Finiquitada la etapa de Marvin Lewis con la liquidación de toda su vieja guardia nuestro equipo empieza una nueva era. Una época que gira alrededor de un hombre, Joe Burrow. El hombre que llevó a LSU a lo más alto. Es sin duda la joya de la corona, al que en otro universo veríamos como la única opción para ser el portador del anillo. Todo gira alrededor de él, todos pendientes de protegerlo para que pueda llevar al grupo por el buen camino. Es por eso que han formado la comunidad del anillo, con gente de su plena confianza. Algunos capaces de hacer lo imposible porque son magos, también guerreros incansables, otros que son calificados de enanos por no tener el tamaño prototípico y también porque no decirlo, algún que otro tronco que mira de tener vida en los equipos especiales. Unas relaciones que empiezan en la época universitaria y que pueden servir para crear un grupo más fuerte. Los demás equipos no nos lo pondrán fácil porque también quieren ese tan preciado anillo. Pero Burrow es a quién hemos estado esperando durante años para que nos lleve al anillo, un anillo para gobernarlos a todos.
La etapa universitaria de Joe Burrow empezó en Ohio State y allí empezó a forjarse la unidad de nuestro vestuario. Es donde coinciden nuestro QB y un hombre de la casa, el DE Sam Hubbard. Les une una fuerte amistad que se forjó especialmente cuando pasaron unos días en Nueva York haciendo prácticas en Goldman Sachs el verano de 2016 cuando estudiaban en Ohio State. Burrow y Hubbard formaban parte del equipo ya en 2015 cuando mantuvieron el redshirt de Joe intacto. De esa época había otros jugadores de nuestro roster. El primero que llegó a nuestro equipo fue el center Billy Price que compartió los tres años con ambos. Uno de los jugadores con un rol importante era el junior y nuestro actual safety Von Bell. Además en esa secundaria también estaba el CB sophomore Eli Apple, incorporado este verano. Finalmente también formaba parte del equipo Isaiah Prince, el RT que no estuvo el año pasado con los Bengals al decidir no jugar por el covid. Un año antes de la llegada de Burrow, en 2014 ya eran parte del mismo equipo Hubbard, Price, Bell y Apple ganaron el título nacional. En 2013 formaban parte del equipo Price, Bell y Apple. En 2016 marchan a la NFL Bell y Apple, pero llegó el guard Michael Jordan. Pero no acaba aquí la cosa, ese mismo año también había llegado el entonces freshman y recién llegado a los Cincinnati Bengals, el punter undrafted Drue Chrisman, sí el que se declaró en un descanso. En 2017 vuelven a compartir equipo Burrow, uno de los capitanes Hubbard, otro capitán Price, Prince y los más jóvenes Jordan y Chrisman.
Una imagen que queremos ver este año, Hubbard haciendo un sack a Mayfield. (Foto de Bryan Terry, The Oklahoman
En 2018 comparten equipo Jordan, Prince y Chrisman en Ohio State. Mientras que Hubbard y Price habían llegado ya a los Bengals, por su parte Burrow se marchó a LSU. Allí coincide con otros jugadores de nuestro equipo con los que jugará dos temporadas. Son el WR número 5 del último draft Ja’marr Chase, el recién fichado TE Thaddeus Moss y el NT elegido en cuarta ronda Tyler Shelvin. Todos ellos llevaron a LSU a ganar el campeonato nacional en 2019.
Shelvin viene a ayudar a que Burrow llegue a lo más alto.
Pero las conexiones entre jugadores de nuestro equipo no acaban en estas dos universidades. Si vamos a Oklahoma allí coincidieron en 2016 nuestra pareja de RB actuales. Joe Mixon y Samaje Perine. También estaba otro RB más joven al que drafteamos pero que las lesiones le truncaron la carrera, Rodney Anderson. Además de los corredores también estaban en el roster dos de nuestros defensas, el LB Jordan Evans y el DE Amani Bledsoe. Finalmente en ese equipo se encontraba el K Austin Seibert al que reclutamos a media temporada pasada. En 2015 ya habían coincidido todos con la excepción de Bledsoe, mientras que en 2014 quién aún no estaba era Seibert aunque Mixon estaba fuera del equipo por su famoso incidente.
