamentable 20%. Creo que será fundamental que la carrera produzca en los dos primeros downs, para no poner a Browning en aprietos en terceros downs largos ante el imponente pass–rush rival. En este sentido, la mayor utilización de los tight-ends como bloqueadores debe hacerse notar.
El juego de pase va a sufrir sin Chase. Con su hombro dislocado, va a ser muy complicado que esté recuperado para el sábado. Su papel es fundamental, tanto por sus recepciones imposibles en los momentos calientes, como por la atención que reclama de toda la defensa rival. Sin él, tendrá que emerger nuevamente la figura de Higgins como receptor principal, en la esperanza de que asegure mucho mejor los pases. Mientras que Boyd mantendrá su función en el slot, creo que será Irwin quien gozará de mayor libertad de movimientos, ofreciéndose en pases rápidos para ganar yardas con su velocidad. Recordemos lo explicado arriba: no hay que hacer 70 yardas en cada jugada, sino mover las cadenas para cansar a su defensa y ganar confianza en ataque, por lo que los pases a Hudson o Sample en la línea del primer down también tendrán mucho valor.
Una cosa tenemos a favor. Les han sancionado al SS Kazee, y el FS Fitzpatrick ya ha sido declarado OUT. El SS suplente Thompson también anda con molestias, por lo que están muy cortos en esta posición. Si conseguimos ganar tiempo para Browning en el pocket, podemos encontrar jugadores desmarcados por encima de las 10 yardas. Sería importante obligarles a reforzar esa zona del campo, porque tendría como consecuencia que se tomaran menos alegrías lanzando mucho personal a presionar. Creo que Browning ha demostrado tener capacidad para, si no pases muy largos, al menos ser capaz de conectarse a media distancia.
En todo caso, la estrategia general debe ser la de partidos anteriores: pases rápidos, con mínimo riesgo, y si presionan mucho, castigarles con jugadas de screen para los runningabacks. En este sentido, la mejoría de la línea ofensiva, en especial con la movilidad de Volson, está resultando decisiva. Supongo que ellos nos habrán estudiado bastante esta jugada, así que habrá que esconder bien el engaño con el play–action, y llevar precaución para que no le palmeen a Browning pases sobre la línea de scrimmage.
Ya hemos visto que a Taylor no le tiembla el pulso para ordenar jugadas de fantasía, aunque no estén funcionando en absoluto. No lo veo mal, porque sirven para desatascar el ataque, pero por favor, espero que las practiquen un poco más en los entrenamientos.
En defensa
Los Steelers nos mearon en el partido de la jornada 12. No hay que poner paños calientes a aquella derrota. Quizá no en el marcador, pero sí en las sensaciones. La defensa encajó 431 yardas (153 de carrera y 278 de pase) ante un ataque que todos los partidos previos había avanzado menos yardas que su oponente. El debut de Faulkner como coordinador ofensivo parecía que iba a revolucionar esa ofensiva tan ofuscada, pero la realidad es que después no hizo nada ante equipos teóricamente mucho más débiles como Cardinals, Patriots y Colts.
Contra nosotros, además, el quarterback titular será Rudolph, que no juega un partido como titular desde 2021. Creo que no debemos tener miedo a presionarle en la línea, o a anticiparnos en cobertura. Hendrickson y B.J. Hill están de dulce en la presión, y en la NFL hay que aprovechar el “momentum”. Más problemas podemos tener en secundaria por la baja de Taylor-Britt, a la que hay que sumar la de Ivey que nos limita el personal y nos priva de un excelente jugador de equipos especiales. Sin embargo, espero que Daxton Hill remonte su juego y use las manos para atrapar los balones a los que llega por atleticismo, y que Hilton saque de nuevo a relucir su pique contra el equipo que no le renovó, para seguir consiguiendo turnovers.
No obstante, no descubro nada al anunciar que su mayor peligro es el tight-end titular Freiermuth (o el segundo, o el tercer tight-end,… en definitiva, cualquier tight-end). En el partido de Cincinnati nos endosó la friolera de 120 yardas. Es el jugador del que realmente nos tenemos que proteger en su juego aéreo. Hay que ponerle una vigilancia especial, y no sé si Hill será el más indicado, o sería mejor Wilson para contrarrestar su temible físico. También me preocupa el daño que pueda hacernos el runningback Warren saliendo del backfield, pero este debería ser prioridad de Battle, ya consolidado en la titularidad como strong-safety.
