Bengals 2023Previas

Previa Ravens-Bengals 2023

Lo bueno de una semana corta es que no hay tiempo para darle vueltas a la derrota. Es necesario rehacerse, lamerse las heridas, y apretar los dientes para lo que se avecina. Porque lo malo es precisamente esto: no hay apenas tiempo para recuperar lesionados ni preparar un plan de juego revolucionario. Pero son los Baltimore Ravens. Si a estas alturas no sabemos cómo jugarles es que algo no estamos haciendo bien. Ellos también vienen de perder la pasada jornada, así que estarán en una situación anímica bastante similar a la nuestra.

Va a ser un partido de playoffs anticipado, aunque más a vida o muerte para nosotros. Actualmente sólo hay 8 equipos con balance positivo en la AFC, y uno de ellos somos nosotros, así que no hay que dar nada por perdido aún, pero colocarnos 0-3 en la división nos colocaría en una situación comprometida. Con 7-3, Baltimore tiene un pequeño colchón del que nosotros, con 5-4, carecemos. Además, contarán a su favor con el siempre hostil ambiente del M&T Bank Stadium en la noche del próximo jueves a las 9:15 en Argentina, las 6:15 de la tarde en México, mientras que en España será ya en la madrugada del viernes a las 02:15. En Baltimore, la noche estará despejada, con alguna nube pasajera que no querrá perderse el partido, pero será fresquita (9ºC). El viento, suave pero variable. La humedad del 74% y la probabilidad de lluvia, apenas un 18%.

La rivalidad entre ambas franquicias lleva camino de convertirse en antagónica. No hay un gramo de simpatía entre ambas escuadras. Ellos nos aventajan 29-27 en el duelo particular, y se impusieron en el último enfrentamiento, disputado en la segunda jornada en Cincinnati. Recordad que aquel día jugamos de pena, con un Burrow todavía renqueante, y que no llegamos a culminar la remontada final al ser la defensa incapaz de parar a Jackson. Caímos 27-24, con una sensación agridulce, pensando por un lado que pudo haber sido peor (una primera parte espantosa donde sólo se salvó el TD de retorno de punt), y por otro, que estando solamente un poquito mejor, el resultado podría haber sido diferente.

De nuevo habrá duelo fratricida entre los hermanos Hill (Daxton y Justice), y Orlando Brown y Kevin Zeitler defenderán a sus respectivos quarterbacks con una camiseta diferente a la vistieron al ser drafteados. Hablando de uniformes, los córvidos vestirán enteramente de negro en camiseta y pantalón. Nosotros en cambio lo haremos todo de blanco, en camiseta y pantalón, con franjas y calcetas negras (estamos 8-4 con esta combinación). Vamos, lo que se dice, una auténtica partida de ajedrez (blancas contra negras).

Nos arbitrará otra vez Adrian Hill, que ya nos pitó en la victoria ante Seahawks. Ya sabéis, desde 2010 en la NFL, ingeniero aeroespacial que trabaja para la NASA, bla, bla, bla. Pero ojo, reside en Bowie (la ciudad de Maryland, no el cantante), que está a menos de 40 minutos de Baltimore. Quiero creer en la neutralidad arbitral, pero a veces la NFL me lo pone difícil. En todo caso, cuando nos pita, el balance nos es favorable 5-2-1. Se encuentra en la parte media-baja de los pañueleros (una media de 11 por partido), destacando su escrupulosidad en el arranque de las jugadas (salidas falsas y offsides defensivos) y los holdings ofensivos.

La clave para contener a los Ravens es neutralizar a Lamar Jackson. El pasado 17 de septiembre fuimos incapaces (foto Dylan Buell para Getty Images)

En ataque

Nuestro ataque sigue mermado por la ausencia de Higgins. Aún no ha entrenado, y esperemos que estos diez días de descanso antes de jugar contra Steelers le den el tiempo necesario para recuperarse. Por tanto, debemos pensar un plan sin él. El domingo pasado, en su lugar debió haber aparecido Iosivas, pero el novato se lesionó en la rodilla, y tampoco estará en este Thursday Night Football. Si contamos con que Chase, salvo alguna intervención destacada, no parecía el de otras veces por su golpe en la espalda, la única buena noticia en el grupo de widereceivers es la posible reaparición de Charlie Jones, quien lleva sin jugar desde la jornada 3. Ésta, y que Boyd vuelve a su campo fetiche, donde tantas noches ha amargado a los seguidores córvidos, con la mente puesta en olvidar, y hacer olvidar, el terrible drop que nos costó la derrota ante Texans.

