¡Navidades, amigos bengalíes! Sí, ya sé que a la tradicional felicitación le falta el «Felices» del principio, pero ¿tenemos en realidad motivos para sentirnos felices? Desde luego no con el penoso partido que jugamos (o lo que fuera que hiciéramos) en Pittsburgh. Tampoco por las cada vez más exiguas opciones de meternos en unos playoffs, donde nuestro papel sería poco más que saludar al público y volvernos para casa.
Pero si estamos aquí, y estáis leyendo esto, no es para que os diga lo que ya sabéis, sino para encontrar argumentos con los que dar la vuelta a un destino que no se ríe, se carcajea de nosotros. Sólo puede ganar uno. Únicamente 14 equipos alcanzan la postemporada. No lo hagáis de menos. Conseguir este reto, en las condiciones actuales, sería un enorme éxito, avancemos o no. Equipo hay, y las matemáticas, aunque caprichosas, todavía no nos descartan. Tengamos fe en los nuestros. Cosas más raras hemos visto todos en este deporte maldito.
Y aunque estuviéramos desahuciados, ¡qué demonios, es un partido en Kansas City, contra Mahomes, en el puñetero Burrowhead! La rivalidad entre ambas franquicias ha crecido tanto en los últimos años que no es ni mucho menos un partido más. Será el 34º enfrentamiento entre Bengals y Chiefs, de los cuales hemos ganado 18, y 7 de los últimos 9 (con 3 triunfos en los últimos 4). El balance cuando nos desplazamos a Misuri es de 8-10 a nuestro favor, y no podemos decir que tengamos un resultado favorable en muchos campos de la liga. Para los olvidadizos, recordaros que fue precisamente contra Chiefs el primer partido oficial de la historia de los Bengals.
Si se espera que salten chispas, donde más lo harán será cuando nuestra línea ofensiva se enfrente a sus pass-rushers por el pasado chief de Orlando Brown. Será de nuevo un reencuentro de «tigers«, ya que en sus filas milita el ex de LSU, Edwards-Helaire.
Vestiremos para la ocasión con camiseta blanca, pantalón blanco con rayas negras y calcetas negras (8-5 con esta combinación, que ya usamos en la final de Conferencia que ganamos hace un par de años). Puede venirnos bien para camuflarnos entre la nieve, porque aunque la probabilidad de precipitaciones es de apenas un 4%, se esperan temperaturas entre 1 y 4 grados bajo cero, con el cielo encapotado y vientos de hasta 16 Km/h. Un partido que en España empezará en 2023 y finalizará en 2024, ya que el kickoff está programado para las 10:25 de la noche. En Argentina podrán tomarse las uvas con su familia tras ver el partido porque allí comenzará a las 6:25 de la tarde, y mucho más margen tendrán nuestros amigos mexicanos porque en su pías dará comienzo a las 3:25 de la Nochevieja.
Nos arbitrará John Hussey, representante de ventas de 59 años, natural de Huntington Beach (California), que estudió en el instituto María Estrella de los Mares, copropietario de una tienda de venta de coches de segunda mano y fundador de una organización para la protección animal llamada Cuddly (https://cuddly.com/). Su balance cuando nos arbitra nos es favorable por 5 a 3, y ya nos pitó este año en la victoria frente a los Rams. Por cierto, también nos arbitró en el triunfo ante Chiefs en casa del año pasado. Es el 5º árbitro más pañueleros, con una media de casi 13 por encuentro, pero suele equilibrarlas bastante entre local y visitante. Como todos, suele pitar más contra el ataque que la defensa, destacando las salidas falsas y los holdings ofensivos por un lado, y la interferencia de pase por el otro. Pero ojo que no es «tiempo de taunting«, ya que es el colegiado que más veces ha pitado esta acción de toda la liga.
En ataque
Parece complicado que Chase pueda recuperarse para este partido. Es una gran pérdida, pero no por eso debemos pensar que nuestro ataque no tiene potencial. El objetivo de «en caso de duda, pasarla al bueno», lo único que cambia es el #1 de Chase por el #5 de Higgins. Hay que aprovechar su superioridad sobre la mayoría de los cornerbacks para buscarle en cualquier situación y, solo cuando le defensa le ponga doble o triple cobertura, empezar a buscar al resto: Boyd, Jones, Irwin… Y por supuesto Iosivas, quien poco a poco se está convirtiendo en un digno sucesor del propio Higgins, capaz de lograr la recepción más inverosímil y el drop más infantil.
