Bengals 2023Previas

Previa Bengals-Seahawks 2023

El mundo es un sitio mucho mejor cuando Burrow está bien. El domingo pasado por fin atisbamos a ver un poco del Burrow de siempre. El que se zafa del acoso de los rushers moviéndose en el pocket, el que es capaz de conectarse en largo (el TD de Chase y el fleafleaker a Irwin que no llegó por poco), el que puede ganar primeros downs con sus piernas, y el que vuelve a porcentajes de más del 75% de pases completos. Todavía no está al 100% (pases atrasados, carreras ortopédicas, imposibilidad de dropbacks para jugar bajo el center, necesidad de hielo en la zona dañada durante los descansos,…) pero la mejoría es evidente.

Cuando él está bien, se tapan el resto de deficiencias: una línea ofensiva que no para ni un taxi, un runningback empeñado en chocarse contra sus compañeros, incapaz de ganar la yarda que nos separa del touchdown, unos tight-ends invisibles que ni bloquean ni reciben,… Incluso los problemas defensivos, especialmente delicados en la falta de contundencia en los placajes, los fallos de concentración, o los desajustes en cobertura. Incluso los entrenadores se atreven con jugadas imaginativas o perseguir conversiones de cuarto down.

Por eso resulta tan triste tener que estar entre la espada y la pared para comenzar a reaccionar. Apareció Irwin, mostrando que hay alguien más con manos en el cuerpo de receptores, y que no tiene problemas en ayudar en los bloqueos (lo que su poco físico le permite). Los novatos Turner y Battle, el primero por la baja de Awuzie y el segundo por la ineficacia de Scott, enseñaron destellos de que pueden ser titulares fiables en poco tiempo. Fue necesario que se lesionara Higgins para que Iosivas demostrara su calidad como receptor equilibrista.

Pero nada de todo lo bueno que hicimos en Glendale servirá si este domingo no le damos la réplica adecuada a los Seattle Seahawks en nuestro Paycor Stadium, desde la 7 de la tarde hora española, las 12 del mediodía en México y las 5 de la tarde en Argentina. Se espera una tarde nublada en Cincinnati, con una temperatura rondando los 13ºC y como siempre, una humedad muy alta, cercana al 75%. Hay una ligera probabilidad de lluvia (20%) y se esperan vientos de hasta 25km/h.

Nuestra historia con los Seahawks empieza cuando ellos estaban integrados en la Conferencia Americana. De aquella época data nuestro único enfrentamiento en playoffs, con victoria para los nuestros de camino al Super Bowl XXIII. En temporada regular estamos igualados 10 a 10. De los últimos 5 enfrentamientos les hemos ganado 3, aunque la última vez que nos vimos las caras, en la jornada inaugural de 2019 en Seattle, caímos 21-20, en un encuentro más disputado de lo que se prevía, con el debut oficial de Taylor como entrenador. En la actualidad, no me sale ningún jugador que haya jugado con ambas escuadras. Vestiremos el tradicional uniforme de local, compuesto por camiseta negra y pantalón blanco (rayas naranja), pero esta vez combinado con calcetas naranjas.

Nos arbitrará Adrian Hill, ingeniero aeroespacial que trabaja para la NASA en el Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory. Nacido en Washington y residente en Maryland, su hermano es el presentador de un popular programa de radio… en Seattle (¿suspicacias?). En todo caso, su balance cuando nos arbitra nos es ligeramente favorable por 4-2-1. Es un colegiado muy estricto con las salidas falsas y los holdings ofensivos, así que las líneas ofensivas deberán estar muy atentas, aunque, por otro lado, el factor ruido del ambiente puede jugar su papel. Por lo demás, se sitúa en mitad de la tabla de los “pañueleros”, con una media de 11 por encuentro.