Pero, ¡atención!, los widereceivers ya no son los únicos receptores del equipo. Saliendo de no sabemos dónde, los tight-ends han hecho su (tímida) aparición. Hudson fue el segundo receptor más buscado por Burrow (más que Chase, quien obviamente no estaba al 100%). También Sample tuvo un par de recepciones, aunque quizá pudo haber hecho algo más por evitar la primera intercepción de Burrow. Incluso Smith tuvo la suya. Quizá entre todos (también Wilcox) podamos sumar UN tightend aceptable.

Así que, haciendo de la necesidad virtud por las lesiones en el cuerpo de widereceivers, vamos a rescatar esta figura que, de paso, a ver si pone la mosca detrás de la oreja a los coordinadores defensivos rivales, que no lo tendrán nada estudiado. Lo hemos dicho varias veces: ante la táctica rival de dejar dos safeties profundos para evitar los pases largos a Chase, debemos castigar mejor ese hueco a la espalda de los linebackers. Igualmente, debemos aprovechar a nuestros mejores WR Chase, Boyd e Irwin, ambos de características similares, para generar una “nube de avispas” en esa zona, de forma que ofrezcan a Burrow una solución rápida de pase (importante para neutralizar la presión a nuestro QB) y que su velocidad permita ganar yardas tras la recepción (quedando los tightends para primeros downs, jugadas de redzone, y poco más, porque su aportación tras recibir es mínima).

Otra ventaja de abrir mucho el campo con más receptores potenciales es que Burrow pueda tener un pequeño margen para sus incursiones. No es un quarterback corredor, pero el coraje con el que consigue los primeros downs con sus piernas es todo un estímulo para sus compañeros. Aparte de una excelente fórmula para que los rushers rivales se lo piensen dos veces antes de ir a por todas contra él. No es rápido, pero es una anguila escurridiza eludiendo abrazos.

Así que, ya sea para avanzar por el aire, como para sacar petróleo de jugadas rotas por tierra, la protección de la línea será fundamental. Sobre todo, ante una presión córvida que van a ir como lobos, jaleados por su afición. Cappa no puede permitirse un partido tan nefasto como ante Houston (si en vez de ser él hubiera sido Volson, ya le habríamos mandado de una patada de vuelta a Dakota). En esta labor, creo que Sample merece ser mencionado. Es de los mejores tight-ends de la liga en protección de pase, y en alguna oportunidad, incluso aporta en funciones similares a las de un fullback. Esto es la AFC Norte. Si no sobrevives al combate en la trinchera, estás muerto.

(NOTA: Habréis observado que no he citado a Mixon. ¿Para qué? Apenas 46 yardas de carrera y 4 jugadas para pérdida de yardas me parecen unas cifras tan terribles como para no tenerle en cuenta como un factor para este partido).

Esperemos que al final de la temporada no tengamos que lamentar este terrible drop de Boyd (precisamente nuestro receptor más fiable), que sin duda nos hubiera dado la victoria ante Texans (foto de Katie Stratman-USA TODAY Sports)

En defensa

En cuanto la defensa baja un poquito el nivel, nos metemos en problemas. Los chicos de Anarumo no pueden permitirse ni un partido de respiro. Ante Houston se cometieron graves errores. De técnica (placajes fallados, ángulos horrorosos, penalizaciones) y de táctica (búsqueda del turnover por encima del placaje, descoordinación en cobertura, exceso de jugadores a una presión ineficaz desguarneciendo la secundaria). Contra Ravens no podemos hacer tantos regalos, porque ellos no nos van a devolver ninguno, al contrario que hizo Texans.

A su favor está reconocer su capacidad para los turnovers. En esta estadística comandamos la NFL en cuanto a diferencial de recuperaciones/pérdidas de balón. Destacaría la actividad de la línea para provocar fumbles, y sobre todo, a Taylor-Britt en las intercepciones (ya lleva 4). El cornerback de segundo año es de lo poco que se pudo salvar el domingo pasado (añadir 9 placajes y 2 pases defendidos). También que, día a día, Turner le come un poco más la tostada a Awuzie. Esperemos que Battle no tarde en hacer lo propio con Scott, porque el agujero negro de la posición de strong safety no para de crecer.

