Bengals 2024Draft 2025

Análisis 2024 y previsión draft 2025: DL-interior

Seguimos con los análisis y, aunque normalmente me gusta ir alternando entre defensa y ataque para no hacerme (más) aburrido, el desastre de 2024 me obliga a centrarme en el apartado defensivo como prioritario. No hay grupo de esta unidad que no necesite un lavado de cara, refuerzos de calidad, profundidad de banquillo, o todo a la vez. La semana pasada vimos el exterior de la línea defensiva, ahora deberíamos centrarnos en el centro (valga la redundancia). Los jugadores interiores de la trinchera defensiva. Los gordos por antonomasia.

Análisis 2024 – Defensive Tackles

B.J. Hill fue la única luz que brilló con intensidad propia en el interior de la línea defensiva bengalí de 2024. Tanto que, probablemente, le perdamos en la próxima agencia libre (foto: Ryan Meyer / Bengals.com)

La temporada 2024 comenzó con un enorme enfado para la base de seguidores bengalíes. D.J. Reader, uno de los jugadores favoritos de la afición y probablemente el jugador con más talento del grupo de defensivetackles, aceptaba una oferta de los Lions (bastante asequible, por cierto) para irse a Detroit. Una vez más, la racanería de la que hacemos bandera llevó a ofrecerle un contrato a la baja ante el temor de que su lesión el año anterior mermara sus capacidades. Está claro que ya no era el jugador que fue, pero aún así, era el mejor (por no decir el único) capaz de ocupar con cierta garantía la posición de técnica-1 o nose-tackle. En el equipo de Michigan jugó casi toda la temporada y los números no desmerecieron su leyenda. Empezamos mal.

Quizá en la convicción de que Reader finalmente aceptaría nuestra ridícula oferta, o alarmados ante los altos precios que se estaban pagando en la agencia libre por jugadores de su perfil, nos hicimos los remolones en la agencia libre, y el único refuerzo fue Sheldon Rankins, cuyo mayor mérito fue hacerle como tropecientos sacks a Burrow el año anterior en el enfrentamiento contra Texans. Siendo un jugador de características muy diferentes a Reader, en un principio pensamos que la idea de Anarumo y Hobby ante el desastre de 2023 sería componer una línea defensiva menos pesada y más dinámica. Sin embargo, entre la lesión al inicio de temporada, y una misteriosa enfermedad después (se habló de meningitis, pero nunca se llegó a confirmar, y extrañó mucho el hecho de no ponerle en la lista de lesionados hasta la jornada 18 pese a no entrar en ninguna convocatoria desde la jornada 11), no llegamos a confirmar si ésta era realmente la idea (sólo disputó 7 partidos).

Una vez fuera nuestra principal adquisición de la agencia libre, les tocó aparecer en escena, quizá antes de que estuvieran plenamente preparados, a los rookies Jenkins y Jackson, DT y NT escogidos en segunda y tercera ronda respectivamente. Pero no sería inmediatamente, ya que sendas lesiones en el training-camp dejaron fuera al primero durante las dos primeras jornadas, y el segundo no pudo debutar hasta la quinta.

Con el drama instalado en el centro de la línea defensiva, tuvieron que ejercer de titulares durante el primer tercio de temporada los infames CarterTufele y, fichado directamente desde el sillón de su casa, el veterano Lawrence Guy. El resultado fue tan lamentable como se podía esperar. La falta de calidad fue sustituida por la acumulación de personal. Alineamos frecuentemente frontales de 3 DTs, a costa de reducir efectivos en la secundaria. Apenas se notó mejoría en la defensa de la carrera por el centro (por supuesto, nada de pass-rush) y como consecuencia, los defensive-backs estuvieron tan vendidos como os comentábamos en la primera entrega de esta serie. Un nuevo éxito total de nuestro cuerpo técnico y gestión de la directiva.