Esperemos que Adrian Hill esté más atento que su compañero Tony Michalek la última vez que jugamos contra los Seahawks, quien se dejó caer un fantástico pase de Dalton estando totalmente desmarcado (SB Nation Seattle)

En ataque

Obviamente, las miradas hay que volver a centrarlas en Burrow, pero no debemos olvidar que en nuestra plantilla hay más estrellas. Si hace una semana, Chase se quejaba de que no le pasaban balones pese a que siempre estaba «f*cking open«, ante Cardinals le llovieron 19 lanzamientos, de los que atrapó 15 para 192 yardas y 3 touchdowns. Esas 15 recepciones suponen un nuevo record de la franquicia. Va a ser verdad que siempre está «f*cking open«. Es el quinto jugador de la historia de la NFL con al menos 15 recepciones, 150 yardas y 3 TDs en un solo partido (y dos de esa lista son precisamente jugadores Seahawks).

Lo que no está roto, es tontería arreglarlo. Si la jugada «pase de Burrow a Chase» no la pueden parar, agotémosla hasta el infinito. A veces, el football es muy sencillo cuando hay estrellas de este calibre sobre el emparrillado. Pero no nos olvidemos que delante teníamos una secundaria como la de los Cardinals, que no se nos va volver a poner enfrente. De la victoria en Glendale hay que extraer lo que funcionó, está claro; pero también lo que no, y debemos corregir para cuando doblen las coberturas a «Uno» y no resulte tan fácil encontrarle.

La mejoría de Burrow es evidente. Mucho más móvil para eludir la presión o ganar el primer down corriendo, y con capacidad para el pase largo (de hecho, la anotación de 63 yardas de Chase fue su pase de touchdown que más tiempo voló por el aire en su carrera profesional). Sin embargo, todavía no está al 100%. Algunos de sus pases fueron a destiempo. Sus movimientos laterales son aún algo robóticos. Paso a paso, pero vamos por la dirección correcta.

Importante que conserve la confianza en la protección. No sólo de la línea ofensiva, a la que vemos flaquear peligrosamente por el centro, sino también de los TEs o RBs encargados de aumentar esta protección. Los blitzes por el centro generaron momentos de angustia ante la imposibilidad de pararlos. De bochorno fue que el pequeño receptor Irwin demostrase más coraje en los bloqueos que tight-ends más grandes que él. Es necesario seguir mejorando en esta faceta, porque como digo arriba, las capacidades de Burrow son todavía limitadas.

También se pretende excusar la lamentable media de 3,2 yardas por carrera de Mixon en la imposibilidad de la línea para abrirle espacios. Pero me parece que ésta es sólo una verdad a medias. Es cierto que muchas veces le paran tras la línea de scrimmage, pero también es responsabilidad suya encontrar lo antes posible el mejor hueco y percutir con decisión. Y si resulta que todo proviene de una inadecuada coordinación entre unidades, creo que Taylor debería obligar a que en los entrenamientos se insistiera en esta cuestión. Y si, por la razón que sea, hay que cambiar el esquema de bloqueos, no empecinarse en lo que no funciona y dar paso a otro diferente. No creo que con otro corredor el resultado fuese muy distinto, pero quizá, tanta carrera estéril de Mixon termina minando su confianza, y no estaría mal un relevo en esta tarea en la que está siendo sobreexplotado.

Un día más, la labor de los tight-ends fue invisible. Ni con formaciones de doble TE éramos capaces de correr. En un día con 46 pases, ninguno fue para ellos. Sé que es una batalla perdida, pero un día nos van a hacer falta, y no los vamos a tener.

Y el domingo pasado, sin Higgins, podría haber sido un día propicio para ello. Pero ni los TE, ni Boyd, que tuvo una jornada discreta (aunque le anularon un touchdown por una falta muy leve de Cappa) fueron quienes salieron al rescate, sino el pequeño Irwin, con 8 recepciones para 60 yardas. Además, muy activo en la ayuda a sus compañeros. También a destacar las dos recepciones muy buenas de Iosivas (aunque lamentablemente sólo una fue válida), y la primera de la carrera de Lassiter ante el equipo donde su padre fue una leyenda defensiva. Estas cosas también hay que saber cuidarlas.

