Obviamente, 2017 no fue un buen año. No diría que no ha sido el año esperado, puesto que muchos ya auguraban el fiasco en que se convirtió. No obstante, y a pesar de que las perspectivas tras la renovación de Marvin Lewis no presagian cambios relevantes para el futuro, tampoco sería justo dejar de lado los aspectos positivos que podremos encontrar en nuestro equipo para la próxima campaña.
Antes de nada, habría que señalar que tampoco estamos tan mal. Es cierto que la imagen dista mucho de ser la deseable, pero si nos atenemos a las matemáticas, 7-9 es más que 6-9-1, por lo que aunque mínima, esta temporada ha supuesto una mejoría sobre la anterior. Tampoco debemos olvidar las 3 derrotas sufridas en el último minuto de partido (en Green Bay, Tennessee y contra los Steelers), sólo compensadas con la victoria en idéntica situación en Baltimore, por lo que no hemos estado tan lejos del 9-7 que nos hubiese metido en playoffs.
Dejando aparte “cuentos de la lechera”, o clasificaciones a postemporada que sólo nos hubieran supuesto otro nuevo disgusto por caer eliminados a las primeras de cambio, me gustaría exponer hoy, como contraposición a mi artículo anterior, una imagen algo más esperanzadora. Un vaso medio lleno. Una ilusión, seguramente ingenua, pero que en el fondo es de lo que vivimos los seguidores de los equipos pequeños como, aceptémoslo, el nuestro.
Redactor en Bengals.es
Redactor en Spanish Bowl
Ex-Redactor de la AFC Norte de la NFL en el Diario AS
Colaborador de «La Perrera Brown».
Integrante del foro de los Cincinnati Bengals en NFLHispano.com