En cuanto empezamos a recuperar efectivos, Guy volvió a primeros de noviembre al sillón de su casa (del cual nunca debió haberse levantado). Peor le fue a Zach “attack” Carter, cortado un mes antes. Tufele aguantó hasta el final, básicamente porque aparte de él y de Jackson, no había nadie para la posición de nose-tackle. Así que, entre HillJenkins, y un poco de Jackson, deambuló la posición en 2024.

Kris “el mutante” Jenkins nos llegó a segunda ronda después de que hubiesen salido los DTs mejor valorados. No escapamos del todo mal, pero tampoco creo que él fuese nuestro principal objetivo. Con una ética de trabajo por encima de su talento, no se le puede negar la intensidad, pero le falta calidad para considerarle un peligro como pass-rusher interior. A ver, que si conseguimos frenar la carrera, ni tan mal, pero tampoco fue el caso (en 2024 fuimos el 19º equipo contra la carrera, permitiendo 124 yardas de media, tan solo un poco mejor que las 126 de 2023). Lo que está claro es que hay que exigirle un poco más para 2025, tanto contra la carrera como contra el pase (apenas 3 sacks, contra las flojas líneas ofensivas de Browns y Raiders).

Una sensación algo mejor dejó McKinnley Jackson. También porque las expectativas no eran tan altas. Aquí sí que tuvimos suerte de que nos cayera al final de la 3ª ronda (Sweat, el mejor NT de la promoción, salió, como se esperaba, muy pronto para nuestras pretensiones). Sólo fue titular en un partido, y sus apariciones fueron tan escasas como se preveía según la tendencia de los nose-tackles en los últimos años. Sin embargo, hay que decir que aportó lo que se le pidió, dejando unos números aceptables. Recordemos que no venía para ser titular, sino para suplir a Tupou (misión cumplida, en mi opinión). Para 2025 se le va a pedir más de lo mismo. Es un especialista contra la carrera de dos downs, cuyo papel será secundario, a menos que Golden haga su magia.

B.J. Hill no tuvo una campaña tan espectacular como la de 2023, pero fue de largo nuestro mejor hombre. Y eso que se perdió un par de partidos por lesión. Con mucha menos ayuda que años anteriores, lideró el grupo en sacks (3), placajes (56) y pases defendidos (4). No es un jugador espectacular (y esto nos puede salvar para renovarle), pero es de los más sólidos de la liga. A pesar de que tendrá 30 años en 2025, es indudable que tendría sitio en la defensa de Golden como especialista en pass-rush interior. El año pasado no nos fue muy bien dejando ir al mejor jugador de la unidad, así que deberíamos haber aprendido de la experiencia.

Ya comentamos en el artículo sobre los edges la ausencia de pass-rush más allá de Hendrickson. Tampoco frenando el juego terrestre estuvimos demasiado inspirados. Si bien se podría discutir el despido de Anarumo, la continuidad de Hobby era indefendible. Hay que hacer una profunda renovación, quizá con Jenkins y Jackson (o algún otro joven) como pilares, pero sin dejar de lado alguna presencia veterana como guía al menos un par de años (que no nos pase como en la secundaria). También podría ser el momento de dar un giro radical y abandonar el frontal de 4 jugadores para dejarlo en 3, con mayor protagonismo para los linebackers. Los movimientos que hagamos en agencia libre y draft nos darán una buena pista.

Agencia Libre

El año pasado identificábamos a Javon Kinlaw como un posible objetivo a perseguir en la agencia libre. Sólo firmó por un año con los Jets, por lo que volverá a estar libre esta primavera. Aunque es cierto que nunca ha llegado a rendir a la altura que se esperaba cuando salió de college, 2024 ha sido su mejor año estadísticamente hablando (foto: David Rosenblum/Icon Sportswire vía Getty Images). ACTUALIZACION: Kinlaw firmó por 3 años y 45 millones por los Washington Commanders

En el momento de redactar este artículo, solamente tenemos en plantilla para 2025 como defensive-tackles a Jenkins y a JacksonHill y Tufele son agentes libres, y Rankins, como no podía ser de otra manera, ya ha sido cortado, liberando unos muy necesarios 9,6 millones, aunque deja 2 de dinero muerto. Tufele nunca ha demostrado nivel para nada más ambicioso que la suplencia. Quizá deberíamos pasar página, aunque, teniendo en cuenta que todavía es joven (26 años al inicio de la próxima campaña), y que no reclamará un salario abultado, se podría considerar su renovación, sin garantía de permanencia en el roster más allá de septiembre.