Por lo tanto, el objetivo pasa por sacar a los Steelers de su zona de confort. Evitar que controlen el partido desde la carrera y obligarles a pasar. Para eso, debemos conjurarnos en frenar a Harris, y que no nos haga una media de 7 yardas por intento como en el partido anterior. Esto va a ser complicado sin Reader, pero quizá lo que debemos hacer es saturar el box con más personal y más pesados. Formaciones 5-2-4 (Tupou y Tufele en el medio de la línea defensiva) o 4-3-4 (con Davis-Gaither para cubrir más espacio a lo ancho en la zona de linebackers). Nuestra única oportunidad de tener opciones de victoria es parando su carrera, aunque sea a costa de desproteger la zona profunda.
Como suele ser habitual, necesitamos que Anarumo se vuelva a poner la aureola de santo, y que la defensa, una vez más, nos saque las castañas del fuego. Su defensa, aunque sea la 20ª de la liga, va a poner en muchos apuros al ataque, así que necesitamos que la nuestra no solo equilibre la balanza, sino que la incline a nuestro favor. Ellos tienen la 27ª ofensiva de la competición, y no llegan ni a 16 puntos de media por partido (15,9). Es un milagro que estén donde están, pero ya les conocemos de sobra. Frenarles no debería ser el reto más difícil de la temporada para nuestra defensa, pero vamos a necesitar de ellos un esfuerzo superlativo. A la altura del fantástico rendimiento parando dos QB-sneaks consecutivos a los Vikings en la prórroga, que forzó un turnover on downs clave para recuperar la posesión y lograr la victoria.
El rival
Cuando los Steelers nos ganaron el mes pasado parecía que, con 7-4 y el calendario que les quedaba por delante, no tendrían problemas para meterse en playoffs. Sin embargo, un mes después, están 7-7 tras 3 derrotas consecutivas ante Cardinals, Patriots y Colts (las dos primeras en casa), y el ambiente baja revuelto por los tres ríos.
La afición está de uñas con el equipo. El rumbo, especialmente en la ofensiva, no termina de fijarse. La defensa es la que está sosteniendo el equipo, pero poco a poco se le van cayendo piezas. Es la típica situación convulsa de los de Pennsilvania que tanto conocemos, y que suelen remontar contra un rival divisional de prestigio. Esta vez, espero que no vayamos como víctimas, sino conscientes de que nos espera un infierno en el Acrisure (fuera y dentro del estadio), que los árbitros no nos van a regalar nada (más bien al contrario) y que, más allá de cualquier otro sentimiento que nos despierten los acereros, son un equipo competitivo, que sabe agarrarse como pocos a cada mínimo resquicio que les dejes en el encuentro, y que quien piense en una victoria cómoda contra ellos es que no conoce este deporte.
El pasado 4 de diciembre, su quarterback titular Pickett se sometió a una cirugía para reparar su tobillo, pero esta semana ya ha empezado a entrenar. No está descartado del todo para el sábado, pero dudo que los Steelers le arriesguen salvo que se les tuerza mucho la situación con Rudolph. Más allá de chistes y memes, se trata de un quarterback veterano, que conoce de memoria el sistema y a sus compañeros, ya que lleva desde 2018 allí.
Su juego aéreo está muy repartido. Los wide-receivers Pickens y Johnson son quienes acumulan más yardas de recepción, aunque atención al RB Warren y sus 47 recepciones. Por cierto, hablando de Pickens, está en el ojo del huracán entre los aficionados acereros por su falta de compromiso en los bloqueos para sus compañeros. Parece ser que el chico no tiene encendidas todas las luces del piso de arriba. No será la primera ni la última vez que pase algo así con un receptor steeler.
