Encaramos lo que debería ser una de las partes plácidas del calendario con la urgencia de no poder fallar. 4 partidos antes del bye con la necesidad de no perder ninguno. El primero de ellos, en Nueva Orleans, contra los Saints. Un equipo que se encuentra en búsqueda de identidad de la mano de su nuevo entrenador, Dennis Allen. Un técnico promocionado internamente por sus buenos resultados dirigiendo durante 6 años una defensa más que notable. Como ejemplo, de allí salieron nuestros Trey Hendrickson y Vonn Bell.
Pero no sólo Hendrickson y Bell se reencontrarán con viejos conocidos. Su asistente ofensivo, Bob Bicknell, fue nuestro entrenador de WRs entre 2018 y 2020, por lo que conoce sobradamente a Boyd y Higgins, ya que contribuyó enormemente a convertirles en lo que son ahora. Nuestro entrenador de DL, Marion Hobby, fue allí entrenador de DEs entre 2006 y 2007. A nivel de jugadores, señalar que Eli Apple jugó 25 partidos como Saint entre 2018 y 2019.
Pero lo que sin duda más llamará la atención serán los quarterbacks. Aunque Jameis Winston ha vuelto a entrenar, es más que probable que ellos estén dirigidos por nuestro recordado Andrew Gregory Dalton. Ya es casualidad que después de salir de Cincinnati en 2020 haya jugado en tres equipos distintos, además de la otra conferencia, y que en todos haya llegado este enfrentamiento debiendo ser el titular por diferentes circunstancias. Como dato, nunca ha perdido cuando jugó contra nosotros.
No obstante, los focos se centrarán en el regreso a Louisiana de Joe Burrow, uno de los mejores QBs salidos de la principal universidad local. El cariño de los parroquianos es mutuo (Burrow lleva siempre en su muñeca una pulsera de LSU). El reencuentro emocional será sin duda realmente importante. Tampoco debemos olvidar el pasado Tiger de Chase, donde explotó como el gran receptor que es, ni tampoco el RT Collins, quien también desarrolló allí su carrera universitaria, así como el NT Shelvin.
Las series entre ambas franquicias están empatadas a 7 victorias para cada bando. La última vez que nos vimos las caras, en 2018 en Cincinnati, nos mojaron bien la oreja (14-51). Lo positivo es que recuperamos el horario “bueno” de las 7 de la tarde en España, 12 del mediodía en México y 2 de la tarde en Argentina. Para la cita vestiremos con nuestro uniforme blanco (no el “color rush”) en camiseta y pantalón, con medias negras.
Dirigirá el encuentro el director de construcciones del ayuntamiento de Alburquerque, nuevo México, Land Clark. Este será su tercer año como árbitro principal. En este tiempo nos ha pitado ya 3 veces, todas ellas saldadas con derrota. Cuando era juez de línea también participó en 3 partidos nuestros, de los que sólo ganamos uno. Mucha suerte no podemos decir que nos traiga. Es un árbitro que deja jugar, no demasiado “pañuelero”, sólo espero que sea ecuánime con ambos conjuntos.
En ataque
Si sobre Burrow estarán fijos los ojos de la parroquia local, igualmente lo estarán los nuestros. Su juego, irregular hasta la fecha, está empezar a generar cierto runrún de inquietud en las huestes atigradas. Creo que se impone un pequeño resumen:
- Su tiempo de preparación en pretemporada fue más corto como consecuencia de su operación de apendicitis. Ignoramos si le quedó alguna secuela física. Aunque sus estiletes ofensivos no han variado (a excepción del TE Hurst), no entrenó lo suficiente con sus nuevos compañeros de línea ofensiva.
- Quizá como consecuencia de esta falta de compenetración de la línea ofensiva entre ellos, y entre ellos y el QB, los primeros dos partidos sufrió un severo castigo (13 sacks). También hay que decir que del tercero al quinto sólo suma 5, una cifra más que razonable.
- Puede que, derivado de la falta de ritmo por su ausencia en los partidos de pretemporada, en el debut ante Steelers sufrió 4 intercepciones, más otra pérdida de posesión por un fumble. Creo que este mal partido le afectó anímicamente a su confianza y aún estamos pagando las consecuencias. También hay que decir que, desde entonces, sólo ha cometido un turnover (la intercepción ante Ravens).
- Los números confirman las impresiones: su porcentaje de acierto en el pase es del 65% cuando el año pasado se fue al 70%. Son estadísticas de un QB promedio de la liga, cuando sabemos que su talento es elite. Objetivamente, no hay argumentos para defender su rendimiento hasta la fecha.
- El pasado Sunday Night Football pudimos ver a su padre con aspecto un tanto demacrado. Es imposible conocer el impacto que su aparente falta de salud pueda tener en el juego de nuestro QB. Los jugadores de football no son máquinas, y a ninguno de nosotros nos dejaría indiferente una situación así.