Otra cosa sería el caso de Hill. La presión interior se cotiza mucho, y es de los pocos jugadores que salen al mercado capaz de producirla. A sus 29 años, es ahora o nunca para él para conseguir un buen contrato que, sinceramente, se ha merecido en estos años con nosotros. Renovarle no va a ser barato, por lo que no contaría demasiado con su vuelta. Esto nos dejaría un hueco profundo en la posición de defensive tackle de técnica 3, normalmente el encargado de presionar en uno contra uno, mientras el de técnica 1 se come los dobles bloqueos.

También hay que ver las intenciones del nuevo cuerpo técnico defensivo. Decíamos en el artículo anterior sobre los edges que quizá la idea que les ronda la cabeza sea la de conformar un bloque sólido en el centro, con dos jugadores pesados y un defensive-end más centrado en la carrera, y la presión viniendo desde los linebackers exteriores. No perdamos de vista que Montgomery, el nuevo entrenador de línea defensiva, tendrá también la responsabilidad sobre el juego de carrera, por lo que es previsible que sea esta faceta la que centre sus objetivos.

Siendo así, quizá busquen en el mercado un jugador algo más grande que Jenkins para esta función, mientras que el “mutante” y Jackson se alternan en la otra plaza de DT. En este perfil podría encajar, como ya os comentaba el año pasado (parezco el representante de este jugador) Javon Kinlaw, que si bien no podríamos catalogarle como un crack que revolucione la posición, podría encajar en los estándares de precios en los que nos solemos mover. Algo más veterano (30 años), también podría valernos Joseph-Day. Si a Tart no lo quisieron el año pasado, dudo que les interese éste.

No obstante, si perdemos a Hill, nos quedamos sin presión interior (por más empeño que le ponga Jenkins, no es su fuerte). Aquí resultaría más complicado reforzarse, porque los pocos jugadores interesantes que salgan al mercado se van a ir de precio: OdighizuwaWilliamsOnwuzurikeReed (aunque con 32, algo mayor ya), … Quizá podría encajar Butler, aunque su buen año 2024 puede contrarrestar sus 31 años para conseguir una merecida mejora de contrato.

Lo que bajo mi punto de vista parece evidente es que tenemos una unidad muy mermada tanto de calidad como de efectivos. Está claro que debe ser una prioridad en el draft, pero probablemente sólo con novatos no sea suficiente. Además, lo que tenemos en plantilla son dos jugadores con proyección, pero todavía escasa experiencia. Considero imprescindible traer al menos un veterano en la agencia libre. Si se decide, por razones económicas, buscar más un jugador de técnica-1, entonces dejar para el draft uno de técnica-3. Y si no renovamos a Hill, este pick de draft debería ser una elección de primer o segundo día como mucho.

ACTUALIZACION: El 10 de Marzo fichamos a T.J. Slaton, nose-tackle ex de Packers, por 2 años y 15 millones.

Draft

Walter Nolen #2 (Ole Miss)

Empezamos fuerte, con un jugador muy polarizante. De los de éxito total o fracaso absoluto. Las recientes noticias sobre problemas de conducta, que arrastra desde su etapa en el instituto, no ayudan. La experiencia fallida con Burton puede llevarnos a huir de este tipo de jugadores (foto: Stephen Lew-Imagn Images)

Uno de los jugadores del próximo draft con la leyenda 3T tatuada en la frente es, como su propio nombre indica, Walter Nolen III. Tanto su constitución física, como su estilo de juego, son prototípicos para esta posición de defensive tackle más centrado en presionar que en contener. En su periplo universitario, primero en Texas A&M y el año pasado en Ole Miss, se ha labrado una prolífica carrera que le ha llevado a ser finalista del trofeo Outland al mejor jugador defensivo del interior de la línea, y estar incluido en el equipo AllAmerica. Todo esto todavía con tan solo 21 años.