Frente a los Seahawks debemos esperar más de lo mismo. Es bastante probable que Higgins se vuelva a perder el encuentro (y si juega, lo hará de forma testimonial en jugadas puntuales, como en la red-zone), por lo que de nuevo, alguien (seguramente otra vez Irwin, o puede que esta vez Boyd, dudo que den más protagonismo a Iosivas) tendrá que hacerse cargo de esa docena aproximada de targets que suele acaparar Tee en condiciones normales (aparte de la presión que quita a Chase). Como no espero milagros en el juego de carrera, no los voy a pedir. Sólo rezar para que la línea ofensiva sea infranqueable. Si Burrow tiene tiempo y tranquilidad, somos imparables.

Chase anunció al ser drafteado que venía para batir todos los records de la franquicia. El pasado domingo rompió uno más: el de más recepciones en un partido, que lo tenía Pickens. La nueva marca está en 15. No me extrañaría que no quedase ahí, viendo su estado de forma y su conexión con Burrow (foto: bengals.com)

En defensa

Como comentaba Carles en el podcast, somos el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Si el ataque está bien, la defensa mal, y viceversa. Es cierto que, mirando los números, tampoco se puede catalogar de mala una defensa que logra 2 intercepciones. Pero si bien la primera, el pick-6 de Taylor-Britt tuvo mucho mérito y llegó en el momento oportuno, tras el bajón de ser parados en goal-line, la de Pratt fue una cagada personal, más merecedora de una regañina que de un «balón de partido».

Volvimos a encajar un saco de yardas de carrera (142). Vale que un tercio fueron en una escapada de 41 yardas de Moore (fruto de un auténtico despiste defensivo), pero del resto, la mitad las logró un RB rookie undrafted desconocido, Demercado. Veo a los linebackers más preocupados del big-play que de cerrar líneas, y esto me preocupa. No los encuentro tan rápidos y activos como en otras temporadas. Tampoco me parece que Scott esté resultando de mucha ayuda, por lo que cada vez estamos viendo más en acción a Battle en el strong safety.

En la secundaria, la lesión de Awuzie hizo salir al novato Turner de titular, y la verdad, no noté diferencia en cuanto al rendimiento del rookie y al que está ofreciendo hasta el momento el veterano. Es bastante probable que este domingo tenga que volver a actuar, y encarar a Lockett (supongo que Taylor-Britt se las verá con Metcalf) son palabras mayores. Por suerte para ambos, Hill se está destapando como un gran free safety para proteger los pases profundos (que preveo vamos a sufrir unos cuantos). Una semana más que no nombro a Hilton, lo que significa que el slot-CB sigue en su línea de sobriedad y seguridad.

Por tanto, nuevamente la línea defensiva será la encargada de marcar el ritmo de nuestra defensa. No podemos pedirle a Hendrickson 2,5 sacks todos los partidos, pero sí que se erija en el líder que es. Cuando está inspirado, todo lo demás funciona: la presión interior de Hill y Reader, la capacidad para enfocarse en frenar la carrera de Hubbard, la posibilidad de blitzes desde la secundaria, etc. No va a ser fácil incordiar a Smith. Los Seahawks sólo conceden una media de 1,8 sacks por encuentro, la 6ª mejor marca de la NFL.

Hendrickson estuvo colosal ante Arizona. Como la secundaria va a seguir mermada por bajas e inexperiencia, vamos a necesitar nuevamente un gran esfuerzo colectivo de toda la línea defensiva para incapacitar el ataque de los halcones marinos (foto: bengals.com)

El rival

Mucho cuidado con considerar a Seattle un rival «fácil». Solo el hecho de tener un balance positivo de 3-1 debería hacernos reflexionar. Es cierto que dos de sus triunfos fueron ante equipos en baja forma como Panthers o Giants, pero arrancaron una victoria muy importante en Detroit. Llegan con la moral alta tras 3 partidos ganados de forma consecutiva. Quizá los 49ers se han escapado en su división, pero tienen a tiro el wildcard. Además, vienen de bye, así que estarán descansados.