Los Chiefs vienen de una dolorosa e inesperada derrota divisional frente a Raiders, así que saldrán con el cuchillo entre los dientes ante su afición. Podemos imaginar a sus pass-rushers con los ojos inyectados en sangre, así que nuestra línea ofensiva no puede achantarse. Comandada por Brown (a quien seguro buscarán las cosquillas todo el partido), es necesario que cierre filas para proteger a Browning, y que cuente con ayuda de Sample o de algún runningback que se quede a bloquear. Hay que proteger sin hacer faltas que nos echen para atrás, en un entorno además muy ruidoso y propicio a las salidas falsas o a tener que pedir tiempo muerto cuando no toca. Hay que llevar la sincronización muy bien preparada.
Es un partido de los grandes, lo que suele ser sinónimo de que Mixon volverá a plantar un huevo. Pues bien, si no está fino, balones a Brown hasta que espabile. No podemos seguir esperándole eternamente, porque no nos queda tiempo. Si no ganamos el domingo, estamos fuera de la ecuación. Tiene el partido de esta semana, y quién sabe si el de la siguiente, para asegurarse seguir formando parte de la liga (no solo de este equipo) en 2024.
Quien considere que el culpable de la derrota de la pasada jornada en Pittsburgh fue Browning, quizá no leyó adecuadamente el partido. Es cierto que tuvo errores garrafales (esa primera intercepción por no acertar a tirar el balón fuera fue inexcusable), pero la debacle defensiva le puso en la obligación de tener que arriesgar, y ahí es cuando no podemos pedirle que haga lo que no puede. Es un suplente por algo, que a nadie se nos olvide. Sin un plan de juego acorde a sus posibilidades, fracasará. Por eso, buena parte de la responsabilidad hay que adjudicarla a los entrenadores, en concreto a Taylor y a su inadecuada gestión de las jugadas donde caímos en cuarto down.
La irregularidad de nuestra campaña tiene también mucho que ver con los altos y bajos a nivel técnico, tanto en ataque como en defensa. Por ejemplo, ante un equipo como el acerero que jugaba con los safeties suplentes, apenas castigamos esa zona a pesar del éxito que conseguíamos cada vez que lo intentábamos. Las jugadas de screen que tan bien nos habían funcionado los partidos anteriores, las tenían muy estudiadas y no conseguimos nada con ellas, ni parecía que tuviésemos un plan alternativo. Los entrenadores siguen bajo escrutinio, y espero que con un día más de descanso y de análisis, podamos revertir la situación en Kansas City.
En defensa
¡Ay, la defensa! Nuestro pilar de los últimos años se nos está desmoronando como un castillo de arena bajo el empuje de las olas. Que no parábamos a nadie corriendo ya lo sabíamos, pero ahora tampoco somos capaces de contener a los receptores. El recital de Pickens ante el pobre rendimiento de Awuzie y los despistes de Hill, nos pone frente al espejo de la necesidad de mejorar en cobertura. Es posible que vuelva Taylor-Britt, y tengamos más alternativas, pero es indudable que se ha convertido en una asignatura pendiente de aprobar.
Ante la carrera, la alternancia de Tupou y Tufele en sustitución de Reader da para lo que da. Son desplazados de la jugada con excesiva facilidad, lo que impacta en que Hill debe hacer frente a más enemigos para llegar al QB rival. En el pass-rush no podemos tener queja. Hendrickson es el segundo jugador de la liga con más sacks con 16, solo detrás de Watt que lleva 17. Quizá Hubbard esté pasando más desapercibido, pero con la aparición de Murphy este apartado es de lo poco que está funcionando en defensa.
Hay que reconocer que las renovaciones no les han sentado bien a nuestros linebackers. De hecho, hablando de «sentar», la manera en que Warren eliminó a Pratt en el touchdown de carrera de Austin fue absolutamente vergonzosa. Lentos y escasamente contundentes, son el talón de Aquiles en nuestra defensa de la carrera. Algo que tampoco compensan ya con su rendimiento en cobertura, porque aunque ante Steelers no buscó al tight-end Freiermuth, dejaron que el runningback Warren fuese quien más recepciones consiguiera.
Volviendo a la secundaria, de nuevo nos enfrentaremos el domingo a un tight-end top de la liga. Además, uno que tendrá en el palco a su novia, Taylor Swift, apareciendo en pantalla cada vez que Kelce nos haga una buena jugada para mayor humillación. Espero que Daxton Hill haga un buen papel en su marcaje, y que otro defensive-back, quizá Hilton o el propio Taylor-Britt si se recupera, le sustituyan como último hombre en defensa, responsabilidad que le está quedando grande en las últimas citas.