En cualquier análisis que se haga sobre él, lo primero que hay que destacar es su físico privilegiado. Sus capacidades atléticas están muy por encima de la media, y las sabe utilizar. Y durante los 60 minutos de partido. Es grande, fuerte y explosivo. Gana la ventaja a su rival desde el primer paso en el arranque de la jugada. Controla la situación desde el inicio, y la conserva todo el tiempo que dura el combate, bien sea reseteando los pies para mantener la iniciativa, o consolidando su tren inferior si debe enfrentarse a dobles bloqueos.

Embiste con ferocidad, lo que le convierte en un dolor de muelas contra la carrera (14 placajes para pérdida de yardas en 2024). Vive constantemente en el backfield rival y, su presencia obliga a variar el juego de sus rivales. Es, además, muy ágil, y posee una velocidad y movilidad lateral que le convierte en un peligro en stunts o cualquier otra acción de pass-rush. Tiene un instinto especial para “oler” la presencia del quarterback, remate o no el sack. Ya sea por potencia, o por aceleración saliendo desde una posición más exterior, es lo bastante inteligente para saber localizar el punto débil de la línea ofensiva y cómo atacarlo sin piedad hasta que finalice la jugada.

Sus atributos físicos son impresionantes, pero solo con ellos no va a poder imponerse siempre en la NFL. Deberá refinar mucho más su técnica: colocación de manos, desengancharse de bloqueos, diversificar su repertorio de armas en el pass-rush, … Juega demasiado alto, muy erguido, y esto sí puede ser un problema. Quizá por su juventud, muchas veces actúa sin un plan, y se queda sin ideas si no funciona su primera intención. Esto le suele frustrar, y hay fases del partido donde pierde el apartado mental. También debe aprender a tener más disciplina a la hora de sellar su espacio sin perder el sitio.

Es un jugador que ha demostrado versatilidad en distintas posiciones, aunque en la NFL debería centrarse en la de técnica-3, para la que está mejor dotado, sin perjuicio de que un entrenador audaz le alinee en otra ubicación. Su productividad está altamente constatada en las estadísticas, que todavía podrían ser mejores con una mayor efectividad, pero que no reflejan en toda su amplitud el enorme impacto que tiene en el juego.

Lo bueno: Su gran actuación en la Senior Bowl solidifica su condición de 1ª ronda. No ha sufrido ninguna lesión importante en su carrera. Experiencia en equipos especiales (en unidades de bloqueos de field-goal y retornos de punt).

Lo malo: Se compara a sí mismo con un “Aaron Donald joven”. Un poco crecido, me parece. Va a tener que cuidar ese estilo un tanto chulesco en las entrevistas. Más le valdría, por ejemplo, centrarse en culminar las jugadas, que no todo es penetrar en el backfield rival si sale de ahí con las manos vacías.

Proyección: A pesar de que realmente sólo ha destapado su potencial este último año tras cambiarse de universidad, es 1ª ronda clarísimo. Según se dé el proceso pre-draft podría salir en la primera mitad de ronda, pero si se mantienen las previsiones actuales, debería llegar a nuestro pick#17.

Omarr Norman-Lott #55 (Tennessee)

Los seguidores muy cafeteros de estos artículos saben de mi predilección por jugadores con un numeral al final de su apellido, o quienes estos lo tienen compuesto. ¿Es casualidad que sea así en los dos primeros análisis? No lo creo (foto: Kevin Jairaj-Imagn Images)

Norman-Lott estuvo 3 años en Arizona State, cuyo entrenador de línea defensiva era su tío, para pedir después el transfer a Tennessee, donde ha estado los últimos dos. Llega a la NFL con 23 años, un poco viejo para rookie. A pesar de esto, tampoco acumula una amplia experiencia, dado que su participación ha estado limitada por lesiones y jugar un papel de rotación. Esto genera dudas sobre si podrá ser un jugador de 3 downs. ¿Qué cualidades le convierten entonces un buen candidato para la NFL? Básicamente, un potencial que salta a la vista.