Para este partido, supongo que de nuevo volverá a cobrar una gran importancia la secundaria. El peligro de Ravens es que se nos escape Lamar Jackson y arruine con sus piernas en tercer down todo lo bueno que hayamos podido hacer en los dos primeros. Para ello, sospecho que Anarumo poblará mucho el campo con defensive-backs que puedan acudir rápidos a la ayuda. Formaciones de 3 safeties, con Hill protegiendo atrás el pase largo a Flowers, y Battle y Scott vigilando a Jackson. Los emparejamientos de los corners supongo que serán de Taylor-Britt con Odell Beckham (duelo de bocones), Hilton con Agholor, y Turner con Flowers, pero muy atentos a las ayudas contra la carrera.

En la línea nos va a pesar mucho la baja de Hubbard, y a pesar de que Hendrickson se ha recuperado milagrosamente para el partido, me temo que no estará al 100%. Así las cosas, optaría por poblarla con gordos (Reader y Tupou, ya por fin recuperado, flanqueando a Hill) para sellar el centro y obligarles a ir por fuera, donde Wilson y Pratt puedan imponerse por velocidad, con Murphy y ¿Ossai? saliendo esporádicamente para presionar en jugadas obvias de pase. La baja de su LT titular Stanley debería ayudarnos un poquito.

Para sorpresa de nadie, Ravens encabeza la NFL en juego de carrera, con una media de 155 yardas por partido (en la triste comparación, nosotros somos últimos con menos de la mitad). Si nuestra defensa en este apartado es la antepenúltima, concediendo 136 por encuentro, parece obvio por dónde debería atacarnos Baltimore. Quizá deberíamos alinear en más ocasiones formaciones con 3 linebackers, aprovechando la recuperación de DavisGaither, sobre todo para proteger el flanco de Pratt, por donde suelen corrernos más. Me faltan jugadores. Veo más una alineación base 3-3-5, variando a 3-2-6.

Ya sabemos que el problema con Baltimore es que no puedes aplicar la táctica de doblarse pero no romperse, ya que ni tienen problemas en jugarse cuartos downs, ni en hacer chutar a Tucker desde larguísima distancia. Y en zona roja, anotan en el 93% de sus posesiones. Hay que plantear una defensa agresiva, y rezar para que tenga éxito.

En la última jugada del partido ante Texans no sólo les dejamos llegar a distancia de field-goal, sino que en una acción ¿fortuita? se lesionó Hendrickson. Podría haber sido más grave, pero con tan escaso margen de recuperación, no creo que podamos contar mucho con nuestra principal estrella, salvo en situaciones muy puntuales (foro de Dylan Buell para Getty Images)

El rival

Me habéis oído decir en varias oportunidades que Baltimore es un equipo que va de más a menos durante la temporada. ¿Habrá empezado ya su cuesta abajo? No lo parece. Es cierto que vienen de perder un partido que tenían ganado ante Cleveland, pero en mi opinión, esto no es más que la moneda del final apretado, que casi siempre les sale cara, el domingo les salió cruz.

No me voy a extender en describir un equipo, y un técnico, a los que conocéis perfectamente. No se lidera la potente AFC Norte siendo un equipo vulgar. La energía con la que Harbough protesta a los árbitros no es menos que la que exige a sus jugadores. Con 7-3 tienen a un paso la clasificación a playoffs (lo de ganar la división ya es otro cantar), pero dado lo apretado que está todo en la conferencia, si pierden esta noche se pondrían en un complicado 2-3 divisional para los desempates, mientras que una victoria les aseguraría la ventaja en un hipotético empate contra nosotros.

Será su tercer partido consecutivo en su estadio, donde esta campaña tienen un record de 3-2. En sus victorias alternan palizas (25-9 a Texans, 28-3 a Browns, 38-6 a Lions, 37-3 a Seahawks) con otras más sufridas (27-24 a nosotros, 24-16 a Titans, 31-24 a Cardinals). Sus 3 derrotas han sido de una anotación (19-22 frente a Colts, 10-17 en Pittsburgh, 31-33 ante Browns). Yo aquí veo dos cosas: un equipo muy correoso que no lo va a poner nada fácil; y otra, que si conseguimos no irnos demasiado abajo al comienzo del partido, es posible que al final tengamos nuestra oportunidad.