Ante Chiefs, ya sabemos que la táctica que mejor resultado nos está dando es enviar solo 3 jugadores a presionar y dejar 8 en cobertura, amagando Hubbard entre subir o bajar. Por eso, presumo que la formación base será la 4-2-5, pero con múltiples cambios de asignaciones entre cubrir o entrar en blitz. Recordemos que Mahomes es un quarterback extremadamente móvil e imprevisible, por lo que sería un buen día para que Battle demuestre que está siendo el mejor safety rookie de la NFL.
El rival
Los Kansas City Chiefs, actuales campeones de la NFL y máximos favoritos a repetir presencia en la Super Bowl por parte de la Conferencia Americana, se encuentran con un balance de 9-6 y sin opciones de conseguir el bye. Esto da idea de la igualdad en la conferencia este año, pero por otro lado, también es síntoma de que no está siendo una buena campaña para los chicos de la flecha india. Su presencia en playoffs está prácticamente asegurada (tendrían que perder los dos partidos y darse una serie de muy complicadas carambolas para que se quedaran fuera), pero los de Mahomes dan cada vez menos miedo.
Algunos apuntan a la falta de receptores. En algún momento les debía pasar factura la diáspora de wide-receivers. Ni Toney ni Moore son capaces de generar el peligro profundo que tenían con Hill. Valdes-Scantling y Watson son simples actores secundarios, y está siendo el novato Rice quien está cargando con esta responsabilidad. Muchos drops, poca separación, y en definitiva, escasas opciones para Mahomes de sacar a pasear su magia más allá de Kelce. Por tanto, si somos capaces de cortocircuitar su pase corto a los tight-ends o a los corredores Edwards-Helaire y Pacheco (aunque éste está todavía en protocolo de conmociones y sigue con problemas en el hombro) podemos tener opciones de frenar el tradicionalmente abundante caudal ofensivo chief.
Si finalmente no está Pacheco, la lesión de McKinnon forzará a que tenga que ser Edwards-Helaire, muy lejos de su mejor forma, quien lleve el peso del juego de carrera. Esto hará que la falta de Reader se note menos, pero habrá que estar muy ágil en los extremos de la línea para evitar sus carreras exteriores.
En su defensa 4-3-4, los edges Karlaftis y Danna suman 15,5 sacks, lo que añadido a los 8,5 del Defensive-Tackle Jones, conforman una línea defensiva de la que habrá que protegerse con muchos efectivos. Sin embargo, son vulnerables sobrepasada esta barrera, ya que tiene que ser el safety Reid quien salga en auxilio de la defensa de la carrera. Tampoco en el apartado de turnovers son excesivamente peligrosos, ya que ocupan el penúltimo puesto de la liga con un diferencial de menos 10. No obstante, tanto Sneed como McDuffie son cornerbacks de los hay que cuidarse.
Si bien en mi opinión personal creo que han notado la marcha del coordinador ofensivo Eric Bienemy, lo cierto es que estando Andy Reid a los mandos, no podemos descartar su reacción, ni menospreciar su capacidad de generar jugadas de fantasía capaces de desarbolar cualquier estrategia defensiva.
La clave
Hay que salir sin complejos. Somos buenos, desde luego, mucho mejores de lo que parecimos en Pittsburgh. Podemos perder el partido, pero no el orgullo. Tenemos que pelear el encuentro como si fuera la final de conferencia porque… para nosotros lo es, aunque ellos ya lo tengan casi hecho. Si perdemos en Kansas City estaremos fuera, tanto en lo mental como probablemente en lo matemático.
Hay que aprovechar nuestras virtudes por pocas que sean. Pases a Higgins, carreras exteriores de Mixon, presión de Hendrickson y Murphy, anticipación de Wilson. No tenemos buen ataque, pero tenemos muchos receptores, y corredores rápidos. No tenemos buena defensa, pero somos buenos robando el balón. Tenemos probablemente el peor punter de la liga, pero el kicker es top, y los retornos han mejorado con Jones. No tenemos el equipo que nos gustaría a estas alturas de la liga, pero tampoco somos los maulas que parecemos en ocasiones.
No podemos pretender alcanzar una anotación muy alta (tampoco la climatología ni la presión ambiental lo van a permitir), así que debemos apretar en defensa para que ellos no se nos vayan en el marcador porque, al contrario de años anteriores, no creo que este año tengamos la misma capacidad de reacción tras el descanso.
Los Kansas City Chiefs son favoritos para ganar el partido por 7 puntos, lo cual me parece una ventaja incluso generosa dada nuestra situación actual. Pero somos especialistas en romper pronósticos, así que, ¿por qué no ahora otra vez? El horario no favorece verlo en directo en España, por lo que espero que el año nuevo nos regale una inesperada victoria con la que empezar 2024 con una alegría no provocada por el cava.
WHO DEY, HERMAN@S!!!!
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com