Es un auténtico especialista en el passrush interior. Y esto se cotiza mucho en la liga. Quizá no tenga la altura y proporciones ideales para el puesto, pero su tamaño no ha sido impedimento, sino todo lo contrario, para vivir constantemente en el pocket rival. Su reacción es instantánea, y concentra toda su temperamental energía en romper el bloqueo del rival, que cuando se quiere dar cuenta ya le ha superado. Posee una perfecta armonía entre su juego de manos y la agilidad del resto del cuerpo, lo que le permite maximizar su potencia para ganar el hueco.

Aunque su limitación física no le haga demasiado visible parando la carrera, ni sobreponiéndose a dobles bloqueos, su explosividad y capacidad para penetrar en el backfield rival a menudo obliga al corredor a modificar su camino. En este momento entran en juego su motor incasable, movilidad lateral y velocidad para salir en su persecución y darle caza. Si no gana algo más de músculo, no va a imponerse en el bullrush, pero su tenacidad y capacidad para desengancharse le convierten en un demonio en espacios reducidos. No tiene miedo a encararse contra linieros ofensivos más grandes.

Es un jugador que puede aportar inmediatamente en el pass-rush (nuestra faceta más floja) mientras desarrolla otras habilidades (y más fuerza) para contribuir también contra la carrera en el futuro. Por su actitud, es un competidor nato, que va a dejarse todo en el campo. Jugadores con esta energía son siempre divertidos de ver por lo que contagian a sus compañeros. Por su experiencia en equipos especiales, va a ser útil desde el primer día. No hubo liniero defensivo interior más explosivo en la Senior Bowl, y la inminente Combine seguro que pondrá más en valor sus cualidades atléticas.

Lo bueno: Aunque después de pasar 5 años en college, lo que no ha aprendido ya puede que nunca lo aprenda, lo cierto es que ha sido tan poco utilizado que evidencia todavía un amplio margen de mejora. Hay mucho más de lo que se aprecia a simple vista. Es frustrante ver que todo ese potencial no ha sido aprovechado adecuadamente por los técnicos por los que ha pasado.

Lo malo: Fue suspendido durante medio partido en 2023 por una agresión. No ha vuelto a tener incidentes, pero hay que vigilar ese carácter. Sale a penalización por cada 38 snaps jugados en sus dos últimos años. La disciplina no es precisamente su principal virtud.

Proyección: Según la web profootballfocusNorman-Lott tiene el ratio más alto de victorias contra su oponente (30,8%) en jugadas de pase de toda la promoción de defensive-tackles de este draft. Con estos antecedentes, no creo que baje de 2ª ronda.

Jamaree Caldwell #90 (Oregon)

Hijo de un liniero de Arena Football con un paso fugaz por los Browns, creció (bastante, por cierto) con la intención de imitarles. Aparte del football, su mayor afición es grabarse videos en internet. Esperemos que tenga éxito en el deporte. El mundo no necesita más youtubers (foto: Troy Wayrynen-Imagn Images)

Vamos a cambiar un poco, y para el último análisis extenso os traemos un nose-tackle. Sólo por especular, imaginemos que retenemos a Hill, por lo que tendríamos cubierta la posición de 3T con él y con Jenkins, pero para la de 1T tan solo tenemos a Jackson. Tampoco descartemos la opción de repetir defensive-tackle como el año pasado (un 3T el primer o segundo día y un 1T el tercero). Aunque resultaría extraño, este año viene tan bien surtida la promoción que, a priori, no deberíamos descartar ninguna posibilidad.