Sin Bernard el juego de carrera dependerá de los dos ex sooners
De otra de las universidades más prestigiosas también hay jugadores que compartieron equipo. La segunda ronda de este año Jackson Carman coincidió con la segunda del año pasado Tee Higgins en el ataque de Clemson de 2018 a 2019. Ambos ganaron el título nacional en 2018.
Carman ya ha bloqueado con éxito para el TD de Higgins en un reverse
Otros que coincidieron durante su etapa universitaria en Colorado y que se reencontrarán este año son el nuevo CB Chidobe Awuzie y el NT Josh Topou que volverá después de ausentarse por el covid el año pasado.
En 2018 compartieron equipo el OT Fred Johnson con nuestro nuevo K Evan McPherson en los Florida Gators.
Otros que coincidieron en college fueron el S Jessie Bates y el WR hasta ahora en el practice squad Scotty Washington en su etapa en Wake Forest. Continuando con jugadores del practice squad, el RB Jacques Patrick fue compañero de Auden Tate en Florida State.
De uno de los mejores programas, la universidad de Alabama tenemos un primera ronda y un undrafted que coincidieron. Se trata del LT Jonah Williams y el “querido” CB Tony Brown.
El OT Adeniji y el RB undrafted Pooka Williams jugaron juntos y muy bien en Kansas y ambos fueron elegidos en el Primer Equipo All-Big 12.
Si Adeniji y Williams triunfan en Cincinnati Pooka broma con ellos.
También jugaron juntos dos jugadores con poco protagonismo, lo hicieron en Nebraska y son el DT Freedom Akinmoladum y el WR Stanley Morgan.
Otros que fueron compañeros de equipo que llegaron de la mano de Jim Turner y estuvieron con él en esa etapa universitaria son el OT Sutherland y el RB Trayveon Williams en su etapa en Texas A&M.
Todas estas son las conexiones que vienen de lejos dentro de nuestro equipo. Veremos si todo ello se transforma en un grupo unido y que haga piña en los momentos complicados de la temporada. Probablemente no todos sean amigos, algunos solo conocidos y otros simplemente se saludan, pero lo que está claro es que hay que formar un equipo, un grupo que reme en la misma dirección, o como dice siempre nuestro coach, que estén en la misma página. Taylor no consiguió nada de esto el año pasado seguramente por la presencia de algunas vacas sagradas de la anterior etapa que ahora ya no están. Además los malos resultados tampoco ayudan a ello. Con un balance de 6 victorias y un empate en dos años no puede perder el tiempo ni sobretodo partidos. Jugadores importantes no han querido renovar, no podemos permitirnos perder a ningún activo más, necesitamos que las figuras del proyecto como Bates se crean el proyecto. Tampoco hay que olvidar que si el proyecto empieza a crecer será más fácil convencer a agentes libres para el futuro. Siempre y cuando Mike Brown ponga algo de pasta evidentemente. Pero tenemos un equipo muy joven, actualmente solo 6 jugadores del roster superarán los 30 años cuando empiece la liga. Dos de ellos, el long snaper Clark Harris y el punter Kevin Huber forman parte de los equipos especiales, mientras que los otros son el DT Mike Daniels, los guards Sua-Filo y Spain y el nuevo OT Riley Reiff. Este es un motivo de esperanza de cara al futuro. Los jóvenes piden paso y es la hora de que todos se calcen las botas, se pongan las corazas y los cascos y que estén dispuestos a ayudar al compañero que tengan al lado. Habrá que pelear en las trincheras, aprovechar que hemos conseguido hombres capaces de doblar el arco para atacar a los líderes de nuestros enemigos. Hemos reforzado nuestros muros para resistir los empujes del rival. Habrá que pelear ante cada uno de los 17 rivales. Será un largo viaje que nos llevará hasta Mordor (Pittsburgh, Cleveland y Baltimore) y en ese trayecto sufriremos bajas y sorpresas inesperadas, pero desde el verano pasado el nueve nos permite soñar de nuevo.
Hay luz al final del trono.
Escribo para la jungla hispana y participo en su podcast. También podéis leerme en sexto anillo. Podéis seguirme en Twitter @xeviht81.