El origen no hay que buscarlo en la derrota frente a Houston. Es la consecuencia de una serie errores en la gestión del club, avisados hace tiempo.
Todos sabemos que el problema es más profundo, y que viene de mucho más atrás, pero para no alargarnos demasiado en el tiempo, volvamos a Febrero. Zeitler se negaba a negociar su continuidad en el equipo ya la oferta recibida era del orden de la mitad de su valor de mercado (como no tardó en comprobarse). Un insulto que recibió el natural desprecio por su parte. Los famosos “15 millones para renovaciones” (http://www.bengals.com/news/article-1/How-fine-is-nine-Bengals-alive-and-kicking-with-Simmons-at-helm/f9b88411-55bb-4c61-a69e-f281a1cd8a6d) de los que tanto hemos hablado. Tras su inevitable marcha, llegó otra que ciertamente nos sorprendió, la de Whitworth. El capitán había jugado toda su carrera aquí, e imaginábamos que finalmente se llegaría a un acuerdo (sobre todo, recordando el penoso estado de la OL). Se le criticó por avaricioso pero, precisamente por llevar tanto tiempo en el equipo, quizá supiera mejor que nadie el escaso interés de la directiva por hacer un conjunto realmente competitivo (razón esgrimida en el pasado por casi todos los que se marchan: Palmer, Joseph, Houshmandzadeh…). ¿Quién le podría culpar entonces por buscar el mayor beneficio económico para su familia?
Un coordinador con más cuajo, al ver que le desmantelan la línea ofensiva, subiría hecho un energúmeno a las oficinas a pedir explicaciones y exigir soluciones. Zampese, estómago agradecido, no lo hizo, y se conformó con lo que daban en sustitución: Andre Smith, una broma pesada. Esta depreciación del valor del club seguro que no pasó desapercibida para los jugadores. Recuerdo el twitt de Dunlap, uno de los nuevos referentes de la plantilla, quien tras recontratar a Kirkpatrick, escribió con ironía: “¡Bien, hemos conseguido retener a uno!” Aunque hay mucha ligereza en las redes sociales, nadie expresa una opinión tan rotunda si no es algo que ya estuviera más hablado entre los compañeros.
Aquí me pregunto: ¿podría estar Paul Alexander “haciéndole la cama” a Zampese? Lleva 24 años en el equipo. Desde antes que Marvin Lewis, quien le nombró “asistente al head-coach” cuando llegó. Su peso en el club es enorme, e inversamente proporcional a su éxito en el reclutamiento y formación de jugadores. Nadie le rechista cuando decide que hay que invertir, no el primero, sino los dos primeros picks del draft de 2015 en sendos OT bastante sospechosos. Nadie le discute cuando mantiene a Bodine como center titular ante las críticas de prensa y público. Y podría alargarme sobre decisiones controvertidas en el pasado acatadas por todo el staff. Por eso, si él dice que Ogbuehi y Fisher son apropiados, nadie lo cuestiona. ¿Podría ser una treta para hacer fracasar a Zampese y convertirse él mismo en el nuevo OC? No conozco a la persona, pero intuyo que sería algo natural aspirar a un puesto más relevante. Sin embargo, su pésima gestión de la línea ofensiva, lo que le lleva es a estar más cerca de la puerta de la calle que de la del despacho de coordinador ofensivo.

Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com