Bengals 2018Draft 2019

Análisis 2018 y previsiones draft 2019: Linebackers

Terminamos el análisis pre-draft con una de las posiciones más interesantes. Buena parte de la responsabilidad en la desastrosa campaña defensiva 2018 recayó sobre este grupo. Ni los veteranos tuvieron la presencia exigible, ni los jóvenes dieron el paso adelante necesario. Las lesiones golpearon esta unidad, pero siendo sinceros, tampoco desde la salud se hicieron grandes cosas. Los movimientos en esta posición, desde el entrenador hasta los jugadores, son necesarios, han empezado a hacerse, y se seguirán haciendo durante el draft. Es, fuera de toda duda, un puesto donde buscaremos refuerzos, como mínimo, antes de tercera ronda.

Resumen 2018

Brown y Vigil empezaron muy bien, pero poco a poco, tanto ellos como el resto de la unidad, fueron diluyéndose (foto Jeff Roberson para Fox19.com).

 

Intentemos retrotraernos al comienzo de la temporada. Las expectativas no eran malas. Fichamos desde Buffalo al nativo de Cincinnati Preston Brown, una máquina de hacer placajes, y para variar, en una edad donde todavía le deben quedar buenos años de juego. Además, gracias a haber bajado en 2ª ronda pudimos subir en 3ª para hacernos con el MLB Malik Jefferson, uno de los rookies a quien se le veía mayor futuro. Para compensar las buenas noticias, la mala de una nueva sanción a Burfict, esta vez por consumo de sustancias prohibidas en la recuperación de una conmoción cerebral.

 

Así las cosas, nuestro tridente inicial fue Vigil-Brown-Evans. Vigil, como SLB, fue nuevamente uno de los jugadores con mayor cantidad de placajes del equipo (de hecho, quien más entre los LBs). También en cobertura tuvo alguna aportación interesante. Sin embargo, su juego, irregular, fue de más a menos. Las estadísticas de los placajes reflejan que hace muchos, sí, pero no que siempre llegan tarde. Nadie le hace sombra porque el nivel del grupo es paupérrimo, pero en casi cualquier equipo sería suplente. Además, una lesión de rodilla (producto de un sucio placaje del steeler Nix) en la jornada 6 le dejó mes y medio inactivo, por lo que no tuvo la necesaria continuidad para mejorar su juego. Es la segunda temporada consecutiva que no realiza completa por las lesiones.

 

Evans tenía una excelente oportunidad para, en ausencia de Burfict, consolidarse como titular. No la aprovechó. Su juego fue muy intermitente, a ráfagas, insuficiente como para confiarle la titularidad de manera definitiva. Destellos en cobertura (1 INT, 3 pases defendidos), aparte de 1,5 sacks y segundo LB en número de placajes. Como en el caso anterior, la engañosa estadística señala los placajes realizados, pero no cuántos se le escurrieron entre las manos. Es, como al anterior, un aceptable suplente útil en equipos especiales, pero no la solución en el WLB.

 

Brown tenía que ser la respuesta definitiva en el MLB. Un jugador que en sus cuatro años en la liga no se había perdido ni un solo partido… cayó lesionado ya tras la primera jornada. Una lesión de tobillo le dejó fuera dos semanas, y más adelante, en la 10ª, fue la rodilla lastimada la que le llevó definitivamente al Injury Reserve. Durante los partidos que estuvo activo, resultó una decepción. Llegaba siempre tarde a la acción. No sé si sería un problema de falta de forma, o que simplemente el jugador es así de lento, pero los placajes siempre se producían varias yardas más atrás de donde deberían. En cobertura logró 2 intercepciones (una muy meritoria contra Colts cuando estaban a punto de anotar), pero como en el caso anterior con Evans, los números no muestran la comodidad con que pudieron recibir, como es tradición, los tight-ends rivales.