Si en los análisis anteriores teníamos a chicos que habían jugado en dos equipos durante su etapa universitaria, con Jamaree “Maree” Caldwell subimos la apuesta, ya que lo ha hecho en 3: Independence College (1 año), Houston Cougars (2 años) y Oregon Ducks (1 año). Es un culo de mal asiento, lo que resulta chocante teniendo que mover sus 154 kilos de humanidad.

Esta movilidad vital también se traslada al terreno de juego. Caldwell posee las proporciones físicas prototípicas para la posición de nosetackle, pero las mueve con sorprendente fluidez. Solo con su tamaño, aunque no haga nada más, ya sería suficiente para tener impacto en la NFL desde el minuto 1. Pero tiene la suficiente agilidad no sólo para destruir el backfield a puro bull-rush, sino para poder ser alineado en 3T y penetrar también desde ahí. Al tener un centro de gravedad muy bajo, puede aplicar ahí toda su potencia, lo que le permite salir victorioso en duelos contra centers menos físicos, e incluso ante dobles bloqueos.

Por razones obvias, es un jugador que ocupa mucho espacio. Por supuesto, atrayendo hacía sí gran parte de la atención de la línea ofensiva, lo que permite liberar gaps para la incursión de los linebackers; pero también taponando las ayudas de los bloqueadores interiores gracias a su movilidad lateral. Es un jugador muy activo y físico, que juega duro hasta el pitido del árbitro. Es explosivo en el arranque de la jugada y tiene un juego de manos que le permite desembarazarse de los bloqueos. Por sus características, destaca defendiendo la carrera, pero especialmente, en jugadas de goal-line o pocas yardas (algo que no nos vendría nada mal).

Como podría resultar evidente, sus limitaciones se centran en el pass-rush. Una cosa es ser ágil, pero otra muy distinta disponer de la capacidad atlética necesaria para ejecutar todas las acciones de este tipo, por lo que su arsenal no es muy extenso. No obstante, las veces que consigue penetrar en el pocket, necesita ser más efectivo acabando las jugadas. Quizá echaría de menos tener unos brazos un pelín más largos. Llega un poco exhausto al final de los partidos, lo que le hace jugar más erguido y perder la ventaja. Por todo lo anterior, es muy probable que en la NFL quede limitado a jugadas de carrera, con un limitado número de snaps.

En todo caso, estamos hablando de un chico con un gran instinto para reconocer las jugadas y capacidad de reacción para redirigirse. Se encuentra en su salsa en espacios reducidos. Su perseverancia y ética de trabajo ha sido destacada por todos los equipos por los que ha pasado. Con un buen cuerpo técnico que le ayude a crecer, su proyección podría llegar a hacerle jugador de 3 downs. En una posición cargada de talento este draftCaldwell podría ser una joya oculta para el tercer día.

Lo bueno: Experiencia en el instituto como left-tackle y left-guard. Si no funciona de defensive-tackle, igual podríamos probar a cambiarle de lado del balón. También jugó como runningback, por lo que, si finalmente cortamos a Hubbard, podría ejercer de improvisado fullback.

Lo malo: Tiene miedo a las arañas. Espero que este dato no trascienda demasiado porque puede dar ideas a los linieros ofensivos rivales. Por otra parte, nuestro mayor miedo con él sería la propensión a las lesiones, sobre todo tratándose de un jugador tan grande.

Proyección: En 34 partidos disputados en college ha hecho 8,5 sacks, pero ninguno de ellos en 2024. Ya hemos dicho otras veces que las estadísticas no siempre cuentan la historia completa, pero esta limitada productividad puede hacerle caer hasta la 4ª ronda.