Para encontrar la última vez que Geno Smith se enfrentó a nosotros hay que remontarse a 2013. Aquel día le metimos una paliza a los Jets (49-9), y tuvo un día nefasto, con apenas 159 yardas y dos intercepciones retornadas para touchdown. Afortunadamente para él, su situación ha cambiado mucho desde que llegó a Seattle. Este año no le están saliendo bien las cosas (es el 29º QB en yardas de pase, pero con un rating de 97,8, que le sitúa el 10º de la liga), aunque en 2022 hizo una campaña bastante buena, por encima de las expectativas, superando las 4200 yardas y consiguiendo 30 touchdowns.

Es un equipo muy anotador (el 6º mejor de la liga), y equilibrado en cuanto a pase y carrera (16º lo primero, 17º lo segundo). Su líder por tierra es Walker, mientras que por aire Metcalf y Lockett. Nada nuevo aquí, pero hay que destacar que a continuación van dos novatos (ellos sí les dan oportunidades) como Charbonnet (RB) y Smith-Njigba (WR). Quizá sus puntos débiles son la eficacia en la red-zone y las conversiones de tercer down. Tienen bajas en la línea ofensiva: Lucas (OT) y Lewis (LG), pero recuperan a Cross (LT).

En defensa volverá el SF Adams para conformar una excelente secundaria con los CBs Woolen y Witherspoon, y Diggs, el otro SF. Pero contra el aire es la 30ª defensa de la liga. Mucho mejor lo hacen parando la carrera (6º de la liga, concediendo apenas 87,5 yardas por partido), destacando los LBs Wagner y Brooks. Ojo a la presión, que son el segundo equipo con mejor media de sacks por partido (4). Pueden ser vulnerables en la red-zone, donde les han anotado 7 touchdowns en las 8 veces que les han llegado.

En todo caso, es un equipo siempre competitivo gracias sobre todo a que están muy bien entrenados por el incombustible y energético Pete Carroll. Se dice que sufren cuando juegan en la zona este del país, fuera de su horario habitual, pero como tantas otras, es una estadística que está para romperse.

La última vez que la defensa de Seattle pisó un emparrillado logró nada menos que 11 sacks. Más nos vale estar prevenidos (foto: Frank Franklin II / AP Photo)

La clave

Poco hay que pensar aquí: Burrow. Si está bien tendremos opciones. Si está mal, o pierde la confianza en la línea ofensiva, nos tocará sufrir. Somos dos equipos bastante igualados ahora mismo: defensa resultona, ataque trompicado con posibilidad de explotar, y sólidos equipos especiales. Veo un partido igualado (esto es un clásico de mis previas) pero esta vez con una alta anotación.

Las apuestas nos dan favoritos por 3 puntos, lo que confirma mis sensaciones. En todo caso, nosotros estamos mucho más necesitados de la victoria. Irnos 2-4 al bye, a sabiendas que a la vuelta tenemos 49ers y Bills, sería muy duro. Ellos, con 3-2, seguirían con aspiraciones a todo. Por eso mismo, jaleados por nuestro público, debemos salir con la mentalidad de que es una (otra) final, de que este partido no se puede perder. Hay que confirmar que los tigres de bengala han vuelto a la NFL. Who Dey!

El dedo de Burrow nos guía el camino. Adelante, siempre adelante. Sufriendo. pero ganando. El descanso nos va a venir bien, así que debemos llegar a él sin dudas sobre nuestro rendimiento con una contundente victoria ante Seattle (foto: bengals.com)

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