Hoy en la Biblioteca una de las mejores historias de la temporada que también podéis recuperar en audio en el podcast Llegan los playoffs a la Jungla.

Tommie Smith nació el 6 de junio de 1944 en Clarksville, Texas. Era el séptimo de doce hermanos. Su padre recolectaba algodón día y noche en una granja de patrones blancos. Parte de la cosecha que generaban les servía para a duras penas alimentar a sus hijos. La casa apenas cumplía los mínimos para ser habitable y por eso los niños enfermaban con facilidad, como Tommie, que estuvo cerca de la muerte por una neumonía.

Para mejorar su situación se mudaron a California. Pero al ser de clase baja y con la segregación racial no lo tuvieron nada fácil.

Eran muy religiosos y cuando Tommie iba a la iglesia los niños blancos se reían de él por los trapos con los que vestía. Además no podía sentarse junto a ellos. Cuando iba por la calle debía de cambiar de acera si venía un blanco. En esa época los negros tenían que ir de pie en el autobús a diferencia de los blancos. Mientras que los baños limpios eran para los blancos y los sucios para los negros. Todo esto fue marcando su carácter.

En 1955 con 11 años su vida empezó a cambiar al encontrar una salida con el deporte jugando a béisbol, a fútbol y corriendo y saltando. El 1 de diciembre de ese año, en Montgomery, Alabama, Rosa Parks se negó a ceder su asiento en el autobús a un blanco. Por eso fue arrestada, juzgada y declarada culpable por violar la ley. Por eso la comunidad negra decidió boicotear el servicio de autobuses de la ciudad y no se subieron a ninguno. Se movían con un sistema de coches compartidos. Esto provocó que el Consejo de Ciudadanos Blancos quemara las casas de numerosos activistas negros como Martín Luther King. Un año después, en 1956 los negros por fin podían sentarse en cualquier lugar del autobús.

Con todo este movimiento social, Smith se refugió en correr y ganar. Por eso se ahorraba de trabajar los sábados. Pero al no tener dinero para zapatillas, una organización benéfica le daba el material para competir. Era un chico tímido e introvertido un gran contraste con su forma de ser en la pista. Por qué tenía una pose de confianza que rayaba la soberbia con su  1’92 de altura.

En el instituto Lemoore destacó en 200 y 400 metros y así se ganó una beca para la Universidad de San Jose State. Tommie se ganó el sobrenombre de Jet y con 22 años en un mitin corrió los 200 metros en 19.5 segundos y consiguió el record del mundo que no fue mejorado hasta 44 años después por Tyson Gay que lo bajó 9 centésimas.

En la universidad también se interesó por la política. Coincidió con algunos de sus rivales como Lee Evans en los 400m y John Carlos. Allí conoció a Harry Edwards líder del Proyecto Olímpico de los Derechos Humanos. Edwards era profesor de sociología y tenía como lema el Black Power. Muchos deportistas de la época siguieron sus ideas como también Lew Alcindor. Sí, el que se cambiaría el nombre por el de Kareem Abdul Jabbar tras unos años en la NBA.

Tras conocer a Edwards abandonó el Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales en la Reserva (ROTC) donde recibía disciplina militar.

El 4 de abril del 68 fue asesinado Martin Luther King en el balcón de su hotel en Memphis. Dos meses después otro de los grandes activistas por los derechos humanos, Robert Kennedy también fue asesinado en Los Angeles. Además una parte de la población no entendía la guerra del Vietnam.

Por eso Edwards quería utilizar el deporte como arma política para denunciar las injusticias raciales a través del boicot. Su mensaje podía llegar al mundo en los Juegos Olímpicos de México. Quién fue con la causa hasta el final fue Lew Alcindor que renuncio a jugar los Juegos con el equipo de baloncesto. Pero Evans, Smith y Carlos fueron allí para hablar. Nuestro protagonista declaró “Es muy descorazonador estar en un equipo con atletas blancos. En la pista eres Tommie Smith, el hombre más rápido del planeta, pero cuando llegas a los vestuarios no eres más que un sucio negro”.