Su líder por tierra es Gus Edwards (502 yardas, 8 touchdowns), seguido de cerca por el propio Jackson (481/5). Pero da igual a quien pongan. Hill, Mitchell, Dobbins… todos son capaces de asfaltar a quien se ponga delante. Es de los pocos equipos que todavía conserva la figura del fullback (Ricard) y la sabe usar. Su receptor más productivo sigue siendo Flowers (el rookie es el receptor de toda la liga que más separación consigue de su marcador, con una media de 3 yardas), aunque ya sabéis que a mí quienes me preocupan son los tight-ends. Andrews es incombustible y sigue siendo la conexión de seguridad de Jackson. Pero es que incluso se segundo TE, Likely, me parece bastante mejor que los nuestros. Como hemos dicho otras veces, si no practicamos con los TE en ataque, difícilmente vamos a aprender a defenderlos.

En defensa, su middle-linebacker Roquan Smith es un muro, así que mejor evitarle y, si corremos, hacerlo por fuera. Lo que pasa es que sus safeties Hamilton y Stone son también muy rápidos (y una amenaza para las intercepciones, con 2 y 6 respectivamente). En su frontal 3-4, el peligro por el centro es el DT Madubuike, y los rushers Clowney y Van Noy por el exterior. Creo que donde se les puede hacer más daño es castigando su secundaria, que no podrá contar con Humphrey.

Son un buen equipo. Y duro. Casi tan importante como la victoria sería escapar de Baltimore sin lesionados de gravedad. Con 5-5 creo que todavía tendríamos opciones. Con media plantilla lesionada, y sin bye para recuperar, lo vería muy complicado.

La clave para frenar a Baltimore es que Jackson no juegue cómodo. Hay que provocar que tenga que pasar y, aunque nos clave alguna bomba, en algún momento cometerá un error (foto: USA Today Sports)

La clave

La fe. No debemos ponernos nerviosos si nos vemos por detrás en el marcador. Si conseguimos “hacer la goma”, estoy seguro de que tendremos nuestras opciones. Ante Houston, Burrow cometió una grave intercepción por arriesgar en exceso. No podemos cometer esos errores. Cero regalos. Ni turnovers ni pañuelos. Somos el equipo que más recupera el balón (media de 2 por partido) y menos penalizaciones comete de toda la liga (4,6 por encuentro). No dominamos muchas estadísticas. Debemos hacernos fuertes donde somos mejores que ellos.

Como cada vez que nos enfrentamos a Ravens, estará sobre el césped el duelo entre dos grandes pateadores como Tucker y McPherson. En este apartado, nuestro punter Robbins está dándole la vuelta a su mal inicio de temporada. Esperemos no tener que verle mucho en el campo, pero cuando lo haga, será muy importante encerrarles lo máximo posible en su campo. La batalla territorial puede ser una de las claves. Ojalá poder contar con los retornos de Charlie Jones.

Por supuesto, el factor anímico será fundamental. No hay buen rollo entre ambas escuadras. Escoció mucho que nos ganaran en Cincinnati, y llegamos ansiosos de revancha. Ellos nos tienen ganas, y nos consideran su mayor opositor al trono divisional. Van a saltar chispas. Hay que estar inteligentes para no quemarnos. Lo extiendo desde el campo hasta el banquillo.

Los Ravens son favoritos para ganar este partido por 3,5 puntos. A nosotros nos gusta dar la vuelta a este tipo de pronósticos, pero esta vez va a ser complicado. No me preocupa tanto perder (creo que aún tendríamos opciones) como que se instale el desánimo en plantilla y afición. Una victoria tendría un efecto balsámico tras la fea derrota ante Texans. Y como dije en la anterior previa, necesitamos recuperar cuanto antes victorias divisionales y de conferencia, que salimos perdiendo en todos los desempates.

Mi corazón exaltado dice que ganaremos. Mi cabeza le recomienda prudencia. En este artículo os he expuesto todos los datos y sensaciones de las que he sido capaz. A vosotros os corresponde hacer caso a uno o a la otra. Who Dey, familia!

La gran diferencia entre el partido disputado en Cincinnati y el que se jugará esta noche es la movilidad de Burrow. Con nuestro QB al 100%, no hay misión imposible, por difícil que parezca (foto: ESPN)

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