- Pero nosotros, que hemos seguido toda su evolución, no necesitamos más que fijarnos en su expresión para entender que algo no va bien. Su rostro de frustración cuando no salen las jugadas es más que evidente. No dejaría de añadir a este análisis el hecho de desarrollar un plan de juego que parece no haber evolucionado al ritmo que lo han hecho las defensas a las que nos enfrentamos. Cada vez hay menos oportunidades de uno contra uno para “Uno” (valgan las redundancias). Las secundarias se protegen más atrás del pase largo, y apenas permiten un juego intermedio a la espada de los linebackers, donde Burrow se encuentra más incómodo (tampoco ayuda el hecho de no disponer de libro de jugadas que haga intervenir en demasía a los tight-ends, que serían los principales beneficiados de esta situación). Tengo la íntima sospecha de que el propio Burrow, cuando canta la jugada ordenada desde la banda, ya es consciente de que no va a funcionar, y esto aumenta su frustración. Creo que debemos, más que nunca, promover el hastag #freeBurrow para que sea él, desde la línea de golpeo, quien disponga de mayor autonomía para cambiar las jugadas en función de las defensas.
Pero los aficionados propendemos a depositar excesiva responsabilidad sobre el quarterback, cuando la labor ofensiva es mucho más compleja. Por ejemplo, la estrategia defensiva de dejar más efectivos en cobertura es eficaz porque no necesitan volcarse un defender una carrera que no termina de funcionar. La falta de coordinación OL-QB se magnifica cuando tampoco existe entre la línea y los corredores (aunque debería decir “el” corredor, ya que parece que es Mixon quien más lo sufre, siendo también el más utilizado, de forma en mi opinión un tanto desproporcionada). El primer jugador con quien choca es siempre un compañero de línea.
Si decepcionantes son las cifras de Burrow, las de Mixon son directamente patéticas. Correr por el medio con él es una quimera. Al igual que un juego de pase efectivo abre opciones para el de carrera, y viceversa, también correr con eficacia por fuera puede hacer que se abra la línea defensiva y encontrar por huecos cuando sea necesario percutir por el medio. Creo que debemos incidir en las carreras exteriores de Mixon.
También debemos ser menos previsibles. Ya no voy a entrar en el controvertido asunto de que Mixon “chiva” las jugadas al rival (si está erguido, pase; si está agachado, carrera), pero todos saben que si Morgan está en el campo, lo hace para bloquear una carrera; que cuando entra Evans, lo más probable es que haya un pase para él, etc.
Pero centrémonos en el partido del domingo. Es muy posible que Higgins no puede estar, o que si lo hace, por sus problemas de tobillo, quizá sólo sea para jugadas de red-zone (donde tenemos un severo problema, arrastrado de temporadas anteriores). No tenemos sustituto a su capacidad para estirar el campo o imponerse en balones divididos (Thomas, el WR4, es un receptor muy diferente). Hay que recordar que ya apuntamos esta deficiencia de falta de personal en pretemporada, pero ahora ya no tiene remedio. Habrá que reconvertir roles, con Chase haciendo de Higgins, Boyd de Chase, y Thomas de Boyd. Y hacer más partícipe a Hurst en la ofensiva.
Dejo para el final la línea ofensiva, porque la realidad es que su rendimiento ha mejorado considerablemente en las últimas jornadas. Hay errores, porque ninguna es perfecta, y creer que el QB va a salir impoluto de los partidos, es no conocer este deporte, ni a Burrow. Volson cada vez aparece menos en las conversaciones, lo cual es una excelente noticia. No necesitamos que el rookie sea probowler, con que no la cague ya nos vale. El problema lo vamos a tener en los OT. Mientras Collins no entrena por su morro problema de espalda, se une la lesión de rodilla de Williams que seguramente forzará la titularidad de Adeniji como LT (no creo que pasen ahí a Collins y pongan al nigeriano de RT, aunque todo podría ser).
En defensa
No reconocer que es la defensa la que nos está salvando este complicado arranque liguero sería negar la realidad. El promedio de puntos que encajamos es de 17,8, una cantidad que debería estar al alcance de ser superada por nuestro ataque. Somos el equipo que menor porcentaje de pases completos permite de toda la liga (57,4%). Y somos el 7º que mejor defiende la carrera, permitiendo menos de 100 yardas por encuentro. No hemos permitido ni un solo touchdown en las segundas partes de los cinco partidos disputados. No, la defensa no es el problema.
Lo cual no quiere decir que no pueda seguir siendo mejorable. Con la baja de Reader hemos perdido impacto contra la carrera. Los linebackers deben ayudar más en esta misión. Tupou por sí solo no puede llenar todo ese hueco. Hendrickson sin duda estará muy motivado en su regreso al Caesars Superdome, pero aunque es uno de los líderes en presiones al QB de la liga, necesitaría más relevos para llegar fresco al final del partido, que es cuando solemos sufrir por falta de big–plays defensivas.