El 16 de octubre del 68 en la final de los 200 metros John Carlos salió muy rápido pero Smith con sus largas piernas remontó y paró el crono en 19.83. El australiano Peter Norman por sorpresa llegó segundo y John Carlos tercero. Pero a pesar de la increíble marca, lo que se recuerda fue la celebración que les cambiaría las vidas.

Minutos antes de subir al podio los 3 tuvieron una charla y acordaron hacer la protesta. El australiano Norman llevaba la insignia del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos. Mientras que los americanos Smith y Carlos llevaban un guante negro cada uno. No sabemos de quién fue la idea de llevar los guantes porque Smith se lo atribuye a su esposa y Carlos dice que fue idea suya, mientras que Norman dice que les sugirió compartir los guantes.

En el podio los americanos se quitaron las zapatillas para dejar a la vista los calcetines negros, símbolo de la pobreza negra. Smith también llevaba una bufanda negra y Carlos un collar de cuentas. Dos símbolos del Black Pride. Smith llevaba en las manos un libro de salmos para honrar a todos los negros asesinados por los que nadie había rezado. Al sonar el himno ambos bajaron sus cabezas por qué la palabra libertad en su himno solo atañe a los blancos y levantaron sus guantes al cielo. Smith el puño derecho y Carlos el izquierdo. Al bajar del podio pero todavía en la pista fueron insultados mientras volvían a levantar los puños. El puño derecho simbolizaba el poder de la América negra y el izquierdo la unidad de la América negra y juntos formaron un arco de unidad y poder según explicó Smith.

El presidente del COI, el conocido fascista Avery Brundage expulsó inmediatamente a los atletas de la competición y de la Villa Olímpica y empezó el maltrato de la opinión pública para los 3. Su compañero Lee Evans tenía decidido no disputar la final de los 400 metros, pero acabó disputando la final porque Smith y Carlos le dijeron que el objetivo era ganar.

Bob Beamon que en principio estaba contra la protesta decidió llevar los calcetines negros en señal de protesta en la final de salto de longitud por las suspensiones de Smith y Carlos. Batió el récord del mundo con un salto de 8’90 superando el record anterior en 55 cm. Todavía hoy es el record olímpico.

La acción de los 2 atletas se calificó como un saludo nazi y se les acusó de formar parte de los Panteras Negras. Además a no toda la comunidad negra le gustó el gesto y ya os podéis imaginar a la blanca.

Esto acabó con las carreras de Smith y Carlos que recibieron amenazas de muerte y abusos raciales. Al responder al teléfono escuchaba que le decían “vas a morir”. Por si acaso miraba siempre debajo de su coche. Se les calificó de comunistas y Tommie que scababa de tener un bebé y para mantener a la familia tuvo que trabajar limpiando las calles. Además sus hermanos fueron expulsados del colegio y muchos compañeros atletas perdieron sus becas por lo que había sucedido.

En el año 67, Smith había sido drafteado por los Rams en la novena ronda del draft. Había realizado algún entrenamiento con ellos como RB, pero después de lo sucedido en los Juegos le pidieron que les devolviera los 2.000 dólares que le habían pagado antes de los Juegos por un futuro contrato.

Un tiempo después le llegó la oportunidad de jugar en los Bengals. Fue en 1969, Smith no había jugado al fútbol desde el High School en Lemoore. Un abogado del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos habló con el entomces entrenador de WR de los Bengals Bill Walsh, que se convirtió en su gran valedor.

Paul Brown autorizó el fichaje porque le gustaba la velocidad y la potencia. Para Smith, “cuando llegué a Cincinnati, lo primero que hicieron fue presentarme a Paul Brown y me llevaron al campo para un pase largo. Corrí más rápido que el balón, no sabía mucho de fútbol.” Pero igualmente lo firmamos. Según Smith “los Bengals me sacaron de la nada y me hicieron darme cuenta de que no puedo sentir lástima por mí, porque estoy arruinado. Esa es una actitud tipo Bill Walsh. Él fue el tipo que me paro en seco y me dijo, tienes que hacerlo por ti mismo, déjame mostrarte cómo. Sé que trabajó duro para mantenerme allí porque no estaba haciendo ningún bien al equipo”.