Otros nombres de interés

En NFL.com dicen de Derrick Harmon que “juega como un Raven o un Steeler”. La mejor manera de que no la haga sería drafteándole nosotros (foto: Troy Wayrynen-Imagn Images)

Derrick Harmon #55 (Oregon)

Otro jugador al que el cambio de aires le sentó fenomenal. De ocupar un rol de rotación en Michigan State, se convirtió en un pilar defensivo en Oregon. Tiene un tamaño prototípico y una potencia única para llevarse por delante todo lo que se le ponga. Excepcional contra la carrera, todavía es un proyecto en construcción contra el pase. Alto football-IQ y versatilidad para arrancar desde varias posiciones. Debe mejorar su juego de manos y ser menos irregular de snap a snap. Tiene todas las cualidades para convertirse en un DT3T de 3 downs, e incluso como DE4T o 5T si nos planteamos el cambio a frontales tipo 3-4. Es un top-50, pero el proceso pre-draft determinará si nos llega al pick #49, o deberíamos intentar bajar posiciones en primera ronda para sumar picks en rondas posteriores y que uno de ellos fuera él.

Alfred Collins #95 (Texas)

Mucha experiencia (63 partidos) para este jugador de 23 años, pero no tanta como titular (23). No destaca en nada en especial, pero juega muy duro, y sus condiciones atléticas son excepcionales. Es además muy inteligente (premios académicos) lo que le ayuda a identificar la jugada y reaccionar en segunda oportunidad. Es demoledor contra la carrera, siendo el pass-rush una asignatura pendiente que debe aprobar para ser un jugador de 3 downs. Su ídolo era Ossai, otro longhorn, así que podría ver cumplido su sueño si logramos renovarle. No sé si es exactamente lo que necesitamos, pero puede ser el jugador con mayor proyección del draft en esta posición, y estaría disponible en 2ª ronda.

Deone “D-1” Walker #0 (Kentucky)

El junior de los wildcats (21 años) causó un impacto inmediato en college, siendo titular en 36 de los 37 partidos que disputó. Es un chico al que la palabra “enorme” se le queda pequeña. Un nose-tackle que puede hacer que se le haga de noche a su oponente, en todos los sentidos. Por si su corpulencia no fuera suficiente, se mueve con una facilidad pasmosa (fue jugador de baloncesto, no digo más). Tamaño de 1T y agilidad de 3T, todo en uno. Quizá debería bajar algo de peso porque se le nota fatigado según avanza el partido. Capitán del equipo en 2023 y 2024. Alto football-IQ, y alto también centro de gravedad, lo que le hace no ser tan eficaz en el bull-rush como debería. Excelente movilidad lateral, pero debe refinar su técnica de manos porque le cuesta desengancharse del rival. Yo creo que podría estar disponible en nuestro pick de 3ª ronda.

Jordan Phillips #8 (Maryland)

Como luchador de wresting y halterófilo en el instituto, os podéis imaginar que es un defensor que no hace prisioneros. Con solo 20 años, es una auténtica bestia, con una determinación, ética de trabajo y liderazgo inusuales para su edad. Está todavía demasiado verde, pero tiene todos los atributos para convertirse en un nose-tackle diferencial en la NFL. Su primer paso es explosivo, y su potencia imparable para los bloqueadores. Le falta experiencia para evitar que le aparten de la jugada, y su técnica de pass-rush brilla… por su ausencia. No obstante, puede tener impacto inmediato defendiendo la carrera. Destacó en la East-West Shrine Bowl. En circunstancias normales no debería llegar a 4ª ronda, pero este año hay tantos buenos defensive-tackles que todo podría pasar.

Joshua Farmer #5 (Florida State)

Termino con Farmer, pero podríamos pasarnos días enteros viendo defensive-tackles de esta promoción. Capitán del equipo y ganador de un trofeo al liderazgo en los seminoles, estamos ante un jugador bien proporcionado en tamaño, peso y envergadura. Destaca su explosividad saliendo desde la posición de 3T. Siendo el menor de 7 hermanos, apostaría a que se mueve bien en espacios reducidos. Quedó huérfano a los 11 años, así que tuvo que madurar a la fuerza. Mejor run-stopper que pass-rusher en la actualidad, aunque los defectos que presenta son corregibles con buen entrenamiento. Tiene que mejorar el juego de pies y ser más consistente a lo largo de todo el partido. Para un jugador que puede estar disponible en 5ª ronda, presenta un potencial muy interesante como jugador de rotación.

(foto de portada: Ole Miss Sports)

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