 

Con una unidad que naufragaba, esperábamos como salvadora la vuelta de Burfict, pero también aquí se cumplieron los peores pronósticos. No sé si las 4 semanas de sanción alejado de la disciplina del club fueron la causa, pero lo cierto es que llegó muy fuera de forma. Pasado de peso, volvimos a ver su peor versión. Lento, muy lento. Sin reflejos, dejándose caer intercepciones atrapables. Y sobre todo y más preocupante, más interesado en propinar el gran golpe que en detener realmente la jugada echando al contrario al suelo. De nuevo, frecuentes entradas y salidas del campo como consecuencia de los golpes propinados con la cabeza hasta que finalmente, una nueva conmoción la penúltima jornada concluyó su temporada.

 

El revulsivo que se esperaba desde la suplencia no se produjo. El novato Jefferson apenas intervino en el juego, y cuando lo hizo, evidenció las mismas carencias que se le apuntaban en college: falta de instinto para determinar el rumbo de la jugada y limitada capacidad de reacción. Cuando la acción va por su lado, bien, pero se le vio lamentablemente aún muy verde como para darle la responsabilidad de dirigir la defensa desde el MLB. Por otra parte, con la temporada ya perdida, tampoco le dieron más oportunidades, por lo que poco aprendizaje real pudo obtener su temporada rookie.

 

Y todo esto, para cabreo general, especialmente de un servidor, porque quien recibió estas oportunidades fue Nickerson, alias “el enchufado”, cuyo único mérito es ser hijo de un amigo de Lewis. Fue este paquete quien llevaba el indicador verde de comunicación con la banda para transmitir las jugadas. El teórico “líder” de la unidad. Luego no deberíamos sorprendernos de muchas de las cosas que pasaron. No discuto que el chaval tenga gran intuición y sepa identificar las jugadas del ataque, pero ¿de qué me vale eso si es incapaz de pararlas? Ni tiene la velocidad para llegar a tiempo a la acción, ni el físico para detenerla cuando entre en contacto con el portador del oval. Tampoco la técnica adecuada, ya que tomaba unos ángulos horribles que terminaban con un placaje fallido. Absolutamente lamentable. Sobre todo, porque su presencia (48% de los snaps defensivos) restaba tiempo de juego a Jefferson, un jugador con mucho más potencial. De hecho, tampoco Nickerson fue el undrafted más destacado en pretemporada. Éste mérito recayó en Bell, quien se quedó en el equipo de prácticas hasta que fue activado para los partidos finales, con una labor discreta, más enfocada a equipos especiales.

 

Por último, sólo me queda hablar del veterano Vinnie Rey. Siempre un valor fiable, 2018 no fue su año. Muy poco utilizado, y cuando entró en acción, evidenció que sus 30 años le habían caído como una losa. Sin la velocidad, que era su mayor virtud, sólo le quedaba el pundonor, y con eso no se paran runningbacks en la NFL. Al menos, los entrenadores no se empecinaron en mantener la jerarquía habitual y permitieron que fuesen otros jugadores más jóvenes quienes gozaran de más tiempo de juego.

 

En definitiva, la unidad de linebackers bengalí de 2018 fue un completo desastre. Supremo colofón a una más que decepcionante trayectoria de Haslett al mando de la unidad. Si falla el corazón de la defensa, todo se desmorona. Los veteranos estaban fuera de forma. Los jóvenes no han evolucionado lo más mínimo. Cuando no se fallaba un placaje, éste se producía tras una indecente ganancia de yardas. En cobertura, los tight-ends seguían dominando a su antojo, mientras las intercepciones se caían de las manos. Es un grupo que no hay por dónde cogerlo. Por supuesto, necesitamos inyectar calidad para no volver a hacer el ridículo en 2019, pero sobre todo, hace falta que los entrenadores, Anarumo como DC, pero sobre todo Lukabu como nuevo entrenador de la unidad, se pongan las pilas para sacar el máximo rendimiento a tanto jugador joven que tenemos bajo contrato.

 

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