Para los fanáticos de las series de televisión, resulta inevitable que el fichaje de un entrenador apellidado Taylor no nos evoque al fantástico personaje homólogo de “Friday Night Lights”. Desde esta perspectiva, el listón del nuevo head-coach bengalí Zac Taylor no puede estar más alto. La imagen del mentor que motivaba a sus jugadores a no esperar a que las cosas sucedan sino a ir a buscarlas, o que no hay que ser necesariamente el mejor, pero siempre hay que intentarlo, es evidente que planeará sobre nuestro nuevo líder en la banda. Pero aquel era un personaje de ficción, ¿Quién es realmente Zac Taylor?

Pese a un buen rendimiento en high-school, ninguna universidad importante se fijó en Taylor. Ni siquiera la de Oklahoma, su estado natal. Pero tras su buen rendimiento en un JUCO en Kansas, llamó la atención de los Nebraska Cornhuskers quienes, necesitados de quarterback, le ofrecieron la titularidad los dos años que le quedaban de universidad.

Dos eventos importantes le ocurren en los Huskers. El primero es que conoce a Sarah, su esposa, con la que tiene 4 hijos. El apellido de soltera de Sarah es Sherman, y esto es relevante porque es nada menos que hija de Mike Sherman, quien entre otras responsabilidades en varios equipos, fue head-coach de los Packers entre 2000 y 2005. El otro hecho significativo es que en Nebraska su entrenador es Bill Callahan, el padre de nuestro nuevo coordinador ofensivo Brian, quien implanta en esta universidad un nuevo sistema ofensivo basado en la West Coast Offense.

Tras una breve e infructuosa carrera profesional en Buccaneers y la liga canadiense, entra como entrenador asistente en Texas A&M a las órdenes de su suegro Mike Sherman. Por cierto, en esta etapa conoce a Jim Turner, nuestro controvertido nuevo entrenador de línea ofensiva. De ahí da el salto a los Miami Dolphins, donde durante 4 años se encarga de la tarea de desarrollar a sus quarterbacks, concretamente a Ryan Tannehill, a quien ya había tenido a sus órdenes en Texas A&M.

En 2015 la situación en los Dolphins estalla y tras el despido de Bill Lazor (recordad que fue nuestro anterior coordinador ofensivo) le ascienden a OC durante los 5 últimos partidos. Pese al balance 2-3, su labor fue discreta, ya que el equipo incluso disminuyó la media de puntos por encuentro. Por cierto, allí coincide con Lou Anarumo, también nombrado DC de emergencia en aquella turbulenta temporada sustituyendo a Kevin Coyle (recordad, antiguo entrenador de secundario nuestro).

En 2016, el nuevo staff de Miami decide prescindir de él y recala como coordinador ofensivo en Cincinnati… pero en los Bearcats, el equipo universitario. Allí contrata a su conocido Jim Turner como entrenador de RBs, pero éste le “caga la cara” y un mes después acepta una oferta para volver a Texas A&M. No debió afectarle mucho el desplante cuando ha vuelto a contratarle para los Bengals. Según parece, fue el propio Turner quien le había recomendado a Tuberville, el head-coach de los Bearcats. Aquí todo son cruces de favores.

No lo hace mal en Cincy, y su labor llama la atención de McVay, quien le contrata como entrenador de WRs para su nuevo proyecto en los Rams. Al año siguiente se encarga de entrenar a los quarterbacks y llega a la Super Bowl. De ahí, le fichamos. Tarde, y eso nos ha costado perder posibles adquisiciones de entrenadores para el nuevo staff y tiempo de preparación para la campaña 2019, pero es lo que hay, ya que tanto Duke Tobin como Brown estaban convencidos de que ésta es la persona que querían como nuestro entrenador de Bengals.