Sin embargo, como decía antes, de quien debemos preocuparnos es de Freiermuth, porque ellos van a jugar mucho con los tight-ends para castigar la zona intermedia entre nuestros linebackers y defensive–backs. Pero no sólo él. También hay que llevar cuidado con el novato Washington, una montaña humana que, si bien no es muy rápido, es muy difícil de tumbar con el balón en su poder; y con Connor Heyward, quien alterna funciones de fullback y tight–end.
El juego de carrera es territorio de Harris, quien últimamente anda un tanto escaso de chispa (62 yardas entre los dos últimos encuentros, con menos de 3 de promedio por carrera). Pero también aquí sale Warren al rescate, con mucha mejor media, pero menos utilizado como corredor puro. Hay que decir que Harris lleva ya tres semanas arrastrando molestias en la rodilla, y ésta puede ser una explicación, pero seguro que estará contra nosotros.
En defensa ya sabéis que el peligro se llama Watt. Como alterna sus salidas desde el lado derecho o el izquierdo, obliga a tener que reforzar la protección en esa banda cada vez. Pero, al igual que hacemos nosotros utilizando a Chase como señuelo, ellos también lo hacen con Watt, y tanto el DT Hayward como el OLB Highsmith aprovechan la menor vigilancia por su lado para dar el zarpazo.
El partido en Cincinnati no lo pudo jugar Higgins, y éste probablemente no lo hará Chase, lo que supone un alivio para la secundaria acerera, y a nosotros nos quita un duelo muy interesante con Porter Jr. o Peterson, sus cornerbacks titulares, tanto en lo deportivo como en el trash-talk. La comentada ausencia de sus safeties titulares debería ser un acicate para conseguir muchas yardas si rompemos su primera barrera de contención. Pittsburgh no es una defensa espectacular (aunque es 5ª en diferencial de turnovers), pero es muy complicado anotarles. Es la 9ª de la liga que menos puntos encaja (20 de media), y en touchdowns permitidos en la red-zone es la 8ª mejor (21 en 43 visitas que le han hecho).
¿Podría ser esta la primera temporada de Tomlin con balance negativo? Pues está en nuestra mano que lo sea, así como apartarles de forma prácticamente virtual de la carrera por playoffs. Así que, tanto si llegamos nosotros a playoffs como si nos quedamos cortos, vencer allí tendría una doble recompensa.
La clave
En el partido jugado en Cincinnati hubo dos factores fundamentales que dieron la victoria a Pittsburgh. El primero, nuestra incapacidad para correr en el balón, que dejó demasiada responsabilidad a Browning en unos pases muy presionados por la defensa acerera. El segundo, su facilidad para correr y consumir todo el reloj, sin dejarnos capacidad de reacción. La clave será, por tanto, evitar que se repitan estas circunstancias. Hay que correr de forma más consistente y, si se pasa, hacerlo rápido para que sus edge-rushers solo persigan sombras. Pero, sobre todo, hay que afianzarse en defensa (complicado sin Reader) para que no puedan apoyarse en la carrera y forzarles a pasar, donde podemos cazar alguna intercepción.
Va a ser un partido feo, probablemente bronco y sin duda de baja anotación. Ellos se mueven como peces en el río en estas situaciones, pero a nosotros nos cuesta más. Hay que mantener la calma para que no nos saquen del encuentro. Resistir firmes en el plan, porque seguro que nuestra oportunidad llegará. En este sentido, sería importante ponernos por delante en el marcador, para que sean ellos, a quienes les cuesta más anotar, quienes vayan a remolque.
Las casas de apuestas nos colocan como favoritos para ganar el partido por dos puntos. ¡Quién nos lo iba a decir hace apenas unas semanas! Lo que tenía pinta de convertirse en un mar de lágrimas, arrastrándonos sin pena ni gloria lo que quedaba de competición, se ha transformado en una explosión de ilusión, que no sabemos a dónde nos llevará, pero de momento, que nos quiten lo bailado.
Así, llevado por esta euforia, me comprometo a decir que volveremos a ganar. No por mucho, no repitiendo las altas anotaciones de los últimos partidos, pero suficiente como para seguir en la pelea una semana más, que es lo máximo que podemos pedir. Y ojo, que no es poco.
WHO DEY, HERMANOS!
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com