Draft 2018

Mason Rudolph (Oklahoma State)

Decía con anterioridad que la directiva seguro que vería con buenos ojos apostar por un QB en contrato rookie antes que hacer una inversión millonaria en Dalton cuando acabe su contrato (sobre todo, si sus actuaciones siguen rondando la mediocridad). No soy un experto en college, pero según leo, esta promoción de quarterbacks es mejor que la de otros años en comparación. Quizá tarde en llegar otra en la que puedan entrar como media docena de QBs titulares en potencia. No confío nada en que a la directiva se le pase por la cabeza lo que voy a exponer a continuación, pero no sería tan descabellado invertir una 2ª ronda en un quarterback con calidad suficiente como para asumir, con el tiempo necesario de formación, la titularidad cuando Dalton termine su contrato (o antes, si no espabila).

Dentro de este proyecto de reconstrucción a largo plazo encajaría muy bien el Cowboy. Rudolph es un quarterback de quien en primer lugar sobresale su planta. Tiene una complexión ideal para la posición. Una corpulencia muy importante en una competición cada vez más física. Pero por otro lado, está muy verde aún, por lo que adquirir experiencia a la sombra de un veterano, sin la presión de tener que jugar de inicio, le vendría fenomenal a su formación.

Rudolph es un pocket-passer de manual, con una presencia imponente. Gran paciencia en la bolsa de protección y brazo para ejecutar cualquier lanzamiento. Posee buena movilidad para extender las jugadas. Es duro (empezó como TE) y no duda en agachar la cabeza y avanzar con el balón si se presenta la oportunidad (17 TD de carrera). Ha sido tremendamente productivo (4.904 yardas, record de la liga universitaria) y es un QB que protege muy bien el balón (37 TD, entre los mejores de la nación, por sólo 9 intercepciones). Como senior, posee amplia experiencia en college (38 titularidades), mejorando año a año, hasta llegar a un más que interesante porcentaje del 65% de pases completados.

En ocasiones, su paciencia se vuelve en contra, ya que aguanta demasiado el oval en sus manos y esto le pasará factura en la NFL. Jugar en la conferencia Big-12, cuyas defensas no son nada del otro mundo, ayuda a inflar sus estadísticas. También ayuda el hecho de jugar en un sistema ofensivo de run-pass-option muy amigable para el QB. Debe aprender a jugar bajo el center, y a ordenar jugadas en la línea de scrimmage, así como adquirir una mayor habilidad en sus progresiones, y no quedarse clavado con la lectura original. Su precisión es excelente en el pase largo, pero no tanto en distancias cortas y medias. No jugó la Senior Bowl por lesión, pero no parece nada serio según se evidenció en la combine.

Lo bueno: Se ve bien de naranja y negro.

Lo malo: Soportar a Zanoni cada vez que anote un TD tarareando la cancioncilla “Rudolph, the red noise reindeer”.

Proyección: Finales de 1ª ronda – principios de la 2ª. No está claro que nos llegue al pick#46.