Smith cobró 300 dólares a la semana del equipo de prácticas. Según Paul Brown “ha sido contactado por muchos equipos. Una cosa es cierta, es lo suficientemente rápido.” Durante ese tiempo recibió muchos pases de Sam Wyche en los entrenamientos.

Tommie Smith es un mítico jugador de los Bengals sin haber triunfado en el equipo

Mike Brown explicaba en 2018 que no recordaba que nadie se enfrentara a él ni al equipo y que fue tratado con respeto.

Según Smith no se discutió absolutamente nada con los Brown acerca de lo ocurrido en los Juegos de México. “Ni una palabra. No te pagaban para hablar de política en el fútbol en ese momento. Así que nadie dijo nada de nada. Nunca hablé de política durante mi tiempo con los Bengals”.

Pasó 3 temporadas en los Bengals, la primera en el roster pero después estuvo sobretodo en el Taxi Squad, lo que hoy es el Practice Squad y tan solo disputó 2 partidos que fueron en su primer año con una única recepción de 41 yardas a pase de Greg Cook ante los Oakland Raiders donde se le separó un hombro en la jugada. Precisamente estos son los dos equipos favoritos de Smith, unos por su pasado en California y el otro por darle una oportunidad. En 2011 se encargó de encender el pebetero del Estadio Azteca para honrar al expropietario de los Raiders Al Davis que había fallecido en la previa del partido jugado en México.

Paul Brown siempre priorizó el talento por encima del color de la piel

Después de la pretemporada de 1971 Walsh llamó a Smith y le comunicó que había sido cortado y le sugirió que hiciera una prueba en Canadá con los Hamilton Tiger-Cats, con los que estuvo un mes.

Tras dejar el fútbol se divorció. Por la presión de no trabajar dejó de ser un hombre familiar y de querer estar pronto en casa. Se mudó a San José con Evans en una calle sin salida. Allí de sintió cómodo porque nadie sabía dónde estaba y empezó a hacer de profesor en 4º y 5 º grado. Después se hizo entrenador de atletismo en una escuela de secundaria en Malpitas hasta que en 1972 recibió una oferta de la pequeña universidad de Oberlin, en Ohio. Había llegado una nueva dirección que contrató a 3 entrenadores negros. Uno para el fútbol, otra para el baloncesto y Smith para el atletismo.

Pudo enseñar, se casó de nuevo y tuvo 3 hijos más. Pero después lo echaron de Oberlin con la excusa de que sus enseñanzas estaban por debajo del nivel necesario, poco después de cambiar la dirección.

Paso momentos complicados económicamente hasta que en 1978 el Santa Monica College lo contrató como entrenador de atletismo.

¿Qué pasó con los dos acompañantes de Smith en el podio? Pues Carlos también probó en la NFL con los Philadelphia Eagles. Pero la presión sobre él fue aún mayor. El FBI hurgó en su vida privada manipulando fotos de Carlos con menores de edad y enviándoselas a su mujer Kim. Que no pudo soportar la presión y en 1977 se suicidó. Carlos también enseñó educación física en un instituto y formó parte del Comité Olímpico organizador de los Juegos Olímpicos de Los Angeles en 1984.

En Australia el apartheid hacia los aborígenes también existía y Peter Norman fue ignorado por el Comité Olímpico Australiano. No fue convocado para los Juegos del 72 a pesar de tener la tercera mejor marca en las clasificatorias. Sufrió una depresión que acabó en alcoholismo y adicción a los calmantes. Fue el único medallista australiano que no se invitó en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. En 2006 falleció completamente alcoholizado y su féretro lo llevaron Smith y Carlos bajo las notas de Carros de Fuego.

En la actualidad en la Universidad de San Jose State hay una estatua de los dos atletas de más de 7m de altura que da la bienvenida a los estudiantes. Han pasado los años y como vimos con Colin Karpernick las cosas no han cambiado todo lo que quisiéramos.