En principio, al enfrentarnos a Dalton, sabemos exactamente cómo debemos actuar contra él. Presión y los cornerbacks muy encima de los receptores. Si le dejamos tiempo y espacio, su precisión nos puede condenar. Si arriesgamos adelantando la defensa, no creo que nos haga sufrir en profundo. Más problemas nos debería crear Kamara, quien lleva una campaña complicada por lesiones. El RB sólo ha jugado 3 partidos, pero en ellos ha demostrado que no se le ha olvidado jugar a football. Debemos cerrar muy bien los espacios exteriores, ser firmes en los placajes, y no perderle de vista en su faceta de receptor. Un safety haciendo de “espía” no sería perder un elemento defensivo, sino neutralizar su mejor baza.
El rival
Nueva Orleans llega a este encuentro con idéntico balance que nosotros: 2-3. Parece complicado que vayan a disputarle a Tampa el liderato de la división, pero la debilidad de la NFC Sur puede llevarle a sumar las suficientes victorias como para lograr plaza de wildcard. No es por tanto un equipo en transición, sino que pretende aprovechar el talento de su plantilla, aunque quizá esta vez más desde el aspecto defensivo, y con una ofensiva más tradicional.
Al elenco de playmakers citados debemos añadir a Taysom Hill, el chico para todo de los Saints. Listado como tight-end, lo mismo puede pasar el balón que salir corriendo que recibir cuando nadie le espera. Un auténtico quebradero de cabeza para las defensas por su imprevisibilidad. Él es su mayor peligro, ya que las lesiones de Harty (también retornador), Landry y Michael Thomas, más la duda por la conmoción del novato Olave, dejan muy mermado el cuerpo de receptores de los de la flor de lis.
No obstante, su peligro me parece mayor en defensa. Alineada en formación 4-3, su línea defensiva es de las más rápidas e incisivas. Principal atención a los edge–rushers Jordan y Davenport. En la línea de linebackers está destacando el jugador de segundo año Werner. La secundaria está poblada de talento, con Maye y Mathieu en los safeties, y Adebo y Ruby en los cornerbacks, éste último probable titular por la lesión de Lattimore. Pese a su calidad, les falta profundidad, por lo que debemos intentar encontrar emparejamientos favorables con formaciones de múltiples receptores.
Como conjunto, son muy buenos defendiendo en zona roja (sólo les han anotado 4 TDs en 12 visitas), lo mismo que atacando desde ahí (anotaron 12 TDs de 15 llegadas). A pesar del rocambolesco final del partido que perdieron en Londres contra Vikings, donde el balón golpeó dos postes antes de ser escupido, su kicker Lutz es de los buenos. Es un equipo al que no podemos dejarle llegar a la zona roja, pero en cuanto tengan una buena distancia tampoco van a dudar en chutar, favorecidos por el hecho de jugar en un domo.
La clave
Aunque suene a tópico, debemos jugar como un equipo. Superponer el éxito colectivo a los logros individuales. Si Chase está con doble cobertura, que acepte que no verá tantos lanzamientos hacia él, y que se pueda aprovechar otro receptor con menor vigilancia. Si Mixon no resulta efectivo, pero Perine sí, alternar mucho más en la rotación de corredores. Si la protección de la línea se rompe, no intentar el pase heroico y arriesgado, sino aceptar el sack o tirarla fuera. No pecar de ser muy agresivos en defensa buscando la intercepción, y asegurar el placaje del portador del balón. No jugarnos cuartos downs inoportunos, y conformarnos con 3 puntos, que sumar siempre es importante.
No obstante, Saints es el equipo con peor diferencial de turnovers de la liga, y podemos aprovechar su deficiente protección de la posesión. Las casas de apuestas nos dan favoritos, pero solo por 3 puntos, por lo que volvemos a estar en el filo de la victoria o la derrota. Cualquier detalle puede ser fundamental. Estos detalles pasan por jugadas importantes en momentos clave, o destacar el equipos especiales.
Es un examen también para nuestros cuestionados entrenadores ofensivos. Si las jugadas escogidas no son las correctas, es su responsabilidad; pero si los jugadores no las ejecutan adecuadamente, también es competencia suya insistir en las repeticiones en los entrenamientos hasta que salga bien. Insisto, el problema de todos, y la solución también está en todos.
Necesitamos la victoria no sólo para retomar la iniciativa en la división, sino para recuperar la maltrecha moral de las tropas. Jugadores y aficionados necesitamos un triunfo, contundente a poder ser, que nos ratifique como el equipo candidato a todo que arrancó el campeonato. Creo que tenemos los medios adecuados para conseguirlo, y que nuestro peor rival somos nosotros mismos. Mi impresión es que vamos a ganar el partido, pero como siempre, sufriendo en el mágico estado de los bayous.
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com